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Aspasia de Mileto



Aspasia de Mileto (en griego; Ἀσπασία; c. 470 a. C.[1][2]​ – c. 400 a. C.[1][3]​), maestra de retórica y logógrafa, tuvo gran influencia en la vida cultural y política en la Atenas del Siglo de Pericles. Hija de Axíoco, fue una mujer famosa también por haber estado unida al político ateniense Pericles[4]​ desde aproximadamente 450-445 a. C. hasta la muerte de este en el 429 a. C.

Se sabe poco de su vida. Pasó la mayor parte de su vida adulta en Atenas y pudo haber influido tanto a Pericles como a otros políticos atenienses. Se la menciona en los escritos de Platón, Aristófanes, Jenofonte y otros autores de la época. Plutarco se refiere a ella en su biografía de Pericles.

Los escritores antiguos también recogen en sus escritos que Aspasia podría haber dirigido un burdel y la llaman hetera (una cortesana de la Antigua Grecia), si bien estos relatos han sido puestos en duda por los estudiosos modernos, basándose en que muchos de los autores eran escritores satíricos cuya principal finalidad era difamar a Pericles.[5]​ Algunos investigadores cuestionan la idea de que fuese una hetera, y han sugerido que podría haber estado casada con Pericles.[6]​ Aspasia tenía un hijo de Pericles, Pericles el Joven, que más tarde se convertiría en general en la academia militar ateniense y que fue ejecutado tras la batalla de Arginusas.

Se cree que Aspasia, tras la muerte de Pericles, se convirtió en amante de Lisicles, otro político ateniense.

Se desconocen tanto la fecha de su nacimiento como la de su muerte, aunque parece verosímil que naciera hacia 475 a. C. si aceptamos como cierto que tuvo un hijo con Lisicles, su segundo marido, llamado Poristes en 428 - 427 a. C. Por otra parte, si se tiene en cuenta que las fuentes que informan de este segundo matrimonio corresponden a poetas cómicos, tal vez se trate de una broma, ya que este nombre significa «proveedor de recursos». De no ser así, su nacimiento podría haber tenido lugar antes de esa fecha y, por tanto, la diferencia de edad con Pericles sería menor.

Aspasia nació en la ciudad jonia de Mileto (actual Aydın, Turquía). Se sabe muy poco de su familia, salvo que el nombre de su padre era Axíoco. Es evidente que perteneció a una familia adinerada, por la excelente educación que recibió. Algunas fuentes antiguas afirman que su padre era un prisionero de guerra de Caria que acabó convertido en esclavo, si bien estos hechos normalmente son tomados como falsos.[7][8]

Se desconoce la razón que la llevó a Atenas. El descubrimiento de una tumba del siglo IV a. C. con una inscripción que menciona el nombre de Axíoco y de Aspasia ha llevado al historiador Peter K. Bicknell a intentar realizar una reconstrucción del trasfondo familiar de Aspasia y de sus conexiones con Atenas. Su teoría la conecta con Alcibíades II del demo (pueblo) de Escambónidas, que fue condenado al ostracismo por la Asamblea de Atenas en el año 460 a. C. y que podría haber permanecido en Mileto durante su exilio.[1]​ Bicknell conjetura que, durante su exilio, Alcibíades fue a Mileto, en donde contrajo matrimonio con la hija de un tal Axíoco, y que aquel pudo haber vuelto a Atenas con su nueva esposa y su hermana menor, Aspasia. Como apoyo a su teoría, Bicknell comenta que el primer hijo de este matrimonio recibió el nombre de Axíoco (tío del famoso Alcibíades) y el segundo el nombre de Aspasios. También mantiene que Pericles conoció a Aspasia a través de su conexión con la casa de Alcibíades.[9]

En cualquier caso, sólo se tienen noticias fidedignas de la vida de Aspasia en el periodo comprendido entre su unión con Pericles y la muerte de Lisicles en el 427, de lo que se deduce que su vida pública mantuvo su interés solo en los años que duró su convivencia con estos dos hombres poderosos, y que después ya no convivió con ningún otro hombre ilustre. Si poco sabemos de su vida anterior a su encuentro y posterior unión con Pericles, menos sabemos aún de lo que fue de ella tras la muerte de su segundo marido.

Hay hipótesis verosímiles que datan la llegada de Aspasia a Atenas en torno a 450 a. C., fecha en la que pudo haber conocido a Pericles. De acuerdo con las afirmaciones (hoy discutidas) de los escritores antiguos, en Atenas, Aspasia se habría convertido en una hetera y posiblemente llegó a dirigir un burdel.[10][11]​ Las heteras de Atenas eran cortesanas y mujeres de compañía de clase alta que, además de ofrecer belleza exterior, se diferenciaban del resto de mujeres atenienses por el hecho de que recibían una buena educación (a menudo tan alta como en el caso de Aspasia). Además, tenían independencia económica y pagaban impuestos.[12][13]​ Eran posiblemente lo más cercano a mujeres liberadas que había en la sociedad ateniense y Aspasia, que se convirtió en una importante figura en su sociedad, era probablemente el ejemplo más obvio.[12][14]​ Según Plutarco, Aspasia era comparable a la famosa Thargelia, otra hetera jónica de la edad antigua.[15]​ Siendo una extranjera y, si lo que afirman los escritores antiguos es cierto, una hetera, Aspasia estaba libre de las restricciones legales que tradicionalmente confinaban a las mujeres casadas al ámbito del hogar, y estaba por tanto capacitada para participar en la vida pública de la ciudad (Véase también La mujer en la Antigua Grecia).

Aspasia se convirtió en la amante del político Pericles a comienzos de la década de 440 a. C., aunque si su estado llegó a marital se discute.[16]​ En cualquier caso, hacia el año 445 a. C. su unión con el estratego ateniense ya debía ser sólida, teniendo en cuenta que de su relación nació un hijo, así como el hecho de que la milesia fuese acusada de instigar el apoyo de Atenas a Mileto en su conflicto con Samos en 440-439 a. C. a través de su relación con Pericles. Esto último hace pensar que los enemigos de Pericles presuponían una fuerte influencia de Aspasia en asuntos de estado.

Aspasia la milesia encajó perfectamente en el círculo de amistades de Pericles (algunos sofistas, entre ellos Anaxágoras). Tan es así que «el mismo Sócrates con sujetos bien conocidos frecuentó su casa, y varios de los que la trataron llevaban mujeres a que la oyesen».[17]

Después de divorciarse de su primera esposa (alrededor del año 445 a. C.), Pericles comenzó a vivir con Aspasia, aunque su estatus marital está en discusión.[18]​ Su hijo, Pericles el joven, debió nacer alrededor del año 440 a. C. Aspasia, en esa época, debía haber sido muy joven, puesto que aproximadamente en el año 428 a. C. fue capaz de concebir otro hijo de Lisicles.[19]

Pericles, Aspasia y sus amigos no eran inmunes a los ataques, puesto que la preeminencia en la democracia ateniense no era equivalente a la de un gobierno absoluto.[20]​ Su relación con Pericles y su consiguiente influencia política provocó muchas reacciones. Donald Kagan, historiador de la Universidad de Yale, cree que Aspasia fue particularmente impopular en los años posteriores a la Guerra de Samos.[21]

En el año 440 a. C., Samos estaba en guerra con Mileto por la ciudad de Priene, una antigua ciudad de Jonia ubicada en la ladera del monte Mícala. Encontrándose en desventaja, los milesios acudieron a Atenas y presentaron su caso a la asamblea.[22]​ Cuando los atenienses ordenaron a las partes en disputa que finalizasen las hostilidades y que sometieran el caso al arbitraje de Atenas, Samos se negó. En respuesta, Pericles hizo promulgar un decreto por el cual se enviaba una expedición a Samos.[23]

La campaña resultó muy dura, y los atenienses sufrieron duras pérdidas antes de que Samos fuera finalmente derrotada. Según Plutarco, se creía que Aspasia, que procedía de Mileto, había sido responsable de la Guerra de Samos, y que Pericles había tomado la decisión de atacar, influenciado o aconsejado por ella.[15]

Antes del estallido de la Guerra del Peloponeso (431 a. C. - 404 a. C.), Pericles, algunos de sus socios más cercanos y Aspasia se vieron enfrentados a una serie de ataques personales y judiciales incoados por sus enemigos políticos. Aspasia, en particular, fue acusada de corromper a las mujeres de Atenas para satisfacer las perversiones de Pericles.[24]​ Según Plutarco, fue llevada a juicio acusada de impiedad, con el poeta cómico Hermipo como acusador.[25][26]

Todas estas acusaciones, probablemente, no fueron nada más que demandas sin fundamento, pero la experiencia en sí fue muy amarga para el líder ateniense. Aunque Aspasia fue declarada inocente gracias a un raro estallido emocional de Pericles,[27]​ su amigo Fidias fue condenado y murió en prisión. Otro amigo suyo, Anaxágoras, fue acusado por la Ekklesía (la Asamblea ateniense) por sus creencias religiosas.[28]

Según Kagan, es posible que el juicio de Aspasia fueran invenciones posteriores «en las cuales las difamaciones, sospechas y bromas fueran convertidas en un litigio imaginario».[21]​ Anthony J. Podlecki, profesor de la Universidad de la Columbia Británica, argumenta que Plutarco o su fuente pudieron haber malinterpretado una escena de alguna comedia.[29]​ Kagan argumenta que incluso si creemos estas historias, Aspasia salió indemne ya fuese con o sin la ayuda de Pericles.[30]

Aristófanes, en su obra Los acarnienses, acusa a Aspasia de haber sido la causante de la Guerra del Peloponeso. Para ello argumenta que el Decreto de Megara de Pericles, que excluía a la ciudad de Megara de todo comercio con Atenas o sus aliados, fue una venganza por el rapto de prostitutas de la casa de Aspasia.[10]​ Aristófanes retrata a Aspasia como responsable, por motivos personales, del estallido de la guerra con Esparta, en lo que pudiera ser un reflejo del reciente episodio entre Mileto y Samos.[31]​ Plutarco también nos informa de los comentarios de otros poetas cómicos como Eupolis o Cratino.[15]​ Según Podlecki, el tirano de Samos, Duris, pudo haber impulsado esa imagen de Aspasia como instigadora tanto de la Guerra de Samos como de la del Peloponeso.[32]

Aspasia fue apodada la «Nueva Ónfale», «Deyanira»,[33]​ «Hera»,[34]​ y «Helena».[35][36]Ateneo recogió más ataques a la relación entre Pericles y Aspasia e incluso el propio hijo de Pericles, Jantipo, no tuvo escrúpulos en atacar a su padre con asuntos personales para tratar con ello de favorecer su propia carrera política.[28]

En el año 429 a. C., durante la Plaga de Atenas, Pericles fue testigo de la muerte en la epidemia de sus dos hijos legítimos nacidos de su primera esposa, Jantipo y Paralos, en el plazo de cuatro días. Con su moral bajo mínimos, rompió a llorar, y ni siquiera su compañera, Aspasia, pudo consolarle.

Justo antes de su muerte los atenienses permitieron un cambio en la ley de 451 a. C. que convertía a su hijo con Aspasia (de sangre ateniense solo por parte del padre), en ciudadano y heredero legítimo,[37]​ una decisión sorprendente teniendo en cuenta que fue el propio Pericles quien propuso en un principio la ley que limitaba la ciudadanía a aquellos que naciesen tanto de padre como de madre ateniense.[38]

Plutarco cita a Esquines socrático, que escribió un diálogo hoy perdido sobre Aspasia, para afirmar que tras la muerte de Pericles, Aspasia vivió con Lisicles, un general y líder democrático ateniense, con quien tuvo otro hijo. También afirma que ella fue quien consiguió convertir a Lisicles en el primer hombre de Atenas.[15]​ Lisicles murió en combate en 428 a. C.[39][40]​ La fecha que la mayoría de los historiadores calculan como año de su muerte (aproximadamente entre 401 y 400 a. C.) se calcula partiendo de la base de que Aspasia murió antes de la ejecución de Sócrates en 399 a. C., cronología que queda implícita en la estructura de la obra Aspasia de Esquines.[1][3]

Al parecer, en los círculos sociales de la antigua Atenas, Aspasia se hacía notar por su capacidad en retórica y por su brillante conversación, y no tanto como mero objeto de belleza física.[11]​ Según Plutarco, su casa se convirtió en un centro intelectual de Atenas, y atrajo a los más prominentes escritores y pensadores, entre los que se incluía al filósofo Sócrates. El biógrafo escribe que, a pesar de su vida inmoral, los hombres atenienses se acercaban acompañados de sus mujeres para que la oyesen conversar.[15][41]

Hay diversas controversias en lo referente a la formación de Aspasia como experta en retórica. Algunos piensan que adquirió estos conocimientos en Mileto, dado que en las ciudades jonias los niños y las niñas convivían en la escuela pública y compartían el aprendizaje en situación de igualdad. También era normal entre las jónicas asistir a los círculos culturales y participar en asuntos políticos, lo que entre los atenienses era totalmente impensable, ya que el rol social de las esposas estaba restringido al ámbito doméstico. Otros, por el contrario, opinan que su formación pudo tener lugar en Atenas. Esta ciudad era en aquellos momentos un foco de atracción de sofistas y retóricos y bien pudo la milesia adquirir estos conocimientos de maestros como Antifonte de Ramnunte.

Donde quiera que adquiriese esta formación, lo que es innegable es su condición de experta en retórica; tanto como logógrafa como en lo concerniente a su faceta pedagógica. Por su extrema pericia en este arte, por su capacidad para rodearse de los más ilustres y reconocidos intelectuales de su época y por contribuir de forma activa al florecimiento de la vida cultural en Atenas, consiguió la admiración y el respeto de filósofos, artistas e ilustres demócratas. Pero también por su condición de extranjera, por su supuesta influencia sobre Pericles y por llevar una vida de mujer libre e independiente, impropia de una esposa ateniense, fue atacada, ridiculizada y vilipendiada por los conservadores y por los cómicos, entre los que cabría destacar a Aristófanes en su obra Los acarnienses y el poeta Hermipo que fue acusador en el proceso seguido contra Aspasia por impiedad y en un segundo proceso en el que también se la acusaba de proporcionar a Pericles mujeres libres en su casa. Se cuenta que Pericles suplicó derramando lágrimas ante el tribunal para pedir la absolución de la milesia.

Aspasia aparece en las obras filosóficas de Platón, Jenofonte, Esquines socrático y Antístenes. Algunos estudiosos argumentan que Platón se vio impresionado por su inteligencia y que basó en ella el personaje Diotima de su obra El Simposio, si bien por el contrario otros afirman que Diotima podría ser un personaje histórico distinto que habría existido en la realidad.[42][43]​ Según Charles Kahn, profesor de Filosofía en la Universidad de Pensilvania, Diotima es en muchos aspectos la respuesta de Platón a la Aspasia de Esquines.[44]

En su obra Menexeno,[45]​ Platón hace una sátira de la relación entre Aspasia y Pericles,[46]​ y cita a Sócrates afirmando irónicamente que fue la maestra de muchos oradores. La intención de Sócrates es salpicar de alguna forma la fama retórica de Pericles diciendo, también de forma irónica, que dado que el político ateniense fue educado por Aspasia, debería ser mejor en retórica que alguien educado por Antifonte.[47]​ También atribuye la autoría del famoso discurso fúnebre de Pericles a la propia Aspasia, mientras que ataca a sus contemporáneos por su veneración de Pericles.[48]​ Kahn mantiene que Platón tomó de Esquines todas estas afirmaciones.[44]

La Aspasia de Platón y la Lisístrata de Aristófanes parecen ser dos excepciones claras a la regla general de la incapacidad de las mujeres como oradoras, aunque estos dos personajes ficticios tampoco nos dicen nada del estatus real de las mujeres en Atenas.[49]​ Sobre el particular, Martha L. Rose, profesora de historia en la Universidad del Estado de Truman, comentó que «solo en la comedia los perros litigan, los pájaros gobiernan y las mujeres protestan».[50]

Jenofonte menciona a Aspasia en dos ocasiones en sus escritos socráticos: en Memorabilia y en Económico. En ambos casos, Sócrates recomienda seguir sus consejos a Critobulo, hijo de Critón.[51][52]

Esquines socrático y Antístenes titularon cada uno un diálogo socrático con el nombre de Aspasia, si bien ninguno ha llegado hasta nosotros, salvo por algunos fragmentos. Nuestras principales fuentes para conocer la obra de Esquines Socrático son Ateneo, Plutarco y Cicerón. En el diálogo, Sócrates recomienda a Calias mandar a su hijo Hipónico a recibir instrucciones de Aspasia. Cuando Calias se escandaliza ante la idea, Sócrates comenta que Aspasia había influenciado favorablemente a Pericles y, tras su muerte, a Lisicles. En una sección del diálogo preservado en latín por Cicerón, Aspasia aparece como un «Sócrates femenino», aconsejando primero a la esposa de Jenofonte y luego al propio Jenofonte sobre la forma de adquirir la virtud a través del auto-conocimiento (el Jenofonte en cuestión no es el famoso historiador, sino otro personaje).[53][44]​ Esquines muestra a Aspasia como una profesora e inspiradora de la excelencia, conectando estas virtudes con su estatus de hetera.[54]​ Según Kahn, todos y cada uno de los episodios del Aspasia de Esquines son, no solo ficticios, sino completamente increíbles.[55]

En cuanto a la obra Aspasia de Antístenes, solo nos han llegado tres citas.[1]​ El diálogo en sí contiene una gran cantidad de difamaciones sobre el personaje, a la vez que anécdotas referidas a la biografía de Pericles.[56]​ Parece ser que este autor no solo atacó a Aspasia, sino a toda la familia de Pericles, incluyendo a sus hijos. El filósofo opinaba que el gran político eligió una vida de placer sobre una virtuosa[57]​ y, por lo tanto, Aspasia es presentada como la personificación de una vida de indulgencia sexual.[54]

Aspasia aparece en diversas obras significativas de la literatura moderna. Su historia de amor con Pericles ha inspirado a varios de los más famosos novelistas y poetas de los últimos siglos. En particular, inspiró a los autores del romanticismo del siglo XIX y a los autores de novelas históricas del siglo XX.

En 1835, Lydia Child, la abolicionista, novelista y periodista, publicó Philothea, una novela romántica ubicada en la época de Pericles y Aspasia. Este libro está considerado como una de las obras más elaboradas y de mayor éxito de la autora debido a que los personajes principales, especialmente Aspasia, están retratados con gran belleza y delicadeza.[58]

En 1836, Walter Savage Landor, poeta y escritor de nacionalidad inglesa, publicó su obra Pericles and Aspasia, uno de sus libros más famosos. Pericles and Aspasia es una descripción de la Atenas del periodo clásico a través de una serie de cartas imaginarias que contienen numerosos poemas. Las cartas con frecuencia se apartan de los hechos históricos, aunque intentan capturar el espíritu del Siglo de Pericles.[59]Robert Hamerling, por su parte, es otro novelista y poeta que se inspiró en la personalidad de Aspasia para escribir su novela Aspasia, un libro sobre la moral y las costumbres de la Era de Pericles y un trabajo de interés histórico y cultural.

Giacomo Leopardi, un poeta italiano influenciado por el romanticismo, publicó una serie de cinco poemas conocidos como el círculo de Aspasia que fueron inspirados por su dolorosa experiencia de amor desesperado y no correspondido por una mujer llamada Fanny Targioni Tozzetti. Leopardi llamó a esta persona Aspasia, tomando el nombre de la pareja de Pericles.[60]

En 1918, el novelista y dramaturgo George Cram Cook produjo su primera obra de teatro completa, titulada The Athenian Women (Las mujeres atenienses), en la que relataba una historia en la que el personaje de Aspasia dirigía una huelga en favor de la paz.[61]​ Cook combinó una temática pacifista con la ubicación en la Antigua Grecia.[62]

La escritora norteamericana Gertrude Atherton, en The Immortal Marriage (1927) también trató la historia de Pericles y Aspasia e ilustró el periodo de la Guerra de Samos, la Guerra del Peloponeso y la Plaga de Atenas. Por su parte, ya en 1974, Taylor Caldwell publicó Glory and the Lightning, una novela que retrataba la relación histórica entre estos dos personajes.[63]

La escritora mexicana de literatura juvenil María García Esperón ha abordado la infancia y juventud de Aspasia hasta su encuentro con Pericles en la novela Atenas siempre (Enlace Editorial, Bogotá, 2015)

El nombre de Aspasia está vinculado estrechamente a la fama y la gloria de Pericles.[64]​ Plutarco acepta que Aspasia fue una figura significativa, tanto política como intelectualmente, y expresa su admiración por una mujer que fue capaz de «dirigir a su antojo a los principales hombres del estado y ofrecía a los filósofos la ocasión de discutir con ella en términos exaltados y durante mucho tiempo».[15]​ El biógrafo dijo que Aspasia tuvo tal renombre que incluso Ciro el Joven, el príncipe persa, que fue a la guerra contra su hermano, Artajerjes II de Persia, dio su nombre a una de sus concubinas, que anteriormente se llamaba Milto. Cuando Ciro murió en batalla, la mujer fue llevada cautiva ante el rey, y adquirió una gran influencia sobre éste.[15]Luciano de Samósata, por su parte, otorga a Aspasia los epítetos de «modelo de sabiduría», «la admirada del admirable Olímpico» y ensalza «su sabiduría política y su visión, su agilidad de mente y su penetración».[65]

Por otro lado, un texto siríaco, según el cual Aspasia redactó un discurso y dio instrucciones a un hombre para que lo leyese en su nombre en la corte, confirma la fama retórica de Aspasia.[66]​ Según la Suda, una enciclopedia bizantina del siglo X, Aspasia habría sido «lista más allá de las palabras», una sofista, y profesora de retórica.[67]

Sobre la base de esas afirmaciones, investigadores como Cheryl Glenn, de la Universidad Estatal de Pensilvania, argumentan que Aspasia parece haber sido la única mujer en la Grecia clásica que se distinguiera en la esfera pública, y que debió haber influido a Pericles en la composición de todos sus discursos.[68]​ Algunos estudiosos creen que Aspasia llegó a abrir una academia para mujeres jóvenes de las familias aristocráticas o incluso que habría inventado el método socrático.[69][70]​ Sin embargo, Robert W. Wallace, profesor de clásicos en la Universidad de Northwestern, subraya que «no podemos aceptar como histórica la broma de que Aspasia hubiese enseñado a Pericles cómo hablar, y que por tanto fuese maestra de retórica o filosofía». Según Wallace, el rol intelectual que Platón da a Aspasia podría haber derivado de la comedia griega.[5]

Kagan describe a Aspasia como «una bella, independiente, brillante y lista joven, capaz de mantener su propia conversación con las mejores mentes de Grecia y de discutir y arrojar luz sobre cualquier tipo de cuestión con su marido».[71]

Roger Just, un clasicista y profesor de antropología social en la Universidad de Kent, cree que Aspasia fue una figura excepcional, pero que su ejemplo por sí solo es suficiente para subrayar el hecho de que cualquier mujer que fuese a convertirse en un igual intelectual y social al hombre debía haber sido una hetera.[11]​ Por último, y según Prudence Allen, filósofo y profesor de seminarios, Aspasia dio un paso más allá desde las inspiraciones poéticas de Safo para incrementar el potencial de las mujeres para convertirse en filósofas.[46]

El principal problema sigue siendo, tal y como apunta la historiadora holandesa Jona Lendering,[72]​ es que la mayoría de las cosas que conocemos sobre Aspasia se basan en meras hipótesis. Tucídides no la menciona, y nuestras únicas fuentes son las especulaciones y representaciones no del todo fiables y recogidas por autores de obras de literatura y filosofía, las cuales no daban importancia al personaje histórico real.[5][49]​ Por lo tanto, en la figura de Aspasia nos encontramos con toda una serie de retratos contradictorios: o bien fue una buena esposa, o alguna combinación entre cortesana y prostituta.[73]​ Esta es la razón por la que los estudiosos modernos expresan su escepticismo sobre la historicidad de la vida de Aspasia.[5]

Según Wallace, «para nosotros Aspasia en sí misma puede no poseer casi ninguna realidad histórica».[5]​ Por ello, Madeleine M. Henry, profesora de clásicas en la Universidad Estatal de Iowa, sostiene que «las anécdotas biográficas que se escribieron en la Antigüedad sobre Aspasia son muy coloristas, inverificables casi por completo, y todavía vivas en el siglo veinte». Finalmente, concluye que «es posible dibujar solo las más mínimas anécdotas de su vida».[74]​ Según Charles W. Fornara y Loren J. Samons II, también profesores de clásicas y de historia, «podría perfectamente ocurrir, por lo que sabemos, que la Aspasia real fuese mejor incluso que su contrapartida de la ficción».[35]

Fuentes primarias (griegas y romanas)

Fuentes secundarias

| autor = VV.AA | título = Mujeres de la antigüedad | año = 2004 | editorial = Madrid, Alianza Editorial | id = ISBN 978-84-206-5696-0 }}



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