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Ariza



Vista panorámica de la villa de Ariza.

Ariza es una localidad y municipio español perteneciente a la provincia de Zaragoza en la comunidad autónoma de Aragón. Pertenece al partido judicial y a la Comunidad de Calatayud y tiene una población de 1133 habitantes (INE 2017).

Ariza, integrado en la comarca Comunidad de Calatayud, se encuentra en un terreno cuyo paisaje es prolongación del castellano, de hecho, a pocos kilómetros al oeste termina Aragón. El término municipal está atravesado de oeste a este por el río Jalón y cuenta con numerosos barrancos y elevaciones, sobre todo al norte, donde se alcanzan más de 1000 metros de altura, parte del relieve característico que enlaza las montañas de la Meseta Central con el Sistema Ibérico. El municipio se alza a 763 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra a 125 kilómetros de la capital aragonesa. La Autovía del Noreste atraviesa el término municipal de Ariza entre los pK 189 y 198.

Tiene una temperatura media anual de 13,2 °C y unas precipitaciones anuales de 376 mm. Dispone de 10 000 hectáreas de secano y regadío, predominando el cultivo extensivo de trigo y cebada.

Aunque el topónimo Ariza o Hariza se creía que era de origen árabe —de Fariza, «posesión»—, actualmente se piensa que Hariza sería la arabización de un nombre romano o prerromano, como lo demuestran hallazgos en inscripciones romanas y el de una estela con disco.

El municipio se encuentra en el recorrido del itinerario de Antonino denominado Alio itinere ab Emerita Cesaragustam 369, del que se conservan restos de una calzada —actualmente casi oculta por la vegetación— así como restos de villas del Alto Imperio. De los visigodos se ha hallado una necrópolis con restos humanos y objetos materiales.

Durante la dominación musulmana, Ariza poseía una mezquita, como lo atestiguan los nombres de varias de sus calles, y murallas con tres puertas de acceso. A finales del siglo XI era una de las más importantes localidades del valle del Jalón.

Alfonso I el Batallador reconquistó la villa para el Reino de Aragón en 1120. El historiador Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, refiere que el monarca, tras la conquista de Alhama de Aragón, «conquistó otro lugar muy principal y fuerte en aquella ribera que se llama Hariza, que según se collige de la relación de los caminos que traían en lo antiguo los gobernadores de las provincias romanas parece más verosímil ser el que antiguamente se llamó Arcóbriga».[3]​ Sin embargo, en diferentes momentos la villa perteneció también a la Corona de Castilla. Por ejemplo, en 1172 Alfonso II de Aragón dio en prenda a Ariza al rey de Castilla por causa de un tratado firmado entre ambos reyes, aunque posteriormente fue reclamada en 1178. Perteneció después a Sancha, viuda de Alfonso II, quien la cedió a Pedro II. Este monarca, en 1213, concedió a los arizanos el privilegio de libertad y la exención de cualquier tributo. En la Guerra de los Dos Pedros entre castellanos y aragoneses, fue ocupada por Pedro I de Castilla en 1362.

Años más tarde, en 1381, Pedro IV vendió Ariza y sus aldeas a su alférez Guillén de Palafox con el fin de conseguir fondos para la guerra de Cerdeña. Fueron varios los intentos de la villa de sacudirse el yugo señorial y volver a pertenecer al rey. Algunos de ellos, como el de 1490 conocido como las «alteraciones de Ariza», acabaron con el ajusticiamiento de los dirigentes de las revueltas. Ver Marquesado de Ariza.

Con la unión de Castilla y Aragón, Ariza perdió protagonismo en cuanto a disputas territoriales. Sin embargo, continuó la rebelión contra los Palafox, pero tanto Felipe II como Felipe III ratificaron los privilegios señoriales de dicha familia. En cualquier caso fue una época de auge económico para la villa, como lo atestigua la construcción de la iglesia parroquial de Santa María.

En el siglo XIX continuó el litigio por librarse del señorío de los Palafox. La disolución de los señoríos por las Cortes de Cádiz no puso fin al litigio, pues se acabaron confundiendo derechos de vasallaje con derechos de propiedad. En 1811, durante la Guerra de la Independencia, tuvo lugar en Ariza una batalla entre el General Durán y las tropas francesas.

A mediados del siglo XIX, el historiador Pascual Madoz describía la localidad en estos términos: «forman aquella 241 casas, algunas de ellas muy deterioradas, por lo común de su fábrica antigua y mucha elevación, distribuidas en una calle llana bastante regular ... y tres plazas llamadas de San Pedro, Santa María y Nueva». Se cultivaba trigo, cebada, judías, lino —de excelente calidad, de acuerdo a la referencia de Madoz—, algo de cáñamo, yeros y añil; en cuanto a la ganadería, había mucho ganado lanar. Como industrias más importantes, menciona la elaboración de lino, así como seis telares de lienzos ordinarios. Existían en esa época cinco tiendas en Ariza.[4]

El primer ayuntamiento de Ariza se creó en el siglo XIX, quedando incluido dentro del partido judicial de Ateca hasta su posterior incorporación al de Calatayud en 1965. Formó parte de la provincia de Calatayud durante el breve período de la existencia de ésta (entre el 27 de enero de 1822 el 1 de octubre de 1823).

En 1675 Ariza tenía unos 500 habitantes,[5]​ incrementándose a 1 291 en 1797.[6]​ A lo largo del siglo XIX la población del municipio fue aumentando desde los 1 354 habitantes (1857) hasta los 1 718 (1897). Esta tendencia continuó en el primer tercio del siglo XX, alcanzando su techo demográfico —3 022 habitantes— en 1930. A partir de ese momento se observa una estructura demográfica marcadamente negativa y es que en 2014 la población del municipio es de 1 185 habitantes.[7]

     Población de hecho (1900-1991) según los censos de población del INE.      Población de derecho (2001 en adelante) según el padrón municipal, datos del INE.

El monumento más destacado de Ariza es la iglesia de Santa María la Real, templo del siglo XVI. Toda la obra está construida en sillería, a excepción de la torre de cuatro pisos. El interior se halla dividido en tres naves de la misma altura, la del centro más ancha que las de los lados. Todas están cubiertas con bóveda de crucería estrellada. Cuenta con un interesante retablo del siglo XVIII y una imagen del Cristo de la Agonía. Pertenece al arciprestazgo del Alto Jalón.

Otra iglesia interesante es la de San Pedro, cuya sobriedad recuerda a la escuela herreriana. Comenzó a construirse entre 1618 y 1620. Otro conjunto religioso es el Convento de San Francisco, edificio de sobrio estilo herreriano; se conserva poco de la parte dedicada a convento y algo más de la iglesia. Durante las Guerras Carlistas se utilizó como fuerte. Además, en las afueras de la población se localiza la Ermita del Amparo, dedicada a la patrona de la villa.

Los restos del Castillo de Ariza ocupan el lugar más alto de la villa y data de los Reinos de Taifas y de la época almorávide. Su existencia se cita en las crónicas de al-Udrí así como en el Cantar de Mío Cid. Aunque a comienzos del siglo XV era el principal castillo de Aragón, actualmente apenas se conservan tramos de mampostería del perímetro. Fue una fortaleza de gran extensión cuya planta era muy irregular. Debió estar estructurada en varios recintos concéntricos, siendo su superficie interior de unos 5 000 m². En el solar de la fortaleza actualmente se alza una imagen del Corazón de Jesús.[13]

En el casco urbano, se emplaza el Palacio de los Marqueses de Ariza o de los Palafox. De estilo clasicista, fue edificado entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. El palacio, de planta rectangular, consta de tres plantas articuladas en torno a una escalera. Tiene fachadas de paños de mampostería entre hiladas de ladrillo. Frente a la plaza de San Francisco está la entrada principal, sobria portada adintelada enmarcada por pilastras toscanas y una sencilla cornisa; sobre ésta se encuentra el balcón principal.[14]

En las cercanías del núcleo urbano existe un puente sobre el Jalón del siglo XV.



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