Las aguas continentales son cuerpos de agua dulce permanentes que se encuentran sobre o debajo de la superficie de la Tierra alejados de las zonas costeras (excepto por las desembocaduras de los ríos y otras corrientes de agua). Son zonas cuyas propiedades y usos están dominados por los acontecimientos de condiciones de inundación, ya sean permanentes, estacionales o intermitentes.
Algunas aguas continentales son ríos, lagos, llanuras de inundación, reservas, humedales y sistemas salinos del interior del país.
Existen dos tipos de aguas continentales: las superficiales y las subterráneas.
El uso principal de estos cursos de agua -ríos, arroyos, cañadas, lagunas- tiene que ver con el riego, la ganadería, el consumo humano, la hidroelectricidad, la recreación y el vertido de desechos domésticos e industriales en la que estén situados. Si ocupan una gran extensión reciben el nombre de mares interiores, además de que se distinguen entre lagos de agua dulce o lagos salados (con una concentración de sales superior al 5 %). Asimismo dependiendo del sistema de alimentación del lago, se clasifican en lagos de régimen pluvial, su agua proviene de las lluvias; nival, su fuente proviene de la fundición de la nieve; pluvionival, al alimentarse tanto de precipitaciones como de la nieve; fluvial, proviene de un río; glaciar, al venir de un glaciar y freático, al formarse cuando aumenta el [nivel freático] de la zona en la que se encuentren situados, es decir, el nivel de aguas subterráneas. Pero la clasificación más común es la que se hace atendiendo a su origen, distinguiendo entre:
Los lagos suelen ser estructuras inestables que tienden a desaparecer. Se alimentan con los aportes de agua procedentes de precipitaciones atmosféricas y/o del agua aportada por uno o varios ríos o glaciares. Las pérdidas se deben básicamente al río emisario (río por el que desaguan) y a la evaporación, según su situación geográfica, es decir, si se encuentran en zonas donde hace mucho calor o la humedad es muy baja, o en otros casos, donde existen unos niveles de precipitaciones muy bajos que hacen tanto que el río que los sustentan lleve muy poco caudal de agua como que su alimentación a través de esta lluvia sea escasa.
En zonas desérticas los lagos son casi inexistentes, así, los chotts del Sahara sólo tienen agua después de una tempestad. Estos son lagos salinos que quedan estancados cuando llueve y desaparecen al instante quedando una capa de sal donde estaba anteriormente su cuenca. La desaparición de los lagos suele ser debida a dos causas principales: por la erosión de las barreras que retienen el agua y por colmatarse su cuenca de sedimentos.
Si el agua aportada anualmente al lago es igual a sus pérdidas, el lago se mantiene en equilibrio; pero cuando las pérdidas superan a los aportes, el lago va desapareciendo poco a poco.
Los lagos de pequeñas dimensiones se confunden con lagunas y los de mayor extensión reciben frecuentemente el nombre de mar.
Los lagos tienen una gran importancia en el ámbito ecológico, pues representan un ecosistema y en él se establece un equilibrio entre los seres vivos acuáticos y los vegetales.
Los ríos son corrientes de agua que fluyen por un cauce desde tierras altas a tierras bajas y que finalmente vierten a un lago, a otro río o al mar, excepto en zonas desérticas, donde pueden desaparecer por consunción. En realidad no hay diferencias fundamentales entre torrentes y ríos, solamente su longitud y periodicidad.
Un río se caracteriza por su caudal y su régimen. Se puede distinguir también entre lecho menor (el estrecho canal ocupado por la corriente de agua) y lecho mayor (el cauce mayor ocupado por las crecidas). Según su origen se diferencian varios tipos de ríos:
El territorio regado por un río y sus afluentes se denomina cuenca hidrográfica. El conjunto de un río y todos sus afluentes se denomina sistema de drenaje, y la combinación de varios sistemas de drenaje formarán varios modelos de drenaje. El río es el agente principal de transporte en un ciclo fluvial.
Los ríos transportan materiales en disolución y residuos sólidos. Con estos materiales transportados, los ríos llevan a cabo en el terreno una erosión, que da origen a diferentes perfiles de valles fluviales. Como consecuencia de las acciones erosiva y depósito el lecho tiende a un perfil cóncavo. El curso alto del río tiene un gran poder erosivo (puede formar desfiladeros, hoces, gargantas...). El valle en corte transversal presenta forma de V. Cuando se producen desniveles en su cauce, forman cascadas o cataratas.
La principal acción del curso medio, de pendientes más suaves es la de acarreo aunque también la deposición de materiales groseros. En la desembocadura se encuentra bajo, ancho, y de poca pendiente, donde se depositan las arenas y limos, que pueden llegar a formar deltas.
Muchos ríos, por la escasa pendiente y la anchura de sus valles son navegables en el curso bajo ( Danubio, Volga, Amazonas).
El agua dulce que forma parte de los ríos y los lagos es escasa comparada con el agua dulce que se encuentra concentrada principalmente en las reservas de las regiones frías (65 % del total), como las capas de hielo continentales, glaciares, y en forma de nieve o hielo.
Los glaciares son grandes masas de hielo situadas sobre una superficie de terreno, que se desplazan lentamente en descenso a favor de la pendiente y a partir de una cuenca (circo glaciar). La condición de formación de un glaciar es la de que la cantidad de nieve caída durante un invierno exceda a la fundida durante el verano siguiente, constituyendo el nivel de las nieves persistentes, y si la nieve no funde nada el de las nieves perpetuas. De este modo cada año se va superponiendo una masa de nieve a la ya acumulada, y es su propio peso el que elimina las capas de aire que han quedado tras las sucesivas nevadas, y por fusión parcial y rehielo se congela de nuevo, uniéndose los cristales aislados, este hecho es lo que se llama re cristalización. Así se forma un agregado granular, llamado neviza. Por continuación del proceso, la neviza se transforma en hielo blanco a partir del que se origina el hielo glaciar, de color azulado. Al espesarse esta capa de hielo, comienza a desplazarse a favor de la pendiente convirtiéndose así en un glaciar activo.
Las lenguas glaciares varían según la pendiente, rugosidad y carga de hielo. Si alcanzan el mar se forman témpanos o icebergs, al fundirse con el contacto del agua de mar. El hielo tiene la propiedad de fluir como si se tratara de una materia plástica, y se adapta perfectamente al fondo y a las paredes del valle. La velocidad de la masa del hielo no es la misma en todas sus zonas, siendo mayor en la superficie y en el centro que en el fondo y los laterales, debido al rozamiento del hielo. La velocidad de descenso es muy variable, oscilando alrededor de unos 15 centímetros diarios.
En un glaciar se distingue tres partes: circo, lengua y valle glaciar. El circo glaciar es la zona rodeada de montañas situada en el nivel de las nieves perpetuas, presenta unas grietas llamadas rimayas entre la pared rocosa y el hielo del glaciar. La lengua del glaciar es la masa de hielo que discurre por el valle. Por efecto del movimiento, el hielo se fractura al rozar con el fondo del valle, lo que provoca la aparición de grietas transversales denominadas crevasses.
Los materiales que el glaciar arranca al bajar por el valle glaciar (cauce por el que se desliza el glaciar), transporta y deposita constituyen las morrenas. Existen morrenas laterales, que al confluir dos lenguas dan lugar a morrenas centrales; morrenas de fondo, conjunto de fragmentos arrancados del fondo y morrenas frontal, delante del glaciar, depósito de materiales al fundir el hielo. Los depósitos de materiales que dejan los glaciares se llaman tillitas y se distinguen por ser una mezcla de cantos angulosos, es decir, sin redondear debido a que los glaciares llevan su carga en suspensión y no pueden erosionar los materiales transportados, de todos los tamaños, composiciones y densidades.
En algunos glaciares, bajo la superficie del hielo, circula una intensa corriente de agua llamada arroyo subglaciar, que a veces puede arrastrar bloques de hielo.
Los valles afectados por los glaciares se ensanchan, y su perfil transversal adquiere la forma característica de U.
Existen diversos tipos de glaciares dependiendo de su localización latitudinal y respecto a la altura donde se localicen.
La hidrogeología es la ciencia que se ocupa del estudio de las aguas subterráneas.
Del total de agua de precipitación, una parte circula por la superficie, otra se evapora y otra se infiltra para formar las aguas subterráneas. Para que el agua de infiltración pueda penetrar en las rocas y circular por ellas, es necesario que éstas sean porosas y que los poros se comuniquen entre sí o estén fracturadas, fisuradas o trituradas. La permeabilidad de una roca es su capacidad para transmitir los fluidos. Por ejemplo: la arcilla puede tener una porosidad tan elevada como la arena, pero su permeabilidad es casi nula, ya que los huecos no están conectados.
En relación con la conducta de las aguas subterráneas, se distinguen dos clases de rocas, permeables e impermeables. Las permeables permiten el paso de agua, como las gravas, arenas, areniscas, calizas diaclasadas y rocas fisuradas. Las rocas impermeables son las margas, pizarras, y arcillas, que no dejan pasar el agua.
Del volumen de agua que cae sobre las áreas emergidas, una parte, retornará a las masas de agua (océanos, lagos) a través de los cauces superficiales(ríos), pudiéndose incorporarse a la atmósfera por evaporación. Otra parte se infiltrará en el subsuelo a través de los poros, grietas y fisuras. Una fracción será interceptada en la parte superficial del suelo, en la zona no saturada, por las plantas e incorporada a sus ciclos vitales, devolviendo parte a la atmósfera mediante mecanismos de evapotranspiración. El resto de agua seguirá su trayecto a través de aquellas formaciones geológicas que, cuando tienen capacidad de almacenar o transferir agua se denomina acuíferos. Todos los huecos de las formaciones quedarán rellenos de agua, encontrándonos en la llamada zona saturada.
Respecto a los tipos de acuíferos, la clasificación estaría formada por las de porosidad intergranular y las de porosidad asociada a fisuras o fracturas. Los de porosidad intergranular corresponden a las formaciones geológicas detríticas( arenas, gravas ); cuya porosidad y permeabilidad dependerá de las características de su textura.
Respecto al grupo de acuíferos por fracturación, englobaría a aquellas formaciones con capacidad de almacenar y transmitir agua a través de su red de fisuras. En el caso de las formaciones carbonatadas (caliza, dolomías), está red de fisuras se ampliaría por los fenómenos de disolución producidos por el paso del agua.
La vida de la especie humana se ha desarrollado en torno al agua. Los establecimientos humanos siempre se han realizado en puntos con disponibilidad de este recurso. Se conocen casos de abastecimientos “de origen subterráneo” especialmente manantiales y fuentes.
En una gran parte de los países, tanto desarrollados como los denominados Tercer mundo, dominan la procedencia subterránea de las aguas consumidas para abastecimiento. En las regiones áridas y semiáridas se entiende que las aguas subterráneas son la procedencia mayoritaria para consumo humano al no haber o ser insuficiente la disponibilidad de los almacenamientos o corrientes superficiales.
Las ventajas del riego desde los acuíferos frente al procedente de cursos o almacenamientos superficiales pueden resumirse en los siguientes aspectos:
De estas ventajas deriva la mayor facilidad para realizar un desarrollo escalonado de la actividad agrícola, al no depender de las grandes y costosas infraestructuras de obras de regulación, transporte y distribución, necesarias en los regadíos con aguas superficiales. En países con abundante disposición de aguas superficiales como la Europa occidental, los porcentajes de abastecimientos con aguas subterráneas son del orden del 99 % en Dinamarca, 68 % en Italia, 76 % en Bélgica...
La explicación podemos encontrarla al analizar las principales ventajas del abastecimiento que van desde los acuíferos frente al de las aguas superficiales que se resumen en:
Es difícil cuantificar el orden de magnitud del consumo que esta actividad supone. La tendencia actual de desligar determinadas actividades industriales de las zonas residenciales, hace que sean cada vez más frecuente que estas industrias se abastezcan de agua subterránea como alternativa menos costosa.
No todo son ventajas en la explotación de las aguas subterráneas para el regadío, que pueden derivar en problemas de a veces compleja solución. Ejemplos de ello son la contaminación difusa por fertilizantes y productos fitosanitarios.
Actualmente, se considera como hidrosfera a las tres cuartas partes de la superficie terrestre ocupadas por agua en cualquiera de los tres estados, aunque como aguas continentales sólo se encuentre un 2.7% de ésta, en forma de glaciares, ríos, lagos, aguas subterráneas y una cantidad mínima en la atmósfera como vapor de agua.
Parte del agua está en constante movimiento y cambio de estado, de los océanos a los continentes y viceversa, este fenómeno es el ciclo hidrológico. Este proceso comienza con el calentamiento de las aguas por la energía recibida del sol, de esta manera una pequeña parte se evapora y pasa a la atmósfera, se condensa y forma las nubes. Éstas, al saturarse de vapor de agua, producen precipitaciones en forma de lluvia, nieve o granizo. Así el agua vuelve de nuevo a los continentes y posteriormente a mares y océanos.
El agua es un gran recurso natural, además de renovable; aunque puede tener buenas y malas consecuencias:
Además de los fenómenos naturales contribuyen factores de riesgo algunas actividades humanas que las provoca directamente:
Las consecuencias más destacadas de las inundaciones son las pérdidas de vidas humanas. Las pérdidas económicas están relacionadas con la agricultura y ganadería. Para prevenir las inundaciones podemos tomar diversas medidas que pueden ser de dos tipos:
Se denomina impacto hidrosférico a la modificación de las características de un medio acuático. Estas modificaciones pueden repercutir en la salud y el bienestar de las personas y en el medio ambiente. Uno de los principales factores para que pase esto es la contaminación de acuíferos, que en los países desarrollados está parcialmente controlado, pero en los países en vías de desarrollo.
Un agua se considera contaminada cuando su composición o estado natural se ven modificados, de tal modo que esta pierde las condiciones aptas para los usos que estaba destinada. El 72 % de los ríos, lagos y arroyos del mundo están contaminados por vertidos urbanos o industriales, provocando la transmisión de más de la mitad de enfermedades infecciosas que se conocen.
La contaminación de las aguas se debe a diversas causas, que, curiosamente están relacionadas con el ser humano:
Cuando los residuos son vertidos a lugares concretos se habla de fuentes puntuales, y cuando se descargan sobre una región extensa se habla de fuente dispersa.
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