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Anatomía



La anatomía es una ciencia que estudia la estructura de los seres vivos,[1]​ es decir, la forma, topografía, la ubicación, la disposición y la relación entre sí de los órganos que las componen. Se puede clasificar en anatomía descriptiva, funcional y quirúrgica.

Si bien la anatomía se basa ante todo en el examen descriptivo de los organismos vivos, la comprensión de esta arquitectura implica en la actualidad un maridaje con la función, por lo que se confunde en ocasiones con la fisiología (en lo que se denomina anatomía funcional) y forma parte de un grupo de ciencias básicas llamadas "ciencias morfológicas" (biología del desarrollo, histología y antropología), que completan su área de conocimiento con una visión dinámica y pragmática.

Al científico que cultiva esta ciencia se le denomina anatomista (aunque el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española también acepta el término anatómico).

Deriva del latín. anatomĭa, y del griego. ἀνατομία [anatomía];[2]​ derivado del verbo ἀνατέμνειν [anatémnein], ‘cortar’ o ‘separar’[a]​ compuesto de ἀνά [aná], ‘hacia arriba’[b]​ y τέμνειν [témnein], ‘cortar’)[c]

El término designa tanto la estructura de los organismos vivientes como la rama de la biología que estudia dichas estructuras, que en el caso de la anatomía humana se convierte en una de las llamadas ciencias básicas o "preclínicas" de la medicina.[3]

Son ciencias que complementan el estudio anatómico especializado y están presentes en cada una de sus ramas de la anatomía en general:

La Anatomía occidental tal y como la conocemos en la actualidad tuvo su origen en el imperio helénico, existen muchas pinturas rupestres en diversas cavernas que narran cardiotomías (incisión quirúrgica del corazón) de mammuts, traqueotomías aplicadas a equinos, y diversas miotomías sobre todo explayadas gráficamente a los animales anteriores (paquidermos y equinos), en donde se empleaba instrumentaría elaborada finamente con piedra trabajada y puntas de madera.

En la Edad de Bronce, la anatomía tomó un fuerte impacto centralizado en Asia, sobre todo en el subcontinente indio. La India fue la principal fuente de conocimientos anatómicos para todas las escuelas de enseñanza de la antigua ciencia médica, empezando a repartir sus enseñanzas con el pasar del tiempo hacia China, el Medio Oriente y África. En la India Charaka Samhita, el registro de escritura más antiguo de medicina interna, creado por Charaka, conocido como el padre de la Medicina en India o Ayurveda y de la cirugía reconstructiva, (antecesor y maestro del legendario Shusruta); realizó las exploraciones anatómicas topográficas en cadáveres humanos sobre todas las estructuras. Fue el primero en descubrir el Aparato circulatorio, alrededor del siglo III a. C., nominado en ese entonces Mahatma Amar. Charaka estableció un método sobre prevención de la salud, funcional hasta la actualidad, por lo que es también considerado a nivel mundial como el padre de la medicina preventiva, la cirugía plástica y la medicina interna. A su vez Charaka fue el primer regente en su era de manufacturar más de 113 instrumentos quirúrgicos, que hasta la actualidad ciertos de sus diseños siguen siendo empleados en la práctica quirúrgica.

Las disecciones de la Escuela de Alejandría, donde destacó Erasístrato basan el conocimiento anatómico aceptado por Galeno en la Roma clásica, quien, aportó algunos datos a raíz de unas pocas disecciones en humanos y, sobre todo, en cerdos y monos.[5]​ Lo mismo pasó con otras muchas facultades y bibliotecas importantes, donde se podía encontrar la ciencia y el conocimiento de aquella época. En este instituto de anatomía el rey autorizó la práctica de disecciones a los muertos, que dio la posibilidad de examinar cuerpos por dentro y describir los órganos.[5]​ En Egipto se encontraron indicios de importantes trabajos de investigación en la descripción del cuerpo humano. El trabajo original se perdió, pero muchas de estas obras fueron traducidas por los médicos árabes y se llevaron a Persia o Grecia, donde la tradición se continuó.

En la edad antigua destaca también Galeno de Pérgamo, un médico y filósofo griego. Elaboró un corpus escrito inmenso, con un contenido exhaustivo, con más de 125 volúmenes, que trataban sobre el estudio anatómico-funcional de varios sistemas: el muscular, el nervioso, el respiratorio y el circulatorio. Su preponderancia como maestro de medicina duró más de 1 400 años en Grecia. Estos conocimientos, también se continuaron enseñando durante la edad media.[6]

El conocimiento anatómico de la Edad Media se basa en la aceptación de la anatomía galénica. Las clases impartidas por el profesor se hacían con la lectio del texto de Galeno, y las escasas disecciones en cadáveres eran realizadas por un practicante y un mostrador mientras se leía al clásico, sin crítica.

La Medicina galénica comienza a ser cuestionada desde la Anatomía. Tras una serie de descubrimientos por parte de los llamados anatomistas prevesalianos, Andrés Vesalio, considerado como el padre de la Anatomía moderna, dedicándose a la disección de cadáveres para la obtención de conocimiento anatómico. Plasmó sus observaciones en su De humani corporis fabrica, que marcará la Anatomía hasta nuestros días.

Ha tenido que vivir la aparición del microscopio, que abrió un nuevo mundo descriptivo microscópico, la Anatomía microscópica o Histología, y la paulatina conversión de la Anatomía en dinámica a partir de la estática fábrica de Vesalio, incorporando función y relación dentro de sus observaciones.

Antes de que la anatomía empezara a disponer de nomenclatura oficial, se creó un tipo de lenguaje técnico. El lenguaje técnico se estandariza, de forma que es el mismo en el mundo entero, por ejemplo, vía el sistema NA (Nomina Anatomica), que fue el último en ser revisado el 1998.[7]​ Muchas de las contribuciones en lenguaje técnico se han hecho con el latín o latinización del griego antiguo.

Para cada sencilla estructura anatómica hay un nombre (a veces más de uno), de forma que se puede representar mediante diferentes cortes y direcciones, que ayudan a describir la estructura completa.

Normalmente se usan tres planos, para dibujar secciones del cuerpo humano: El plan horizontal, el plan frontal y el plan sagital. El plan mediano es un tipo de plan sagital, que parte el cuerpo en dos mitades simétricas (siendo de este modo el plan sagital que se muestra a la imagen). El plan mediano es el único fijo, en la manera en la cual se han definido. Se puede, por ejemplo, hacer un corte horizontal, frontal o sagital de forma que respetan sus direcciones. Ejemplos son el plan horizontal que se puede hacer a la altura de los hombros, de la rodilla o cualquier otra altura (Véase el dibujo).

Para el estudio de la anatomía se pueden usar direcciones anatómicas que indican localizaciones relativas o recorridos de sistemas y órganos determinados. La base de direcciones del ser humano es muy parecido a la del resto de vertebrados.[8]​ Los vertebrados se integran en esta metodología de estudio gracias a la disposición básica que comparten:[9]

Así pues, unos ejemplos de direcciones anatómicas son:

También se usan en conjunto las direcciones Rostral y Caudal.

Las personas pertenecen a la clase de los mamíferos y, a grandes rasgos, la anatomía de los humanos es similar a la de la mayoría de los mamíferos. Se muestra a continuación una lista de partes de la anatomía de personas: Las palabras latinas se escriben en cursiva.

El sistema nervioso es el que se encarga de controlar todas las funciones del cuerpo. Esto se consigue gracias a los nervios, que pueden comunicar rápidamente, mediante señales, con todos los músculos y glándulas del cuerpo, para dar órdenes sobre cuando y como trabajar.[10]​ Es gracias al sistema endocrino que se transportan hormonas a la sangre, que las transporta por todo el cuerpo.

El sistema nervioso también transmite información del entorno gracias a la percepción sensorial. Gracias a los órganos sensoriales, los nervios a la piel, los músculos y los huesos envían un flujo constante de información al tálamo donde la información es ordenada y se transmite para tabla-procesarla.[11]

Las funciones del sistema de circulación son proveer al cuerpo de oxígeno y nutrimento, así como de transportar residuos, dióxido de carbono y excedentes excretados a través de los tejidos. La parte derecha del corazón actúa como bomba de sangre a los pulmones, donde se extrae el dióxido de carbono y se consigue oxígeno fresco. La sangre oxigenada es dirigida otra vez hacia el corazón, que en este caro, recibe la sangre oxigenada a la parte izquierda donde se bombea la sangre hacia fuera a la arteria principal, la arteria aorta, donde la sangre se reparte a todo el cuerpo. El sistema circulatorio consta de las arterias y vasos linfáticos exteriores al corazón que transportan los excedentes de la periferia a su retorno mediante el sistema de venas.

El sistema digestivo está formado por los conductos por donde circulan los alimentos que se ingieren, así como los órganos auxiliares que sirven para la digestión de la comida.

El camino del alimento a través del cuerpo humano empieza a la boca, donde se tritura y mezcla con la saliva. Después, transcurre a través de la boca hacia el esófago hasta llegar al estómago. Dentro del estómago, se añade al comer un ácido fuerte y varias enzimas, siendo removido por los movimientos musculares del estómago, de forma que se convierte en una pasta blanda. Cuando la comida es bien amasada pasa a través del duodeno en pequeñas porciones.[12]

En el duodeno se añade la bilis del hígado y el zumo pancreático del páncreas, más allá empieza la absorción de las sustancias que no necesitan ser divididas en partes más pequeñas, por ejemplo, las vitaminas solubles en agua.[13][14]

El alimento pasa primero por el intestino delgado donde se absorben los nutrientes, y después por el intestino gordo, donde se absorben los líquidos y las sales.[15]

Finalmente, las sustancias restantes se excretan por el recto. El hígado y el páncreas son tradicionalmente considerados como partes del sistema digestivo, a pesar de que son dos glándulas endocrinas y exocrinas.[16]

Los sentidos son el contacto del sistema nervioso con el mundo exterior. Se encuentra entre todas aquellas informaciones de las cuales se recopilan datos.

La piel es la defensa interior del cuerpo contra los agentes físicos y químicos, así como contra la invasión de los microorganismos, por ejemplo, las bacterias y los virus.

Está dividida en diferentes capas, la más exterior es la formada por el fino tejido epitelial, debajo, se encuentra la epidermis y en el siguiente nivel de profundidad se encuentra el derma. Al sistema tegumentario contribuye también la presencia de las uñas, los cabellos, las glándulas sudoríparas y las glándulas sebáceas.

El descubrimiento la anatomía humana está íntimamente ligado a la anatomía artística. Se puede concretar todavía más y afirmar que los conocimientos de la anatomía humana y la artística discurren paralelos a la historia del desnudo al arte y en la vida cotidiana. Los griegos no tenían tanta necesidad de diseccionar cadáveres (a pesar de las vivisecciones de Herófilo de Calcedonia, quién trabajó en la Alejandría helenística en tiempo del Imperio Romano), para efectuar representaciones figurativas del cuerpo humano como tuvieron que hacer mil quinientos años más tarde los científicos-artistas del Renacimiento. Puesto que los antiguos griegos, desde pequeños, contemplaban los nudo de sus jóvenes atletas y de sus hetairas. Aun así, no se tiene que exagerar este vínculo.

La representación artística tiene su propia trayectoria, independiente de la trayectoria de la ciencia, a pesar de las indiscutibles coincidencias que se encuentran, como en los estudios de Leonardo da Vinci. El ejemplo del desnudo griego lo pone de manifiesto: los curos eran un modelo de representación artística arcaizante y un poco hierática, pero no un modelo de representación anatómica. La representación anatómica de los curos estuvo idealizada o esquematizada durante doscientos años, desde el Estilo arcaico (650 a. C.) hasta Fidias y Praxíteles (c. 450 aC), y el periodo del clasicismo helenístico que después se extendió a las artes etruscas y romanas; en estas dos artes llama la atención que la búsqueda dé a veces un descarnado realismo; los bustos etruscos y romanos eran inicialmente esculturas en terracota o en bronce que obtenían de los moldes de mascarillas funerarias, puesto que el paradigma de estas culturas era suponer que se preservaba algo de la vida del difunto al representar de la manera más fiel posible sus facciones.



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