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Arte rupestre de Val Camonica



Como arte rupestre de Val Camonica se conoce a las incisiones rupestres del valle italiano de Val Camonica, que se encuentra en la provincia de Brescia. Son un conjunto de más de 140.000 petroglifos (entre 200.000 y 300.000 según nuevos descubrimientos) sobre roca arenisca de grano muy fino que constituyen la colección más amplia de arte rupestre de toda Europa y el mundo.[1][2]

Representan un testimonio extraordinario de la civilización de los habitantes de la Valcamonica desde el Paleolítico Superior hasta la siglo XIX.[1]​ Su importancia se debe al hecho de que representa el testimonio de 10 000 años de historia, 8 000 de los cuales precedentes al surgimiento de Roma, permitiendo reconstruir históricamente un largo camino de acontecimientos en una sociedad humana preliteraria, a través de los eventos descritos por su arte.[3]​ El Val Camonica (el nombre procede de sus primitivos habitantes, los Camunni), es un valle lombardo de los Alpes centrales, al norte del lago de Iseo.

Las incisiones se extienden por un área muy extensa que abarca los municipios de Pisogne, Darfo Boario Terme, Breno, Capo di Ponte, Esine, Ossimo, Borno, Ceto, Cimbergo, Paspardo, Sonico, Piancogno, Cerveno, Sellero, Paisco Loveno, Malonno y Berzo Demo.

En el año 1979 fueron el primer sitio italiano en ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.[2]

El primer estudio científico de las rocas incisas es del 1909, año en el cual se publicó en la revista mensual Touring Club Italiano un artículo acerca de los Massi di Cemmo, editado por Gualtiero Laeng.

Sucesivamente las búsquedas fueron llevadas a cabo, de forma esporádica, por distintos estudiosos, aunque hay que recordar la presencia del Ahnenerbe nazi en el año 1937.

Después de la Segunda Guerra Mundial las incisiones rupestres de la Valcamonica revelaron su gran importancia gracias a los estudios llevados a cabo por Emmanuel Anati, que también fundó el Centro Camuno di Studi Preistorici en 1964.

Sobre todo gracias a sus trabajos, estas obras fueron el primer sitio italiano en ser nominado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, aprobándose su inclusión en el listado en 1979.[2]

Obtuvo gran relevancia a nivel nacional, también, gracias a una exposición realizada en Milán en el 1982 que supuso una importante afluencia de turismo al valle, con más de 300 000 visitas.

Desde entonces la exploración, la catalogación y el estudio de las rocas se extendieron progresivamente gracias a los campus arqueológicos que tienen lugar todos los años y que siguen descubriendo centenares de nuevos signos, por ejemplo 200 solo en el año 2007.

Según estimaciones del Centro Camuno di Studi Preistorici se supone que se hayan descubierto solo el 80% de las figuras existentes.

Las incisiones rupestres de Valcamonica se presentan como imágenes que el hombre ha grabado en la roca. Las superficies grabadas se encuentran al aire libre y algunas de ellas tienen una extensión superior a los cincuenta metros cuadrados y contienen más de mil figuras. Ciertas rocas grabadas afloraban en la superficie mientras que otras fueron descubiertas durante las excavaciones.

Las figuras más antiguas, de finales del Paleolítico, datan de hace 10 000 años, aproximadamente, y representan animales de grandes dimensiones, como ciervos y alces de evidente estilo sub-naturalista. Son escasas en número, se encuentran principalmente en el Parque arqueológico comunal de Luine situado en el término municipal de Darfo Boario Terme. Estas primeras manifestaciones artísticas se parecen a las de otras poblaciones de Europa mostrando estilos, conceptos y manifestaciones similares, esto hace pensar que tuvieran vínculos y tradiciones comunes. La larga época en la que se enmarcan las representaciones de este estilo es comúnmente clasificada como estilo protocamúnico.

Las figuras de finales del Neolítico son más abundantes. Coincidiendo con la aparición de la agricultura (hacia la mitad del cuarto milenio adC), se trata de representaciones esquemáticas de campos cultivados.

En la Edad del Cobre (tercer milenio adC), aparecen estatuas-estelas y composiciones monumentales: figuras humanas, puñales, escenas agrícolas, ciervos... de probable función ritual.

Las figuras de la Edad del Bronce antigua y media representan generalmente armas. Hacia el final de la Edad del Bronce (mediados del segundo milenio adC) aparecen figuras humanas esquemáticas.

En la Edad del Hierro (primer milenio adC) hay una explosión del arte rupestre: el 80% de las figuras catalogadas pertenece a este período. Aumenta también el número de temas y aparecen por primera vez el movimiento y las escenas de carácter narrativo: guerreros, duelos, caballeros, cazadores, púgiles, ciervos, perros, ojos, aves acuáticas, la rosa camuna, etc.

La llegada de los romanos, en 16 a. C., marca el final de la civilización camuna, aunque se conocen algunos petroglifos que datan de la Edad Media.

Existen diversas estructuras científicas y turísticas que acogen y protegen este patrimonio:



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