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Asesinato de Humberto Viola y su hija



El asesinato del capitán Humberto Viola y su hija fue un crimen cometido por el Ejército Revolucionario del Pueblo el 1 de diciembre de 1974 en San Miguel de Tucumán.[1]

Humberto Viola fue atacado cuando conducía su automóvil junto con su esposa María Cristina Picón y sus hijas María Cristina de tres años y María Fernanda de cinco, al llegar a la casa de sus padres. Su hija María Cristina también fue asesinada en tanto que su hija María Fernanda resultó herida gravemente, ambas con disparos en la cabeza. La esposa del capitán, embarazada de cinco meses, resultó ilesa.

Un parte de guerra atribuido a la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez del ERP describe los hechos de esta manera:

El grupo que realizó el ataque estaba al mando de Hugo Irurzun y sus otros integrantes fueron Francisco Antonio Carrizo, José Martín Paz, Rubén Jesús Emperador, Fermín Ángel Nuñez, Miguel Norberto Vivanco y el sueco Svante Grände. La justicia condenó por los homicidios del capitán Viola y de María Cristina, y de la tentativa de homicidio contra María Fernanda a reclusión perpetua a Paz, Emperador, Nuñez y Vivanco a finales del año 1976 y a Carrizo a fines del año 1982.[3][4]

Paz, Carrizo, Emperador y Núñez estuvieron detenidos a disposición del Poder Ejecutivo hasta que esa orden fue dejada sin efecto por el decreto secreto 382 del 17 de febrero de 1983.[5]​ En razón de la ley 23070 la reclusión perpetua estaba limitada a un máximo de 20 años y además además cada 2 días de prisión se computaba como 3 por lo que Carrizo, Paz y Emperador quedaron en libertad condicional en diciembre de 1988 y Nuñez en julio de 1989. Vivanco había fallecido en 1980.[3]​ Hugo Irurzún resultó muerto el 18 de septiembre de 1980 en Asunción del Paraguay por la policía paraguaya que lo buscaba por su participación en el asesinato de Anastasio Somoza Debayle ocurrido ese día, Svante Grande fue muerto durante su actividad guerrillera -tenía el grado de teniente en el ERP- en el monte tucumano el 17 de diciembre de 1975[6]​o el 14 de octubre de 1975.[7]​ En ese momento era parte de la compañía guerrillera de montaña llamada "Ramón Rosa Jiménez".[8]​ y Carrizo falleció a fines de 1982.[3]

Algunos de quienes participaron en los asesinatos fueron indemnizados por el Estado argentino como víctimas del accionar de las autoridades dictatoriales, en razón de las leyes dictadas posteriormente Carrizo con $12.506.637; Emperador con $12.640.603 más otros $ 4.420.352; Núñez con $13.191.339 y Paz con $11.863.513, todos montos actualizados a noviembre de 2020.[9]

En junio de 2021 falleció a los 73 años la viuda del capitán Viola, María Cristina Picón, quien había formulado en 2016 una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) buscando que el asesinato de su esposo y su hija sean considerados delitos de lesa humanidad y se reabra la investigación.[9]

Tras el atentado contra Viola, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, en una declaración pública, calificó la muerte de su hija María Cristina y las heridas a María Fernanda como «un exceso injustificable» y anunció que daba por terminada la campaña, iniciando su disolución.[10]

Al cumplirse 30 años del asesinato la Cámara de Diputados de la Nación Argentina realizó un minuto de silencio en recuerdo del asesinato del capitán Viola y su hija María Cristina Viola.[11]​ Cada 1° de diciembre se hace en Yerba Buena un acto en memoria del capitán Viola y de su hija Cristina con la presencia de autoridades políticas, militares, eclesiásticas, además de ciudadanos comunes.[9]



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