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Anábasis de Alejandro Magno



Anábasis de Alejandro Magno o Las campañas de Alejandro es una obra del autor Flavio Arriano, fechada en el s. II d. C. y que cuenta las conquistas militares de Alejandro Magno, y es la fuente más importante que se conserva de estos hechos. Se trata de una de las obras más representativas de la producción historiográfica clásica, ya que narra aspectos y detalles de la vida y obra de Alejandro que no cubren o no se conservan en otras obras. Otro de los aspectos singulares de la obra es que muestra la visión de un autor romano sobre el conquistador macedonio y por ende, la visión que se tenía de este personaje.

El término griego anabasis se refiere a una expedición desde la costa hacia el interior de un país. El término katabasis se refiere a un viaje desde el interior a la costa. Por lo tanto, una traducción más literal sería la expedición de Alejandro.

La obra está redactada en griego ático, lo cual se corresponde a la propia educación de Arriano. Debido a su elevada extracción social, pudo costearse la mejor educación del momento, incluyendo estudiar en Atenas y ser uno de los pupilos de Epicteto de Nicópolis, cuya obra solo se conserva a través de los comentarios del propio Arriano. Pese a su educación y orígenes griegos, era ciudadano romano y de hecho consiguió mantener una estrecha relación con el mismísimo emperador Adriano. Juntos compartían la admiración por el mundo griego clásico y helenístico, de ahí el interés del autor en realizar una obra sobre el héroe heleno por excelencia, Alejandro Magno.

El divino Alejandro era un referente por su papel de líder militar, que entronca con la mentalidad romana de la época de aspiración a la gloria. Su imagen era utilizada por muchos emperadores que buscaban identificarse con el héroe heleno, que a su vez también hacía referencia a otro héroe griego, Hércules, con quien compartían los elementos iconográficos y simbólicos como el manto de león o la anastolé, presente en la retratística romana desde tiempos de la República romana como muestran los retratos, por ejemplo, de Cneo Pompeyo Magno.

La Anábasis de Alejandro Magno era por tanto la confluencia no solo del filohelenismo de su autor, sino de la propia mentalidad romana. La admiración por lo clásico es un aspecto heredado del mundo griego y pueden establecerse paralelismos con obras como la Odisea de Homero, donde el héroe es Odiseo, la Ilíada con Aquiles o el ya mencionado Hércules. La obra, como vemos, no se limitaba a un interés personal del autor por la historia, sino que buscaba establecer referencias entre el héroe macedonio y el poder imperial romano.

Arriano de Nicomedia nace en la ciudad del mismo nombre, aunque no se tiene certeza exacta en cuanto a la fecha de su nacimiento, ya que se calcula según sus promociones. Nicomedia, capital de la provincia romana de Bitinia, era una ciudad destacada de la región. Resulta difícil seguir la pista de sus años de juventud debido a que no quedan fuentes (su seguimiento se realiza a través de las listas de los consejos urbanos u otras inscripciones en las que aparece su nombre). Dion Casio escribió una biografía del autor que no se ha conservado.

Su carrera política y militar no está limitada a su región natal, ya que hay evidencias de su estancia en la Galia, Numidia y en la Bética como procónsul. De esta última región se conserva una inscripción dedicada a Artemis encontrada en Córdoba donde se menciona el nombre de Arriano y a la que se relaciona con el autor griego.

Tras su etapa de propretor (legatus Augusti pro praetore) en Capadocia, y al parecer tras la muerte del emperador Adriano, Arriano se retira de la vida pública.

Flavio Arriano utilizó fuentes que están perdidas, como las obras contemporáneas de Calístenes (el sobrino de Aristóteles, tutor de Alejandro), Onesícrito, Nearco y Aristóbulo de Casandrea, y se basó también en el trabajo, un poco más tardío de Clitarco de Alejandría. Algunas son fuentes de primera mano, como Nearco, que formaba parte del círculo íntimo del macedonio y por lo tanto se convierte en una fuente excepcional. Lo más importante de todo es que Flavio Arriano pudo disponer de la biografía de Alejandro escrita por Ptolomeo, uno de los principales generales de Alejandro y, posiblemente, su medio hermano.

Evidentemente en época de Arriano existía un número muy superior de fuentes sobre el conquistador macedonio debido a su enorme popularidad mantenida a lo largo de los siglos. Así, el romano de su tiempo conocía probablemente mucho más sobre Alejandro Magno de lo que puede pensarse a primera vista.

El filohelenismo del autor se ve también en su forma de escribir, donde recoge aspectos de autores como Jenofonte, al cual incluso rinde un pequeño homenaje al nombrar la obra en alusión a la obra principal del autor griego. Ambos escriben en el mismo idioma y el mismo dialecto griego. El círculo homérico era otra de las influencias principales de Arriano, tanto más si pensamos que, tanto la Odisea como la Ilíada eran puntales de la educación clásica.

Es principalmente una historia militar, que poco dice acerca de la vida personal de Alejandro, su papel en la política griega o las razones por las cuales la campaña contra el Imperio Aqueménida se puso en marcha en primer lugar. Arriano describe en detalle las tácticas del conquistador macedonio, el desarrollo de las batallas entabladas, las extenuantes marchas a lo largo del Imperio Persa o la peligrosa campaña de la India. Usando la multitud de fuentes a su disposición Arriano consigue componer un fresco mosaico de las campañas de Alejandro y la epopeya que le llevó de Macedonia al Indo. Sin embargo, se preocupa poco por las motivaciones personales del héroe, las intrigas en la corte macedonia o los problemas en torno a la sucesión. Además, el uso por parte de Arriano de fuentes, en ocasiones propagandísticas u oficiales como la de Ptolomeo, añadía un sesgo particular a la narración. Los intereses personales de Arriano, militar y magistrado con un exitoso cursus honorum también permean la obra, prestando atención a los temas anteriormente mencionados. Esto es, fundamentalmente, la carrera de Alejandro como conquistador y estratega, contrastando con obras como la de Onesícrito, en la que la motivación principal es presentar a Alejandro como un rey-filósofo y propagador de la cultura helena.

Dentro la obra, el libro VIII se conoce en español como La historia índica, aunque originalmente el título se limita a Indiké. Sirve como una suerte de apéndice de la Anábasis, facilitando al lector la comprensión de los pasajes de la Anábasis consagrados a la campaña indostaní de Alejandro. La Índica, pues, es una obra dedicada a la descripción de la India, su historia y sus costumbres, basada principalmente en el Periplo de Nearco, obra contemporánea a Alejandro Magno, que describía la expedición de una flota macedonia de India a Persia. La motivación primordial de Nearco era resaltar sus acciones, convirtiendo su viaje en un periplo, en una epopeya, dotándose así de virtudes heroicas. Frente a las motivaciones de Nearco las de Arriano son más prácticas. Arriano simplemente usa el periplo como una fuente más, eso sí, de destacada importancia ante las escasas noticias que podía tener de la India del tiempo de Alejandro. Singularmente el Periplo de Nearco sólo nos ha llegado íntegro a través del comentario de Arriano.



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