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Almudévar de Cinca



Almudévar (Almudébar en aragonés,[3][4][5]​ o también Almudébal[3]​) es un municipio de la provincia de Huesca (Aragón, España). Con una superficie de 201,5 km², tiene una población de 2 519 habitantes (INE 2014).

Almudévar está situada en la región de los Llanos de la Violada a 456 msnm. Se encuentra a 18 km de Huesca y a 56 km de Zaragoza. Perteneciente a la comarca de la Hoya de Huesca, es el segundo municipio más poblado de esta comarca detrás de la capital provincial. Comprende las pedanías de Artasona del Llano, San Jorge y Valsalada.

Su temperatura media anual es de 12,8 °C y su precipitación anual es de 498 mm.[6]

El actual núcleo urbano de Almudévar es heredero de la mansión romana de «Bortina»,[7]​ situada en la Vía Lata que unía Zaragoza con Lérida, pasando por Huesca. El nombre de Bortina, Burtinae o Bostina es de origen íbero o vasco. El historiador del siglo XVI Jerónimo Zurita comenta sobre Almudévar: «en su asiento parece haber sido en los tiempos antiguos población romana y ser el que se llamó Burtina en los pueblos ilérgetes».[8]​ Se piensa que el poblado existente en el lugar donde hoy se asienta Almudévar pudo haber pertenecido a los vascones, quienes en época de César Augusto aún extendían su territorio hasta Segia, la actual Ejea de los Caballeros. La tradición popular sitúa la primitiva localización de la población en el paraje denominado «Almudévar o Viejo».

En el siglo V, los visigodos procedentes del sur de Francia se asientan en esta zona y la Vía Lata adquiere aún mayor importancia. En el paraje de Villanueva se encontró una piedra arenisca, de forma circular, con dos caras talladas a bisel y relieve plano; se piensa que pudo haber formado parte de una estela funeraria visigoda.

A la dominación musulmana, entre los años 714 y 1118, debe Almudévar su topónimo. Significa «el redondo», probablemente en alusión a la forma ovalada del lugar donde se asienta el castillo y que hoy se le denomina «Corona». La población islámica era mayoritariamente muladí —descendiente de hispanorromanos— y mozárabe, lo que explicaría el cultivo de la vid en aquella época.

Almudévar aparece por primera vez mencionada el 28 de abril de 1083, cuando el rey Sancho Ramírez de Aragón dio al Monasterio de San Juan de la Peña las parias de Almudévar (Ubieto Arteta, Colección diplomática de Pedro I, n.º 80 y 98). La Crónica de San Juan de la Peña afirma que Pedro I, tras conquistar Huesca, salió en persecución de los musulmanes hasta Almudévar. Es posible que la conquistara después de 1096, aunque debió retornar a manos musulmanas, teniendo lugar su conquista definitiva en 1118. Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, refiere que Alfonso I y sus huestes «partieron para el lugar de Almudévar que tenían los moros muy defendido y fuerte... El mesmo día que llegaron poniéndose la gente que dentro había en defensa, le combatieron y entraron por fuerza y fueron los moros llevados a cuchillo por mayor espanto de los que no se querían dar y confiaban en la fuerza de los castillos y lugares fuertes».[8]

Parece que la localidad estuvo casi totalmente despoblada durante la Reconquista por las matanzas de los gascones (1118), decidiéndose repoblarla como villa de derecho real para favorecer el desarrollo de la antigua Via Lata. En mayo de 1170 le fue concedida su carta puebla por Alfonso II, por la cual, además de fijar los términos, los vecinos recibieron el castillo y el cerro donde se asienta para que construyeran allí la iglesia, abadía y casas. Sin embargo, el reparto de tierras entre sus primeros trescientos pobladores —colonos procedentes en su mayor parte de la Jacetania y Somontano— no se efectúa hasta 1184. En lo que respecta a la población, el primer dato conocido es de ese mismo año, existiendo un documento que registra 300 pobladores, lo que equivale a unos 1 200 o 1 500 habitantes.

En 1364 fue el escenario elegido para la entrevista entre Carlos II de Navarra y Enrique de Trastámara con la reina de Aragón, para tratar acerca del destronamiento de Pedro I de Castilla.[6]​ El rey de Navarra y los condes de Trastámara trataron de matar a Bernardo Cabrera, gran privado del rey de Aragón, pero antes de que pudieran llevar a cabo su proyecto, huyó este a Navarra. Atendiendo al mérito y fidelidad de los moradores de Almudévar, se les concedió privilegio de asistencia y voto en las Cortes de Aragón.[9]​ En el siglo XV el centro de la vida social era la Corona y su castillo. Allí estaban la iglesia principal y el gobierno municipal.

El siglo XVI supuso una etapa de freno en la economía almudevana y en su población, que se recuperó considerablemente en el siglo siguiente. Es en el siglo XVII cuando comienza a construirse el Ayuntamiento, y partir de ese momento el castillo pierde todas sus funciones tanto políticas como administrativas. En esa época se vino abajo la nave central de la iglesia de la Corona, tomándose la decisión de ampliar la Iglesia de San Miguel, más céntrica para su utilización como parroquia.

La epidemia de peste que, procedente de África, asoló el levante peninsular a mediados del siglo XVII, llegó a Almudévar en noviembre de 1652, alcanzando su máximo apogeo entre febrero y marzo del año siguiente. Según el libro de difuntos, fueron 76 los fallecidos en la localidad a causa de la mortal plaga.[10]

A mediados del siglo XIX, el historiador Pascual Madoz describe así a Almudévar en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España: «forman la población 371 casas comúnmente de 10 varas de alto; las calles por lo general son cómodas, todas empedradas aunque muy descuidado este; la única plaza que se encuentra es pequeña, sin soportales ni edificios públicos».[9]​ En ese mismo siglo se perdió el molino de viento de la localidad, que no menciona Madoz, pero sí señala que había seis tiendas de ultramarinos, carnicería, matadero y hornos de pan cocer.[9]​ El siglo XX trajo consigo la construcción del Canal de riegos de los Monegros, concluido en 1929, y del acueducto a Tardienta, inaugurado en 1941.

En el censo de España de 1857, Almudévar figura con 2 764 habitantes, siendo el segundo núcleo más poblado del partido judicial de Huesca después de la capital provincial.[11]​ Su máximo registro demográfico se produjo justo antes de la Guerra Civil, cuando el municipio tenía más de 3 500 habitantes. En 2014 la población de Almudévar ascendía a 2 519 habitantes.[12]

     Población de hecho (1900-1991) según los censos de población del INE.      Población de derecho (2001 en adelante) de acuerdo al padrón municipal del INE.

La Iglesia parroquial de la Asunción se comenzó a construir en 1757 ante la amenaza de ruina de la parroquia de Nuestra Señora de la Corona, emplazada en el recinto de El Castillo. El actual templo es un edificio amplio, de planta basilical de tres naves, iguales en altura pero donde la nave central es más ancha. El único vestigio de la primitiva iglesia románica de San Miguel es su portada cegada en el muro sur. Su interior cuenta con un gran retablo escultórico realizado a partir de 1555 por el pintor Juan Catalán y el escultor Juan de Liceyre, siguiendo los modelos propios del Segundo Renacimiento aragonés.[17]

La Ermita de La Virgen de la Corona, emplazada el cerro del Castillo, se alza sobre la primitiva iglesia parroquial construida entre 1184 y 1231. En 1560 fue modificada y en torno a 1750, con el traslado de la parroquia a la nueva iglesia, sufrió una última reforma.

En municipio hay cuatro cruces —Cruz de Santo Domingo, Cruz del Pilar, Cruz del Rosario y Cruz del Carmen— que marcan los hitos de donde parten los caminos principales. La de Santo Domingo, fechada en 1891, muestra en su frente principal a Cristo crucificado y en el otro la imagen de la Virgen. La Cruz del Pilar, en la salida del pueblo hacia poniente, se yergue sobre una plataforma escalonada, y es de planta cuadrada.

El Castillo de la Corona es un recinto fortaleza de origen musulmán situado sobre el cerro que domina la población. A partir de la Reconquista se sucedieron distintas obras dentro del recinto; si bien las construcciones medievales están en ruinas, junto a ellas se levanta la Ermita de Nuestra Señora de la Corona. El recinto defensivo está constituido por un conjunto de restos arqueológicos de varias épocas, entre los que se distinguen una parte de murallas en el lado sur, la torre del Homenaje y la primitiva iglesia parroquial, que apoya su muro occidental en aquella.

Al norte del núcleo urbano se encuentra la Fuente de los Tres Caños, obra realizada en sillares de piedra rejuntados con yeso. Forma conjunto con el abrevadero. En la actualidad se utiliza únicamente para riego.

También hay que mencionar la Balsa de la Culada, importante balsa que desde el siglo XVI se empleaba para beber. Su estructura es totalmente de piedra, destacando su atractiva estructura circular. Tiene lavaderos en los que, en el siglo pasado, se reunían todas las mujeres del lugar. Se encuentra a tan sólo 100 m del casco urbano.

A mediados del siglo XX, en su término municipal se construyeron tres pueblos de nueva planta por el Instituto Nacional de Colonización (INC): Artasona del Llano, San Jorge y Valsalada. Su diseño se debe al arquitecto zaragozano José Borobio Ojeda.

El patrimonio natural «Las Bodegas» engloba un conjunto de bodegas ubicadas en las tres colinas que circundan la población. Excavadas en la propia roca, todas responden prácticamente a una misma tipología arquitectónica, con mínimas variaciones: bodegas con aspecto exterior de cueva, o bodegas cuya parte delantera consta de una pequeña construcción con fachada y cubierta. Son de tamaño variable, con pequeños ensanchamientos donde se encuentran prensas, lagares, toneles para la conservación del vino, respiraderos o «fumeros». Las más antiguas pueden datarse ya en época medieval, aunque los primeros documentos las mencionan en 1765. Antaño el cultivo de la vid ocupaba grandes extensiones dentro del término municipal, y se obtenía un vino de elevada graduación. En la actualidad la producción ha disminuido notablemente y apenas llega para el consumo particular.

En el «Centro de Interpretación El Bodegón», ubicado junto a la Ermita de la Corona y El Castillo, se rinde homenaje a este patrimonio. Una exposición permanente muestra, entre otras cosas, el entorno y los cultivos de Almudévar, con especial énfasis en la vid y la vendimia.

     Deuda viva del Ayuntamiento de Almudévar en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.[18]



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