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Apu (divinidad)



Los apus (del quechua apu, "señor(a)") son montañas tenidas por vivientes desde épocas preincaicas en varios pueblos de los Andes (Ecuador, Chile, Perú y Bolivia principalmente), a los cuales se les atribuye influencia directa sobre los ciclos vitales de la región que dominan.[1]​ Tienen un significado asociado a una divinidad, en algunas regiones denominado «huamani»[nota 1]​ a un personaje importante, o a alguna de las montañas que de acuerdo con la tradición preincaica de la zona andina tutelaban a los habitantes de los valles que eran regados por aguas provenientes de sus cumbres.[2]​ Los apus son una especie de «huaca» (santuario),[3]​ pero a escala monumental asociados a un huamani (provincia o región).[4]​ En estos cerros tutelares o apus existían estructuras o plataformas de piedra donde se desarrollaban diversos ritos específicamente en los santuarios de altura como el Aconcagua, entre los que se cuentan sacrificios humanos llamados Capacocha.

Los «apu huamani» regionales se caracterizaban por su altitud o por tener nieves perpetuas a diferencia de los «apu huamani» locales, cerros o lomas que destacaban por sobre su entorno como el cerro "San Cristóbal"[5]​ de Lima y posiblemente el cerro Apukintu (Apoquindo) en Santiago de Chile. Especialmente en estos últimos luego de la conquista española fueron implantados elementos católicos, como la cruz cristiana, para borrar las ceremonias "paganas" del imaginario colectivo.

Entre las tribus indígenas amazónicas del Perú se usa el término “apu" para designar a sus líderes, a los que antes se les conocía como caciques o curacas.[6]

De acuerdo con el arqueólogo Johan Reinhard en su libro "The Ice Maiden", existen al menos las siguientes cumbres andinas con sitios incas caracterizados por su altura y posiblemente asociados a huamanis, ordenados de Norte a Sur, en msnm:



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