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Alberto Laiseca



Alberto Jesús Laiseca (Rosario, 11 de febrero de 1941 - Buenos Aires, 22 de diciembre de 2016)[1]​ fue un escritor argentino. Entre los más de diecinueve volúmenes que editó en los géneros de novela, cuento, poesía y ensayo se destacan las novelas El jardín de las máquinas parlantes y Los sorias.

Protagonizó el antológico programa de televisión Cuentos de terror en el canal de cable I.Sat y presentó películas en el ciclo Cine de terror del canal de cable Retro.

Nació en Rosario el 11 de febrero de 1941, siendo hijo único de un médico y su esposa. A poco de su nacimiento, los padres se trasladaron a Camilo Aldao, localidad al sudeste de la provincia de Córdoba, donde transcurrió su infancia y adolescencia.[2]​ A los tres años perdió a su madre, quedando a cargo de su padre, con quien mantuvo una relación conflictiva durante todo ese tiempo. Laiseca contó con frecuencia que su padre lo maltrataba, pero también le estimuló la lectura, algo que a la larga «le salvó la vida».[3]​ Entre sus influencias, siempre solía citar a Oscar Wilde, Edgar Allan Poe, Gastón Leroux, Ayn Rand, H. Rider Haggard, Mika Waltari y Lao Tsé.[4][5]

Tras cursar los estudios secundarios en el pueblo vecino de Corral de Bustos, comenzó la carrera de Ingeniería química en la Universidad del Litoral, en la ciudad de Santa Fe, pero en 1964, con 23 años, dejó la carrera (contrariando los deseos de su padre) y se marchó a trabajar al campo. Trabajó como peón y cosechero en Mendoza, Córdoba y Santa Fe.[3]​ Dos años después, llegó a Buenos Aires, donde trabajó como peón de limpieza y más tarde como empleado de ENTel, viviendo en condiciones precarias en pensiones, experiencias que recrearía en su obra.[6]​. En Buenos Aires se nucleó en el bar Moderno y entró en contacto con figuras extrañas y marginales propias de la bohemia porteña de los años sesenta, como Marcelo Fox e Ithacar Jalí (pseudónimo del artista Enrique Lerena de la Serna).

Después de publicar su primer relato, Mi mujer, en el diario La Opinión y participar en una antología de varios autores firmando con el seudónimo Dionisios Iseka,[7][8][9]​ en 1976 publicó su primera novela, en la editorial Corregidor, por recomendación de Osvaldo Soriano.[6]​ Aunque el título pensado por Laiseca era Su turno, el editor decidió que se publicara como Su turno para morir, recuperando su título original recién en 2010.[10]

Tuvo que esperar a 1982 para volver a publicar: una editorial especializada en autores emergentes (ediciones de Belgrano) editó su primer libro de cuentos, Matando enanos a garrotazos, donde ya empieza a dar muestras de su estilo característico, como la aparición de personajes estrafalarios, escena de violencia, disertaciones entre linyeras, monstruos, y una importante presencia del humor. El mismo año, la editorial Sudamericana publicó Aventuras de un novelista atonal, una novela breve de inspiración autobiográfica, donde ficcionaliza su propia condición de autor de una novela en la que trabajó durante diez años y que también terminó por entonces pero no vería la luz hasta dieciséis años después: Los sorias.

En 1985 comenzó a trabajar como corrector de galeras en el diario La Razón. En adelante, realizó también notas y comentarios bibliográficos para diarios y revistas.[11]​ Dos años después publicó Poemas chinos, su único libro de poesía. En sus dos novelas siguientes, La hija de Kheops (Emecé, 1989) y La mujer en la muralla (Tusquets, 1990), recrea el mundo y la cultura del Antiguo Egipto y la China imperial, narrando la construcción de los dos monumentos emblemáticos de estas civilizaciones, de las que Laiseca fue un gran estudioso y admirador: la Gran Pirámide y la Gran Muralla.[12]

Por esos años Laiseca comenzó a dictar talleres literarios, los cuales se extendieron durante más de veinte años. De estos talleres salieron varios notables exponentes de la narrativa argentina actual, entre ellos, Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara, Alejandra Zina, Leonardo Oyola, Sebastián Pandolfelli, Natalia Rodríguez Simón, Guillermo Naveira y Juan Guinot, muchos de los cuales se hicieron también amigos del autor de Los Sorias.[13][14]

En 1991 la editorial rosarina Beatriz Viterbo Editora publicó el ensayo Por favor, ¡plágienme! y recibió la Beca Guggenheim, lo que le permitió terminar su segunda novela más extensa, El jardín de las máquinas parlantes, publicada por Planeta en 1993. En esta obra, Laiseca aborda otro de sus temas de interés: el mundo del esoterismo y la magia.[12]

Después de dieciséis años de intentos fallidos, incluyendo un contrato con una editorial española que se cayó porque la misma quebró,[15]​ en 1998 se publicó Los sorias. La edición corrió a cargo de Simurg, y constó de 350 ejemplares de tapa dura, numerados y firmados por el autor. La obra fue prologada por Ricardo Piglia (quien la calificó como «la mejor novela que se ha escrito en la Argentina desde Los siete locos») y llevó un diseño de portada de Guillermo Kuitca. Fue reeditada en 2004 por la editorial Gárgola, en una tirada de 1500 ejemplares de tapa dura,[16]​ y en 2014 nuevamente por Simurg.[17]Summa de todas las obsesiones recurrentes del autor (política, religión, guerra, historia, sexo, astrología, magia, ciencia y tecnología, etc.), esta novela monumental (1344 páginas, la más larga de la literatura argentina) narra una guerra entre tres dictaduras: Soria, Tecnocracia y Unión Soviética. Fue elogiada por Aira, Piglia y Fogwill y se la considera la obra maestra de Laiseca.[12][18][19]

En 1999 apareció El gusano máximo de la vida misma, a cargo de Tusquets, novela que prosigue la exploración del «realismo delirante», concepto que Laiseca usaba para definir al conjunto de su obra.[11]​ Dos años después aparecieron Beber en rojo (Grupo Editor Altamira), reescritura paródica-erótica de Drácula de Bram Stoker,[12]​ y una segunda colección de cuentos, Gracias Chanchúbelo de nuevo a cargo de Simurg.

En 2002 publicó En sueños he llorado (Fundación Municipal de Cultura, Ayuntamiento de Cádiz, España), otro libro de cuentos. En octubre de ese año comenzó a realizar su ciclo Cuentos de terror, emitido por el canal I.Sat, en donde narraba cuentos de diversos autores en episodios de diez minutos.[20]​ El programa duró tres años, recibió un premio Martín Fierro en 2003, en el rubro «cultural/educativo», y popularizó la figura de Laiseca entre un público más amplio. En 2004, la editorial Interzona (misma que publicó la siguiente novela del autor, Las aventuras del profesor Eusebio Filigranati) editó una antología de los cuentos narrados en el programa, seleccionados y prologados por Laiseca. Asimismo, también se editó un video con el mismo título.[21]

En 2004 publicó Las cuatro torres de Babel, a cargo de Simurg, basada en los nueve libros de la Historia de Heródoto,[22]​ y recibió el Premio Konex otorgado por la Fundación Kónex, Diploma al Mérito, en el rubro Novela: quinquenio 1999-2003. Por entonces también participa en el documental Deliciosas perversiones polimorfas.

En 2006, la editorial Gárgola publicó su novela Sí, soy mala poeta, pero..., que según Laiseca, conforma un tríptico sobre su vida «underground» junto con El gusano máximo de la vida misma y Las aventuras del profesor Eusebio Filigranati.[23]

En 2009 participó como actor de la película El artista, dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat, sobre cuyo argumento escribió una novela con el mismo título. En 2010, Laiseca fue declarado Ciudadano Ilustre de Camilo Aldao. En esa ocasión visitó su escuela primaria y recibió un homenaje de alumnos y docentes, ante quienes narró algunos cuentos.[24]

En 2011, la editorial Simurg editó sus Cuentos completos, que reúnen sus tres cuentarios publicados y una gran cantidad de cuentos inéditos.[25]​ También ese mismo año apareció su Manual sadomasoporno, y un año después, iluSorias, un libro de ilustraciones de diversos artistas basados en su novela Los sorias, entre ellos su hija Julieta.[26]

En 2014 publicó su última novela, La puerta del viento, un proyecto que Laiseca deseaba escribir desde hacía mucho, ambientada en la Guerra de Vietnam, en la que el escritor quiso combatir, llegando a escribirle una carta al presidente Lyndon Johnson.[27][28]

En junio de 2016 hizo su última aparición en público, presentando una adaptación del cuento Historia de una madre de Hans Christian Andersen, con el título La madre y la muerte e ilustraciones de Nicolás Arispe. Para entonces ya se lo vio visiblemente deteriorado, obligado a movilizarse en una silla de ruedas.[29]

Tras pasar su último año y medio en una residencia geriátrica, donde recibía a discípulos, amigos y lectores,[30]​ falleció en el Hospital Británico de Buenos Aires, el 22 de diciembre de 2016, a los 75 años. Su muerte coincidió con pocas horas de diferencia con la del escritor Andrés Rivera.[31][32]​ Sus restos fueron velados en la Biblioteca Nacional y posteriormente cremados,[33]​ cumpliendo su última voluntad de que sus cenizas sean esparcidas sobre el río Carapachay en el Delta del Tigre.[34]

Novelas

Cuentos

Otros



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