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Alpes Dináricos



Los Alpes dináricos o Dinárides (en italiano, Alpi Dinariche, en croata, Dinaridi o Dinarsko gorje, en serbio, Динариди o Динарско горје, en esloveno, Dinarsko gorstvo) forma una cadena montañosa en el sur de Europa, abarcando áreas de Albania, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Montenegro y Serbia.

Se extienden 645 km a lo largo de la costa del mar Adriático (dirección noroeste-sureste),[1]​ desde los Alpes julianos en el noroeste hasta el macizo montañoso Sǎr - Korab, donde la montaña cambia de dirección (norte-sur).[2]​ La cordillera tiene una anchura de entre 200 y 250 km y una altura media de 1000-1600 m.[1]​ El monte más alto de los Alpes Dináricos es el Prokletije, situado en la frontera de Montenegro oriental y Albania septentrional, con el pico llamado "Cresta del Lago" a 2.692 metros.[3]​ La zona suroriental de la cordillera concentra asimismo los picos de mayor altura.[1]

El nombre deriva de Dinara, una montaña situada en la frontera sur entre Croacia y Bosnia-Herzegovina. Su nombre actual provendría de una antigua tribu iliria, los dindaris, que vivieron en su vertiente oriental.[4]​ El macizo se llama en las lenguas locales Dinarsko gorstvo en esloveno, Dinarsko gorje o Dinarske planine en croata, Dinaridi en bosnio, en serbio latín y en montenegrino, Динарско горје o Динарске планине en serbio cirílico, y Maleve Dinarike o Masiv Dinarik en albanés.

En la Era Mesozoica la caliza forma la característica región de los Balcanes, notable por las características como las del Karst. En la edad del hielo del Cuaternario se relativizó un poco la influencia geológica directa en los Balcanes. Capas no permanentes de hielo existieron, y hay una pequeña evidencia de la extensa glaciación. Solo las más altas cimas del Durmitor, Orjen, y Prenj poseen valles glaciales y una cadena montañosa recorre la frontera norte albanesa de este a oeste (rompiendo así la tendencia geológica general del sistema Dinárico), y es la evidencia de la principal glaciación.

Una característica geológica de gran importancia en el paisaje presente de los Dinárides puede ser considerada con mayor detalle que las montañas calizas, a menudo con sus defectos asociados. Tienen una fuerte y lenta erosión, y a menudo persisten como abruptas y dentadas escarpaduras, a través de empinados desfiladeros y cañones que son dibujados por los ríos en las más altas laderas.

El ejemplo más extenso de montañas de piedra caliza de Europa son las del Karst de los Alpes Dináricos. Aquí, todos los rasgos característicos se encuentran una y otra vez como en un viaje a través de este salvaje y despoblado país. La caliza es una roca muy porosa, además de muy fuerte y resistente a la erosión. El agua constituye la más importante fuerza erosiva, disolviendo la caliza mediante acción química. Se filtra a través de las grietas de la caliza, el agua abre fisuras y cauces, a menudo de considerable profundidad, y crea sistemas de drenaje mamados.

Durante el siguiente milenio dejó una estela de enormes cavernas sin agua, dolinas, y grutas;[2]​ y formó laberintos subterráneos de cauces. Los techos de algunas de estas cavernas pueden caerse al final, y producir grandes desfiladeros perpendiculares, aflorando el agua a la superficie una vez más. Los magníficos desfiladeros de muchos de los ríos Dináricos, por ejemplo los del río Vrbas, Neretva, Tara, y el Lim, son con razón famosos. Los parcialmente sumergidos Alpes Dináricos occidentales forman numerosas islas y bahías a lo largo de la costa croata.

Solo a lo largo de los desfiladeros Dináricos es posible la comunicación del Karst, a través de las carreteras y túneles ferroviarios, escarpados acantilados y estrechas escaladas oblicuas en cornisas sobre ruidosos torrentes. Al mismo tiempo, la pureza de estas rocas es como la de los ríos cristalinos, y hay pequeños residuos de tierra. Las paredes de roca están a menudo desprovistas de vegetación y son de un blanco deslumbrante, pero que las pequeñas cantidades de tierra que hay pueden acumularse en las hondonadas y mantener exuberante vegetación, o producir estrecho franjas de cultivos.

La cordillera se divide en diversas sierras aproximadamente paralelas entre las que destacan: la propia costa dálmata, escarpada, el Karst dinárico o Sierra Occidental y la Sierra Oriental.[1]​ El Karst es una zona de escasa población y arbolado, ríos intermitentes y numerosas formaciones kársticas.[2]​ La región se divide en una serie de largos valles de hasta 60 km de largo y 10-15 de ancho, con fuertes pendientes en sus límites montañosos y planicies en su centro.[2]​ Las lluvias, concentradas en el otoño y la primavera, crean lagos estacionales, mientras que el agua escasea durante el verano.[2]

La Sierra Oriental es más alta que la Occidental, pero no escarpada.[2]​ Los montes tienen una mayor separación, los valles fluviales son más anchos y cuentan con mayores bosques.[2]

Ruinas de fortalezas salpican el paisaje montañoso, evidencia de siglos de guerra. Los Alpes Dináricos han proporcionado refugio a varias fuerzas militares. Proporcionaron protección a los ilirios que resistieron la conquista de los Balcanes por los romanos, que comenzó con la conquista de la costa occidental del Adriático en el siglo III a. C. Roma conquistó toda Iliria en el 168 a. C. Estas montañas protegieron a las fuerzas ilirias de resistencia durante muchos años hasta que el área fue completamente subyugada en el año 14. La dificultad de atravesar las sucesivas sierras que forman la cordillera han condicionado históricamente los movimientos militares en la región, facilitado su defensa y complicado la invasión por mar.[1]

El área permanece poco poblada,[2]​ y la silvicultura y la minería quedan como principales actividades económicas en los Alpes dináricos.

Estadísticamente, es la zona con el promedio de altura en mujeres más alta del mundo, con 173 cm en promedio de estatura[cita requerida].

Algunas de las montañas de las Dinárides son:



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