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Alianza para el Gobierno Abierto




La Alianza para el Gobierno Abierto (OGP por sus siglas en inglés) es un iniciativa multilateral que intenta asegurar compromisos concretos de gobiernos nacionales y subnacionales para promover el gobierno abierto, dar más poder a los ciudadanos, luchar contra la corrupción y utilizar las nuevas tecnologías para fortalecer la gobernanza. De acuerdo con su espíritu de colaboración multisectorial, la OGP es supervisada por un  comité de dirección que incluye representantes de gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.

La OGP fue lanzada formalmente el 20 de septiembre de 2011 durante una reunión de la Asamblea General de la ONU en la cual jefes de Estado de los 8 fundadores (Brasil, Indonesia, México, Noruega, Filipinas, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos) aprobaron la Declaración para un Gobierno Abierto y anunciaron sus planes de acción nacionales junto con un número igual de dirigentes de la sociedad civil.[1]​ Los 8 miembros fundadores también dieron la bienvenida al compromiso de 38 gobiernos para unirse a la OGP.[2]​ Desde su creación la OGP ha resultado en más de 2 500 compromisos de 79 países participantes, lo que cubre un tercio de la población del mundo.[3]

La OGP celebró su primera reunión anual de alto nivel del 17 al 18 de  abril de 2012 en Brasilia, Brasil. Justo seis meses después de su inicio, la OGP había crecido de 8 planes de acción y 46 países participantes a 50 planes y 54 países.[4]​ El encuentro de Brasilia juntó a países y organizaciones unidos por su creencia en el poder de la transparencia, con participación desde los que hacían campaña contra la censura en Yemen hasta los reformistas que utilizan los datos de escuelas primarias para mejorar la educación en la India.[5]

El Reino Unido devino copresidente de la OGP en septiembre de 2012, dispuesto a apoyar a los miembros en el cumplimiento de sus compromisos de transparencia. 46 miembros ya habían publicado planes de acción que contenían más de 300 compromisos de gobierno abierto .[6]​ Según el entonces Ministro de la oficina de Gabinete del Reino Unido, responsable para transparencia y datos abiertos, Frances Maude, Gran Bretaña buscaba «asegurar los cimientos de la OGP como una iniciativa internacional mundialmente reconocida y respetada…. [y] fortalecer el papel de las organizaciones de la sociedad civil, animando a una mayor colaboración con los gobiernos para forjar formas de trabajar más innovadoras y abiertas.»

En octubre de 2013, Indonesia asumió la copresidencia de la OGP junto con el representante de la sociedad civil Rakesh Rajani de Tanzania. Ese año los objetivos temáticos de la iniciativa se centraron en la acción ciudadana y el gobierno responsable. En una era de hiperconnectividad, la apertura y la transparencia, así como la participación y colaboración ciudadanas, son vistas cada vez más como componentes esenciales de una buena gobernanza.[7]

En octubre de 2014, el Gobierno de México y Suneeta Kaimal, jefe  operativo del Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales (NRGI por sus siglas en inglés, distinto del Instituto de Recursos Mundial, WRI), devino copresidente de la OGP. Con la adopción y aplicación de la Agenda 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS) por dirigentes mundiales en una histórica cumbre de Naciones Unidas, para la «promoción de sociedades pacíficas e inclusivas», 2015 marcó un hito para el futuro de resultados de desarrollo y gobierno abierto.[8]​ En octubre de 2015, el Gobierno de México alojó la tercera cumbre mundial de la OGP en Ciudad de México que enfatiza el lema de «Transparencia para todos: uso de los principios del gobierno abierto como mecanismos clave para aplicar la agenda de desarrollo posterior a 2015.»

El Gobierno de Sudáfrica y Alejandro González, de GESOC, devinieron copresidentes de la OGP en octubre de 2015.

A comienzos de 2016 la OGP lanzó un nuevo programa piloto diseñado para implicar más proactivamente a los gobiernos subnacionales en la iniciativa.

En diciembre de 2016, el Gobierno de Francia, en asociación con el Instituto de Recursos Mundial (WRI), alojó la cuarta cumbre mundial de la OGP en París, reuniendo 3 000 representantes de 70 países.[9]

La OGP Proporciona una plataforma para reformistas dentro y fuera  de gobiernos con el objetivo de desarrollar iniciativas que promuevan transparencia, den poder a los ciudadanos, luchen contra la corrupción y utilicen las nuevas tecnologías para fortalecer la gobernanza. La OGP intenta asegurar compromisos concretos de gobiernos nacionales y subnacionales que impulsen reformas de gobierno abierto e innovación en un esfuerzo para que los países vayan más allá en las áreas de transparencia, rendición de cuentas y compromiso ciudadano.[10]​ Es una asociación voluntaria a la que los países eligen unirse y a través de la cual organizaciones de la sociedad civil, en colaboración con los gobiernos, pueden impulsar iniciativas que consideren en línea con sus agendas de reforma.

Más que establecer un rango mundial de transparencia por países, la OGP proporciona apoyo y ánimo a los países que abanderan ambiciosas reformas y cumplen sus promesas «ante la atenta mirada de los ciudadanos.» Se pretende que la comunidad de reformistas  «ofrezca apoyo a los gobernantes que deseen crear un foro en el que se den conversaciones entre el Gobierno y la sociedad civil.»[11]

Esta relación entre el Gobierno y la sociedad civil es la piedra angular de la OGP. Se espera que los gobiernos colaboren activamente con la sociedad civil cuando redacten y apliquen los compromisos del país, así como cuando informen sobre los esfuerzos y realicen su seguimiento. El proceso OGP requiere que los gobiernos consulten a los ciudadanos y a la sociedad civil. El Mecanismo de Información Independiente (IRM por sus siglas en inglés) evalúa la calidad de esta consulta.

La OGP puede servir como plataforma para construir una coalición diversa de actores de la sociedad civil de una variedad de disciplinas.

Los principios de la OGP se explican mejor con la Declaración para un Gobierno Abierto. Como se especifica en ella, se espera que los países participantes se adhieran a los principios siguientes:

Los países que participan en la OGP afirman su compromiso de:

Como iniciativa multisectorial, se ensalza la participación de la sociedad civil en los principios fundacionales de la OGP y sus estructuras de gestión. Los gobiernos y la sociedad civil desempeñan un papel igualmente importante en la gestión de la OGP a través de su participación en el comité de dirección, en el cuerpo ejecutivo de gestión y en el nivel nacional.

La financiación de la OGP viene de los países participantes, donantes y agencias de desarrollo.

Los siguientes países satisfacen los criterios mínimos de elegibilidad y se han unido a la OGP:[32]

En septiembre de 2014 el Comité Directivo de OGP adoptó una política de respuesta sobre el mantenimiento por parte de los miembros de los valores y principios de OGP.[33]​ Los siguientes países han sido marcados como inactivos por actuar contrariamente a la OGP:

Los siguientes países han demostrado que cumplen los criterios mínimos de elegibilidad y son elegibles para unirse a la OGP:



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