Los algonquinos son un grupo de pueblos nativos de Canadá, Estados Unidos y norte del estado mexicano de Coahuila que hablan las lenguas algonquinas. Cultural y lingüísticamente, están estrechamente relacionados entre ellos, siendo algunos pueblos algonquinos los odawa y los ojibwe Junto a ellos forman el agrupamiento anishinaabe los cree, los kikapú, los pies negros o los innu. «Algonquino» es en realidad el nombre de una de sus tribus, que a su vez deriva de la palabra maliseet «elakómkwik», «nuestros aliados».
Los pueblos algonquinos se extienden desde Virginia a las Montañas Rocosas y por el norte a la bahía de Hudson. La mayoría de los algonquinos, no obstante, viven en Quebec; las nueve tribus algonquinas en esa provincia y una en Ontario tienen una población total de unas 11 000 personas.
Los algonquinos fueron las primeras personas en vivir en lo que hoy es la ciudad de Nueva York. Eran parte de un gran grupo que hablaba la misma lengua y que vivía a lo largo de la costa este de Norteamérica. Estaban divididos en muchos grupos familiares, y en cada grupo se llamaban a sí mismos por el lugar o área geográfica donde vivían. Los Canarsies vivían en Brooklyn, Los Rockaways, Manhassets y Massapequas vivieron en lo que hoy es Queens y Long Island.
Muchos algonquinos todavía hablan su lengua, llamada generalmente anicinàpemowin o también omàmiwininìmowin. Esta lengua se considera uno de los varios dialectos de los idiomas Anishinaabe. Entre los más jóvenes, la lengua algonquina ha experimentado fuertes influencias y ha tomado palabras del idioma cree.
Los algonquinos construyeron sus poblados cerca de los lugares donde cazaban y pescaban, generalmente, cerca de los ríos. Tenían conductas trashumantes, por lo cual muchos de esos poblados eran abandonados a los pocos años de su edificación.
El líder del grupo de familias era llamado el sachem, y era elegido por sachem actuaba, a la vez, como gobernante y juez, al resolver desacuerdos entre los integrantes del grupo y al castigar a aquellos que delinquían. Si un pueblo tenía un desacuerdo con otro pueblo, el sachem se desenvolvía como un diplomático, intentando mantener la paz. Si ésta se quebraba y el pueblo iba a la guerra, el sachem, ocupaba las funciones de comandante en jefe, y conducía a los guerreros en la batalla. Algunas veces el sachem era una mujer, y en ese caso era llamada sunksquaw. Con frecuencia eran las esposas o las viudas de los sachems anteriores, pero algunas lo consiguieron por sí solas, porque las mujeres algonquinas ocupaban, sociopolíticamente hablando, idéntico espacio que los hombres. Ellas podían votar y tomar parte de un gobierno.
Los sachems no actuaban solos, había un concilio de hombres y mujeres que brindaban consejos. Siempre que un pueblo se enfrentaba a un problema, el consejo se reunía para discutir sobre ello. La charla podía durar horas hasta que todos fueran escuchados y se alcanzara un acuerdo. Tales encuentros eran llamados "powwow".
Los valores de los algonquinos pueden ser resumidos en estas palabras: compartir y cuidar. Cada miembro de un pueblo algonquino era parte de la misma "familia". Las personas compartían lo que tenían y se cuidaban unos a otros. Si un hombre enfermaba o era muy viejo para cazar, otros compañeros lo alimentaban a él y a sus familiares. Si un padre moría, su esposa e hijos eran llevados a los hogares de otros. Nadie era olvidado o dejado sin "familia". Por supuesto, a veces la comida escaseaba. Durante un crudo invierno, muchas personas podían pasar hambre o morir. Este tipo de conducta emparenta a los algonquinos con varias de las culturas aborígenes americanas.
Los primeros americanos tenían un hondo respeto por todas las cosas vivientes. Ellos tomaban solo lo que necesitaban del ambiente. Los algonquinos cazaban ciervos para obtener carne y cueros. Usaban el cuero de ciervo para hacer chozas, pantalones o mallas, faldas, y zapatos confortables llamados mocasines. Para obtener la piel, los cazadores colocan trampas para capturar castores, nutrias, y otros animales.
Aunque la sociedad algonquina se basaba en gran parte en la caza y la pesca, algunos algonquinos practicaban la agricultura y cultivaban maíz, judía verde, y calabacines, particularmente en el sur de los Grandes Lagos donde el clima, más benigno que en Canadá, permite una mayor estación de cultivo. Otros cultivos indígenas notables que históricamente realizaban los algonquinos era el girasol y el tabaco. Incluso entre los grupos que se basaban principalmente en la caza, los productos agrícolas eran una fuente importante de alimento y eran obtenidos mediante el intercambio o saqueando poblados de sociedades que practicaban la agricultura extensiva.
Los algonquinos practicaban el animismo: creían que todas las cosas en la naturaleza como los animales, los vegetales, las montañas, los ríos, etc.; tenían espíritus que podían hacer el mal así como el bien. Ellos llamaban a estos espíritus por deidades, "manitus". Los manitus les enseñaron como construir las casas, cultivar el maíz, y el uso del fuego. Cuando estos espíritus se enojaban, traían tormentas terribles o hacían trucos sobre los cazadores para que fallaran con sus presas. Un poderoso manitu creó a los humanos con madera y aseguraba la cosecha. Otros controlaban los vientos y el clima.
El chamán, o líder espiritual, tenía la importante tarea de hacerse amigo de los manitus. Los algonquinos pensaban que los manitus hablaban a los chamanes a través de los sueños o visiones. Después de los sachems, los chamanes eran los miembros más respetados de un poblado, y podían ser hombres o mujeres. Dirigían a los miembros de la comunidad en las ceremonias religiosas y también los ritos de pasaje (en este caso de iniciación), donde los jóvenes alcanzaban la adultez. Las ceremonias eran celebradas con cantos, tambores y bailes. Los chamanes curaban a los enfermos mediante la invocación de los manitus, aunque no dependían completamente del mundo de los espíritus para curar a los pacientes: usaban medicinas hechas de corteza de árboles y hierbas. Muchas de nuestras modernas medicinas están basadas en las mismas curas que los chamanes usaban hace tiempo (la aspirina, por ejemplo, se basa en un compuesto extraído de la corteza del sauce).
Los doce años era una edad muy especial para un muchacho algonquino. Justo antes de sus duodécimo cumpleaños, el joven era mandado al bosque solo. Tenía que sentarse durante días, sin comida, esperando a que sus espíritus ayudantes vinieran a él en un sueño. El espíritu podía venir como un ave o como un animal y ayudaría al niño el resto de su vida. Esto era llamado tener un sueño espiritual. Si regresaba al pueblo sin tener su sueño espiritual, era mandado de regreso al bosque para intentarlo de nuevo. Cada algonquino tenía que tener su sueño espiritual para ser un hombre.
Cuando los algonquinos intercambiaban bienes, usaban wampum, que, aunque tenía un uso similar al del dinero, también tenía otros significados: un intercambio de wampum era prueba de buena fe y amistad entre el comprador y el vendedor. La participación de wampun en una transacción significaba ambos partes creían que el intercambio era justo.
Los wampum tenían diversos usos en la sociedad algonquina. Podían ser dados como regalo, para sellar la paz con un enemigo, y en los tratados o acuerdos. Eran además usados como joyas: un sachem podía vestir muchas series de wampun para mostrar que él era importante, y podía solicitar a otros pobladores regalos de wampum, o tributo, a cambio de su protección. Cuando un poblador mandaba un mensaje a otro, un cinturón de wampum iba junto con él. El mensaje mandado sin el cinturón era llamado "una palabra vacía", y nadie le prestaría atención.
Las mujeres y las niñas del pueblo tenían la importante tarea de hacer wampum. Primero cortaban valvas de almejas o caparazones de caracol en pequeños pedazos. Los mismos eran luego perforados para hacer los abalorios. Estos abalorios se frotaban con una piedra grande hasta que estaban redondos y lisos, y luego se ensartaban en collares o se convertían en correas. El trabajo tomaba bastante tiempo y una gran cantidad de habilidades. Hoy se pueden ver algunos cinturones de wampum finos en el Museo Americano de Historia Natural en Manhattan.
Vivían en cabañas, o wigwam, hechas con árboles. Primero, se clavaban en tierra unas filas de estacas. Luego, las puntas eran inclinadas y atadas con una cuerda, dejando un agujero en el medio para que escapara el humo del fuego, y no se abrían ventanas. La estructura de la cabaña se cubría con largas piezas de corteza. No se necesitaban mesas, sillas, o camas en un wigwam, se podía comer o dormir en muebles o anaqueles construidos en los muros, o sobre pieles de animales en el suelo.
Algunos historiadores los proponen como el primer pueblo americano que entró en contacto con europeos, y serían los exploradores vikingos (que llamaron a estos nativos skraelling) quienes habrían sido desterrados de su pueblo; este encuentro pudo haberse dado en Terranova en una localidad conocida como L'Anse aux Meadows en el siglo XI.
Lucharon contra los iroqueses debido a su rivalidad en el comercio de pieles, y formaron una alianza con los montagnais del este en 1570.
Desde 1603 ellos mismos se aliaron con los franceses bajo Samuel de Champlain. En 1632, después de que la ocupación de Sir David Kirke de Nueva Francia demostrase la vulnerabilidad colonial francesa, los franceses empezaron a vender mosquetes a los algonquinos y otros aliados aborígenes. Los jesuitas franceses empezaron a buscar activamente conversiones a la Iglesia católica, abriendo una división entre los tradicionalistas y los conversos.
A partir del 1721, muchos algonquinos cristianos empezaron a veranear en Oka, un asentamiento Mohawk cerca de Montreal, que era entonces considerado una de las Siete Naciones de Canadá. Los guerreros algonquinos continuaron luchando en alianza con Francia hasta que los británicos conquistaron Quebec en 1760. Luchando en nombre de la Corona británica, los algonquinos tomaron parte en la campaña de Barry St Leger durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Los colonos Realistas empezaron a invadir las tierras algonquinas poco después de la Guerra de Independencia. Más tarde, la industria maderera comenzó a moverse subiendo el Valle Ottawa, y los algonquinos fueron relegados a una cadena de pequeñas reservas.
Recientemente, las tensiones con la industria maderera ha estallado de nuevo en las comunidades algonquinas, en respuesta a la práctica de corte de claros. En Ontario, una reclamación en curso desde 1983 de tierra algonquina ha puesto en entredicho gran parte de la práctica del corte de claros, extendiéndose desde cerca de la Bahía Norte hasta cerca de Hawkesbury e incluyendo a Ottawa, Pembroke, y la mayor parte del Parque Provincial Algonquín.
En el año 2000, algonquinos de la Primera Nación Timiskaming desempeñaron un papel significativo en la oposición local popular al plan para convertir la Mina Adams en un vertedero.
Estos datos poblacionales vienen del Departamento de Asunton Indios y del Norte.
La Primera Nación Nipissing de la Bahía Norte, Ontario a veces también se considera que pertenece al grupo Algonquino de los Anishinaabeg.
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