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Segunda Guerra Mundial



Bandera de Alemania nazi Alemania nazi
Bandera de Italia Reino de Italia
Bandera del Imperio del Japón Imperio del Japón

Francia de Vichy
Reino de Hungría
Reino de Rumania
Albania
Eslovaquia
Reino de Bulgaria
Croacia
Mengjiang
Manchukuo
Chetniks
India libre
Birmania
Montenegro
Vietnam
Bandera de Finlandia Finlandia
Serbia
Corea
Nankín
Bandera de Tailandia Tailandia
Bohemia y Moravia
Reino de Irak

Bandera de Reino Unido Reino Unido
Bandera de la Unión Soviética Unión Soviética
China
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos
Bandera de Francia Francia

Bandera de Polonia Polonia
Bandera de Checoslovaquia Checoslovaquia
Bandera de Noruega Noruega
Bandera de los Países Bajos Países Bajos
Bandera de Dinamarca Dinamarca
Bélgica
Bandera de Luxemburgo Luxemburgo
Resistencia italiana
Imperio etíope
Reino de Grecia
Bandera del Reino de Yugoslavia Reino de Yugoslavia
Bandera de Filipinas Filipinas
Raj británico
Canadá
Bandera de Australia Australia
Bandera de Nueva Zelanda Nueva Zelanda
Dominio de Terranova
Argelia francesa
Marruecos
Bandera de Brasil Brasil
Túnez
Sudáfrica
Bandera de Nigeria Nigeria
Indochina francesa
Tanganica
Malta
Bandera de Hong Kong Hong Kong
Reino de Nepal
Congo Belga
Bandera de Tonga Tonga
Transjordania
Malasia británica
Indias Orientales Neerlandesas
Colonias del Estrecho
Sarawak
Birmania británica
Rodesia del Sur
Reino de Egipto
Mongolia
Tannu Tuvá

Guerra del Pacífico

Mediterráneo y Oriente Medio

Otras campañas

Guerras contemporáneas

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945. En ella se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo —incluidas todas las grandes potencias, así como prácticamente todas las naciones europeas—, agrupadas en dos alianzas militares enfrentadas: los Aliados, por un lado, y las potencias del Eje, por otro. Fue la mayor contienda bélica de la historia, con más de cien millones de militares movilizados y un estado de guerra total en que los grandes contendientes destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al servicio del esfuerzo bélico, borrando la distinción entre recursos civiles y militares. Marcada por hechos de enorme repercusión que incluyeron la muerte masiva de civiles —el Holocausto, los bombardeos intensivos sobre ciudades y el uso, por primera vez en un conflicto militar, de armas nucleares—, la Segunda Guerra Mundial fue la más mortífera de la historia, con un resultado de entre 50 y 70 millones de víctimas, el 2,5 % de la población mundial.[1]

El comienzo del conflicto se suele situar en el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana de Polonia, cuando Hitler se decidió a la incorporación de una de sus reivindicaciones expansionistas más delicadas: el Corredor Polaco, que implicaba la invasión de la mitad occidental de Polonia; la mitad oriental, junto con Estonia, Letonia y Lituania fue ocupada por la Unión Soviética, mientras que Finlandia logró mantener su independencia de los soviéticos (guerra de Invierno). El Reino Unido y Francia le declararon la guerra a Alemania, que esperaban como una repetición de la guerra de trincheras («guerra de mentira») para la que habían tomado toda clase de precauciones (línea Maginot) que demostraron ser del todo inútiles. Las maniobras espectaculares de la blitzkrieg (guerra relámpago) proporcionaron en pocos meses a Alemania el control de Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y la propia Francia, mientras que el ejército británico escapaba in extremis desde las playas de Dunkerque durante la batalla de Francia. La mayor parte del continente europeo estaba ocupado por el ejército alemán o por sus aliados, entre los que destacaba la Italia fascista, cuya aportación militar no fue muy significativa (batalla de los Alpes, guerra greco-italiana).

La batalla de Inglaterra, la primera completamente aérea de la historia, mantuvo durante el periodo siguiente la presión sobre el nuevo gobierno de Winston Churchill, decidido a la resistencia («sangre, sudor y lágrimas») y que finalmente venció, entre otras cosas gracias a una innovación tecnológica (el radar) y al decisivo apoyo estadounidense, que negoció en varias entrevistas con Franklin D. Roosevelt (Carta del Atlántico, 14 de agosto de 1941).

En 1941, la necesidad estratégica de ocupar los campos petrolíferos del Cáucaso impulsó a Alemania a invadir la Unión Soviética (operación Barbarroja), inicialmente exitosa, pero que se estancó en la batalla de Moscú y los sitios de Leningrado y Stalingrado. Al mismo tiempo, Japón, en su campaña de expansión por Asia y en venganza por el embargo económico que el gobierno estadounidense les había impuesto, atacó Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941; la agresión precipitó la entrada de Estados Unidos en la guerra. Pocos meses después, la batalla de Midway (en julio de 1942) marcaría un punto de inflexión en la guerra del Pacífico ante el debilitamiento de la capacidad de combate japonesa frente a los estadounidenses. En el norte de África, los británicos frenaron el avance de los Afrika Korps alemanes desde Libia hacia Egipto en la batalla de El Alamein (1942), después de la invasión italiana al canal de Suez (1940).

El periodo final de la guerra se caracterizó por las complejas operaciones necesarias para los desembarcos aliados en Europa (Sicilia, en julio de 1943; Anzio, en enero de 1944; Normandía, en junio de 1944) y por el hundimiento del frente oriental, en el que se libraron las operaciones con tanques más encarnizadas de la historia (batalla de Kursk, especialmente en Projorovka, julio de 1943), mientras en el frente occidental los alemanes experimentaban armas tecnológicamente muy desarrolladas (misiles V-1 y V-2) y soportaban bombardeos destructivos sobre sus ciudades a una escala nunca antes vista (bombardeo de Dresde, en febrero de 1945) y la destrucción total de su capital (batalla de Berlín, entre abril y mayo de 1945).

En el frente del Pacífico, los estadounidenses tuvieron que desalojar isla a isla a los japoneses, tanto en el sur del Pacífico (Guadalcanal, en agosto de 1942) como en Filipinas (Manila, en febrero de 1945); tras librar las mayores batallas navales de la historia (batalla del Mar del Coral, en mayo de 1942; batalla del Golfo de Leyte, en octubre de 1944), alcanzaron tierras niponas (Iwo Jima, en febrero de 1945 y Okinawa, en abril de 1945). En agosto de 1945, el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman ordenó bombardear con las recién inventadas armas nucleares las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. La devastación causada por el ataque, que a la larga se cobraría la vida de 250 000 personas, precipitó la capitulación de Japón.

A diferencia de la Primera Guerra Mundial, la rendición (tanto la japonesa como la alemana) se produjo por derrota incondicional, sin pasar por ningún tipo de negociación. Las conversaciones decisivas fueron las que plantearon la división de Europa en zonas de influencia entre los aliados, y que se negociaron en sucesivas cumbres (conferencia de Teherán, el 1 de diciembre de 1943; conferencia de Yalta, en febrero de 1945; y conferencia de Potsdam, en julio de 1945).

La Segunda Guerra Mundial alteró las relaciones políticas y la estructura social del mundo. Tras la conflagración, se fundó la Organización de las Naciones Unidas con el fin de fomentar la cooperación internacional y de prevenir potenciales conflictos. La Unión Soviética y Estados Unidos se erigieron como superpotencias rivales, estableciéndose el escenario para la Guerra Fría, que se prolongó durante los siguientes 46 años. Al mismo tiempo, la influencia de las grandes potencias europeas entró en decadencia, materializada en el inicio de la descolonización de Asia y África. La mayoría de los países cuyas industrias habían sido perjudicadas abordaron la recuperación económica con la ayuda financiera del país americanos (plan Marshall), mientras que la integración política emergía como un esfuerzo para establecer las relaciones de posguerra.

En general se considera que la guerra comenzó en Europa el 1 de septiembre de 1939[2][3]​ con la invasión alemana de Polonia, que provocó la declaración de guerra de Reino Unido y Francia a Alemania dos días después. Las fechas de inicio de las hostilidades en la zona del océano Pacífico son varias y anteriores en el tiempo: la segunda guerra chino-japonesa que comenzó el 7 de julio de 1937[4][5]​ o incluso la invasión japonesa de Manchuria a partir del 19 de septiembre de 1931.[6][7]

Otros coinciden con el historiador británico A. J. P. Taylor, que sostenía que la guerra chino-japonesa y la guerra en Europa y sus colonias ocurrieron simultáneamente y ambas se desataron en 1941. Otra fecha de inicio a veces usada para la Segunda Guerra Mundial es la invasión italiana de Etiopía desde el 3 de octubre de 1935.[8]​ El también historiador Antony Beevor opina que la conflagración comenzó con la batalla de Jaljin Gol entre Japón y las fuerzas de Mongolia y la URSS, de mayo a septiembre de 1939.[9]​ En este artículo se seguirá la datación convencional.

La fecha exacta del fin de la guerra tampoco tiene un consenso universal. Generalmente se ha aceptado que el conflicto terminó con el armisticio japonés del 14 de agosto de 1945, en lugar de la rendición formal de Japón, que se produjo el 2 de septiembre y que puso final definitivo a las hostilidades en Asia. En 1951 se firmó un tratado de paz con Japón.[10]​ Décadas después, en 1990, un tratado sobre el futuro de Alemania permitió la reunificación del país y resolvió muchos de los problemas de la posguerra en Europa.[11]​ Japón y la URSS no firmaron nunca un tratado de paz formal.[12]

Las causas bélicas del estallido de la Segunda Guerra Mundial son, en Occidente, la invasión de Polonia por las tropas alemanas y, en Oriente, la invasión japonesa de China, las colonias británicas y neerlandesas y posteriormente el ataque a Pearl Harbor.

La Segunda Guerra Mundial estalló después de que estas acciones agresivas recibieran como respuesta una declaración de guerra, la resistencia armada o ambas, por parte de los países agredidos y aquellos con los que mantenían tratados. En un primer momento, los países aliados estaban formados tan solo por Polonia, Reino Unido y Francia, mientras que las fuerzas del Eje las constituían únicamente Alemania e Italia en una alianza llamada el Pacto de Acero. A medida que la guerra progresó, los países que iban entrando en ella (por ser atacados o tener tratados con los países agredidos) se alinearon en uno de los dos bandos, dependiendo de cada situación. Ese fue el caso de los Estados Unidos y la URSS, atacados respectivamente por Japón y Alemania. Algunos países, como Hungría o Italia, cambiaron sus alianzas en las fases finales de la guerra.

El Tratado de Versalles, establecía la compensación que Alemania debía pagar a los vencedores de la Primera Guerra Mundial. El Reino Unido obtuvo la mayor parte de las colonias alemanas en África y Oceanía (aunque algunas fueron a parar a manos de Japón y Australia). Francia, en cuyo suelo se libraron la mayor parte de los combates del frente occidental, recibió como pago una gran indemnización económica y la recuperación de Alsacia y Lorena, que habían sido anexionadas a Alemania por Otto von Bismarck tras la Guerra Franco-prusiana en 1870.

En el Imperio ruso, la Dinastía Románov había sido derrocada y reemplazada por un gobierno provisional que a su vez fue derrocado por los bolcheviques de Lenin y Trotsky. Después de firmar el Tratado de Brest-Litovsk, los bolcheviques tuvieron que hacer frente a una guerra civil, que vencieron, creando la URSS en 1922. Sin embargo, ésta había perdido mucho territorio por haberse retirado prematuramente de la guerra. Estonia, Letonia, Lituania y Polonia resurgieron como naciones a partir de una mezcla de territorios soviéticos y alemanes tras el Tratado de Versalles.

En Europa Central, aparecieron nuevos estados tras el desmembramiento del Imperio Austrohúngaro: Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia. Además, el extinto Imperio tuvo que ceder territorios a la nueva Polonia, a Rumanía y a Italia.

En Alemania, el Tratado de Versalles tuvo amplio rechazo popular: bajo su cobertura legal se había desmembrado el país, la economía alemana se veía sometida a pagos y servidumbres a los Aliados considerados abusivos, y el Estado carecía de fuerzas de defensa frente a amenazas externas, sobre todo por parte de la URSS, que ya se había mostrado dispuesta a expandir su ideario político por la fuerza. Esta situación percibida de indefensión y represalias abusivas, combinada con el hecho de que nunca se llegó a combatir en territorio alemán, hizo surgir la teoría de la Dolchstoßlegende (puñalada por la espalda), la idea de que en realidad la guerra se podía haber ganado si grupos extranjeros no hubieran conspirado contra el país, lo que hacía aún más injusto el ser tratados como perdedores. Surgió así un gran rencor a nivel social contra los Aliados, sus tratados, y cualquier idea que pudiera surgir de ellos.

La desmovilización forzosa del ejército hasta la fuerza máxima de 100 000 hombres permitida por el tratado (un tamaño casi testimonial respecto al anterior) dejó en la calle a una cantidad enorme de militares de carrera que se vieron obligados a encontrar un nuevo medio de subsistencia en un país vencido, con una economía en pleno declive, y tensión social. Todo eso favoreció la creación y organización de los Freikorps, así como otros grupos paramilitares. La lucha de los Freikorps y sus aliados contra los movimientos revolucionarios alemanes como la Liga Espartaquista (a veces con la complicidad o incluso el apoyo de las autoridades) hizo que tanto ellos como los segmentos de población que les apoyaban se fueran inclinando cada vez más hacia un ideario reaccionario y autoritario, del que surgiría el nazismo como gran aglutinador a finales de los años 20 e inicios de los 30. Hasta entonces, había sido un partido en auge, pero siempre minoritario; un intento prematuro de hacerse con el poder por la fuerza (el Putsch de Múnich) acabó con varios muertos, el partido ilegalizado y Hitler en la cárcel. Durante ese periodo de encarcelamiento Hitler escribió el Mein Kampf (Mi lucha), el libro en el que sintetizó su ideario político para Alemania.

El caldo de cultivo existente a nivel social, combinado con la Gran Depresión de inicios de los 30, hizo que la débil República de Weimar no fuera capaz de mantener el orden interno; los continuos disturbios y conflictos en las calles incrementaron la exigencia de orden y seguridad por parte de sectores de la población cada vez más amplios. Sobre esa ola de descontento y rencor, el Partido Nazi, liderado por Adolf Hitler se presentó como el elemento necesario para devolver la paz, la fuerza y el progreso a la nación. Los ideólogos del partido establecieron las controvertidas teorías que encauzarían el descontento y justificarán su ideario: la remilitarización era imprescindible para librarse del yugo opresor de las antiguas potencias aliadas; la inestabilidad del país era ocasionada por movimientos sociales de obediencia extranjera (comunistas) o grupos de presión no alemanes (judíos), culpables además de haber apuñalado por la espalda a la Gran Alemania en 1918; además, Alemania tiene derecho a recuperar los territorios que fueron suyos, así como asegurarse el necesario espacio vital (Lebensraum) para asegurar su crecimiento y prosperidad. Todas estas ideas quedaron plasmadas en el Mein Kampf.

Partiendo de la sensación de afrenta originada por el Pacto de Versalles, los nazis potenciaron, alimentaron y extendieron la necesidad de reparación en la sociedad alemana, mezclando los problemas reales con las necesidades de su propio programa político, presentando el militarismo y la adherencia a la disciplina fascista como las únicas vías capaces de reconducir la situación. Así se justificó la represión brutal de cualquiera que no pensara del mismo modo o fuera percibido como un enemigo del Estado. Y el clima existente a causa del Pacto hizo que aparte de la sociedad no le preocupase lo más mínimo el incumplimiento de cualquier tipo de tratado internacional. Hasta 1932, el NSDAP fue incrementando su cuota electoral en las elecciones federales, manteniendo un estilo político igual de bronco y agresivo que el que practicaba en la calle.

En noviembre de 1932 tienen lugar las octavas elecciones federales alemanas, en las que el NSDAP logra un 33,1 % de votos (aunque bajó algo más de un 4 %). Al ser la lista más votada y ante la imposibilidad de lograr una opción de consenso entre las demás fuerzas políticas, el presidente Hindenburg nombra canciller a Hitler y le ordena formar gobierno.

El 27 de febrero de 1933, un incendio arrasa el Reichstag, la sede del parlamento alemán. A raíz de este suceso, Hitler declara el estado de excepción. Pronto surge desde el partido nazi la acusación de que los comunistas son los instigadores de la quema, y Hitler logra que un Hindenburg ya muy mermado de salud firme el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo tanto al partido comunista como a cualquier organización afín a ese partido.

Con sus principales enemigos políticos ilegalizados, Hitler procedió a convocar las novenas elecciones federales alemanas el 5 de marzo de 1933. Esta vez logra un 43,9 % de votos y pasa a gobernar, en coalición con el DNVP, en mayoría absoluta. Una vez conseguido el poder político, para lograr el apoyo de la cúpula del ejército (Reichswehr), ordenó asesinar a los dirigentes de las SA, en la llamada noche de los cuchillos largos, la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1934.

Hitler restauró en Alemania el servicio militar generalizado que había sido prohibido por el Tratado de Versalles, remilitarizó la Renania en 1936 y puso en práctica una política extranjera agresiva, el pangermanismo, inspirada en la búsqueda del Lebensraum, destinada a reagrupar en el seno de un mismo estado a la población germana de Europa central, comenzando por Austria (Anschluss) en marzo de 1938.

El principal objetivo declarado de la política exterior alemana de la época inmediatamente anterior a la guerra era, por una parte, la recuperación de esos territorios, así como del Corredor polaco y la Ciudad libre de Dánzig, en los antiguos territorios de Prusia perdidos por Alemania después de 1918. Esas reclamaciones territoriales constantes constituían elementos importantes de inestabilidad internacional, pues Berlín reivindicaba abiertamente su restitución, de forma cada vez más agresiva, con la intención de reconstruir la Gran Alemania Großdeutschland.

El apoyo al levantamiento militar del general Francisco Franco en España por parte de Italia y Alemania con tropas y armamento desafió abiertamente al acuerdo de no-intervención en el conflicto civil (Guerra Civil Española) de las naciones extranjeras. Hitler había firmado ya el Pacto de Acero con Mussolini, el único de los dirigentes europeos con un ideario similar. El apoyo a las fuerzas franquistas fue un intento de establecer un Estado fascista controlando el acceso al Mediterráneo con vistas a una futura guerra europea, algo que solo funcionó a medias.

El oeste de Checoslovaquia (la región conocida como los Sudetes) era el hogar de una gran cantidad de población de ascendencia germana, cuyos derechos, según el gobierno alemán, estaban siendo infringidos. La anexión de los Sudetes fue aceptada en los Acuerdos de Múnich en septiembre de 1938 tras una conferencia tripartita entre Alemania, Francia y Gran Bretaña, donde el francés Édouard Daladier y el primer ministro británico Neville Chamberlain, siguiendo una Política de apaciguamiento, confiaron en que sería la última reivindicación de la Alemania nazi. Hitler había transmitido personalmente esa idea a Chamberlain, tras entregarle un conjunto de informes con supuestas atrocidades cometidas contra habitantes alemanes en los Sudetes. La postura inglesa y francesa se debía en gran parte a la reticencia de sus poblaciones a verse envueltos de nuevo en una guerra a escala mundial, así como al convencimiento (sobre todo por parte de ciertos sectores de la sociedad inglesa) de que realmente el Tratado de Versalles había sido excesivo.

Sin embargo, en marzo de 1939 los ejércitos de Alemania entraron en Praga tomando el control de los territorios checos restantes. Al día siguiente, Hitler, desde el Castillo de Praga, proclamó el establecimiento del Protectorado de Bohemia y Moravia, a la vez que propició la aparición del Estado títere de Eslovaquia. También se apoderó del territorio de Memel, perteneciente a Lituania.

El fracaso del apaciguamiento demostró a las potencias occidentales que no era posible confiar en los tratados que pudieran firmarse con Hitler, así como que sus aspiraciones expansionistas no podían seguir siendo toleradas. Polonia rechaza ceder Dánzig a Alemania y firma con Francia un acuerdo de mutua defensa el 19 de mayo de 1939 y en agosto también lo suscribió con Gran Bretaña.

Por su parte, Alemania y la URSS firmaron el 23 de agosto del mismo año el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que incluía un protocolo secreto por el que ambas potencias se dividían Europa central en esferas de influencia, incluyendo la ocupación militar. El tratado establecía el comercio e intercambio de petróleo y comida de la URSS a Alemania, reduciendo así el efecto de un futuro bloqueo por parte de Gran Bretaña como el que casi había ahogado a Alemania en la Primera Guerra Mundial. Hitler pasó entonces a centrarse en la preparación del futuro conflicto con los Aliados cuando, como pretendía, invadiera Polonia con el fin de incorporarla a Alemania. La ratificación del tratado de defensa entre Polonia y el Reino Unido no alteró sus planes.

Benito Mussolini se había convertido en líder indiscutido de Italia durante ese mismo período de entreguerras. Expulsado del Partido Socialista Italiano por apoyar la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial, en 1919 fundó los Fasci italiani di combattimento, grupo militar integrado por excombatientes, que reprimían a los movimientos denominados obreros y al partido socialista; era por tanto análogo a los Freikorps alemanes tanto en ideario como en actuación. El fascismo creado por Mussolini defendía un régimen militarista, autoritario, nacionalista, que centralizara el poder en una persona y un movimiento (Partido Nacional Fascista en el caso italiano) y contrario a las instituciones democráticas. Los fascistas tomaron como emblema el fascio, antiguo símbolo de poder entre los romanos, consistente en un haz de varas con un hacha en el centro.

En estos años los movimientos obrero y campesino se manifestaron de manera más radical al tomar las fábricas y las tierras bajo su control, en un intento por imitar la Revolución Rusa. Los industriales y terratenientes, asustados por esta amenaza a sus intereses, apoyaron económicamente a los Fasci di combattimento. En septiembre de 1922 los camisas negras, como también eran conocidos los fascistas, organizaron una marcha sobre Roma, para presionar al gobierno por la incapacidad de resolver la situación económica. En respuesta, Víctor Manuel III nombró a Mussolini primer ministro. Este empezó a autodenominarse Duce ('Caudillo'), y estableció un gobierno totalitario. Creó el Gran Consejo Fascista que controló el Parlamento. Persiguió a los sindicatos, al Partido Socialista, a la prensa contraria a su gobierno, y a la Iglesia. Suprimió las libertades individuales y el derecho de huelga. Controló los medios de comunicación y solo permitió propaganda que exaltara el nacionalismo y el fascismo. También introdujo el militarismo en el sistema educativo italiano.

Del mismo modo que Hitler en Alemania, Mussolini defendía el derecho de Italia a la expansión territorial, de grado o por fuerza. Mussolini comenzó una gran campaña expansionista conocida como el colonialismo italiano. Estableció colonias en Somalia, Eritrea y Libia, y conquistó por la fuerza Abisinia y Albania, ignorando las protestas de la Sociedad de Naciones.

A pesar de ser nominalmente una democracia parlamentaria, el Ejército y la Marina de Japón eran dirigidos por los ministros de Guerra y Marina (que debían ser obligatoriamente generales o almirantes retirados o activos), los cuales no estaban sujetos a la autoridad del primer ministro, sino directamente a la del Emperador. De las 29 personas que recibieron el cargo de primer ministro durante el periodo 1885-1945, 15 eran almirantes o generales retirados o activos (durante el período 1932-45 fueron 8 de 11).

Esta anómala situación, combinada con el paso de un ejército permanente a otro reclutado (lo que obligaba a dar instrucción militar a todos los jóvenes del país), favoreció la progresiva militarización de la sociedad japonesa; el ejército y la marina, escasamente controlados por el poder civil, definían sus propios objetivos y se peleaban por los recursos presupuestarios disponibles, pero ambos coincidían en su desprecio a la clase política. Se formaron grupos de opinión enfrentados dentro de las fuerzas armadas que llevaban una "política paralela" a la del gobierno. Japón, un conjunto de islas con gran cantidad de población pero falto de recursos naturales, entró en el siglo XX con el firme propósito de imitar el sistema económico de las potencias occidentales, incluyendo el colonialismo, como forma de mantener su propio desarrollo, y volvió sus ojos hacia el continente asiático.

En 1894 Japón, que ya hacía tiempo que se disputaba la península de Corea con el Imperio Chino, inició la Primera Guerra Sino-japonesa con un ataque sin previo aviso. Para sorpresa de todos, el pequeño Imperio de Japón aplastó a las fuerzas del mastodóntico Imperio Chino, forzando un tratado de paz que le supuso la concesión de Taiwán, de las Islas Pescadores y de Liao-dong. La Rusia Imperial intentó limitar el dominio local de la emergente potencia: subvencionó el pago de las deudas de guerra chinas con Japón y, apoyada por Alemania y Francia, humilló a Tokio e impuso la restitución de Liao-dong a China.

Rusia y Japón se vieron desde ese momento implicadas en la lucha por la influencia en la parte noroeste de China. Rusia obtuvo la concesión para la construcción del ferrocarril Transmanchuriano, y aumentó su presencia militar en el sector con la creación de una base naval en Port Arthur, en la parte sur de la península de Liao-dong. La política rusa se encaminaba a desarrollar su influencia sobre toda Manchuria y Corea. Japón se inquietó e intentó en un principio negociar una repartición de áreas de influencia en Manchuria, aunque sin éxito. De modo que en 1904 la Marina Imperial Japonesa atacó y destruyó (de nuevo sin previa declaración de guerra) la flota rusa estacionada en Port Arthur. Japón estaba bien preparado, dominaba los mares de la zona en conflicto y sus bases estaban cerca de la zona. Por el contrario, Rusia estaba minada por tensiones internas, dirigida en el este por un mando incompetente e incapaz de asegurar un enlace eficaz con el oeste, ya que el Transiberiano era su única vía terrestre, por lo que no pudo plantar cara. La Guerra Ruso-japonesa terminó en 1905 con un armisticio que humilló a Rusia y dejó Liao-dong en manos de Japón, junto con la mitad meridional de la isla Sajalín y la preeminencia absoluta sobre Corea. En 1914, Japón declaró la guerra a Alemania, consiguiendo al final de la Primera Guerra Mundial las posesiones alemanas del Océano Pacífico septentrional.

En la década de los 30 la posición política de los militares en Japón era cada vez más dominante. El poder político estaba controlado por los grupos de presión dentro del Ejército y la Armada, hasta el punto de que ocurrieron varios golpes de estado y atentados por parte de cadetes y oficiales jóvenes del Ejército y la Marina contra ministros y altos cargos que estorbaban los intereses de las camarillas militares. Estas acciones llegaron a costar la vida incluso de un primer ministro en 1932, lo que supuso el final a todos los efectos de cualquier intento de controlar al ejército desde el gobierno: la clase política era consciente de que simplemente emitir en público una opinión desfavorable hacia las fuerzas armadas significaba arriesgarse a morir a manos de un ultranacionalista en un arranque de patriotismo.

En 1931, usando como casus belli unos supuestos incidentes transfronterizos, Japón invadió Manchuria, que convirtió en 1932 en Manchukuo, estado independiente bajo protectorado japonés, junto con Jehol. Las críticas internacionales por esta acción llevaron a Japón a retirarse de la Sociedad de Naciones al año siguiente. En 1937, necesitado de recursos naturales y aprovechando la debilidad china provocada por la guerra civil entre comunistas y republicanos, Japón inició la Segunda Guerra Sino-japonesa, y ocupó la parte noreste de ese país. Los Estados Unidos de América y Gran Bretaña reaccionaron en apoyo del Kuomintang concediéndole créditos, ayuda militar encubierta, pilotos y aeroplanos, y también levantando embargos cada vez mayores contra Japón de materias primas y petróleo (su comercio exterior llegó a caer en un 75%, mientras que las importaciones de petróleo lo hicieron en un 89%).

La Segunda Guerra Sino-japonesa comenzó en 1937, tras el Incidente del Puente de Marco Polo, cuando Japón atacó en profundidad a China desde Manchukuo.[14]Pekín, es atacada el 25 de junio, siendo finalmente tomada el día 8 de agosto junto a Tianjin. Los japoneses terminaron de ocupar el norte rápidamente, pero fueron detenidos finalmente en la batalla de Shanghái. Después de combatir alrededor de la ciudad durante más de tres meses, Shanghái finalmente cayó ante los japoneses en noviembre de 1937. La capital china, Nankín, cayó poco después. Como resultado, el Gobierno nacionalista chino trasladó su sede a Chongqing durante el resto de la guerra. Las fuerzas japonesas cometieron brutales atrocidades contra los civiles y los prisioneros de guerra en la masacre de Nankín, matando unos 300 000 civiles en un mes. Ni Japón ni China declararon oficialmente la guerra por razones similares: Japón deseaba evitar la intervención de potencias extranjeras, sobre todo el Reino Unido y los Estados Unidos, que era su primer proveedor de acero y hubiera debido imponer un embargo en virtud de las Leyes de Neutralidad vigentes en dicho país; mientras que China temía que la declaración le granjeara la enemistad de las potencias occidentales en la zona.

Las tensiones entre Japón y la Unión Soviética, países cuya enemistad se remonta a la Guerra ruso-japonesa y a la Intervención japonesa en Siberia, aumentan considerablemente tras el inicio de la guerra total en China. Entre julio y agosto de 1938 tiene lugar la Batalla del Lago Jasán, en territorio soviético, finalizada con un alto al fuego entre la URSS y Japón. Más importante fue la Batalla de Jaljin Gol entre mayo y septiembre de 1939 que concluye con una aplastante victoria de los soviéticos y sus aliados de la República Popular de Mongolia sobre nipones y manchúes finalizando así la guerra no declarada entre el Imperio Japonés y la URSS.[15]

El Imperio japonés establece una serie de gobiernos títere en China. En diciembre de 1937 se instaura el Gobierno provisional de la República de China con capital en Pekín. Al año siguiente se crea el Gobierno Reformado de la República de China con capital en Nankín.[16]​ En 1939 se crea Mengjiang, un estado colaboracionista mongol situado en la región de la Mongolia Interior, el territorio de mayoría étnica mongola de China. Los tres gobiernos se fusionan en 1940 dando lugar a un único estado, de nombre oficial República de China y con capital en Nankín. Estaría gobernado por Wang Jingwei, exmiembro del Kuomintang y principal rival de Chiang durante el ascenso al poder de este último.

El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia, usando el pretexto de un ataque polaco simulado en un puesto fronterizo alemán. La llanura polaca ofrecía una ventaja para el desplazamiento de los blindados alemanes, aunque los bosques y las carreteras mal construidas eran problemas que hacían más arduo el avance. Alemania avanzó usando la blitzkrieg ('guerra relámpago'). El Reino Unido y Francia le dieron dos días a Alemania para retirarse de Polonia. Una vez que pasó la fecha límite, el 3 de septiembre, el Reino Unido, Australia, y Nueva Zelanda le declararon la guerra a Alemania, seguidos rápidamente por Francia, Sudáfrica y Canadá.

Los franceses se movilizaron lentamente y después solo hicieron una ofensiva de «demostración» en el Sarre, que pronto abandonaron, mientras que los británicos no pudieron hacer ninguna acción directa en apoyo de los polacos en el tiempo disponible (véase Traición occidental). Mientras, el 8 de septiembre, los alemanes alcanzaban Varsovia, tras haber penetrado a través de las defensas polacas, y comenzaron el asedio de Varsovia (8-28 septiembre). Durante este tiempo (9-22 de septiembre), hubo un contraataque polaco y la mayor batalla de la campaña conocido como batalla de Bzura.

El 17 de septiembre, la Unión Soviética, siguiendo su acuerdo secreto con Alemania, invadió Polonia desde el este, convirtiendo las defensas polacas en un caos mediante la apertura de un segundo frente. La defensa polaca no aguantaría la lucha en dos frentes a la vez. Un día más tarde, tanto el presidente polaco como el comandante en jefe huyeron a Rumanía. El 1 de octubre, después de un mes de asedio de Varsovia, las fuerzas hostiles entraron en la ciudad. Las últimas unidades polacas se rindieron el 6 de octubre. Polonia, sin embargo, nunca se rindió oficialmente a los alemanes. Algunas tropas polacas se fueron a países vecinos. Como consecuencia de la Campaña de septiembre, la Polonia ocupada consiguió crear un poderoso movimiento de resistencia y contribuyó con fuerzas militares significativas al esfuerzo aliado durante el resto de la Segunda Guerra Mundial.

Tras la conquista de Polonia, Alemania se tomó una pausa para reagruparse durante el invierno de 1939-1940, mientras británicos y franceses se mantenían a la defensiva. Los periodistas llamaron a este período la «guerra de broma» o Sitzkrieg (drôle de guerre, en francés), debido a que casi no existieron combates. Durante este período, la Unión Soviética atacó Finlandia el 30 de noviembre, con lo que comenzó la Guerra de Invierno. A pesar de superar a las tropas finesas en número de 4 a 1, el Ejército Rojo encontró que su ataque se volvía muy difícil, lo cual resultó muy embarazoso y la fuerte defensa finlandesa evitó una invasión completa. Finalmente, los soviéticos acabaron por imponerse y el tratado de paz vio cómo Finlandia cedía áreas estratégicamente importantes en la frontera cerca de Leningrado, así como en la Carelia. Esto sentó un precedente de flaqueza en el ejército Rojo, el cual los alemanes se tomarían en serio para la futura invasión.

Alemania invadió Dinamarca y Noruega el 9 de abril de 1940, en la Operación Weserübung, en parte para contrarrestar la amenaza de una inminente invasión Aliada de Noruega. Dinamarca no resistió, pero Noruega luchó. La defensa noruega fue socavada desde el interior por la colaboración de Vidkun Quisling, cuyo nombre es hoy en día sinónimo de «traidor». Tropas del Reino Unido, cuya propia invasión estaba preparada, desembarcaron en el norte de Noruega. A últimos de junio, los Aliados habían sido derrotados y se retiraban, Alemania controlaba la mayor parte de Noruega, y las Fuerzas Armadas de Noruega se habían rendido, mientras que la Familia real noruega escapaba a Londres. Alemania usó Noruega como base para ataques navales y aéreos contra los convoyes árticos que se dirigían a la Unión Soviética con armas y suministros. Los partisanos noruegos continuarían la lucha contra la ocupación alemana durante toda la guerra.

Los alemanes acabaron la «guerra de broma» el 10 de mayo de 1940, cuando invadieron Luxemburgo, Bélgica, los Países Bajos y Francia. Los Países Bajos fueron arrollados rápidamente y la ciudad neerlandesa de Róterdam fue destruida en un bombardeo aéreo. La Fuerza Expedicionaria Británica (BEF) y el Ejército Francés, avanzaron hacia el norte de Bélgica y planeaban hacer una guerra móvil en el norte, mientras mantenían un frente continuo y estático a lo largo de la línea Maginot más al sur. Los planes Aliados fueron desbaratados inmediatamente por el más clásico e importante ejemplo en la historia de la Blitzkrieg.

En la primera fase de la invasión, Fall Gelb, el Panzergruppe von Kleist de la Wehrmacht, se precipitó a través de las Ardenas, una región con espesos bosques que los Aliados habían pensado que sería impenetrable para un ejército mecanizado moderno. Los alemanes rompieron la línea francesa en Sedán, sostenida por reservistas más que por tropas de primera línea, para luego girar hacia el oeste a través del norte de Francia hacia el Canal de la Mancha, dividiendo en dos a los Aliados.

La BEF y las fuerzas Francesas, rodeadas en el norte, fueron evacuadas desde Dunkerque en la Operación Dinamo. La operación fue una de las evacuaciones más grandes de la historia militar, cuando 338 000 soldados británicos, franceses y belgas fueron evacuados a través del Canal de la Mancha en barcos de guerra y civiles. La ofensiva pudo haber sido más satisfactoria para los alemanes de no haber sido parada por Hitler para que sus tropas cogieran aliento, cosa que en particular a Guderian no gustó nada.

El 10 de junio, Italia se unió a la guerra, atacando a Francia por el sur. Las fuerzas alemanas continuaron entonces la conquista de Francia con el llamado plan rojo o Fall Rot. Francia firmó un armisticio con Alemania el 22 de junio de 1940, que condujo a la ocupación directa alemana de París y de dos tercios de Francia, y al establecimiento de un gobierno títere alemán con sede en el sudeste de Francia conocido como la Francia de Vichy.

Alemania había empezado los preparativos en el verano de 1940 para invadir el Reino Unido en la Operación León Marino. Muchos de los suministros y de las armas pesadas del ejército británico se habían perdido en Dunkerque. Los alemanes no tenían ninguna esperanza de batir a la Marina Real británica, pero pensaron que tendrían una oportunidad de éxito si podían alcanzar la superioridad aérea. Para hacerlo, tenían que suprimir primero a la Royal Air Force (RAF). Entonces se inició un combate aéreo a finales del verano de 1940 entre alemanes y británicos que llegó a conocerse como la batalla de Inglaterra. La Luftwaffe (Fuerza Aérea de Alemania) tomó como objetivo inicialmente a los aeródromos y estaciones de radar del RAF Fighter Command (Mando de Cazas de la RAF).

Pero tras no tener los resultados esperados e impulsado por el contraataque inglés lanzado a Berlín, Hitler desvió los bombardeos directamente a las ciudades inglesas. Así se pudo ver en la operación Blitz, donde los nazis bombardearon por más de cinco meses las ciudades más importantes de Inglaterra, pero más potentemente en su capital Londres. Las urbes de Liverpool, Coventry, Bristol, Southampton, Birmingham, Swindon, Plymouth, Cardiff, Mánchester y Sheffield también fueron fuertemente bombardeadas. Pese a todos los fuertes ataques de Alemania, Inglaterra resistió firmemente y al final, la Luftwaffe fue rechazada por los Hurricanes y los Spitfires, mientras la Marina Real británica mantenía el control del canal de la Mancha. El Blitz provocó alrededor de 43 000 muertes, y destruyó más de un millón de viviendas, pero fracasó en alcanzar los objetivos estratégicos de sacar a Inglaterra de la guerra o dejarla incapaz de resistir una invasión. Así, los planes de invasión alemanes fueron pospuestos indefinidamente.

Después de la caída de Francia en 1940, el Reino Unido estaba sin recursos económicos. Franklin Delano Roosevelt persuadió al Congreso de los Estados Unidos, para que aprobase la Ley de Préstamo y Arriendo el 11 de marzo de 1941, que proveyó al Reino Unido y a otros 37 países con 50 000 millones de dólares en equipo militar y otros suministros. El Reino Unido y la Commonwealth recibieron 34,4 mil millones de dólares. Canadá realizó un programa similar que envió 4,7 mil millones de dólares en suministros al Reino Unido.

El control del sur de Europa, el mar Mediterráneo y de África del Norte era importante debido a que el Imperio británico dependía del tráfico marítimo a través del canal de Suez. Si el canal caía en las manos del Eje o si la Marina Real británica perdía el control del Mediterráneo, entonces el transporte entre el Reino Unido, la India, y Australia tendría que efectuarse alrededor del cabo de Buena Esperanza, un incremento de miles de millas.

Así, tras la rendición francesa, los británicos atacaron a la Armada Francesa anclada en el Norte de África en julio de 1940, por temor a que pudiese caer en manos alemanas, incrementando así su potencial naval y dificultando la posición británica. Esto contribuyó a un distanciamiento en las relaciones anglo-francesas durante los años siguientes. Con la flota francesa destruida, la Marina Real combatió contra la flota italiana por la supremacía en el Mediterráneo desde sus fuertes bases en Gibraltar, Malta y Alejandría (Egipto). En África, las tropas italianas invadieron y capturaron la Somalilandia Británica en agosto.

Italia invadió Grecia el 28 de octubre de 1940, desde Albania, entonces ocupada por Italia, pero fue rechazada rápidamente. A mediados de diciembre, el ejército griego avanzó incluso hacia el sur de Albania, apresando así en la campaña a 530 000 soldados italianos. Mientras tanto, en cumplimiento de la garantía británica dada a Grecia, la Marina Real atacó a la flota italiana el 11 de noviembre de 1940. Aviones torpederos que habían partido desde los portaaviones británicos atacaron a la flota italiana en Tarento, un puerto del sur. Un acorazado fue hundido y se pusieron temporalmente fuera de servicio otros buques. El éxito de los torpedos aéreos en Tarento, fue visto con mucho interés por el jefe naval japonés, Isoroku Yamamoto, que estaba ponderando los medios para neutralizar a la Flota del Pacífico de los Estados Unidos. La Grecia continental, cuyas mejores tropas se habían desgastado en contra de Italia en Albania, cayó finalmente ante una invasión alemana desde el nordeste, que atravesó Bulgaria.

Las tropas italianas pasaron a Egipto desde Libia para atacar las bases británicas en septiembre de 1940, comenzando así la Campaña en África del Norte. El objetivo era la captura del canal de Suez. Las fuerzas británicas, indias, y australianas contraatacaron en la Operación Compass, que terminó en 1941. Entonces, numerosas fuerzas australianas y de Nueva Zelanda (ANZAC) fueron transferidas a Grecia para defenderla del ataque alemán. Las fuerzas alemanas (conocidas más tarde como el Afrika Korps) bajo el mando del general Erwin Rommel desembarcaron en Libia en febrero de 1941 para renovar el asalto contra Egipto.

Alemania también invadió Creta, operación importante por el uso a gran escala de las tropas paracaidistas alemanas. Creta estaba defendida por unos 11 000 griegos y 28 000 tropas del ANZAC, que habían escapado hacía poco de Grecia sin su artillería y sus vehículos. Los alemanes atacaron los tres aeropuertos principales de la isla en Maleme, Rétino y Candía. Después de un día de lucha, no se había alcanzado ninguno de los objetivos y los alemanes habían sufrido bajas devastadoras. Los planes alemanes estaban en desorden y el comandante alemán, el general Kurt Student, estaba contemplando el suicidio. Durante el día siguiente, gracias a la mala comunicación y del fallo de los comandantes aliados en comprender la situación, el aeropuerto de Maleme en el oeste de Creta cayó en poder de los alemanes. La pérdida de Maleme hizo que los alemanes pudiesen enviar refuerzos pesados transportados en avión con los que arrollar a las fuerzas aliadas en la isla. Sin embargo, en vista de las fuertes bajas sufridas por los paracaidistas, Hitler prohibió realizar más operaciones aerotransportadas.

En el norte de África, las fuerzas de Rommel avanzaron rápidamente hacia el este, poniendo sitio al vital puerto de Tobruk. Fueron derrotados dos intentos aliados por liberar Tobruk, pero una ofensiva mayor a fines de año (Operación Crusader) rechazó a las fuerzas de Rommel después de intensos combates.

La guerra entre las armadas aliada e italiana cambió decisivamente a favor de los aliados el 28 de marzo de 1941, cuando los barcos del almirante Andrew Browne Cunningham encontraron a la flota principal italiana al sur del Cabo Matapán, en el extremo sur de la Grecia continental. Con un coste de un par de aviones derribados, los Aliados hundieron cinco cruceros italianos y tres destructores, y dañaron al moderno acorazado Vittorio Veneto. La Marina italiana fue anulada como fuerza de combate y se vio facilitada la tarea aliada de transportar tropas a través del Mediterráneo hacia Grecia.

El 6 de abril de 1941, fuerzas alemanas, italianas, húngaras y búlgaras invadieron Yugoslavia, provocando la rendición del ejército yugoslavo el 17 de abril y la creación de un estado títere en Croacia y Serbia. También el 6 de abril, Alemania invadió Grecia desde Bulgaria. El ejército griego que defendía la línea Metaxas, fue superado en número y en capacidad de maniobra por el rápido avance alemán a través de Yugoslavia y colapsó. Atenas cayó el 27 de abril, aunque el Reino Unido consiguió evacuar unos 50 000 soldados, especialmente a Creta.

La resistencia comenzó en Yugoslavia a mediados de 1941, centrada en dos movimientos: los partisanos comunistas, AVNOJ, liderados por Tito, y el grupo realista Chetniks, liderado por Draza Mihailovic. Los dos grupos paramilitares cooperaron brevemente en 1941, pero se enfrentaron pronto, cuando los chetniks asumieron un papel más ambivalente, poniéndose frecuentemente del lado de las fuerzas de ocupación, y en contra de los comunistas.

En abril-mayo de 1941, hubo una corta guerra en Irak que resultó en una renovación de la ocupación británica. En junio, fuerzas Aliadas invadieron Siria y el Líbano, y capturaron Damasco el 17 de junio. Más tarde, en agosto, tropas del Reino Unido y del Ejército Rojo ocuparon el neutral Irán, asegurando su petróleo y una línea de suministro por el sur para la Unión Soviética.

Al comienzo de 1942, las fuerzas Aliadas en el norte de África fueron debilitadas al mandar destacamentos al Lejano Oriente. Rommel una vez más recapturó Bengasi. Entonces derrotó a los Aliados en la batalla de Gazala y conquistó Tobruk, haciendo miles de prisioneros y apoderándose de grandes cantidades de suministros, antes de continuar más profundamente dentro de Egipto.

En junio de 1942 se registró la Batalla de Mediados de Junio, en que los aliados se enfrentaron a las fuerzas aéreas y navales de Italia y Alemania durante el desarrollo de dos operaciones de abastecimiento de la isla de Malta conducidas por la Royal Navy británica (que comprendía también unidades australianas y polacas), llamadas en código Harpoon y Vigorous. Tales operaciones – ejerciéndose en una zona del Mediterráneo muy amplia – estuvieron definidas basándose en las rutas: de Alejandría de Egipto la Vigorous y de Gibraltar la Harpoon, convergentes ambas sobre Malta en un arco temporal de cinco días.

La Primera Batalla de El Alamein tuvo lugar en julio de 1942. Las fuerzas Aliadas se habían retirado al último punto defendible antes de Alejandría y el canal de Suez. El Afrika Korps, sin embargo, había agotado sus suministros y los defensores pararon su empuje. La Segunda Batalla de El Alamein ocurrió entre el 23 de octubre y el 3 de noviembre. El teniente general Bernard Montgomery estaba al mando de las fuerzas Aliadas conocidas como el 8.º Ejército. Los Aliados iniciaron entonces su ofensiva y, a pesar de una dura resistencia inicial de los italianos y alemanes, triunfaron al final. Después de la derrota alemana en El Alamein, las fuerzas del Eje efectuaron con éxito una retirada estratégica hacia Túnez.

La Operación Torch fue efectuada por los Estados Unidos, Gran Bretaña y las fuerzas de la Francia libre el 8 de noviembre de 1942, para ganar el control del Norte de África por medio de desembarcos simultáneos en Casablanca, Orán y Argelia, seguidos unos pocos días después por un desembarco en Bône, la puerta de entrada a Túnez. Las fuerzas locales de la Francia de Vichy opusieron una resistencia mínima antes de someterse a la autoridad de la Francia libre del general Henri Giraud. Como represalia, Hitler invadió y ocupó la Francia de Vichy, mientras Mussolini ocupó Córcega y la costa azul francesa hasta el Ródano. Las fuerzas alemanas e italianas, que habían ocupado Túnez, fueron cogidas en un movimiento de pinza por los avances aliados, desde Argelia en el oeste y desde Libia en el este. La victoria táctica de Rommel contra las fuerzas inexpertas de los estadounidenses en la batalla del paso de Kasserine, solo pospuso un tiempo la futura rendición de las fuerzas del Eje en el Norte de África en mayo de 1943.

En 1943, el Eje casi tuvo éxito en la supresión de la resistencia partisana yugoslava. Desde enero a abril, se forzó a las guerrillas a huir hacia el este, en condiciones invernales sobre el duro terreno de Bosnia. Sufrieron graves pérdidas, y cruzaron el río Neretva (batalla del Neretva), asegurando su puesto de mando y su hospital. Continuaron hacia el este, incapacitando las fuerzas chetniks del área, y cayeron en un embolsamiento alemán casi fatal en el valle del Sutjeska a últimos de mayo (batalla del Sutjeska).

Italia había ganado el control de Eritrea y de la Somalía Italiana durante la Repartición de África, y había tomado Etiopía antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial durante la Invasión de Etiopía (1935-36). Estas tres colonias fueron reorganizadas en el dominio del África Oriental Italiana.

A principios de 1940, las fuerzas coloniales italianas consistían en 80 000 soldados italianos y 200 000 soldados nativos, mientras que las fuerzas británicas en toda la Somalilandia Británica, Kenia y Sudán solamente totalizaban unos 17 000.[20]​ Los italianos primero se desplegaron para la toma de la Somalilandia Francesa (hoy en día conocida como Yibuti). Este ataque fue cancelado debido al colapso del Ejército francés y la formación del Gobierno colaboracionista de la Francia de Vichy. En julio, las ciudades en la frontera con Sudán, Kassala y Gallabat fueron ocupadas por una fuerza italiana de 50 000 hombres,[21]​ y en agosto de 1940, el ejército colonial italiano atacó y tomó la Somalilandia Británica utilizando una fuerza de 25 000 hombres. Esto le dio a Italia el control de casi todo el Cuerno de África.

En septiembre de 1940, las fuerzas aliadas fallaron, durante la batalla de Dakar, en la captura de la capital de Senegal, luchando contra las tropas de la Francia de Vichy que la defendían; el África Occidental Francesa permaneció en manos de Vichy hasta los desembarcos de la Operación Torch en el norte de África en noviembre de 1942. Aunque en noviembre los Aliados tuvieron éxito en la batalla de Gabón, consolidando su control sobre el África Ecuatorial Francesa para las fuerzas de la Francia libre.

También en noviembre de 1940, los británicos empezaron una contraofensiva desde el Sudán con solamente 7000 soldados, atacando Gallabat ocupada por los italianos, pero fueron incapaces de tomarla.[22]​ Sin embargo, en enero de 1941, el ejército italiano retiró sus fuerzas desde las ciudades fronterizas del Sudán a un terreno más defendible al este de Kassala.[23]​ Con refuerzos adicionales provenientes del ejército de la India Británica y de Sudáfrica, la campaña empezó a hacer progresos. La Somalilandia Británica fue reconquistada en marzo, y Adís Abeba, capital de Etiopía, fue capturada el 6 de abril. El emperador Haile Selassie I volvió a la ciudad el 5 de mayo. Sin embargo, una fuerza de italianos continuó luchando una guerra de guerrillas en Etiopía, hasta la rendición italiana de septiembre de 1943.

Madagascar, como colonia francesa que era, estaba considerada territorio enemigo por los británicos desde la creación del régimen colaboracionista de Vichy. Era también la tierra sugerida a la que los judíos europeos deberían ser deportados, en una propuesta antisemita conocida como el «Plan Madagascar». Mientras los británicos controlasen Egipto y el Canal de Suez, estos planes alemanes eran imposibles, y eventualmente fueron archivados en favor de una campaña de genocidio, que se llamó la Solución final. Con la entrada de los japoneses en la guerra en diciembre de 1941, y la rendición de Singapur en febrero de 1942, los Aliados llegaron a preocuparse cada vez más de que Madagascar pudiese caer en manos del Eje. Por lo tanto, realizaron una invasión, conocida como la Operación Ironclad en mayo de 1942. La lucha contra los defensores franceses de Vichy duró hasta noviembre, porque los franceses estaban respaldados por varios submarinos japoneses. En diciembre, la Somalilandia Francesa también fue conquistada por los británicos.

Después de los desembarcos de la Operación Torch, el resto de los territorios de Vichy en África quedaron bajo el control de los Aliados. Con el control del sur del continente seguro, aparte de la insurgencia italiana en Etiopía, los Aliados volvieron su atención a otros teatros de la guerra.

La batalla de Grecia (Operación Marita) y la invasión de Yugoslavia retrasaron la invasión alemana seis semanas críticas, como posteriormente se puso de manifiesto. Tres grupos de ejércitos alemanes, junto con otras unidades militares del Eje, que sumaban unos 3,5 millones de hombres, se lanzaron a la invasión de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941. El Grupo de Ejércitos Norte estaba desplegado en Prusia Oriental y estaba compuesto por los ejércitos de infantería 18.º y 16.º y un ejército Panzer, el 4.º al mando de los generales Busch, Von Küchler y Hoepner, todos bajo las órdenes del mariscal Ritter Von Leeb, apoyados por la 1.ª Flota aérea del general Koller totalizando 450 000 combatientes del Eje. Sus objetivos principales eran asegurar los estados bálticos y tomar Leningrado. Oponiéndose al Grupo de Ejércitos Norte estaban tres Ejércitos soviéticos compuestos por 450 000 hombres en un principio, pero con las nuevas movilizaciones se aumentó el número a 600 000 al mando del mariscal Voroshilov. Los alemanes lanzaron sus 600 tanques contra el punto de contacto de los dos Ejércitos soviéticos en ese sector. El objetivo del 4.º Ejército Panzer era cruzar los ríos Niemen y Dvina, que eran los dos mayores obstáculos en la ruta hacia Leningrado. En el primer día, los tanques cruzaron el río Niemen y penetraron 80 kilómetros. Cerca de Rasienai, los Panzers fueron contraatacados por 300 tanques soviéticos. Los alemanes tardaron 4 días en rodear y destruir a los tanques soviéticos. Los Panzers cruzaron después el río Dvina cerca de Dvinsk.

Los alemanes estaban ahora a una distancia suficiente como para atacar Leningrado; sin embargo, Hitler ordenó a los Panzers mantener su posición mientras los Ejércitos de infantería los alcanzaban. Las órdenes de mantener la posición durarían cerca de una semana, y dieron tiempo suficiente a los soviéticos para que fortaleciesen sus defensas alrededor de Leningrado. Los soviéticos recibieron apoyo de la flota soviética del Báltico, hasta que los Stukas alemanes lograron hundir a los acorazados Marat y Revolución de Octubre. Después de que Hitler dio la orden de ataque, el 4.º Ejército Panzer trató de perforar la plaza desde el 10 de agosto hasta el 8 de septiembre. Voroshilov movilizó a toda la población civil para evitar que la ciudad cayera, lo que consiguió con enormes pérdidas que oscilan entre 500 000 y 1 500 000 de bajas solamente en el bando soviético.

El Grupo de Ejércitos Centro estaba desplegado en Polonia y comprendía a los ejércitos 9.º, al mando del general Strauss, 4.º, al mando del general Von Kluge, al 2.º, comandado por el general Von Weichs, y dos ejércitos Panzer, el 2.º y el 3.º, bajo las órdenes de los generales Guderian y Hoth respectivamente, todos a su vez dirigidos por el mariscal Fedor von Bock. Su objetivo principal era la captura de Moscú. Oponiéndose al Grupo de Ejércitos del Centro estaban cuatro Ejércitos soviéticos con 3500 tanques, bajo el mando del mariscal Timoshenko. Los soviéticos ocupaban un saliente que se introducía en terreno alemán con su centro en Bialystok. Más allá de Bialystok estaba Minsk, un nudo de ferrocarriles clave, que guardaba la principal carretera a Moscú. El 3.º Ejército Panzer penetró a través de la unión de los dos Ejércitos soviéticos desde Prusia y cruzó el río Niemen, y el 2.º Ejército Panzer cruzó el río Bug desde el sur para lo cual se emplearon 80 tanques capaces de caminar bajo el agua. Mientras atacaban los panzers, los ejércitos de infantería golpeaban en el saliente y rodeaban a las tropas soviéticas en Bialystok. El objetivo de los ejércitos panzer era encontrarse en Minsk e impedir una retirada soviética. El 27 de junio, tras cinco días de operaciones, los ejércitos Panzer II y III se encontraron en Minsk habiendo avanzado 350 kilómetros en territorio soviético. En la enorme bolsa entre Minsk y la frontera polaca quedaron rodeadas 32 divisiones de infantería soviéticas y 8 divisiones de tanques, totalizando 400 000 soldados soviéticos con más de 3500 tanques (tres veces más que los atacantes) y 2000 cañones que en la batalla de Bialystok-Minsk fueron atacados y cercados en un triángulo que inicialmente tenía unos 300 km de lado.

La batalla de cerco duró 14 días, del 27 de junio al 10 de julio, y al desplomarse la resistencia fueron capturados 323 898 soldados soviéticos, aunque consiguieron escapar unos 250 000 más, capturaron o destruyeron 3332 tanques y 1909 cañones (más del total de tanques enviados a la lucha por Francia); el aniquilamiento de esa cantidad de material blindado dio confianza al mando alemán, ya que los tanques disponibles de Alemania para la invasión de Rusia eran solamente 2434, y se creyó que se había logrado acabar con la mayoría de los blindados soviéticos. En realidad era falso, pues el Ejército Rojo tenía una imponente masa de 20 000 máquinas en 1941, aunque se debe matizar que el 92 % de esos carros eran viejos tanques de los años 30 de los que en la primera semana se averió casi el 50 % de ellos debido a problemas mecánicos: el 90 % de los T-35 se averiaron sin luchar, solo un 5 % eran T-34s y un 3 % KV-1s. En ese mismo tiempo la Luftwaffe había organizado 2800 aviones en tres flotas comandados por Loehr, Kesselring y Keller. En los primeros días de lucha, numerosas escuadrillas de tres bombarderos se internaron en territorio soviético volando casi a ras de suelo, sin cruzar ciudades, para atacar los principales aeródromos en un radio de 300 km. En esos dos primeros días de lucha se reportaron 2700 aviones derribados o destruidos en sus bases, pero tras ocupar los aeródromos por tierra se comprobó que fueron destruidos 2700 aparatos, de los cuales unos 1800 en el primer día.

El Grupo de Ejércitos Sur estaba desplegado al sur de Polonia y en Rumanía y estaba compuesto por los ejércitos 6.º, 11.º, y 17.º, y un Ejército Panzer, el 1.º, junto con dos Ejércitos rumanos y varias divisiones italianas, croatas, eslovacas y húngaras. Su objetivo era capturar los campos petrolíferos del Cáucaso. En el sur, los comandantes soviéticos habían reaccionado rápidamente al ataque alemán y sus fuerzas de tanques superaban con mucho a las alemanas. Oponiéndose a los alemanes en el sur había tres ejércitos soviéticos. Los alemanes atacaron en los puntos de contacto de los tres ejércitos soviéticos, pero el 1.º Ejército Panzer golpeó justo a través del Ejército soviético con el objetivo de capturar Brody. El 26 de junio, cinco cuerpos de ejército mecanizado soviéticos con unos mil tanques montaron un contraataque masivo contra el 1.er Ejército Panzer. La batalla de Lutsk-Brody-Rovno fue una de las más feroces de la invasión y duró varios días. Al final de ella los alemanes resultaron vencedores, pero los soviéticos infligieron duras pérdidas al 1.er Ejército Panzer. Con el fracaso de la ofensiva soviética, se habían acabado las últimas fuerzas substanciales de tanques soviéticos.

El 3 de julio, apenas terminada la batalla de Bialystock-Minsk Hitler dio su consentimiento a los panzers para que relanzasen su empuje hacia el este, después que los ejércitos de infantería los hubiesen alcanzado. Fedor von Bock lanzó la vanguardia de sus nueve divisiones blindadas y sus siete motorizadas, seguidas por treinta y cinco divisiones de infantería hacia el frente. A las orillas del río Beresina los alemanes se enfrentaron a un nuevo tipo de tanque soviético desconocido hasta entonces. Era el T-34, con 45 milímetros de blindaje, coraza frontal inclinada, y cañón de 76,2 mm de diámetro, eficaz a 1500 m. Los efectivos de la 18.ª División Blindada de Guderian se enfrentaron a él, pasando serias dificultades antes de descubrir que tenía mala visibilidad por detrás y una comunicación por radio muy deficiente (los carros no solían tener radio y se hacía por señas entre ellos). Iguales dificultades pasaron al repeler al tanque pesado KV-1, mejor blindado que el T-34. Después de la sorpresa se destruyeron varias unidades soviéticas encabezadas por el VIII Cuerpo de Ejército, en la que militaba el hijo de Stalin Yákov Dzhugashvili, que fue hecho prisionero. A pesar de todo, Stalin se negó a hacer un trato con los nazis para el intercambio de su hijo.

El siguiente objetivo del Grupo de Ejércitos Centro sería la ciudad de Smolensk que dominaba la carretera a Moscú. Frente a los alemanes estaban las fortificaciones no concluidas de la Línea Stalin, apoyadas sobre el río Dniéper, y al perforarla consiguieron capturar Perekov. El 6 de julio, los soviéticos lanzaron un ataque con 700 tanques contra el 3.º Ejército Panzer. Los alemanes tenían una abrumadora superioridad aérea en calidad; los soviéticos poseían la flota aérea más numerosa de todas las naciones, pero sus cazas J-15 y sus bombarderos que eran relativamente lentos y de los más diversos modelos, no podían competir contra los Messerschmitt 109 ni contra los Junkers Ju 87 (Stukas) más rápidos. El 2.º Ejército Panzer cruzó el río Dnieper y se acercó a Smolensk desde el sur, mientras que el 3.er Ejército Panzer, después de derrotar el contraataque soviético, se aproximó a Smolensk desde el norte. Tres Ejércitos soviéticos quedaron embolsados. El 26 de julio, los Panzers cerraron la trampa y entonces comenzó la eliminación de la bolsa, cogiendo 310 000 prisioneros soviéticos, 3205 tanques y 3210 cañones, de un total de 3600 tanques, 3500 cañones y 460 000 combatientes soviéticos. Hitler ahora, se vio en un dilema: sus generales querían continuar con el empuje hacia Moscú, pero el problema para continuar con la ofensiva del sector central era que, en el sur, los ejércitos comandados por Gerd von Rundstedt se encontraban atascados a la entrada de Kiev, donde el mariscal Budenny tenía cinco ejércitos con más de 700 000 hombres, parapetados en poderosas defensas, y otro ejército soviético se encontraba en la región de Gómel con más de 100 000 hombres; este conjunto de tropas preocupaba a Hitler, ya que las líneas de abastecimiento de los ejércitos de Von Bock se encontraban demasiado extendidas. Tanques del Grupo de Ejércitos Centro fueron desviados en apoyo de los Grupos de Ejércitos Norte y Sur. Los generales de Hitler se opusieron vehementemente a esta medida, ya que Moscú se encontraba solo a 350 kilómetros del Grupo de Ejércitos Centro y el grueso del Ejército Rojo estaba desplegado en ese sector y solamente un ataque allí tenía esperanzas de acabar la guerra rápidamente. Pero Hitler fue inflexible y los tanques del Grupo de Ejércitos Centro se fueron a reforzar al 4.º Ejército Panzer en el norte, atravesando las defensas soviéticas el 8 de agosto, llegando al final de agosto a solo 50 km de Leningrado. Mientras tanto los finlandeses habían atacado hacia el sudeste, a ambos lados del lago Ladoga, alcanzando la antigua frontera soviética.

En el sur, a mediados de julio, más allá de los Pantanos de Pinsk, los alemanes se habían quedado a solo unos kilómetros de Kiev. El 1.er Ejército Panzer entonces fue hacia el Sur, mientras que el 17.º Ejército alemán, que estaba en el flanco sur del 1.er Ejército Panzer, golpeó hacia el este y entre los dos atraparon tres ejércitos soviéticos cerca de Uman. Cuando los alemanes eliminaron la bolsa, los tanques giraron hacia el norte y cruzaron el Dnieper; mientras tanto el 2.º Ejército Panzer, que había sido desviado del Grupo de Ejércitos Centro por orden de Hitler, había cruzado el río Desna con el 2.º Ejército en su flanco derecho. Los dos ejércitos Panzer atraparon ahora cuatro ejércitos soviéticos y parte de otros dos. El embolsamiento de las fuerzas soviéticas en Kiev fue conseguido el 16 de septiembre. Los rodeados soviéticos no abandonaron fácilmente, siguió una batalla salvaje (véase Batalla de Kiev) que duró diez días, después de la cual los alemanes declararon que habían capturado 600 000 soldados soviéticos. Hitler la llamó la batalla más grande de la historia. Después de Kiev, los alemanes no estaban superados en número por el Ejército Rojo, y los soviéticos no tenían más reservas próximas. A Stalin le quedaban 800 000 hombres para defender Moscú.

En el norte, el 25 de agosto, el Grupo de Ejércitos Norte capturaró Chúdovo, en la línea principal de ferrocarril entre Moscú y Leningrado. Cinco días más tarde tomaron el importante nudo ferroviario de Mga, y el 8 de septiembre, la 20.º División Motorizada ocupó Shlisselburg, en la esquina sureste del lago Ládoga, a treinta y siete kilómetros al este de la ciudad, completando de esta manera el cerco de la ciudad.[25]

Los enormes cañones de la Flota del Báltico frenaron en seco la primera ofensiva alemana en 1941 a tan solo siete kilómetros de Leningrado, sus poderosos cañones eran capaces de lanzar por los aires los tanques alemanes, tan solo una de estas baterías navales fue capaz de destruir treinta y cinco tanques alemanes, doce posiciones de artillería, un batallón de infantería y un tren militar alemán cargado de soldados y municiones.[26]​ Entonces el mariscal de campo Wilhelm von Leed Comandante del Grupo de Ejércitos Norte, decidió que fuera la Luftwaffe quien despejara el camino a Leningrado hundiendo los barcos de la Flota del Báltico, la primera víctima fue el viejo Acorazado Marat (antiguo Petropavlovsk), hundido en aguas someras tras el impacto directo de dos bombas de 1000 kg. Sin embargo, tres de sus torretas principales estaban intactas junto al resto del casco y los soviéticos lo pusieron en servicio, por lo cual, el Marat continuó como batería estacionaria durante el resto del cerco.[27][28]

La poderosa demostración de fuego de la Flota Soviética y el traslado de la mayor parte de la Luftwaffe y de las unidades blindadas del Grupo de Ejércitos Norte para apoyar la gran ofensiva alemana contra Moscú (véase Operación Tifón) impidió a la Wehrmacht ocupar rápidamente Leningrado, por lo que el Alto Mando Alemán ordenó al Grupo de Ejércitos Norte, atrincherarse y dejar morir de hambre a la población y a la guarnición de la ciudad.[29]​ El 6 de septiembre de 1941, Adolf Hitler, emitió la directiva del Führer n.º 35 ordenaba que tres cuerpos motorizados y el VIII Cuerpo aéreo se pusieran bajo el control del Grupo de Ejércitos Centro para participar en la ofensiva sobre Moscú. Con sus dos divisiones Panzer y sus dos divisiones motorizadas restantes, el Grupo de Ejércitos Norte fue incapaz de hacer progresos en los ataques terrestres. En su lugar comenzaron a bombardear la ciudad con artillería pesada y ataques de la Luftwaffe. El día 12, las bombas alemanas destruyeron el principal almacén de alimentos de la ciudad, hecho que marcaría el comienzo de dos años de hambruna y sufrimiento.[30]

La Batalla de Moscú (Operación Tifón) comenzó el 2 de octubre. Frente al Grupo de Ejércitos Centro estaba una serie de elaboradas líneas de defensa. Los alemanes sobrepasaron fácilmente la primera línea de defensa cuando el 2.º Ejército Panzer, volviendo desde el sur, tomó Orel que estaba 110 kilómetros detrás de la primera línea soviética de defensa. Entonces los alemanes avanzaron y en el vasto embolsamiento capturaron a 663 000 soldados soviéticos. Los soviéticos solo tenían ahora 90 000 hombres y 1500 tanques para la defensa de Moscú.

Casi desde el principio de la Operación Tifón el clima había ido empeorando, haciendo más lento el avance alemán hacia Moscú, hasta llegar a ser de 3 kilómetros diarios. El 31 de octubre, el Alto Mando del Ejército alemán ordenó un alto en la Operación Tifón para que los ejércitos pudiesen reorganizarse. La pausa dio tiempo a los soviéticos para organizar nuevos ejércitos y traer tropas desde el este, cuando el Pacto de Neutralidad firmado por soviéticos y japoneses en abril de 1941, le aseguraba a Stalin que ya no sería amenazado por los japoneses por más tiempo.

El 15 de noviembre, los alemanes reiniciaron una vez más el ataque a Moscú. Frente a los alemanes esperaban seis ejércitos soviéticos. Los alemanes intentaron que los 3.º y 4.º ejércitos Panzer cruzaran el Canal de Moscú y rodearan Moscú desde el nordeste. El 2.º Ejército Panzer atacaría Tula y después se acercaría a Moscú desde el sur y el 4.º Ejército atacaría en el centro. Pero el 22 de noviembre, las tropas siberianas soviéticas atacaron el 2.º Ejército Panzer en el sur, e infligieron una sorprendente derrota a los alemanes. El 4.º Ejército Panzer tuvo éxito en cruzar el Canal de Moscú y el 2 de diciembre había penetrado hasta siuarse a 25 kilómetros del Kremlin. Pero empezaron las primeras tormentas del invierno y, por falta de previsión, la Wehrmacht no estaba equipada para la guerra de invierno y las congelaciones y enfermedades causaron más bajas que el propio combate; los muertos y heridos ya habían alcanzado un número de 155 000 en tres semanas. Las divisiones estaban a mitad de potencia y el frío causaba grandes problemas a los cañones y al resto de equipo. Los ataques soviéticos solían realizarse muy temprano, dado que las armas alemanas no funcionaban bien a tan bajas temperaturas, mientras que las de los soviéticos sí. Las condiciones climatológicas hacían que la Luftwaffe quedase en tierra. Las tropas soviéticas recién reclutadas cerca de Moscú, eran de cerca de 500 000 hombres, y el general Zhukov lanzó un contraataque masivo el 5 de diciembre que hizo retroceder a los alemanes cerca de 325 kilómetros, aunque no consiguió una brecha definitiva. La invasión de la Unión Soviética había costado a los alemanes hasta la fecha unos 250 000 muertos y 500 000 heridos, así como gran parte de sus tanques.

Hitler ocultó a los japoneses su plan de invadir la Unión Soviética. La URSS, temiendo una guerra en dos frentes, decidió hacer la paz con Japón. El 13 de abril de 1941, la URSS y Japón firmaron el Pacto de Neutralidad, permitiendo que los japoneses concentrasen su atención en la inminente guerra en Asia y el Pacífico.

En el verano de 1941, los Estados Unidos, el Reino Unido y los Países Bajos comenzaron un embargo de petróleo contra el Japón, amenazando con impedir su capacidad para librar una guerra importante tanto en el mar como en el aire. Sin embargo, las fuerzas japonesas continuaron avanzando hacia el interior de China. Durante los meses de verano, Japón trató de sondear las posibilidades de lograr que los Estados Unidos levantasen el embargo de petróleo contra el Imperio de Japón.[14]​ La respuesta estadounidense fijaba como condición sine qua non la retirada de las tropas japonesas en China. Rechazando estas condiciones, Japón planeó un ataque a Pearl Harbor para mermar gravemente a la Flota del Pacífico de los Estados Unidos, y después apoderarse de los campos de petróleo de las Indias Orientales Neerlandesas.[14]

El primer ministro, príncipe Fumimaro Konoe, era muy reticente a iniciar una guerra contra los Estados Unidos y los países de la Commonwealth. Sin embargo, el emperador Hirohito se inclinó finalmente por las tesis del sector más belicista, como el propio Konoe admitiría ante su jefe de gabinete, Kenji Tomita.[32]​ Ante su aislamiento en el Gobierno y la falta de apoyo del emperador, Konoe se vio forzado a dimitir el 16 de octubre de 1941. Para reemplazarlo, Hirohito eligió, de acuerdo con la recomendación del Señor del Sello Privado, Koichi Kido, al hasta entonces ministro de la Guerra, general Hideki Tōjō, una de las figuras más destacadas del sector belicista, encargándole la organización del ataque contra la flota estadounidense en el Pacífico. El 1 de diciembre, en una Conferencia Imperial celebrada en Tokio, Hirohito dio su aprobación oficial al comienzo de la guerra.[14]

El 7 de diciembre, Japón lanzó ataques por sorpresa, prácticamente simultáneos, contra Pearl Harbor, Tailandia y los territorios británicos de Malaya y Hong Kong. Una flota de portaaviones japoneses lanzó un ataque aéreo por sorpresa sobre Pearl Harbor. El ataque destruyó la mayor parte de los aviones estadounidenses de la isla y dejó fuera de combate a la principal flota de batalla estadounidense (tres acorazados fueron hundidos, y cinco más gravemente dañados, aunque solo se perdieron definitivamente el USS Arizona y el USS Oklahoma, los otros seis acorazados fueron reparados y pudieron regresar al servicio activo). Sin embargo, los cuatro portaaviones estadounidenses (que eran el principal objetivo del ataque japonés) estaban fuera, en alta mar. En Pearl Harbor, el muelle principal, las instalaciones de suministro y de reparación fueron reparadas rápidamente. Más aún, las instalaciones para el almacenaje de combustible de la base, cuya destrucción habría dejado gravemente mermada a la flota del Pacífico, fueron dejadas intactas. El ataque unió a la opinión pública estadounidense pidiendo venganza contra el Japón. Al día siguiente, el 8 de diciembre, los Estados Unidos declararon la guerra al Japón.

A la vez que atacaban Hawái, los japoneses atacaron la isla de Wake, un territorio estadounidense en el Pacífico Central. El intento de desembarco inicial, fue rechazado por la guarnición de Marines, y una resistencia muy dura continuó hasta el 23 de diciembre. Los japoneses enviaron un gran número de refuerzos, y la guarnición se rindió cuando estuvo claro que no estaba viniendo ninguna fuerza de auxilio estadounidense.

Japón también invadió las Filipinas, un protectorado de los Estados Unidos, el 8 de diciembre. Las fuerzas estadounidenses y filipinas, bajo el mando del general Douglas MacArthur, fueron forzadas a retirarse a la península de Bataán. Una fiera resistencia continuó hasta abril, comprando un tiempo precioso para los Aliados. Después de su rendición, los supervivientes fueron conducidos a la Marcha de la Muerte de Bataán. La resistencia Aliada continuó por un mes más en la isla fortaleza de Corregidor, hasta que también se rindieron. El general MacArthur, al que se le había ordenado retirarse a Australia, prometió: «Volveré».

Un desastre golpeó a los británicos el 10 de diciembre, cuando perdieron 2 barcos de guerra importantes, el HMS Prince of Wales y el HMS Repulse. Ambos buques fueron atacados por 85 bombarderos y torpederos japoneses con base en Saigón, en la Indochina francesa, y 840 marineros británicos perecieron. Winston Churchill dijo acerca del suceso: «En toda la guerra, nunca recibí un golpe más directo».

Alemania declaró la guerra a los Estados Unidos el 11 de diciembre, aunque no estaba obligada a hacerlo bajo el acuerdo del Pacto Tripartito. Hitler esperaba que Japón apoyaría a Alemania atacando a la Unión Soviética. Japón no lo hizo porque había firmado un tratado de no agresión, prefiriendo concentrarse en expandir su imperio en China, Sudeste de Asia, y el Pacífico. Más que abrir un segundo frente sobre la URSS, el efecto de la declaración de guerra alemana fue el de borrar cualquier oposición significativa dentro de los Estados Unidos, para unirse a la lucha en el Teatro Europeo.

Los Aliados Cuatro GrandesReino Unido, los Estados Unidos, la Unión Soviética y China[33]​ — fueron creados oficialmente a través de la Declaración de las Naciones Unidas el 1 de enero de 1942. Poco después se formó el Comando estadounidense-británico-neerlandés-australiano, en inglés (ABDACOM), para unificar las fuerzas Aliadas en el Sureste de Asia. Fue el primer mando supremo Aliado de la guerra.

Las fuerzas navales ABDACOM casi fueron destruidas en la batalla del Mar de Java, la batalla naval más grande de la guerra hasta ese momento, desde el 28 de febrero hasta el 1 de marzo. El mando conjunto se acabó poco después, para reemplazarse por tres mandos supremos Aliados en el Sudeste de Asia y en el Pacífico.

En abril, la incursión Doolittle, la primera incursión aérea Aliada sobre Tokio, levantó la moral en los Estados Unidos e hizo que Japón gastase recursos en la defensa de la tierra madre, pero causó poco daño real.

A principios de mayo, los japoneses empezaron a realizar la Operación Mo, un plan para conquistar Port Moresby, en Nueva Guinea. El primer paso fue abortado por las marinas de los Estados Unidos y de Australia en la batalla del Mar del Coral. Esta fue la primera batalla que se luchó entre portaaviones, y la primera batalla donde las flotas enemigas nunca tuvieron contacto visual directo entre ellas. El portaaviones estadounidense Lexington fue hundido y el Yorktown gravemente dañado, mientras que los japoneses perdieron el portaaviones ligero Shōhō y el gran portaaviones Shōkaku sufrió daño moderado. El Zuikaku perdió la mitad de su complemento aéreo, y junto con el Shōkaku, fue incapaz de participar en la consiguiente batalla en Midway. La batalla fue una victoria táctica para los japoneses, ya que infligieron más pérdidas sobre la flota estadounidense que las sufridas por ellos, pero fue una victoria estratégica estadounidense, ya que el ataque japonés sobre Port Moresby fue rechazado.

En los seis meses siguientes a Pearl Harbor, los japoneses habían conseguido casi todos sus objetivos navales. Su flota de 11 acorazados, 10 portaaviones, 18 cruceros pesados y 20 ligeros, permanecía relativamente intacta. Habían hundido o dañado de manera importante todos los acorazados de Estados Unidos en el Pacífico. Las flotas británica y neerlandesa del Lejano Oriente habían sido destruidas, y la Real Armada Australiana, había sido rechazada hacia sus puertos de origen.[34]​ Su anillo de conquistas se cimentaba en un perímetro defensivo de su elección, que se extendía desde el Pacífico Central hasta Nueva Guinea y Birmania.

La única fuerza estratégica aliada de importancia, que permanecía oponiéndose a todo esto, era la base naval de Pearl Harbor, incluyendo los tres portaaviones de la Flota del Pacífico de los Estados Unidos. Ambos bandos veían como algo inevitable una batalla decisiva entre portaaviones, y los japoneses confiaban en que si mantenían una ventaja numérica de 10:3 en portaaviones pesados, obtendrían la victoria.[35]​ También tenían un avión excelente basado en los portaaviones, el Zero. Los japoneses enviaron una flota hacia la Isla de Midway, una isla periférica de las Islas Hawái, con el objetivo de atraer lo que quedaba de la flota estadounidense a una batalla decisiva. El 5 de junio, bombarderos estadounidenses basados en portaaviones avistaron la fuerza japonesa y hundieron 4 de sus mejores portaaviones durante la batalla de Midway, a un coste de un solo portaaviones, el Yorktown. Esta fue una victoria muy importante para los Estados Unidos, y marcó el punto de inflexión en la guerra del Pacífico. La capacidad estadounidense en la construcción de barcos y aviones superaba ampliamente a la japonesa, y la flota japonesa nunca disfrutaría otra vez de tal superioridad numérica.

En julio, los japoneses intentaron un ataque por tierra sobre Port Moresby, a lo largo del sendero Kokoda, un sendero de tierra, en fila india, a través de la jungla y las montañas. Un batallón australiano, que estaba esperando el regreso de las unidades regulares desde el Norte de África y la llegada del ejército estadounidense, superado en número y mal equipado y entrenado, libró una lucha en retirada contra una fuerza japonesa de 5000 hombres.

El 7 de agosto, los Marines estadounidenses comenzaron la batalla de Guadalcanal. Durante los seis meses siguientes, las fuerzas estadounidenses lucharon contra las fuerzas japonesas por el control de la isla. Mientras tanto, se libraron muchos encuentros navales en las aguas cercanas, incluyendo la batalla de la isla de Savo, la batalla del Cabo Esperance, la batalla naval de Guadalcanal, y la batalla de Tassafaronga.

A finales de agosto y principios de septiembre, mientras se combatía en el sendero Kokoda y en Guadalcanal, fue derrotado un ataque de los marines japoneses por fuerzas australianas en la costa sur de Nueva Guinea, en la batalla de la Bahía de Milne. Esta fue la primera derrota de las fuerzas de tierra japonesas en la Guerra del Pacífico.

El 22 de enero, después de una dura batalla en Gona y Buna, las fuerzas australianas y estadounidenses recuperaron las cabezas de playa Japonesas más importantes en el este de Nueva Guinea.

Las autoridades estadounidenses declararon segura a Guadalcanal el 9 de febrero. Las fuerzas de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, y de las Islas del Pacífico, empezaron una larga campaña para recuperar las partes ocupadas de las Islas Salomón, Nueva Guinea, y las Indias Orientales Neerlandesas, sufriendo algunas de las resistencias más duras de toda la guerra. El resto de las Islas Salomón fueron recuperadas en 1943.

En 1940, la guerra había llegado a un punto muerto con ambos bandos consiguiendo solamente ganancias mínimas. Los Estados Unidos dieron un importante apoyo financiero a China, y crearon a los Flying Tigers ('Tigres Voladores'), una unidad aérea, para impulsar las fuerzas aéreas Chinas.

Las fuerzas Japonesas invadieron partes del norte de la Indo-China Francesa el 22 de septiembre. Las relaciones Japonesas con occidente se habían deteriorado rápidamente en los últimos años, y los Estados Unidos, que habían rechazado el Tratado de comercio entre Japón y los Estados Unidos de 1911, colocaron un embargo a las exportaciones a Japón de material de guerra y otras materias.

Menos de 24 horas después del ataque sobre Pearl Harbor, Japón invadió Hong Kong. Las Filipinas y las colonias británicas de Malasia, Borneo, y Birmania siguieron poco después, con la intención Japonesa de apoderarse de los campos petrolíferos de las Indias Orientales Neerlandesas. A pesar de la fiera resistencia de las fuerzas filipinas, australianas, neozelandesas, británicas, canadienses, indias y estadounidenses, todos estos territorios capitularon ante los Japoneses en cuestión de meses. Singapur cayó ante los japoneses el 15 de febrero. Aproximadamente 80 000 hombres de la Commonwealth Británica (junto con otros 50 000 que cayeron en Malasia), fueron a los campos de prisioneros japoneses, siendo la rendición más grande de un ejército conducido por los británicos hasta la fecha. Churchill consideraba la derrota británica en Singapur como una de las derrotas británicas más humillantes de toda la historia.

Japón lanzó una ofensiva importante en China después del ataque sobre Pearl Harbor. El objetivo de la ofensiva era el capturar la ciudad de Changsha, estratégicamente importante. Anteriormente los japoneses habían tratado de capturar la ciudad en dos ocasiones, fallando en ambas. Para el ataque, los japoneses reunieron 120 000 soldados en 4 divisiones. Los Chinos respondieron con 300 000 hombres, y pronto el ejército Japonés estaba rodeado, teniendo que retirarse.

El Ejército Nacionalista Chino del Kuomintang, bajo el mando de Chiang Kai-shek, y el Ejército Chino Comunista, bajo el mando de Mao Zedong, ambos se oponían a la ocupación Japonesa de China, pero nunca se aliaron realmente contra los Japoneses. El conflicto entre las fuerzas Nacionalistas y Comunistas, emergió mucho antes de la guerra; y continuó después y, hasta cierto punto, incluso durante la guerra, aunque de forma menos abierta.

Los Japoneses habían capturado gran parte de Birmania, cortando la Carretera de Birmania por la que los Aliados Occidentales habían estado suministrando a los Chinos Nacionalistas. Esta pérdida forzó a los Aliados a crear y sostener un gran puente aéreo desde la India, conocido como volar "The Hump" (la joroba). Bajo el mando del general estadounidense Joseph Stilwell, las fuerzas Chinas en la India fueron reentrenadas y reequipadas, mientras que se hicieron preparativos para construir la Carretera de Ledo, desde la India para reemplazar la Carretera de Birmania. Este esfuerzo se iba a convertir en una tarea de ingeniería enorme.

En el Atlántico Norte, los submarinos alemanes (U-Boot) intentaron cortar las líneas de suministro al Reino Unido hundiendo barcos mercantes.[36]​ En los primeros cuatro meses de guerra hundieron más de 110 barcos. Además de los barcos de suministro, los sumergibles atacaban ocasionalmente barcos de guerra británicos. Un submarino hundió al portaaviones británico HMS Courageous, mientras que el U-47 del legendario comandante Günther Prien consiguió hundir al acorazado HMS Royal Oaken su puerto base de Scapa Flow. Además de los submarinos, los corsarios de superficie también suponían una amenaza para la navegación aliada.

En el Atlántico Sur, el Acorazado de bolsillo  Admiral Graf Spee hundió nueve buques de la Marina mercante británica. Fue localizado más allá de la costa sur de Sudamérica, y después combatió con los cruceros HMS Ajax, HMS Exeter, y HMNZS Achilles en la batalla del Río de la Plata, y fue forzado a entrar en el puerto de Montevideo. Antes que volver a afrontar una nueva batalla, el capitán Hans Langsdorff se hizo a la mar y hundió su buque justo fuera del puerto.

El 24 de mayo de 1941, el acorazado alemán Bismarck partió de su puerto, amenazando con dirigirse hacia el Atlántico. Hundió al HMS Hood, uno de los mejores cruceros de batalla de la Marina Real británica. Siguió entonces una caza masiva, en la que el acorazado alemán fue hundido después de una persecución de 2700 kilómetros, durante la cual los británicos emplearon 8 acorazados y cruceros de batalla, 2 portaaviones, 11 cruceros, 21 destructores, y 6 submarinos. Los aviones torpederos Fairey Swordfish del portaaviones HMS Ark Royal alcanzaron al Bismarck, provocando el bloqueo de su timón y permitiendo que los escuadrones perseguidores de la Marina Real Británica lo alcanzasen y hundiesen.

En el verano de 1941, la Unión Soviética entró en la guerra al lado de los Aliados. Aunque su ejército era muy numeroso, había perdido mucho de su equipo y de su base industrial en las primeras semanas que siguieron a la invasión alemana. Los Aliados Occidentales intentaron remediarlo enviando los Convoyes Árticos, que viajaban desde el Reino Unido y los Estados Unidos hasta los puertos del norte de la Unión Soviética (Arjángelsk y Múrmansk). La traicionera ruta alrededor del Cabo Norte de Noruega, fue lugar de muchas batallas, donde los alemanes trataban continuamente de destruir los convoyes usando sumergibles, bombarderos con base en la costa noruega, ocupada por Alemania, y barcos de superficie.

Tras la entrada de los Estados Unidos en guerra, en diciembre de 1941, los submarinos alemanes hundieron barcos mercantes a lo largo de la Costa Este de los Estados Unidos, el Mar de las Antillas y el Golfo de México. Tuvieron un éxito inicial tan grande que llegó a ser conocido entre las tripulaciones de los sumergibles alemanes como los Segundos buenos tiempos. La institución de los apagones costeros y el sistema de convoyes llevaron a una disminución de los ataques y los submarinos volvieron a su anterior práctica de esperar a los convoyes aliados a mitad de su recorrido en el océano Atlántico.

El 9 de mayo de 1942, el destructor HMS Bulldog capturó al sumergible alemán U 110 y recobró, completa e intacta, una máquina Enigma, un ingenio de cifrado. La máquina se llevó a Bletchley Park, Inglaterra, donde se utilizó para descifrar el código concreto utilizado por los submarinos alemanes. Desde entonces los Aliados disfrutaron de ventaja, ya que podían interceptar y comprender algunas de las comunicaciones por radio alemanas, dirigiendo sus fuerzas navales al lugar donde podían ser más efectivas.

En diciembre de 1943, tuvo lugar la última batalla importante entre la Marina Real Británica y la Armada Alemana. En la batalla de Cabo Norte, el último crucero de batalla alemán, el Scharnhorst, fue hundido por el HMS Duke of York, HMS Belfast y varios destructores.

El momento en el que dio un vuelco la batalla del Atlántico fue a principios de 1943, cuando los Aliados refinaron sus tácticas navales, haciendo un uso efectivo de su nueva tecnología para contrarrestar los ataques de los sumergibles. Los Aliados producían barcos más rápidamente de lo que los submarinos lograban hundirlos, merced a la introducción de la producción en serie, y perdían además menos barcos adoptando el sistema de convoyes, que ya se había ensayado con éxito en la Primera Guerra Mundial. El desarrollo y mejora de la guerra antisubmarina rebajó la esperanza de vida de una tripulación de submarino alemán a meses. Los submarinos del tipo XXI, o elektroboote, con enormes mejoras con relación a los tipos clásicos, aparecieron cuando la guerra ya daba sus últimas bocanadas, demasiado tarde como para afectar su resultado, aunque sirvieron como referente a los vencedores Aliados para desarrollar nuevas clases de submarinos.

El 6 de enero de 1942, Stalin, confiado después de su victoria en Moscú, ordenó una contraofensiva general. Inicialmente los ataques tuvieron éxito cuando los embolsamientos soviéticos se cerraron alrededor de Demiansk (bolsa de Demyansk) y Viazma (bolsa de Viazma), y se hicieron amenazadores ataques hacia Smolensko y Briansk. Pero a pesar de estos éxitos, la ofensiva soviética pronto perdió fuerza. En marzo, los alemanes habían recobrado y estabilizado su línea, y asegurado el corredor de la bolsa de Viazma. Solamente en la bolsa de Demjansk existía alguna perspectiva seria de una gran victoria soviética, ya que allí una gran parte del 16.º Ejército Alemán había sido rodeado. Hitler ordenó que no hubiese ninguna retirada y los 92 000 hombres atrapados en la bolsa tuvieron que defender el terreno en el que estaban, mientras recibían los suministros desde el aire. Aguantaron durante diez semanas, hasta abril, cuando se abrió un corredor terrestre hacia el oeste. De esta manera, las fuerzas alemanas retuvieron Demiansk, hasta que se les permitió retirarse en febrero de 1943.

Con la primavera, ambos bandos decidieron reiniciar la ofensiva. Mientras que el Alto Mando Alemán decidió estabilizar el frente en Járkov, los soviéticos sin saberlo, decidieron atacar en el mismo sector para mantener la presión en el sur. Los soviéticos habían atacado en el sector de Járkov en enero, y habían establecido un saliente en la orilla oeste del río Donets.

El 12 de mayo, los soviéticos comenzaron su ofensiva con ataques concéntricos a cada lado de Járkov (Segunda batalla de Járkov) y, en ambos lados, atravesaron las líneas alemanas, quedando la ciudad seriamente amenazada. Como respuesta, los generales alemanes aceleraron sus planes para su propia ofensiva, que se lanzó cinco días más tarde.

El 6.º Ejército Alemán atacó el saliente desde el sur y rodeó completamente a todo el ejército soviético que estaba asaltando Járkov. En los últimos días de mayo, los alemanes destrozaron las fuerzas que se encontraban dentro de la bolsa. De las tropas soviéticas enbolsadas, 70 000 soldados fueron muertos, 200 000 capturados y solo 22 000 consiguieron escapar. Los alemanes no se percataron de la magnitud de la victoria conseguida y, aunque no lo sabían, a principios de junio las extensas estepas del Cáucaso estaban virtualmente sin defensa.

Tardíamente, Hitler se había dado cuenta que no contaba con tantas fuerzas como para llevar a cabo una ofensiva en todos los sectores del Frente Oriental. No obstante, pensó que si sus ejércitos lograban apoderarse del petróleo y de las tierras fértiles del sur de Rusia, obtendrían los medios para poder continuar la guerra, privando a su vez al Ejército Rojo de su vital fuente de combustible y cereales. En abril, Hitler confirmó sus planes para la campaña principal en Rusia, de nombre en código Operación Azul. Los objetivos de la Operación Azul serían la destrucción del frente sur del Ejército Rojo, la consolidación del control en Ucrania, al oeste del río Volga, y la captura de los campos petrolíferos del Cáucaso. Los alemanes reforzaron al Grupo de Ejército Sur, transfiriendo divisiones de otros sectores y obteniendo divisiones de los aliados del Eje. A finales de junio, Hitler tenía 74 divisiones listas para la ofensiva, aunque solo 54 de ellas eran alemanas.

El plan alemán era un ataque de tres puntas en el sur de Rusia:

Se esperaba que estos movimientos diesen como resultado una serie de grandes bolsas de tropas soviéticas como en la Operación Barbarroja. Aunque los oficiales de la inteligencia soviética no sabían de donde vendría la principal ofensiva alemana de 1942, Stalin estaba convencido de que el principal objetivo alemán sería Moscú de nuevo, y un 50 % de todas las tropas del Ejército Rojo fueron desplegadas en esta región. Solo un 10 % de las tropas soviéticas estaban desplegadas en el sur de Rusia.

El 28 de junio de 1942, comenzó la Operación Azul. En todos frentes los soviéticos retrocedieron cuando los alemanes atravesaron sus defensas. El 5 de julio, elementos adelantados del 4.º Ejército Panzer alcanzaron el río Don cerca de Vorónezh y quedaron enzarzados en una amarga batalla para capturar la ciudad. Los soviéticos mantuvieron ocupado al 4.º Ejército Panzer, ganando un tiempo vital para reforzar sus defensas. De esta manera, por vez primera en la guerra, los soviéticos no estaban luchando para aguantar sin esperanza posiciones expuestas, sino para permitir una retirada organizada. Cuando la pinzas alemanas se cerraron, solamente encontraron rezagados y guardias de cobertura.

Enfadado con los retrasos, Hitler reorganizó al Grupo de Ejércitos Sur en dos Grupos de Ejércitos más pequeños: A y B. El Grupo de Ejércitos A incluía al 17.º Ejército, al 1.º Ejército Panzer y al 4.º Ejército Panzer. El Grupo de Ejércitos B incluía al 2.º Ejército, al 6.º Ejército, al 8.º Ejército Italiano, al 2.º Ejército Húngaro, y a los 3.º y 4.º Ejércitos Rumanos. El grueso de las fuerzas acorazadas ahora estaba concentrado en el Grupo de Ejércitos A, al que se le ordenó avanzar hacia los campo petrolíferos del Cáucaso, mientras que al Grupo de Ejércitos B se le ordenó capturar Stalingrado y defenderlo de cualquier contraataque soviético. La transferencia del 4.º Ejército Panzer lejos del 6.º Ejército ayudó al 1.er Ejército Panzer a cruzar la región baja del río Don, pero redujo el avance del 6.º Ejército a una marcha, dando más tiempo a los soviéticos a consolidar sus posiciones en Stalingrado.

El 23 de julio, el 6.º Ejército Alemán había tomado Rostov del Don, pero los soviéticos lucharon con una hábil acción de cobertura que enzarzó a los alemanes en una dura lucha urbana para tomar la ciudad. Esto también permitió que las principales formaciones soviéticas escapasen de un embolsamiento. Con el cruce del río Don asegurado en el sur y con el avance del 6.º Ejército yendo muy despacio, Hitler envió al 4.º Ejército Panzer para reunirse otra vez con el 6.º Ejército. A finales de julio, el 6.º Ejército reemprendió su ofensiva y el 10 de agosto limpió la orilla occidental del Don, pero los soviéticos aguantaron en algunas zonas, retrasando la marcha del 6.º Ejército hacia el este. En contraste, el Grupo de ejército A, después de cruzar el Don el 25 de julio, se había extendido en un amplio frente. El 17.º Ejército Alemán giró hacia el oeste, hacia el Mar Negro, mientras que el 1.er Ejército Panzer atacó hacia el sur y al este, barriendo un terreno abandonado en su mayor parte por los soviéticos en retirada. El 9 de agosto, el 1.er Ejército Panzer alcanzó las estribaciones de las montañas del Cáucaso, habiendo avanzando más de 450 kilómetros.

Después de limpiar de tropas soviéticas la orilla oeste del Don, el 6.º Ejército Alemán cruzó el río el 21 de agosto y empezó a avanzar hacia Stalingrado. La Luftwaffe bombardeó la ciudad matando 40 000 personas, convirtiendo gran parte de la ciudad en ruinas. El 6.º Ejército avanzó entonces sobre Stalingrado desde el norte, mientras que el 4.º Ejército Panzer avanzó desde el sur. Entre estos ejércitos y en el área desde el Don al Volga, se había creado un saliente. Dos ejércitos soviéticos defendían el saliente y, el 29 de agosto, el 4.º Ejército Panzer lanzó un gran ataque a través del saliente hacia Stalingrado. Se le ordenó al 6.º Ejército que hiciese lo mismo, pero los soviéticos montaron fuertes ataques contra el 6.º Ejército desde el norte que lo inmovilizaron durante tres días vitales, que hicieron posible que las fuerzas soviéticas escapasen al embolsamiento, y se retirasen hacia Stalingrado. Los soviéticos, que en este momento ya se habían dado cuenta que el plan alemán era apoderarse de los campos petrolíferos, empezaron a enviar un gran número de tropas desde el sector de Moscú para reforzar a sus tropas en el sur. Zhúkov asumió el mando del frente de Stalingrado y a principios de septiembre lanzó una serie de ataques desde el norte que retrasaron aún más el intento del 6.º Ejército de tomar la ciudad. A mediados de septiembre, el 6.º Ejército, después de neutralizar los contraataques soviéticos, reasumió otra vez la captura de la ciudad. El 13 de septiembre, los alemanes avanzaron a través de los suburbios del sur y para el 23 de septiembre de 1942, el principal complejo de fábricas estaba rodeado y la artillería alemana alcanzaba los muelles del río, a través de los cuales, los soviéticos evacuaban a los heridos y traían refuerzos. La lucha callejera feroz, el conflicto cuerpo a cuerpo de la clase más salvaje, se adueñaban ahora de Stalingrado. El agotamiento y las privaciones quitaban gradualmente las fuerzas a los hombres de ambos bandos, ya que una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial acababa de comenzar.

El 6.º Ejército, al mando del general Friedrich Paulus, no había sido equipado para luchar en un ambiente urbano, y le pidió a Hitler poder retirarse para reorganizar sus fuerzas, pero este, que había llegado a obsesionarse con la toma de Stalingrado, rehusó contemplar una retirada. El general Paulus, desesperado, usando sus últimas reservas lanzó otro ataque a principios de noviembre, ya que en este momento los alemanes habían conseguido capturar el 90 % de la ciudad. Los soviéticos, sin embargo, habían estado acumulando fuerzas frescas en los flancos de Stalingrado, que estaban en este momento severamente bajas de hombres por parte del Eje, ya que el grueso de las fuerzas alemanas estaba concentrado en la captura de la ciudad, y las tropas de los Socios del Eje se habían dejado guardando los flancos. El 19 de noviembre de 1942, los soviéticos lanzaron la Operación Urano, con ataques simultáneos que rompieron los débiles flancos enemigos, custodiados por tropas rumanas e italianas, y se encontraron en la ciudad de Kalach cuatro días más tarde, embolsando al 6.º Ejército en Stalingrado.

Los generales pidieron permiso para intentar romper el cerco, lo cual fue rechazado por Hitler, que ordenó al 6.º Ejército permanecer en Stalingrado, y les prometió que serían enviados suministros desde el aire hasta que fuesen rescatados. La palabra de Göring se vio duramente puesta en entredicho, pues de las 500 toneladas diarias de suministros prometidos, para apoyar a los soldados alemanes asediados, no llegaron a Stalingrado ni la décima parte.

Al mismo tiempo, los soviéticos lanzaron la Operación Marte en un saliente cerca de Moscú. Su objetivo era el inmovilizar al Grupo de Ejércitos Centro e impedir que pudiese reforzar a las fuerzas del Grupo de Ejércitos B en Stalingrado.

Mientras tanto, el avance del Grupo de Ejércitos A en el Cáucaso se había detenido cuando los soviéticos destruyeron las instalaciones petrolíferas, y se requeriría un año de trabajo para volverlas a hacer operativas, y los campos petrolíferos que quedaban, estaban al sur de las montañas del Cáucaso. Todo agosto y septiembre, las tropas de montaña alemanas sondearon para intentar encontrar un medio de pasar las montañas, pero para octubre, con el comienzo del invierno, no estaban más cerca de conseguir su objetivo. Con las tropas alemanas rodeadas en Stalingrado, el Grupo de Ejércitos A comenzó a replegarse.

En diciembre, el mariscal de campo Erich von Manstein, formó rápidamente una fuerza de socorro alemana compuesta con unidades del Grupo de Ejército A para liberar al aislado 6.º Ejército. Incapaz de obtener refuerzos del Grupo de Ejércitos Centro, la fuerza de socorro solo consiguió penetrar 50 kilómetros antes de ser forzada a retroceder por los soviéticos. Para final del año, el 6.º Ejército estaba en una situación desesperada, cuando la Luftwaffe solamente fue capaz de suministrar un sexto de los suministros que Hermann Goering había prometido.

En enero de 1943 se lleva a cabo la Operación «Iskra» Chispa, planeada por el Alto Mando soviético con el objetivo prioritario de romper el sitio de Leningrado. La planificación de la operación comenzó poco después del fracaso de la ofensiva de Siniávino (19 de agosto-10 de octubre de 1942).[38]​ La realización de la operación se encomendó al Frente de Leningrado y al Frente del Vóljov del Ejército Rojo[nota 2]​con el apoyo de la Flota del Báltico y de la Flotilla del Ládoga, del 12 al 30 de enero de 1943, con el objetivo de crear una conexión terrestre con Leningrado. Las fuerzas de ambos frentes se unieron el 18 de enero y el 22 de enero la línea del frente se había estabilizado. La operación abrió con éxito un corredor terrestre de entre ocho a diez kilómetros de ancho hasta la ciudad. Inmediatamente después de la operación, se construyó un ferrocarril a través del corredor que permitió que llegaran muchos más suministros a la ciudad que por el Camino de la Vida a través de la superficie congelada del lago Ládoga, reduciendo significativamente la posibilidad de captura de la ciudad y cualquier vínculo entre las tropas de Alemania y de Finlandia.[40]

Poco antes de rendirse al Ejército Rojo el 2 de febrero de 1943, Friedrich Paulus fue ascendido a mariscal de campo. De esta manera, Hitler le indicaba a Paulus que se suicidase, porque ningún Mariscal de Campo alemán había rendido jamás sus tropas o había sido cogido prisionero. De los 300 000 hombres del 6.º Ejército, solo sobrevivieron 91 000 para ser cogidos como prisioneros, incluyendo 22 generales, pero solo unos 5 000 hombres volverían a Alemania después de la guerra. Ésta llegó a ser la batalla más grande, y más costosa en vidas humanas, de la historia. En ambos lados murieron o fueron heridos alrededor de dos millones de personas, incluyendo civiles, siendo las bajas del Eje de aproximadamente unas 850 000.

El 10 de febrero de 1943, el Cuartel General del Mando Supremo (Stavka) lanzó la operación Estrella Polar, menos de dos semanas después de que la operación chispa, levantara parcialmente el sitio de Leningrado. El objetivo de esta nueva ofensiva era derrotar de manera decisiva al Grupo de Ejércitos Norte, levantando el asedio por completo, pero solo logró ganancias muy modestas a costa de un gran número de bajas.[41]​ El Ejército Rojo realizó otros intentos en 1943 para renovar su ofensiva y levantar el sitio por completo, pero solo lograron avances limitados en cada uno de ellos. El estrecho corredor a través del cual, discurría el Camino de la Victoria, permaneció dentro del alcance de la artillería alemana. Al mismo tiempo la artillería alemana de largo alcance continuó bombardeando la ciudad de forma intermitente. El Ejército Rojo no levantó completamente el asedio hasta un año después, el 27 de enero de 1944.[42]​ La ofensiva terminó un mes después, el 1 de marzo, cuando la Stavka ordenó a las tropas del Frente de Leningrado realizar una operación de seguimiento a través del río Narva, mientras que el Segundo Frente Báltico debía defender el territorio ganado en persecución del XVI Cuerpo de Ejército alemán.[43]

Aparte de Italia, Europa Occidental vio muy poca lucha desde septiembre de 1940 a junio de 1944. Fuerzas británicas y canadienses lanzaron un pequeño ataque en el pequeño puerto pesquero de la Francia ocupada en Dieppe, el 19 de agosto de 1942, cuyo objetivo era sondear y ganar información para una invasión de Europa que sucedería más tarde en la guerra. La batalla de Dieppe fue un desastre total, pero proporcionó información crítica acerca de las tácticas anfibias que serían utilizadas más tarde en la Operación Torch y la Operación Overlord.[44]

En diciembre de 1941, siguiendo al ataque japonés en Pearl Harbor, que llevó a los Estados Unidos a la guerra, Churchill y Roosevelt se encontraron en la Conferencia Arcadia. Acordaron que la derrota de Alemania tenía prioridad sobre la derrota del Japón. Para aliviar la presión alemana sobre la Unión Soviética, los Estados Unidos propusieron una invasión de Francia cruzando el canal en 1942. Los británicos se opusieron a esto, sugiriendo en vez de ello una pequeña invasión de Noruega o desembarcos en el África del Norte Francesa. La Declaración de las Naciones Unidas fue emitida, y los Aliados Occidentales invadieron primero el Norte de África.[45]

Con la entrada de los Estados Unidos en la contienda, la guerra aérea se volvió a favor de los Aliados a últimos de 1942. Las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos comenzaron a llevar a cabo los primeros bombardeos diurnos sobre Alemania, lo que permitió apuntar de manera mucho más precisa, pero expuso a los bombarderos a un mayor peligro que en el bombardeo nocturno. Mientras tanto, los británicos y los canadienses tomaron como objetivos las ciudades alemanas y las industrias de guerra para el bombardeo nocturno. Este esfuerzo fue orquestado por el Primer Mariscal del Aire Harris, que llegó a ser conocido como Bombardero Harris. Los ataques en masa, que podían llegar a tener entre quinientos a mil bombarderos pesados[cita requerida], fueron realizados contra aeropuertos, centros industriales, bases de submarinos, centros de ferrocarril, depósitos de combustible y, en los últimos estados de la guerra, los lugares de lanzamiento para armas tales como el misil V-1 o el cohete V2. Aparte de instalaciones industriales y militares, las ciudades alemanas sufrieron duros bombardeos que se saldaron con cientos e incluso miles de civiles muertos.

Los aliados también empezaron misiones de sabotaje contra Alemania, tales como la Operación Antropoide, en la que Reinhard Heydrich, el arquitecto de la Solución final, fue asesinado en mayo de 1942 por agentes de la resistencia checa que habían volado desde el Reino Unido.[46]​ Hitler ordenó graves represalias contra los ocupantes del cercano pueblo checoslovaco de Lídice. Todo el tiempo, los Aliados continuaron construyendo e incrementando sus fuerzas en el Reino Unido para una eventual invasión de Europa Occidental que fue planeada para finales de primavera, o para principios del verano de 1944.

La rendición de las fuerzas del Eje en Túnez el 13 de mayo de 1943, dejó como resultado 250 000 prisioneros. La Guerra del Norte de África, resultó un desastre para Italia, y cuando los Aliados invadieron Sicilia el 10 de julio en la Operación Husky, capturando la isla en poco menos de un mes, el régimen de Benito Mussolini se colapsó. El 25 de julio, fue destituido de su cargo por Víctor Manuel III, el Rey de Italia, y arrestado con el consentimiento del Gran Consejo Fascista. Un nuevo gobierno, dirigido por Pietro Badoglio, tomó el poder y declaró ostensiblemente que Italia permanecería en la guerra. Badoglio ya había empezado a tener negociaciones secretas de paz con los Aliados.

Los Aliados invadieron la Italia continental el 3 de septiembre de 1943. Italia se rindió a los Aliados el 8 de septiembre, como había sido acordado en las negociaciones. La familia real y el gobierno de Badoglio escaparon hacia el sur, dejando al Ejército Italiano sin órdenes, mientras que los alemanes continuaron la lucha, forzando a los Aliados a una parada completa en el invierno de 1943-1944 en la Línea Gustav al sur de Roma.

En el norte, Mussolini, fue liberado por orden de Hitler, por un grupo de paracaidistas de las SS de Alemania bajo el mando de Otto Skorzeny el 12 de septiembre de 1943. Con el apoyo nazi, creó lo que era de hecho un gobierno títere, la República Social Italiana o República de Saló, llamada así por la nueva capital en Saló en el lago de Garda. En estos momentos, los grupos clandestinos de oposición a Mussolini y a la ocupación alemana se habían armado y habían comenzado una guerra de guerrillas para desestabilizar su poder. A este movimiento subversivo se le conoce como Resistencia italiana.

A mediados de 1943 se produjo la quinta y final ofensiva del Sutjeska de los alemanes contra los partisanos yugoslavos.

Siguiendo la rendición Italiana, las tropas alemanas tomaron la defensa de la península Itálica y establecieron la Línea Gustav en los Montes Apeninos del sur, al sur de Roma. Los Aliados fueron incapaces de romper esta línea, y así intentaron rodearla con un desembarco anfibio en Anzio el 22 de enero de 1944. El desembarco, llamado Operación Shingle, fue rodeado rápidamente por los alemanes y parado en seco, haciendo que Churchill comentase: «En vez de lanzar un gato salvaje a la costa, todo lo que tenemos es una ballena varada».

Incapaz de flanquear la Línea Gustav, los Aliados intentaron de nuevo, romperla mediante asaltos frontales. El 15 de febrero, el monasterio de Montecassino, fundado en el 524 por San Benito fue destruido por bombarderos estadounidenses B-17 y B-26. Paracaidistas de élite alemanes se lanzaron inmediatamente sobre las ruinas para defenderlas. Desde el 12 de enero hasta el 18 de mayo, fue asaltado cuatro veces por las tropas Aliadas, con el resultado de unas pérdidas de 54 000 bajas aliadas y de 20 000 soldados alemanes.

Después de unos meses, se rompió la línea Gustav y los Aliados avanzaron hacia el norte. El 4 de junio, Roma fue liberada, y el ejército Aliado alcanzó Florencia en agosto. Fue entonces detenido en la Línea Gótica en los Apeninos toscanos durante el invierno.

Después de la rendición del 6.º Ejército Alemán en Stalingrado el 2 de febrero de 1943, el Ejército Rojo lanzó ocho ofensivas durante el invierno. Muchas estaban concentradas a lo largo de la cuenca del Don cerca de Stalingrado. Estos ataques resultaron en ganancias iniciales, hasta que las fuerzas alemanas fueron capaces de tomar ventaja de la sobre extensión y debilitada condición del Ejército Rojo, y lanzar un contraataque para recapturar la ciudad de Járkov y áreas circundantes. Esta sería la última victoria estratégica importante de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.

Las lluvias de primavera impidieron las operaciones en la Unión Soviética, pero ambos lados usaron este tiempo para prepararse para la inevitable batalla que llegaría en el verano. La fecha del comienzo de la ofensiva se había movido repetidamente, debido a que retrasos en su preparación habían forzado a los alemanes a posponer el ataque. El 4 de julio, la Wehrmacht, después de reunir la concentración de poder de fuego más grande de toda la Segunda Guerra Mundial, lanzó su ofensiva contra la Unión Soviética en el saliente de Kursk. Los soviéticos conocían sus intenciones, y se apresuraron a defender el saliente con un sistema enorme de defensas en el terreno. Los alemanes atacaron a la vez desde el norte y el sur del saliente y esperaban encontrarse en el medio, cortar el saliente y atrapar a 60 divisiones soviéticas. La ofensiva alemana en el sector Norte fue abortada cuando consiguieron realizar muy pocos progresos a través de las defensas soviéticas, pero en el sector Sur hubo verdadero peligro de producirse una penetración alemana. Los soviéticos trajeron entonces sus reservas para contener el empuje alemán en el sector Sur, y la consiguiente batalla de Kursk, llegó a ser la batalla de tanques más grande de la guerra, cerca de la ciudad de Projorovka. Los alemanes ya no tenían reservas de consideración, habiendo agotado sus fuerzas acorazadas y no pudieron parar la contraofensiva soviética que los lanzó de vuelta a sus posiciones de partida.

Los soviéticos capturaron Járkov después de su victoria en Kursk, y con la amenaza de las lluvias del otoño, Hitler estuvo de acuerdo en una retirada general a la línea del Dnieper en agosto. A fines de septiembre, los alemanes encontraron la línea del Dnieper imposible de sostener cuando crecieron las cabezas de puente soviéticas. Ciudades importantes del Dniéper empezaron a caer, siendo la primera Zaporozhye, seguida por Dnepropetrovsk. A principios de noviembre los soviéticos penetraron a través de sus cabezas de puente a ambos lados de Kiev y recapturaron la capital ucraniana. El 1.er Frente Ucraniano atacó en Korosten en Nochebuena, y el avance soviético continuó a lo largo de la línea del ferrocarril hasta que se alcanzó la frontera polaco-soviética de 1939.

El 26 de enero de 1944, después de la exitosa Ofensiva de Leningrado-Nóvgorod, Iósif Stalin declaró que el Sitio de Leningrado había sido levantado y que las fuerzas alemanas fueron expulsadas del óblast de Leningrado.[48]​ Poco después, Nóvgorod también fue liberada y en febrero el avance soviético se detuvo en la frontera con Estonia, después de haber hecho retroceder 100 kilómetros el frente y liberar por completo la región de Leningrado.

«De pronto, Leningrado emergió de la oscuridad ante nuestros ojos», escribió la poetisa Olga Bergholz. «Hasta las últimas grietas en los muros, la ciudad nos fue reveladaː bombardeada, acribillada y marcada con sus ventanas de madera contrachapada. Y vimos que a pesar de tantos golpes crueles, Leningrado conservaba su orgullosa belleza. Bajo las luces azuladas, rosadas, verdes y blancas, la ciudad nos pareció tan austera y conmovedora que no nos cansábamos de contemplarla».[49]

Para marzo los soviéticos golpearon en Rumanía desde Ucrania. Las fuerzas soviéticas rodearon al 1.er Ejército Panzer, al norte del río Nistru. Los alemanes escaparon de la bolsa en abril, salvando a la mayoría de sus hombres pero perdiendo su equipo pesado. Durante abril, el Ejército Rojo lanzó una serie de ataques cerca de la ciudad de Iaşi, Rumanía, con el objetivo de capturar el sector, estratégicamente importante, que esperaban usar de trampolín para lanzarse hacia Rumanía para una ofensiva de verano. Cuando lanzaron el ataque a través del bosque de Târgu Frumos los soviéticos fueron rechazados por los alemanes y las fuerzas rumanas, al defender con éxito las fuerzas del Eje el sector a través del mes de abril.

Cuando las tropas soviéticas se acercaron a Hungría, las tropas alemanas ocuparon Hungría el 20 de marzo. Hitler pensó que el líder húngaro, el almirante Miklós Horthy ya no podía considerarse un aliado fiable. Otro de los aliados del Eje, Finlandia, había buscado una paz separada con Stalin en febrero de 1944, pero no aceptaron los términos iniciales que se les ofrecieron. El 9 de junio, la Unión Soviética comenzó la Ofensiva de Víborg-Petrozavodsk en el Istmo de Karelia que, después de tres meses, forzó a Finlandia a aceptar un armisticio.

Antes que los soviéticos pudiesen comenzar su ofensiva de verano hacia Bielorrusia, tenían que limpiar la península de Crimea de fuerzas del Eje. Restos del 17.º Ejército alemán del Grupo de Ejércitos Sur y algunas fuerzas rumanas, habían sido aisladas y dejadas atrás en la península cuando los alemanes se habían retirado de Ucrania. A principios de mayo, el 3.er Frente Ucraniano del Ejército Rojo atacó a los alemanes y la consiguiente batalla fue una victoria completa para las fuerzas soviéticas, fracasando un chapucero esfuerzo de evacuación a través del Mar Negro por parte de los alemanes (véase ofensiva de Crimea).

Con Crimea limpia, la largamente esperada ofensiva soviética de verano, de nombre en código, Operación Bagration, comenzó el 22 de junio de 1944, con 2,5 millones de hombres y 6000 tanques. Su objetivo era limpiar Bielorrusia de tropas alemanas, y aplastar al Grupo de Ejército Centro Alemán que estaba defendiendo ese sector. La ofensiva se organizó para coincidir con los desembarcos Aliados en Normandía, pero retrasos hicieron que la ofensiva tuviese que ser pospuesta por algunas semanas. La subsiguiente batalla resultó en la destrucción del Grupo de Ejército Centro Alemán, y en unas 800 000 bajas alemanas, la derrota más grande de la Wehrmacht durante la guerra. Los soviéticos continuaron imparables adelante, alcanzando los alrededores de Varsovia el 31 de julio.

La proximidad del Ejército Rojo, hizo que los polacos de Varsovia pensasen que serían liberados pronto. El 1 de agosto, se rebelaron como parte de la más amplia Operación Tempest. Casi 40 000 luchadores de la resistencia polaca tomaron el control de la ciudad. Los soviéticos, sin embargo, no avanzaron más. [2] La única ayuda que recibieron los polacos fue fuego de artillería, cuando unidades del ejército alemán, que se movían dentro de la ciudad para acallar la revuelta, recibieron disparos de artillería soviética. La resistencia acabó el 2 de octubre. Después unidades alemanas destruyeron la mayor parte de lo que había quedado de la ciudad.

Después de la destrucción del Grupo de Ejército Centro Alemán, los soviéticos atacaron a las fuerzas alemanas en el sur a mediados de julio de 1944, y en el plazo de un mes habían limpiado Ucrania de la presencia alemana, infligiéndoles graves pérdidas a los alemanes. Una vez que Ucrania fue limpiada, las tropas soviéticas golpearon en Rumanía. El 2.º y 3.er Frentes Ucranianos del Ejército Rojo, se enzarzaron con el Heeresgruppe Südukraine alemán, que estaba constituido por formaciones alemanas y rumanas, en un operación para ocupar Rumanía y destruir las formaciones Alemanas en el sector. El resultado de la batalla de Rumanía fue una victoria completa para el Ejército Rojo, y significó el paso de Rumanía desde el campo del Eje hacia el campo Aliado. Bulgaria se rindió al Ejército Rojo en septiembre. Siguiendo a los alemanes en retirada desde Rumanía, los soviéticos entraron en Hungría en octubre de 1944 pero el 6.º Ejército Alemán rodeó y destruyó tres cuerpos del Grupo Pliyev del Mariscal Rodión Yakovlevich Malinovsky cerca de Debrecen, en Hungría. Los soviéticos habían esperado con su rápido asalto la captura de Budapest, pero fueron rechazados y Hungría permanecería como aliada de Alemania hasta el fin de la guerra en Europa. Esta batalla sería la última victoria alemana en el Frente Oriental.

Los soviéticos se recobraron de su derrota en Debrecen, y las columnas adelantadas del Ejército Rojo colaboraron con los Partisanos yugoslavos en la liberaron Belgrado a últimos de noviembre y alcanzaron Budapest el 29 de diciembre de 1944, rodeando la ciudad y atrapando unas 188 000 tropas del Eje, incluyendo muchas Waffen-SS alemanas. Los alemanes aguantaron hasta el 13 de febrero de 1945, y el asedio se convirtió en uno de los más sangrientos de la guerra. Mientras tanto el 1.er, 2.º y 3.er Frentes del Báltico del Ejército Rojo entablaron combate con los restos del Grupo de Ejército Centro y del Grupo de Ejércitos Norte para capturar la región báltica de manos alemanas en octubre de 1944. El resultado de la consiguiente serie de batallas fue la pérdida permanente de contacto entre los Grupos de Ejército Norte y Centro, y la creación de la bolsa de Curlandia en Letonia, donde los ejércitos alemanes 16.º y 18.º fueron atrapados, con un total de unos 250 000 hombres, y allí permanecerían hasta el final de la guerra.

El 30 de junio, los Aliados lanzaron la Operación Cartwheel, una operación de gran estrategia para el Pacífico Sur y Suroeste, encaminada a aislar la base Japonesa más importante, Rabaul, antes de proceder a la campaña de «saltar de isla en isla» hacia Japón. Había tres objetivos principales: volver a capturar Tulagi y las Islas Santa Cruz; volver a conquistar la costa norte de Nueva Guinea, y las Islas Salomón centrales; y la toma de Rabaul y bases cercanas.

Para septiembre, las fuerzas australianas y estadounidenses en Nueva Guinea habían capturado las bases más importantes Japonesas en Salamaua y Lae. Poco después se lanzaron sobre la Península Huon, la cadena montañosa Finisterre, Bougainville, y las campañas de Nueva Bretaña.

En noviembre, los marines de Estados Unidos vencieron en la batalla de Tarawa. Este fue el primer asalto anfibio con una oposición muy fuerte en el teatro del Pacífico. La gran cantidad de bajas que sufrieron los Marines, desató una tormenta de protestas en los Estados Unidos, donde no se podía comprender que se sufriesen pérdidas tan grandes por una diminuta y aparentemente sin importancia isla. Los Aliados adoptaron una política de puentear algunas islas fuertes Japonesas y dejarlas "pudrirse en el árbol", rotos sus suministros y tropas de refresco.

El avance aliado continuó en el Pacífico con la captura de las Islas Marshall antes de finales de febrero. Unos 42 000 soldados del Ejército y Marines de los Estados Unidos desembarcaron en el atolón Kwajalein el 31 de enero. Se produjo una batalla muy dura, y la isla fue conquistada el 6 de febrero. Después los Marines de Estados Unidos volvieron a derrotar a los Japoneses en la batalla de Eniwetok.

El objetivo estratégico de los Estados Unidos era el conseguir bases aéreas para poder bombardear Japón con sus nuevos B29, en las Islas Marianas, especialmente Saipán, Tinian y Guam. El 11 de junio, la flota Naval de los Estados Unidos bombardeó Saipán, defendido por 32 000 tropas japonesas; La batalla de Saipán comenzó el día 15, cuando 77 000 marines desembarcaron, consiguiendo asegurar la isla el 9 de julio. Los Japoneses emplearon toda su menguante fuerza naval en la batalla del Mar de Filipinas, pero sufrieron graves pérdidas en barcos y aviones. Después de la batalla, la fuerza de portaaviones Japonesa ya no era efectiva militarmente. Con la captura de Saipán, Japón estaba al fin al alcance de los bombarderos B-29.

Guam fue invadida el 21 de julio y conquistada el 10 de agosto, pero los japoneses lucharon fanáticamente. Las operaciones de limpieza continuaron mucho tiempo después de que la batalla de Guam hubiese acabado oficialmente. La isla de Tinian fue invadida el 24 de julio y fue tomada el 1 de agosto. Esta operación vio el uso por vez primera del napalm en una guerra.[51]

Las tropas del general MacArthur liberaron las Filipinas, desembarcando en la isla de Leyte el 20 de octubre. Los Japoneses se habían preparado, dispuestos a una defensa a toda costa, y usaron los últimos restos de sus fuerzas navales en un intento fallido para destruir la fuerza de invasión en la batalla del Golfo de Leyte, desde el 23 de octubre hasta el 26 de octubre de 1944, la batalla naval más grande de la historia del mundo moderno. Esta fue la primera batalla en la que los Japoneses emplearon ataques kamikaze. El acorazado Japonés Musashi, uno de los dos acorazados más grandes jamás construidos, fue hundido por 19 torpedos estadounidenses y 17 bombas.

A lo largo de 1944, los submarinos y aviones Aliados atacaron la marina mercante Japonesa, y privaron a la industria japonesa de las materias primas, por cuya obtención Japón había ido a la guerra. El principal objetivo era el petróleo, y Japón estaba casi seco a finales de 1944. En 1944, los submarinos hundieron unos dos millones de toneladas de carga,[52]​ mientras que los Japoneses solamente fueron capaces de reemplazar menos de un millón de toneladas.[53]​ El 6.º Ejército de los Estados Unidos desembarcó en Luzón, la principal isla de las Filipinas. Manila fue reconquistada en marzo.

Los Estados Unidos capturaron Iwo Jima en febrero. La isla era psicológicamente importante porque era un territorio tradicional Japonés, administrado por la prefectura de Tokio. Estaba fuertemente defendido con muchos túneles, trincheras y fuertes bajo tierra, pero eventualmente fue conquistado por los Marines, después de que hubiesen capturado el Monte Suribachi, un punto clave de la defensa. Iwo Jima probó ser de un valor incalculable debido a sus dos campos de aviación que fueron usados para los aterrizajes de emergencia de los B29, y porque estaba bastante cerca de Japón como para proveer escolta de cazas a los bombarderos, y así alcanzar las islas de origen japonesas.[54]

Con la consiguiente captura de Okinawa (desde abril hasta junio), los Estados Unidos trajeron a la tierra natal de los Japoneses, dentro de un radio de acción más cómodo, para sus ataques navales y aéreos. Los japoneses defendieron la isla con tropas terrestres, kamikazes, y con la misión suicida del acorazado Yamato, que fue hundido por los bombarderos en picado estadounidenses. Junto con docenas de otras ciudades Japonesas, Tokio fue bombardeado con bombas incendiarias, y murieron cerca de 90 000 personas en el ataque inicial. Las condiciones de vida hacinadas alrededor de los centros de producción y las construcciones residenciales de madera contribuyeron a las cifras tan grandes de pérdidas humanas. Además, los puertos y las mayores áreas de tránsito marítimo de Japón fueron saturadas con minas colocadas desde el aire, en la Operación Starvation, que desorganizó totalmente la logística de la nación isla.

La última ofensiva importante en el área del Pacífico Sudoeste fue la Campaña de Borneo de mediados de 1945, cuyo objetivo era aislar más aún, a las fuerzas japonesas que quedaban en el Sureste de Asia, y asegurar la liberación de los prisioneros de guerra aliados.

En abril de 1944, los japoneses comenzaron la Operación Ichigo, para asegurar la ruta férrea entre Peking y Nankín, y para limpiar el sur de China de campos de aviación estadounidenses bajo el mando del general Chennault.[55]​ La operación tuvo éxito, ya que abrió un corredor continuo entre Peking e Indochina, y forzó la recolocación de los campos de aviación más tierra adentro.Sin embargo, falló en la destrucción del ejército de Chiang Kai-shek, y los estadounidenses pronto adquirieron las Marianas, desde las que podían bombardear las islas de origen japonesas.

Mientras los estadounidenses continuaban sin pausa la construcción de la carretera de Ledo desde la India hasta China, en marzo de 1944, los japoneses empezaron su propia ofensiva hacia la India. Esta "Delhi Chalo" ('Marcha hacia Delhi') fue iniciada por Netaji Subhas Chandra Bose,[56]​ el comandante del Ejército Nacional Indio (una fuerza compuesta de prisioneros de guerra del Ejército Indio Británico, que habían sido capturados por los japoneses y que habían decidido unirse a la guerra en un intento para librar a la India de sus gobernantes coloniales, y desde ahí obtener la independencia).[57]​ Los japoneses intentaron destruir a las principales fuerzas indias y británicas en Kohima e Imphal, resultando en algunos de los combates más feroces de la guerra. Mientras que las tropas aliadas que estaban cercadas eran reforzadas y suministradas por aviones de transporte hasta que tropas frescas consiguieron romper el asedio, los japoneses, debido en parte a las lluvias torrenciales, agotaron sus suministros y empezaron a pasar hambre. Las fuerzas supervivientes se retiraron eventualmente perdiendo 85 000 hombres, una de las derrotas más grandes del Japón durante la guerra.

Durante el monzón desde agosto hasta noviembre de 1944, los japoneses fueron perseguidos hasta el río Chindwin en Birmania. Con el comienzo de la estación seca a principios de 1945, las fuerzas estadounidenses y chinas finalmente completaban la carretera de Ledo, aunque demasiado tarde como para tener ningún efecto decisivo. El 14.º Ejército Británico, compuesto de unidades indias, británicas y africanas, lanzó una ofensiva en Birmania central. Las fuerzas Japonesas fueron derrotadas decisivamente, y los aliados los persiguieron hacia el sur, conquistando Rangún el 2 de mayo (véase Operación Drácula).

En la primavera de 1944, se habían completado las preparaciones aliadas para la invasión de Francia. Se habían reunido unas 120 divisiones con unos dos millones de hombres, de los cuales 1,3 millones eran estadounidenses, 600 000 eran británicos y el resto unidades canadienses, franceses libres y polacos. La invasión se emplazó para el 5 de junio pero debido al mal tiempo se pospuso para el 6 de junio de 1944.[59]​ Entre el 85 y el 90 por ciento de todas las tropas alemanas estaba desplegado en el Frente Oriental, y solo unos 400 000 alemanes en dos ejércitos, el 7.º Ejército alemán y el recién creado 5.º Ejército Panzer eran todo lo que Alemania podía reservar para defenderse contra la invasión aliada. Los alemanes habían construido también una serie de fortificaciones elaboradas a lo largo de la costa, llamadas el Muro del Atlántico para detener la invasión, pero en muchos sitios el Muro estaba incompleto o destruido a causa de los bombardeos aliados, cuya superioridad en aviación era apabullante. Las fuerzas aliadas, bajo el mando supremo de Dwight D. Eisenhower, habían lanzado una elaborada campaña de engaños, para convencer a los alemanes que los desembarcos ocurrirían en el área de Calais, lo que causó que los alemanes desplegaran gran parte de sus fuerzas en ese sector. Solamente 50 000 alemanes estaban desplegados en el sector de Normandía el día de la invasión.

La invasión comenzó cuando se lanzaron 17 000 paracaidistas en Normandía para servir como una fuerza de distracción e impedir que los alemanes atacasen las playas. Al apuntar el día, una flota naval inmensa apoyada por aviones bombardeó las defensas alemanas en las playas, pero debido al mar que estaba muy agitado, muchos barcos fallaron su blanco. Se desembarcó en cinco puntos conocidos en clave como Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword. Los estadounidenses en particular, sufrieron fuertes pérdidas en la playa de Omaha debido a que las fortificaciones alemanas estaban intactas. Sin embargo, al final del primer día, se habían cumplido muchos de los objetivos aliados, incluso habiendo sido muy optimista el objetivo británico de capturar Caen. Los alemanes no lanzaron ningún contraataque significativo sobre las playas, salvo una contraofensiva de los panzer que separó Juno y Sword, ya que Hitler creía que los desembarcos eran una distracción. Solamente tres días más tarde, el Alto Mando alemán se dio cuenta de que Normandía era el lugar de la verdadera invasión, pero para entonces, los Aliados habían consolidado sus cabezas de playa.

Relato de un testigo del desembarco en Omaha, Cornelius Ryan, famoso tras la guerra por su libro "Normandía":

El terreno «bocage» de Normandía, donde los estadounidenses habían desembarcado, era ideal para la guerra defensiva. No obstante, los estadounidenses progresaron de forma constante y capturaron el puerto de aguas profundas de Cherburgo el 26 de junio, uno de los objetivos primarios de la invasión. Sin embargo, los alemanes habían minado el puerto y destruido muchas de las instalaciones antes de rendirlo, y haría falta otro mes antes de que el puerto pudiese ser habilitado para un uso limitado. Los británicos lanzaron otro ataque el 13 de junio para capturar Caen, pero fueron rechazados debido a que los alemanes habían reforzado la ciudad con un gran número de tropas en la ciudad para retenerla. La ciudad permanecería todavía en manos alemanas durante otras 6 semanas.

El 23 de julio, en la Operación Cobra, las fuerzas mecanizadas estadounidenses consiguieron forzar la salida por el lado oeste de la cabeza de playa de Normandía gracias a su superioridad numérica, al poder de fuego aliado y a tácticas mejoradas. Cuando Hitler supo de la salida estadounidense, ordenó a sus fuerzas en Normandía que lanzasen una contraofensiva inmediata. Sin embargo, las fuerzas alemanas que se movían en campo abierto, eran un objetivo fácil para la aviación aliada, ya que al principio habían escapado de los ataques aéreos aliados, debido solamente a sus posiciones defensivas bien camufladas.

Los estadounidenses colocaron fuertes formaciones en sus flancos para que neutralizaran los ataques, y empezaron entonces a rodear al 7.º Ejército alemán y a grandes partes del 5.º Ejército Panzer en la bolsa de Falaise. Fueron capturados unos 50 000 alemanes, pero 100 000 consiguieron escapar de la bolsa, aunque sin sus tanques ni armamento pesado. Todavía peor para los alemanes, fue que los británicos y canadienses que habían estado bloqueados en su sector, ahora hicieron una brecha en las líneas alemanas. Se había desvanecido cualquier esperanza que tuviesen los alemanes de contener el avance aliado en Francia, formando una nueva línea defensiva. Los aliados se precipitaron por toda Francia, avanzando 1 000 kilómetros en dos semanas.[60]​ Las fuerzas alemanas se retiraron hacia el Norte de Francia, Países Bajos y Bélgica. Las fuerzas aliadas estacionadas en Italia invadieron la Riviera francesa el 15 de agosto de 1944, y enlazaron con las fuerzas de Normandía. La resistencia francesa clandestina en París, se levantó contra los alemanes el 19 de agosto, y una división acorazada francesa bajo el mando del general Philippe Leclerc, presionando a la vanguardia desde Normandía, recibió la rendición de las fuerzas alemanas de la ciudad, y liberó a la ciudad el 25 de agosto.

Los alemanes lanzaron la bomba volante V-1, el primer misil de crucero del mundo, para atacar blancos en el sur de Inglaterra y en Bélgica. Más tarde, emplearían el cohete V2, un misil balístico guiado de combustible líquido. Ninguna de estas armas era muy precisa y podían solamente ser apuntadas hacia blancos grandes, como las ciudades. Tuvieron muy poco impacto militar, pero su intención era más bien la desmoralización de los civiles.

Los problemas logísticos eran una constante en el avance aliado hacia el este, ya que las líneas de suministro todavía venían desde las playas de Normandía. Los paracaidistas aliados y las fuerzas acorazadas intentaron un avance para ganar la guerra, a través de los Países Bajos y el Rin con la Operación Market Garden en septiembre, pero fueron rechazados. Una victoria decisiva lograda por el 1.er Ejército canadiense en la batalla del Escalda, aseguró la entrada al puerto de Amberes, con lo cual se pudo usar para recibir suministros a últimos de noviembre de 1944. Mientras tanto, los estadounidenses lanzaron un ataque a través del bosque de Hurtgen en septiembre; los alemanes, a pesar de tener menor número de hombres, fueron capaces de rechazar a los estadounidenses durante cinco meses, usando el difícil terreno y buenas posiciones defensivas. En octubre, los estadounidenses capturaron, Aquisgrán, la primera ciudad importante alemana en ser ocupada.

Hitler había estado planeando desde mediados de septiembre una contraofensiva importante contra los aliados. El objetivo del ataque sería la captura de Amberes. La captura o destrucción de Amberes no solo cortaría los suministros a los ejércitos aliados, también dividiría a las fuerzas aliadas en dos, desmoralizando la alianza y forzando a sus líderes a negociar. Para el ataque, Hitler concentró lo mejor de lo que le quedaba de sus fuerzas, en el Oeste. El 5.º Ejército Panzer, el reconstruido 7.º Ejército y el recién creado 6.º Ejército Panzer, en total, 240 000 hombres en 28 divisiones, 1 200 tanques y cañones de asalto. La ofensiva empezó el 16 de diciembre de 1944, con una barrera artillera disparada por 900 cañones alemanes. Una hora más tarde, los tres ejércitos alemanes golpearon la línea estadounidense del frente. Hitler lanzó su golpe hacia Amberes a través de las Ardenas, en el sur de Bélgica, una región llena de colinas y en algunos lugares llena de espesos bosques, y el lugar de su victoria en 1940.

El ataque del 6.º Ejército Panzer tuvo un progreso lento, pero una de sus puntas de lanza consiguió penetrar en las líneas estadounidenses y lanzarse con rapidez hacia el río Mosa. En el Sur, el 5.º Ejército Panzer penetró a través de la inexperta infantería estadounidense. El avance alemán fue retrasado en Saint-Vith, población que las fuerzas estadounidenses defendieron durante varios días. En el vital nudo de carreteras de Bastogne, los alemanes sitiaron la ciudad, defendida por la 101.ª División Aerotransportada, pero no consiguieron tomarla. Algunas unidades alemanas sobrepasaron Bastogne, pero el avance principal fue bloqueado. La ofensiva alemana tuvo un gran impacto en los comandantes aliados, ya que no creían que los alemanes aún tuvieran capacidad para organizar una ofensiva a gran escala. Muchas de las tropas alemanas que atacaban eran veteranos del Frente Oriental, y sabían como combatir en invierno. Un cielo denso y cubierto había impedido el uso de sus aviones de reconocimiento y de ataque a tierra a los estadounidenses. Sin embargo, los aliados estaban empezando a recuperarse de su impacto inicial y el 1.er Ejército y el 9.º Ejército se reagruparon para bloquear cualquier intento de avance de los alemanes hacia el Norte. El 3.º Ejército de Patton hizo un giro rápido de 90 grados y golpeó el flanco sur alemán. El 26 de diciembre, el 3.º Ejército había liberado Bastogne. El clima en estos momentos había mejorado, permitiendo liberar todo el poder aéreo aliado, hasta detener el ataque terrestre alemán en Dinant. En un intento para mantener el impulso de la ofensiva los alemanes lanzaron un ataque aéreo masivo contra los campos de aviación aliados en los Países Bajos el 1 de enero de 1945. Los alemanes destruyeron 465 aviones pero perdieron 277 de sus propios aviones. Mientras que los aliados recuperaron sus pérdidas en cuestión de días, la Luftwaffe no, por lo que ya no fue capaz de lanzar más ataques aéreos importantes.[61]​ Las fuerzas aliadas del norte y el sur se encontraron en Houffalize, y a finales de enero habían empujado a los alemanes a sus posiciones de partida. Se habían desperdiciado meses de la producción de guerra del Reich, en un momento en el que las fuerzas alemanas del Frente Oriental necesitaban esos recursos desesperadamente, ya que el Ejército Rojo se estaba preparando para su masiva ofensiva contra Alemania.

Con los Balcanes y la mayor parte de Hungría limpias de tropas alemanas a últimos de diciembre de 1944, los soviéticos comenzaron un redespliegue masivo de sus fuerzas hacia Polonia para su inminente ofensiva de invierno. Los preparativos soviéticas todavía estaban en marcha, cuando Churchill le pidió a Stalin que lanzase su ofensiva tan pronto como fuera posible para aliviar la presión alemana en el Oeste. Stalin accedió y la ofensiva fue dispuesta para el 12 de enero de 1945. Los ejércitos de Kónev atacaron a los alemanes en el sur de Polonia y se expandieron desde su cabeza de puente en el río Vístula cerca de Sandomierz. El 14 de enero, los ejércitos de Rokossovsky atacaron desde el río Narew al norte de Varsovia. Los ejércitos de Zhúkov, situados en el centro, atacaron desde sus cabezas de puente cerca de Varsovia. La ofensiva combinada soviética rompió las defensas que cubrían Prusia Oriental, dejando el frente Alemán en un completo caos.[cita requerida]

Zhúkov tomó Varsovia el 17 de enero y, ya el 19 de enero, sus tanques habían llegado a Łódź. Ese mismo día, las fuerzas de Kónev alcanzaron la frontera alemana anterior a la guerra. Al final de la primera semana de la ofensiva, los soviéticos habían penetrado 160 kilómetros en profundidad, en un frente que tenía 650 kilómetros de ancho. La apisonadora soviética se paró finalmente en el río Óder al final de enero, a solo 60 kilómetros de Berlín.

Los soviéticos habían esperado capturar Berlín para mediados de febrero, pero resultó una previsión demasiado optimista. La resistencia alemana que casi se había colapsado en la fase inicial del ataque, se había endurecido tremendamente. Las líneas soviéticas de suministro estaban sobreextendidas y la disciplina entre las tropas soviéticas en el momento que fueron lanzadas sobre suelo alemán se colapsó. El deshielo de primavera, la falta de apoyo aéreo, y el miedo a ser rodeados a través de ataques de flanco desde Prusia Oriental, Pomerania y Silesia, condujo a un alto general de la ofensiva soviética. El recién creado Grupo de Ejércitos Vístula, bajo el mando de Heinrich Himmler, intentó un contraataque en el flanco expuesto del Ejército Rojo pero había fallado para el 24 de febrero. Esto hizo que Zhúkov tuviese claro que el flanco tenía que ser asegurado antes que pudiese montarse cualquier ataque sobre Berlín. Los soviéticos reorganizaron entonces sus fuerzas y golpearon hacia el norte, limpiando Pomerania, y después atacaron hacia el sur y limpiaron Silesia de tropas alemanas. En el sur, tres intentos alemanes de liberar la asediada guarnición de Budapest fallaron, y la ciudad cayó ante los soviéticos el 13 de febrero. Los alemanes contraatacaron otra vez; Hitler insistía en la tarea imposible de recuperar el río Danubio. El 16 de marzo, el ataque había fallado, y el Ejército Rojo contraatacó ese mismo día. El 30 de marzo, entraron en Austria y capturaron Viena el 13 de abril.

Hitler creía que el objetivo principal para la inminente ofensiva Soviética sería en el sur cerca de Praga, y no Berlín, y había enviado las últimas reservas alemanas a defender en ese sector. El principal objetivo del Ejército Rojo era realmente Berlín y para el 16 de abril estaba listo para comenzar su asalto final sobre Berlín. Las fuerzas de Zhúkov golpearon por el centro y cruzaron el río Óder pero quedaron detenidas debido a la desesperada resistencia alemana en las Alturas Seelow. Después de tres días de lucha muy dura y de 33 000 soldados soviéticos muertos,[63]​ se penetraron las últimas defensas de Berlín. Kónev cruzó el río Óder desde el sur y se encontró que podía atacar Berlín pero Stalin le ordenó que guardase los flancos de las fuerzas de Zhúkov y que no atacase Berlín. Las fuerzas de Rokossovski cruzaron el Óder por el norte y enlazaron con las fuerzas del Mariscal de Campo Bernard Montgomery en el norte de Alemania mientras que las fuerzas de Zhúkov y Kónev capturaban Berlín.

Para el 24 de abril, grupos del ejército soviéticos habían rodeado al 9.º Ejército Alemán y a parte del 4.º Ejército Panzer. Estas eran las principales fuerzas que supuestamente tenían que defender Berlín, pero Hitler había dado órdenes a estas fuerzas que aguantasen donde estaban y que no retrocediesen. Así que las principales fuerzas alemanas que supuestamente debían defender Berlín, estaban atrapadas al sureste de la ciudad. Berlín fue rodeada más o menos en este momento, y como esfuerzo de resistencia final, Hitler llamó a los civiles, incluyendo a los adolescentes y ancianos, a que luchasen en la milicia Volkssturm, contra el Ejército Rojo que se estaba aproximando. Estas fuerzas marginales fueron aumentadas con los vapuleados restos alemanes que habían luchado contra los soviéticos en las Alturas Seelow. Hitler le ordenó al cercado 9.º Ejército, que rompiese el cerco y que enlazase con el 12.º Ejército del general Walther Wenck y que liberase Berlín. Una tarea imposible, las unidades supervivientes del 9.º Ejército fueron conducidas hacia los bosques que rodeaban Berlín, cerca del pueblo de Halbe, donde estuvieron envueltos en una lucha particularmente dura, tratando de romper las líneas soviéticas y de alcanzar al 12.º Ejército. Una minoría consiguió unirse al 12.º Ejército y dirigirse peleando hacia el oeste, para rendirse a los estadounidenses. Mientras tanto, la durísima lucha urbana continuaba en Berlín. Los alemanes habían almacenado una gran cantidad de panzerfausts, y consiguieron destruir una gran cantidad de tanques soviéticos en las calles llenas de escombros de Berlín. Sin embargo, los soviéticos emplearon las lecciones que habían aprendido en la lucha urbana en Stalingrado, y fueron avanzando lentamente hacia el centro de la ciudad. Las fuerzas alemanas en la ciudad resistieron tenazmente, en particular la unidad SS Nordland, que estaba compuesta de voluntarios SS extranjeros, porque estaban muy motivados ideológicamente y creían que no vivirían si eran capturados. La lucha fue casa por casa y cuerpo a cuerpo. Los soviéticos tuvieron 360 000 bajas; los alemanes 450 000 bajas incluyendo civiles, y además 170 000 capturados. Hitler y su personal se trasladaron al búnker de la Cancillería, donde se suicidó el 30 de abril de 1945, junto a Eva Braun, con la que había contraído matrimonio unas horas antes.

Roosevelt, Churchill, y Stalin llegaron a acuerdos para la Europa de posguerra en la Conferencia de Yalta en febrero de 1945. Su encuentro llegó a muchas resoluciones importantes, tales como la formación de las Naciones Unidas, elecciones democráticas en Polonia, las fronteras de Polonia se movieron hacia el oeste a expensas de Alemania, los nacionales soviéticos serían repatriados, y se acordó que la Unión Soviética atacaría a Japón a los tres meses de la rendición de Alemania.

Los Aliados reasumieron su avance hacia el interior de Alemania a finales de enero. El obstáculo final para los Aliados era el Río Rin, que fue cruzado a finales de marzo de 1945, ayudados por la captura fortuita del Puente de Ludendorff en Remagen. Una vez que los Aliados hubieron cruzado el Rin, los británicos se dirigieron en abanico hacia el nordeste en dirección a Hamburgo, cruzando el Río Elba y moviéndose hacia Dinamarca y el Mar Báltico.

El 9.º Ejército de los Estados Unidos se dirigió al sur para formar la pinza norte del embolsamiento del Ruhr, mientras que el 1.er Ejército fue hacia el norte como la pinza sur del embolsamiento. Estos ejércitos estaban comandados por el general Omar Bradley, que tenía bajos su mando a 1 300 000 hombres. El 4 de abril, el cerco estaba completado, y el Grupo de Ejército Alemán B, que incluía al 5.º Ejército Panzer, al 7.º Ejército y al 15.º Ejército comandados por el Mariscal de Campo Walther Model, estaban atrapados en la Bolsa del Ruhr. Se cogió a unos 300 000 soldados alemanes como prisioneros de guerra. El 1.er y 9.º ejércitos de los Estados Unidos giraron entonces hacia el este. Pararon su avance en el río Elba, donde se encontraron con las tropas soviéticas a mediados de abril.

Los avances Aliados hacia el norte de la Península Italiana, en el invierno de 1944-45, habían sido lentos debido al terreno montañoso y al redespliegue de tropas en Francia. Pero para el 9 de abril, el 15.º Grupo de Ejército Britoestadounidense, penetró a través de la Línea Gótica y atacó el valle del Po, cercando gradualmente las principales fuerzas alemanas. Milán se conquistó a finales de abril. El 5.º Ejército de Estados Unidos continuó su avance hacia el oeste y enlazó con unidades francesas, mientras que los británicos entraron en Trieste, y se encontraron con los partisanos yugoslavos. Unos pocos días antes de la rendición de las tropas alemanas en Italia, partisanos italianos capturaron a Mussolini, que trataba de escapar a Suiza. Fue ejecutado, junto con su amante Clara Petacci. Se llevaron sus cuerpos a Milán, donde fueron colgados boca abajo, para escarnio público.

Después de la muerte de Hitler, Karl Dönitz se convirtió en el jefe del gobierno alemán pero su poderío se desintegraba rápidamente. Las fuerzas alemanas en Berlín entregaron la ciudad a las tropas soviéticas el 2 de mayo de 1945. Las fuerzas alemanas en Italia se rindieron el 2 de mayo de 1945, en el cuartel general del general Alexander, y las fuerzas alemanas en el Norte de Alemania, Dinamarca y los Países Bajos se rindieron el 4 de mayo. El Alto Mando Alemán bajo el generaloberst Alfred Jodl rindieron incondicionalmente todo el resto de fuerzas alemanas el 7 de mayo en Reims, Francia. Los Aliados occidentales celebraron el «Día de la Victoria en Europa» el 8 de mayo. La Unión Soviética celebró el «Día de la Victoria» el 9 de mayo. Algunos restos del Grupo de Ejército Centro Alemán continuaron resistiendo hasta el 11 de mayo o el 12 de mayo (véase batalla de Praga).[65]

La última conferencia aliada de la Segunda Guerra Mundial se celebró en la ciudad de Potsdam, cercana a Berlín, desde el 17 de julio hasta el 2 de agosto. Durante la Conferencia de Potsdam se alcanzaron acuerdos entre los Aliados sobre la política a llevar en la Alemania ocupada. También se lanzó un ultimátum a Japón pidiendo su rendición incondicional.

El presidente de los Estados Unidos Harry Truman decidió usar la nueva arma atómica para acelerar el final de la guerra. La batalla de Okinawa había mostrado que una invasión en las islas de origen japonesas (planeada para noviembre) significaría un gran número de bajas estadounidenses. La estimación oficial que fue dada por la Secretaría de Guerra era de 1,4 millones de bajas aliadas, aunque algunos historiadores discuten si esto habría sido el caso o no. La invasión habría significado la muerte de millones de soldados japoneses y civiles, que estaban siendo entrenados como milicia.

El 6 de agosto de 1945, un B-29 Superfortress, el Enola Gay, lanzó una bomba atómica apodada Little Boy sobre Hiroshima, destruyendo la ciudad. El 9 de agosto, un B-29 llamado Bockscar lanzó la segunda bomba atómica, apodada Fat Man, sobre la ciudad portuaria de Nagasaki.[67]

El 8 de agosto, dos días después que se hubiese lanzado la bomba atómica sobre Hiroshima, la Unión Soviética, habiendo abolido su pacto de no agresión con Japón en abril, atacó a los japoneses en Manchukuo y Mengjiang, cumpliendo su promesa hecha en Yalta de atacar a los Japoneses tres meses después de que hubiese acabado la guerra en Europa. En menos de dos semanas, el ejército japonés en Manchuria, que consistía en aproximadamente un millón de hombres, había sido destruido por los soviéticos.[68][69]​ El Ejército Rojo, ayudado por tropas de la República Popular de Mongolia, se movió hacia Corea del Norte el 18 de agosto. Corea fue seguidamente dividida en el paralelo 38 en las zonas soviética y estadounidense.[70][71][72]

El uso estadounidenses de las armas atómicas contra Japón y la invasión soviética del Manchukuo, hicieron que Hirohito se apresurase a puentear al gobierno existente e interviniese para finalizar la guerra. En su alocución radiofónica a la nación, el Emperador no mencionó la entrada de la Unión Soviética en la guerra, pero en su «reescritura a los soldados y marineros» del 17 de agosto, ordenándoles el alto el fuego y entregar las armas, acentuó la relación entre la entrada de los soviéticos en la guerra y su decisión de rendirse, omitiendo cualquier mención a las bombas atómicas.

Los japoneses se rindieron el 14 de agosto de 1945, o el Día de la Victoria sobre Japón, firmando el Acta de Rendición de Japón el 2 de septiembre. Las tropas japonesas en China se rindieron formalmente el 9 de septiembre de 1945.

El uso generalizado de carros de combate es una primera ilustración de la tendencia a la motorización. Mientras que el Ejército francés escogió la dispersión de los blindados, al servicio de la infantería, los alemanes adoptaron una táctica basada en la agrupación de blindados y salieron victoriosos de la batalla de Francia. La concepción del carro de combate en sí mismo tiende a dos conceptos diferentes: la potencia y la maniobrabilidad.

El progreso de los carros de combate va acompañado del progreso del armamento antitanque: el uso de la carga hueca permite atravesar los blindajes aunque estos sean muy espesos. Tubos lanzacohetes como la bazuca permiten al soldado poseer contra los tanques la potencia de un artillero.[76]

Paralelamente a la utilización de tanques se asiste a un aumento intensivo de la utilización de transportes motorizados de tropas, dejando de lado a los caballos, todavía muy presentes tanto del lado alemán como del lado francés durante la batalla de Francia o en el frente Este, principalmente por razones de logística. La división blindada estadounidense fue, por el contrario, totalmente motorizada.

Los inmensos progresos de la aviación realizados entre las dos guerras van a dar a los aviones de guerra un lugar preponderante. El mejoramiento de las estructuras del avión permiten a los cazabombarderos como el Stuka realizar bombardeos en picada y de este modo permitir los bombardeos a objetivos terrestres. Los bombarderos pesados como el Boeing B-17 Flying Fortress estadounidense, que tenían un radio de acción que alcanzó 5 000 kilómetros hacia el final de la guerra, fueron utilizados en campañas masivas de bombardeos de más de mil aviones, poniendo en práctica el concepto de bombardeo estratégico. Para contrarrestar a los bombarderos, los beligerantes hicieron uso de sus caza y de cañones de defensa contra aviones(DCA). La eficacia de los (DCA) obligó a organizar las operaciones de bombardeo nocturnas. A los aviones de caza se les encomendó asegurar el espacio aéreo sobre el campo de batalla o sobre un frente dado.[77]

Por mar, después de la Primera Guerra Mundial, se privilegió la construcción de navíos de línea. Los cruceros de batalla, más rápidos que los acorazados estaban menos protegidos. Los primeros acorazados rápidos no aparecieron hasta el final de los años 1930. Pero esos navíos constituían un objetivo ideal para la aviación embarcada en los portaaviones, sobre todo los bombardeos en picada y los aviones de torpedo. A pesar de una fuerte defensa aérea, disponiendo a veces de un tiro radar, el acorazado era todavía vulnerable. Los portaaviones, que podían disponer de 50-60 aparatos, tuvieron un papel cada vez más determinante. Los portaaviones se convirtieron en una pieza central, que los estadounidenses llamaron "Task force", y los otros navíos fueron comúnmente utilizados de escoltas.[78]

Al final de la Segunda Guerra Mundial, nuevas armas hicieron aparición en el campo de batalla, como el avión sin piloto V1 lanzado por primera vez por los alemanes sobre Inglaterra en la noche del 13 al 14 de junio de 1944, o el V2 lanzado por primera vez sobre Londres el 8 de septiembre de 1944.[78]​ Contrariamente a los temores de los aliados, los alemanes no tenían un proyecto de bomba atómica.[79]​ Los estadounidenses, por el contrario, dispusieron a partir de diciembre de 1941 gigantescos recursos en el proyecto Manhattan, que concluyó el 16 de julio de 1945, después de la rendición de la Alemania Nazi, con la primera explosión nuclear en el desierto de Nuevo México y a los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945.

A pesar de tratarse de un país neutral, en los primeros años de la guerra, un grupo de aviadores argentinos se alistaron como voluntarios en la Royal Air Force británica, dando lugar al 164.º Escuadrón de la RAF de voluntarios argentinos, el cual combatió en el norte de Francia y Bélgica. Se presentaron 776 argentinos como voluntarios en las fuerzas aéreas de Gran Bretaña, Canadá, Sudáfrica[83]​ En total, se estima que de 4000[84]​ a 5000[85]​ argentinos combatieron durante la Segunda Guerra Mundial como voluntarios de los aliados.

En diciembre de 1941 tras el ataque a Pearl Harbor, Cuba fue el único país independiente antillano que le declaró la guerra al Eje. En el país fueron arrestados varios agentes alemanes y se convirtió en el principal proveedor de azúcar a los aliados. Alemania hundió cinco buques mercantes cubanos, con un saldo de 82 muertos. Por su parte los cazasubmarinos cubanos hundieron al submarino alemán U-176. El siguiente país de América latina en declararle la guerra a las potencias del ejes es Honduras, curiosamente ese mismo día uno de sus barcos fue capturado en Shanghái por la armada imperial Japonesa y rebautizado como el Ekkai Maru.[86]​ Por consecuencias de estos, Honduras rompe relaciones con Japón y expulsa al cónsul de Alemania de su país.[87]​ Sus primeras acciones iniciaron en 1942 con el patrullaje aéreo, y contribuyo a la guerra enviando materias primas.

También como consecuencia del ataque a Pearl Harbor, Venezuela rompe relaciones con las potencias del Eje en diciembre de 1941. A raíz de ello, el 16 de febrero de 1942, los tanqueros venezolanos Monagas y Tía Juana son torpedeados y hundidos por submarinos del Tercer Reich en aguas del golfo de Venezuela, tras lo cual, el gobierno del presidente Isaías Medina Angarita, aunque sin declarar la guerra, pasa a cooperar con el esfuerzo aliado de manera más estrecha, autorizando incluso el uso temporal de bases militares venezolanas por el Ejército y la Armada de los Estados Unidos, así como garantizando el suministro de combustible a dichas fuerzas.

En mayo de ese mismo año, Alemania hundió dos navíos petroleros mexicanos (el Potrero del Llano y el Faja de Oro); con este hecho se da inicio a la única participación de México en la Guerra Mundial. Ante la descortesía del Eje de no contestar a la nota de protesta enviada por la cancillería mexicana, el Congreso mexicano le declaró la guerra el 22 de mayo de 1942, siendo el tercer y último país norteamericano en entrar en la guerra. Desde fines de junio a principios de septiembre los submarinos alemanes hundirían cuatro barcos más: Túxpam, Oaxaca, Las Choapas y Amatlán. De esta forma, la aviación mexicana conformada por el escuadrón 201 participó en la guerra del Pacífico.

Si bien varios países sudamericanos le declararon la guerra a las potencias del Eje, solo Brasil envió una fuerza expedicionaria (FEB) a combatir. Entre julio y agosto de 1942, submarinos alemanes hundieron 18 barcos brasileños y hasta el final de la guerra se llegó a 36 buques hundidos y alrededor de 1 100 muertos. Aunque el Gobierno de Brasil se mostraba reacio a entrar en el conflicto, la indignación pública empujó a Brasil a declarar la guerra a Alemania en noviembre de 1942, y a enviar una División completa de casi 30 000 hombres al frente de Italia donde participaron en la rotura de la Línea Gótica y en la ofensiva aliada final en aquel frente.

El país también participado con el suministro de bases en su Noreste con la Marina de Brasil proporcionando escolta para los convoyes que se dirigen al sur del continente americano y al norte de África, en total escoltaron los convoyes de 3.164 barcos y, junto a la Fuerza Aérea Brasileña, la vigilancia y guerra submarina hundiendo algunos submarinos alemanes y el italiano Arquimede.[88]​La Fuerza Aérea Brasileña contribuido con un escuadrón de combate y otro de observación en Itália, completando misiones de ataque a tierra, escolta y observación.

Colombia declaró la guerra en 1943, porque un submarino alemán hundió uno de sus barcos, la goleta Resolute, que unos días antes había transportado soldados británicos a la isla de San Andrés. A raíz de esto, el Gobierno colombiano decidió hacer patrullajes para evitar más hundimientos. El 29 de marzo de 1944 el ARC Cabimas transportaba gasóleo en la ruta Cartagena-Panamá escoltado por el ARC Caldas, que detectó la presencia del submarino alemán U-154, hundiéndolo en el acto.[89][90]

El resto de los países sudamericanos como Perú, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Chile y Argentina, solo rompieron relaciones diplomáticas con los países del Eje entre 1942 y 1944. La mayor parte de los cuales declararon, finalmente, la guerra al Eje recién en febrero de 1945. Salvo Argentina, que le declaró la guerra a Alemania y a Japón el 27 de marzo de 1945, y Chile, que hizo lo propio con Japón el 12 de abril de ese año, siendo el último país en emitir una declaración de guerra.

Los países centroamericanos lo hicieron bien al lado de México, o bien al lado de Brasil; excepto Costa Rica, que declaró la guerra a Japón el 8 de diciembre de 1941, al mismo tiempo que los Estados Unidos.

El 23 de octubre de 1940 se celebró la llamada «entrevista de Hendaya», en la que Francisco Franco se reunió con Adolf Hitler en presencia de sus ministros de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer y Joachim von Ribbentrop, para tratar la posible entrada de España en la guerra en el bando alemán. Tras ella, Franco cambió la declaración de «neutralidad» por la de «no beligerancia», para mostrar de esta forma el apoyo de España al Eje Roma-Berlín. En junio de 1941 se autorizó el reclutamiento de voluntarios para luchar contra el comunismo, dando origen a la División Azul, la cual combatió en el Ejército alemán durante la invasión de la Unión Soviética.

Franco, que había recibido el apoyo británico y estadounidense, lo seguía compensando con las explotaciones mineras británicas, como Riotinto, a la vez que permitía el paso de refugiados judíos o militares (principalmente pilotos) hacia Portugal. La intención era quedar bien con cualquiera que ganara la guerra. Esta posición se apreció especialmente desde que Franco pretendió suavizar la posición de su régimen con las destituciones del ministro germanófilo Ramón Serrano Suñer en 1942, y la repatriación de los voluntarios de la División Azul en 1943, después de la Conferencia de Casablanca.

Respecto a la guerra, Franco dijo:[cita requerida]

Luchando contra el comunismo o en contra del fascismo, había españoles en casi todos los ejércitos:

La guerra y la dominación del continente europeo permitieron al régimen nazi de llevar al extremo su ideología racista. Según las palabras de Goebbels: «La guerra nos ofrece toda clase de posibilidades que la paz nos rechazaba».[93]

Dentro de esas posibilidades mencionadas aparece un plan de destrucción étnica teniendo como objetivo los pueblos de la Europa del este. El mismo día de la entrada en guerra, septiembre de 1939, Hitler autoriza la exterminación de discapacitados mentales y otras personas en situación de enfermedad, la Aktion T4 conduce a la muerte por gas de más de 150 000 discapacitados.

A partir de 1939, los judíos son concentrados a la fuerza en guetos miserables, deliberadamente superpoblados y gestionados con falta de comida. Durante su exterminación sistemática, que se designa con el nombre de Shoah, es antes de todo puesta en marcha por la Wehrmacht y por los Einsatzgruppen en territorios polacos y soviéticos. En la URSS y en una parte de Polonia, la «Shoah por balas» da paso en 1942 al empleo metódico de "camiones de gas".

Además de los horrores propios de toda guerra, la Segunda Guerra Mundial introdujo formas de sufrimiento no achacables a la propia escala de la misma:

La Segunda Guerra Mundial contribuyó a que emergieran dos superpotencias que buscaban repartirse el mundo: Estados Unidos y la URSS. La Sociedad de Naciones, a la que se responsabilizó de contribuir a desatar la guerra, fue reemplazada por la ONU. La carta de las Naciones Unidas se firmó en San Francisco el 26 de junio de 1945. En los Juicios de Núremberg y Tokio, parte de la jerarquía nazi y del Tenno nipón fue juzgada y condenada por crímenes contra la humanidad. La investigación científica y técnica, en su conjunto, se benefició de un fuerte impulso en particular: el dominio del átomo tras el Proyecto Manhattan. También contribuyó a la creación del helicóptero, los aviones de reacción y la creación del ICBM.

Los soviéticos, que se aliaron con EE. UU. y los aliados solo por conveniencia contra el enemigo común, Alemania, se convirtieron en enemigos por sus ideales contrarios, y así comenzó una era de guerra fría a nivel mundial, concentrándose en Europa.

En Alemania tras la firma del armisticio por parte del Eje, el Plan Marshall contribuyó a la reconstrucción de Alemania. Si bien los alemanes perdieron la guerra, sus adelantos en tecnología punta en cadenas de industrias, fabricación de componentes para cohetes, misiles y diversos tipos de armas ayudaron a los Aliados del Oeste y sirvieron para el llamado «milagro alemán».

Sin embargo se presentó la expulsión de alemanes en Europa central (Prusia, Checoslovaquia, Polonia y países bálticos) donde había asentamientos alemanes desde varios siglos atrás. Los alemanes de los Sudetes, que pedían su incorporación a Alemania, habían desencadenado el desmantelamiento de Checoslovaquia, acordado en los Acuerdos de Múnich de 1938.

Tras la toma de esos territorios por el ejército soviético, numerosos alemanes fueron expulsados o dejaron su tierra para ir a Alemania o Austria, en condiciones generalmente dramáticas.

Los Estados Unidos tomaron la iniciativa de una actitud «positiva». Impusieron la democracia (particularmente al Japón), a través de una depuración y de un control del Estado y la educación.

Las pérdidas de vidas humanas para Estados Unidos fueron, en comparación con el resto de los Aliados, muy inferiores en número porque en su territorio no se desarrolló la guerra y las pérdidas solo fueron militares.

En este contexto, la actitud francesa, país liberado tras la batalla de Normandía, según la historiografía francesa, estuvo marcada por la afirmación original de una voluntad de independencia, sobre todo debido a la personalidad de Charles de Gaulle, quien hizo jugar a Francia un papel en la ocupación de Alemania al lado de los vencedores y, por otra parte, desarrolló la investigación nuclear para afirmar su independencia de Estados Unidos. La liberación se acompaña de una depuración de personas sospechosas de ser colaboradores (gran parte de ellos ejecutados sin juicio previo) y la destrucción de ciudades como El Havre. Se forma un gobierno de unión, entre comunistas y gaullistas de una parte y representantes de la resistencia y radicales, de centro-izquierda.

Los otros aliados, si se exceptúa el Reino Unido, jugaron un rol menor o fueron descartados de las negociaciones referentes a la puesta en práctica de las dos zonas de influencia que siguieron a los acuerdos de Yalta y de Potsdam. Esta situación, que porta en sí misma los gérmenes de la Guerra Fría, llegaría a durar hasta 1991.

El Reino Unido salió considerablemente debilitado de la guerra que consagró el fin de su poderío colonial. Por consiguiente, las Islas Británicas conocieron una crisis sin precedentes que requirió la reconstrucción y reestructuración de su economía.

Se estima que alrededor de seis millones de judíos, junto con otros grupos étnicos, fueron asesinados por los nazis, principalmente mediante la deportación a campos de concentración, algunos tan conocidos como Auschwitz, Treblinka y Majdanek. La expresión hebrea Shoah (catástrofe) —también conocida como «Holocausto»— designa la exterminación en masa de los judíos perpetrada durante esta sangrienta guerra.

Al final del conflicto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reemplazó a la Sociedad de Naciones (SDN), fundada en 1919, y se otorgó a sí misma la misión de resolver los conflictos, en general bélicos, de carácter internacional.

La Unión Soviética se anexionó Estonia, Letonia, Lituania, el este de Polonia y partes de Finlandia y Rumanía. Polonia recibió territorios de Alemania (Pomerania, Silesia y la mitad de Prusia Oriental). Austria recuperó su independencia en 1955.

Alemania quedó dividida en cuatro zonas de influencia: Estados Unidos, Francia y Reino Unido unificaron sus respectivas zonas en la República Federal Alemana y la URSS hizo lo mismo con su zona que se convirtió en la República Democrática Alemana, hasta 1990, cuando los Länder que la conformaban se incorporaron a la República Federal de Alemania, dando lugar a la reunificación alemana y a la creación de la actual Alemania.

La guerra dejó al descubierto la debilidad de los países europeos y los movimientos de independencia de las colonias se generalizaron con el apoyo de las dos superpotencias. Los ejércitos de las potencias coloniales no tenían ya capacidad para controlar dichos movimientos, por lo que a lo largo de la segunda mitad del siglo XX se produjo la llamada descolonización.

El mundo quedó dividido en dos bloques:



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