Anna es una localidad y municipio español situado en la parte suroriental de la comarca del Canal de Navarrés, en la provincia de Valencia, Comunidad Valenciana. Cuenta con 2638 habitantes (INE 2018). Limita con los municipios de Chella, Cotes, Sellent, Estubeny, Llanera de Ranes, Játiva y Enguera.
Los hallazgos en la zona de "el Hondón" nos remontan al Paleolítico superior, entre el 20 000 y el 10 000 antes de Cristo. El Lago de Anna contiene en su interior y bajo sus aguas un extraordinario yacimiento Meso-Neolítico, fechado entre el 6000 y el 5000 a.C. Ya en época metalúrgica, entre el 3000 y el 2000 a.C. periodo Eneolítico o Calcolítico, hubo poblados al aire libre en "el Rincón", "la Muela" y "el Pantano", con enterramientos de cuevas cercanas, mientras que durante la Edad del Bronce Valenciano hubo poblado en el Puntal del Casino. La Cultura Ibérica, entre el 500 a.C., y el cambio de era solo ofrece escasos materiales en la zona de "Tiboles", mientras que el poblamiento en época romana es más intenso, con restos de una villa en "la Moleta" y otra en "la Casa Guillén"; en "el Altico de la Hoyeta" se excavó una necrópolis de inhumación, mientras que en "el Cantalobos" los restos correspondían a época tardorromana.
El origen de la localidad tal y como se le conoce actualmente es anterior a la etapa musulmana, aunque las primeras referencias documentales son de mediados del siglo XIII. El 22 de septiembre de 1244, Jaime I el Conquistador donó la villa de Anna a la Orden de Santiago en recompensa a la ayuda prestada en el cerco de Biar. En 1332 tuvo lugar la rebelión de la aljama sarracena de Anna, debido al embargo de ciertos bienes de éstos por parte del comendador Montalván. Alfonso el Benigno absolvió a los sarracenos con el fin de frenar el proceso de despoblación que estaba sufriendo el lugar. Años más tarde, la villa pasó a manos de Pedro de Vilanova y, posteriormente, a los Borja. El Rey de España, Felipe III creó en 1604 el Condado de Anna en la persona de Fernando Pujades y Borja.[1], y que finalmente perteneció a los Condes de Cervellón.
Tras la expulsión de los moriscos en 1609, Anna fue repoblada con cristianos de Enguera y de otros lugares. Actualmente es uno de los pueblos más prósperos de la Canal gracias al desarrollo industrial experimentado en los últimos años. El origen del topónimo de la Villa.[2] tiene sus raíces en el vocablo árabe Yanna, tal y como podemos encontrarlo en el Qur’án. De las distintas acepciones que posee nos centraremos en las que hacen referencia a la relación de la palabra con el territorio; de esta manera y sin abandonar las otras variantes, que por otra parte nos llevarían a conclusiones similares, nos encontramos una acepción que utiliza el término como huerto o jardín, de la voz latina ‘orti’ que los árabes adaptaron como ‘al-Yanna’, Alamedilla = ‘la huerta’. Esta acepción explicaría la presencia de restos arqueológicos de la época romana en el entorno y el paraje en el que se fundó la ciudad, en la Alameda, junto a la primitiva fortificación o castillo.
Ocupa la parte más baja y ancha de la comarca del Canal de Navarrés, enclave privilegiado en el que afloran gran cantidad de aguas del acuífero del Macizo de Caroche, que son recogidas por el río Sellent. Anna destaca por sus múltiples fuentes y abundancia de agua a la que debe el origen del propio topónimo de la localidad, "Yanna".
Se accede desde Valencia, a través de la A-7 tomando luego la CV-590 para acceder finalmente por la CV-580.
Tradicionalmente, Anna ha sido un pueblo eminentemente agrícola, con grandes extensiones de olivos, de naranjos y de cultivos de regadío que actualmente se ven favorecidos por el moderno sistema de "riego por goteo" que poco a poco se va implantando en todo el término municipal. El ganado lanar y bovino ha tenido, igualmente, cierta importancia.
En los últimos años han proliferado varias industrias sobre todo de alimentos y pastas congeladas, de muebles y textil.
El sector turístico va abriéndose camino sobre todo por la reciente promoción del turismo rural y el atractivo que supone el lago de "La Albufera".
Entre los platos típicos de la cocina de Anna destacan: "cazuela de arroz al horno", "cazuela de arroz con judías y nabos", "arroz caldoso en nabos", longanizas de Pascua, chorizos de ajo, tortas de pimiento y tomate, tortas de tocino y embutido (usuales en las tardes de vaquillas en Fiestas Patronales), tortas de sal.
Entre los dulces destacan: "tortas sainosas" de Carnaval; "monas de Pascua"; "hogazas" con nueces, almendras, cacahuetes y pasas; turrón casero de almendras, cacahuete y miel, pasteles de boniato.
Anna cuenta con varias instalaciones deportivas. El polideportivo del colegio público "Ramón y Cajal" dispone de dos pistas de frontón, una pista de baloncesto y otra de fútbol sala. Este polideportivo albergaba los partidos del club de baloncesto de la localidad, el "CB Anna" (Club Baloncesto Anna) y diversos campeonatos de fútbol sala anuales. Todo ello se lleva a cabo actualmente en el pabellón municipal en el que, además de jugar el propio equipo de baloncesto y disputarse torneos de fútbol sala, cuenta con una pista de squash y otra de pádel.
El campo de fútbol municipal "Miguel Sarrión Baldoví" de la "U.D. Anna" (Unión deportiva Anna) es el recinto del club de fútbol del pueblo.
Desde 2009 se celebra la "Volta a la Albufera de Anna", carrera popular perteneciente al "Circuit Cajamar de carreres populars La Costera, La Canal Y Valle De Ayora-Cofrentes" con salida en La Albufera, una distancia de 8 kilómetros y recorriendo distintos lugares del pueblo. En los últimos años se llevan celebrando diversas carreras de montaña gracias, en buena medida, a los parajes montañosos y naturales que el término municipal ofrece.
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