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Arrebatamiento de la Iglesia



El arrebatamiento, arrebatamiento de la Iglesia, rapto o rapto de la Iglesia es un concepto escatológico de una minoría de cristianos, particularmente dentro de las ramas del evangelicalismo, que consiste en la creencia de que al descender Jesús del Cielo, los muertos que llevaron una vida cristiana resucitarán[1][2]​ y los creyentes que se hallen vivos serán raptados o llevados de la tierra junto con ellos (los creyentes muertos resucitados) para encontrarse con Dios en el Cielo.[3][4]​ El término se usa con mayor frecuencia entre los teólogos cristianos conservadores en los Estados Unidos.[5]​ El término rapto también se ha utilizado para una unión mística con Dios o para la vida eterna en el Cielo.[6]

Existen diferentes puntos de vista sobre el momento exacto del rapto y si el regreso de Cristo ocurrirá en uno o dos eventos. El pretribulacionismo distingue el rapto de la segunda venida de Jesucristo mencionada en el Evangelio de Mateo, 2 Tesalonicenses y Apocalipsis. Este punto de vista sostiene que el rapto precederá a la Tribulación de siete años, que culminará con la segunda venida de Cristo y será seguida por un Reino Mesiánico de mil años.[7][8]​ Los adherentes a esta perspectiva se conocen como dispensacionalistas premilenaristas. Esta teoría surgió de las traducciones de la Biblia que John Nelson Darby analizó en 1833. El pretribulacionismo es el punto de vista más extendido en Estados Unidos hoy en día, aunque este punto de vista se disputa dentro del evangelicalismo.[9]

También hay puntos de vista diferentes entre los cristianos con respecto a la reunión descrita en 1 Tesalonicenses 4. La mayoría de las iglesias cristianas y de la línea principal en general no se suscriben a los puntos de vista pretribulacionales. Los católicos, ortodoxos orientales, anglicanos, episcopales, luteranos, presbiterianos, metodistas, la Iglesia Unida de Cristo y la mayoría de los cristianos reformados generalmente no usan el rapto como un término teológico específico, ni se suscriben generalmente a los puntos de vista dispensacional premilenaristas asociados con su uso. En cambio, estos grupos típicamente interpretan el rapto en el sentido de la reunión de los elegidos con Cristo en el Cielo después de su segunda venida y rechazan la idea de que un gran segmento de la humanidad será dejado en la tierra por un período prolongado de tribulación después de los eventos descritos en 1 Tesalonicenses 4:17.[10][11][12]

El versículo citado de la Primera epístola a los tesalonicenses, originalmente escrita en griego común o helenístico (koiné), utiliza la palabra ἁρπαγησόμεθα (harpaguesómeza), que podría traducirse como ‘seremos arrebatados’, ‘seremos llevados’ o frases parecidas.[13]​ La palabra es una conjugación del verbo ἁρπάζω (harpadsō), que significa ‘arrebatar’, ‘tomar’, ‘llevar, ‘raptar’ y verbos similares.[14]

En la Vulgata, ἁρπαγησόμεθα (harpaguesómeza) se traduce al latín como rapiemur,[15]​ de significado similar, que proviene del verbo rapio (‘raptar’, ‘arrebatar’, ‘llevar’ ‘tomar por la fuerza’ o verbos similares).

Según 1 Tesalonicenses 4: 16-17 y Mateo 24: 37-40, el arrebatamiento ocurriría en la Parusía del Señor, donde se usa la palabra griega "Parousia" para describir los eventos:

En los puntos de vista amilenarista y post-milenarista no hay distinciones en el momento del arrebatamiento. Estos puntos de vista consideran que el arrebatamiento descrito en 1 Tesalonicenses 4:15-17 sería idéntico a la Segunda Venida de Cristo descrito en Mateo 24:29-31 después de un milenio simbólico.

En el punto de vista pre-milenarista, el arrebatamiento sería antes de un milenio literal. Dentro del pre-milenarismo, la posición pre-tribulacionista es la visión más predominante entre todas que distingue el arrebatamiento y la segunda venida como dos eventos diferentes. También hay otras posiciones dentro del pre-milenarismo que difieren con respecto al momento del rapto.[19]

Existen tres corrientes teológicas en cuanto a la interpretación teórica de los pasajes bíblicos relacionados con el rapto. Se debe tener en cuenta que estas, a su vez, se subdividen en otras y no son propias de denominaciones particulares:



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