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Antonio Machado en Baeza



La estancia de Antonio Machado en Baeza (octubre de 1912-noviembre de 1919) se considera una de las etapas literarias más prolíficas del autor de Campos de Castilla, a la vez que –en lo personal– como un intento de sobreponerse a la reciente desaparición de su joven esposa, Leonor Izquierdo, fallecida en Soria el 1 de agosto de 1912, a la edad de 18 años.[1][2]

En cuanto a las obras de arte dedicadas a recordar su paso por la ciudad, sobresale especialmente la Cabeza de Machado realizada por el escultor aragonés Pablo Serrano en 1966, cuya azarosa inauguración, prevista en principio para el 20 de febrero de ese año, fue prohibida por el régimen franquista, siendo celebrada finalmente en abril de 1983.

Al no haber plaza en Madrid (su destino prioritario), Machado llega por primera vez a Baeza (Jaén) a finales de octubre de 1912, donde toma posesión de la cátedra de Lengua francesa en el Instituto General y Técnico (actual IES Santísima Trinidad), ubicado en el magnífico edificio de la antigua Universidad,[3]​ el 1 de noviembre, siendo director del mismo Leopoldo de Urquía Martín, hasta su fallecimiento el 26 de julio de 1915.[4][5]

Pero el ansiado regreso a su tierra («Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla…») no parece producir la esperada impresión en el abatido ánimo del poeta:

Al mes de vivir en la ciudad, le detalla sus primeras impresiones a su «buen amigo» José María Palacio,[6]​ quien inmediatamente las inserta en un artículo suyo (Soria, juzgada desde lejos), aparecido en El Porvenir Castellano del 5 de diciembre. Pese a tener el doble de habitantes que Soria –unos 15 000–, Baeza carece para el poeta de vida intelectual:[7]

En parecidos términos, se dirige a Miguel de Unamuno:

No obstante, el poeta parece reconocer que es la muerte de Leonor la que no le permite opinar –objetivamente– de una ciudad a la que acaba de incorporarse:

Una ciudad y un paisaje que, cuando se vaya, siente sin embargo que echará de menos:

Pero no todo parece resumirse en esta negativa visión de su realidad inmediata.

Cuando Machado llega a Baeza, lo primero que le llama la atención son las graves estrecheces por las que pasa el campo andaluz, lo que enciende sus «gotas de sangre jacobina»:

Un creciente apego a las capas más desfavorecidas de la sociedad que –según los estudiosos de la obra machadiana– tiene su reflejo literario en una notable simplificación del lenguaje poético, visible en sus Nuevas canciones, escritas íntegramente en Baeza.

Aplacada la primera sensación de doloroso «exilio», se impone ahora combatir esa gris «monotonía / que mide un tiempo vacío».

Con este fin, en 1915, comienza la carrera de Filosofía y Letras, como alumno libre, en la Universidad de Madrid –una vez al año, se desplaza a la capital para examinarse–, que termina en 1918; asiste a la tertulia de la desaparecida rebotica de Adolfo Almazán, farmacéutico y profesor de Gimnasia del Instituto,[11]​ lee libros nuevos («Abro uno / de Unamuno»), escribe cartas a su madre y sus hermanos Manuel y José, Juan Ramón Jiménez [8], José Ortega y Gasset [7], Miguel de Unamuno [4], Manuel García Morente [1], Ramón María del Valle-Inclán [1], Azorín [1], Julio Cejador [1], Federico de Onís [2]…;[12]​ da largos paseos:

O, sencillamente, deja pasar el tiempo. Rafael Laínez, alumno aventajado del poeta, lo recuerda así:

En 1913, acompañado por su entonces alcalde Miguel Salcedo, Machado visita Jimena –una pequeña población a unos 25 km al sur de Baeza, en plena Sierra Mágina– junto a Juan Camps, Adolfo Almazán y el pintor Florentino Soria. Conoce el llamado «Paraje de Cánava», sube al cerro Aznaitín (1740 msnm)…

Dos años después, en 1915, esta vez con su hermano Manuel, Rafael Laínez y varios amigos de Baeza, se desplaza a la Sierra de Cazorla, parece que con el propósito de llegar al nacimiento del Guadalquivir. De Baeza a Cazorla, pasa por Torreperogil y Peal de Becerro:

Por último, quizá a finales de verano de 1917, visita el santuario de la Virgen de Tíscar, a unos 14 km de Quesada:

[…]

El 8 de junio de 1916, Federico García Lorca (1898-1936) –por aquellos entonces, un joven alumno de la Universidad de Granada– visita Baeza en viaje de estudios dirigido por su profesor de Teoría de la Literatura y de las Artes Martín Domínguez Berrueta.

También Rafael Laínez ofrece esta vez algunos pormenores de un día sin duda «especial», en que Machado, «haciendo una excepción imponderable en su modo de vivir silencioso y modesto, accedió a los ruegos del señor Berrueta»:[16]

El 7 de septiembre de 1919, solicita traslado al Instituto General y Técnico de Segovia, que le es concedido el 30 de octubre. A finales de noviembre, deja Baeza.

Como ya se ha citado anteriormente, el poeta escribe durante su estancia en la ciudad las tituladas Nuevas canciones, inéditas hasta 1924.

Comienza además la redacción de Los complementarios, un extenso cuaderno de teoría literaria, definido por el autor como una serie de «borradores y apuntes impublicables, escritos desde el año 1912 en que fui trasladado a Baeza, hasta el 1.º de junio de 1925» (p. 243).[18]

Datan también de esta etapa los «elogios» dedicados, entre otros, a Giner de los Ríos, Ortega y Gasset, Rubén Darío, Azorín o Gonzalo de Berceo, en los que el autor sigue el modelo lírico iniciado en Campos de Castilla con los dos poemas a Unamuno y Juan Ramón Jiménez.[19]

Colabora asimismo en numerosos diarios y revistas –particularmente de Soria y Madrid–, entre los que resalta el semanario reformista Idea Nueva, fundado en Baeza en 1914.
A mediados de febrero de 1915, publica un emotivo artículo homenaje al recientemente fallecido Francisco Giner de los Ríos,[7]​ así como un breve texto (apenas dos cuartillas) escrito Para el primer aniversario de "Idea Nueva" y aparecido el día 11:

Tras el frustrado homenaje al poeta que se iba a celebrar el 20 de febrero de ese año[21]​ (acabó disuelto por la Policía[22]​ y con varios detenidos; según la versión «oficial» de los hechos, «el monumento no estaba terminado»),[23]​ fue inaugurada oficialmente el 10 de abril de 1983.[24][25][26]

[…]

El día 8 [de septiembre] se procederá a la inauguración de obras y mejoras llevadas a cabo en Baeza y a la colocación de una lápida dedicada a Antonio Machado. La lápida será colocada en el Instituto en donde Machado fue profesor de francés.

[…]

(detalle del brasero).



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