Al menos 281 (según la inteligencia francesa)
Al menos 350 (según la inteligencia británica)
355 (según MSF)
494 (según la Oficina de Medios de Comunicación de Damasco)
1300 (según organismos opositores)
1429 (según Estados Unidos)
Controvertido.
Provocar una intervención extranjera en la guerra contra el gobierno.
El ataque químico de Guta (a veces llamado masacre de Guta) se refiere a un supuesto ataque con sarín ocurrido el 21 de agosto de 2013 en la región siria de Guta a las afueras de la ciudad capital de Damasco. El ataque habría ocurrido en el marco de la Guerra Civil Siria. La posible ofensiva se cobró la vida de cientos de personas, con unas estimaciones que van desde las 281 víctimas mortales contabilizadas por los servicios de inteligencia franceses, hasta las 1729 personas fallecidas según el opositor Ejército Libre Sirio. Más de 3000 personas resultaron también heridas, siendo la peor matanza humana del año 2013 y el peor ataque químico de los últimos 25 años. La autoría del ataque fue objeto de intensa controversia a nivel internacional entre aliados y oponentes de ambos bandos, con gobiernos occidentales aduciendo la necesidad de intervenir militarmente en el país para castigar al gobierno sirio al que acusaban de perpetrar la matanza.
La gravedad del hecho, tomando en cuenta el uso de armas químicas, ha causado un impacto mundial que ha llevado a gran parte de la comunidad internacional a actuar. Potencias como Estados Unidos y Francia anunciaron su intención de intervenir militarmente en contra de Siria, mientras que otros como Reino Unido y Alemania no actuarían, pero sí los habrían apoyado logísticamente. Por otro lado, los aliados del gobierno sirio, Irán y Rusia, niegan que el Estado haya tenido algo que ver con el ataque y acusan a Occidente de urdir un complot contra su aliado. La mayoría del mundo, en tanto, no apoya una intervención, pero sí condena la ofensiva química.
El empleo de armas químicas se considera un crimen de guerra desde 1997, y el gobierno de Siria no firmó la Convención sobre Armas Químicas que veta su uso, sino a mediados de septiembre de 2013, después de las primeras denuncias sobre su empleo por las fuerzas del gobierno contra las zonas dominadas por los rebeldes. Antes de eso poseía el mayor programa de armas químicas en todo Oriente Próximo y, según fuentes oficiales del estado francés, aliado de la oposición armada al gobierno sirio de ese entonces y partidario de intervenir militarmente en Siria, entre el arsenal gubernamental de armas químicas se encontraban más de mil toneladas de agentes tóxicos como el gas sarín y el VX.
El de Ghouta es hasta el momento el ataque más grave del siglo XXI y el segundo más mortal desde la Segunda Guerra Mundial, superado únicamente por el Ataque químico a Halabja, Irak, que se saldó con más de 5.000 muertos.
El primer ataque con armas químicas en la Guerra Civil Siria se remonta al 18 de marzo de 2013, cuando un devastador ataque con misiles y armas químicas azotó Jan al Assal, una localidad del sur de la ciudad de Alepo, asesinando a 26 personas y dejando a 86 heridas. Los autores del ataque no fueron esclarecidos; rebeldes y soldados se culparon mutuamente. Las grandes potencias acusaron al gobierno de Al-Asad.
Ghouta es uno de los principales distritos que controla el Ejército Libre de Siria en Damasco y por ello una amenaza directa para el gobierno de Bashar al-Asad. Desde agosto de 2012 el Ejército sirio ha intentado eliminar a la oposición de los alrededores de la capital, y el fracaso con armas convencionales fue, supuestamente, la razón que les obligó a usar armas químicas.
La mañana del 21 de agosto de 2013, fuentes de la oposición siria subieron decenas de videos a Internet en donde se mostraba a muchas personas muertas o con diferentes síntomas graves, como problemas respiratorios y violentas convulsiones, pero sin heridas corporales. Un grupo de expertos franceses que analizó el video consideró "muy poco probable" la posibilidad de una puesta en escena o manipulación de las imágenes.
El ataque químico habría dejado cerca de 1.400 muertos. El ataque se había producido en el suburbio de Ghouta, al sur de Damasco, en una zona que los rebeldes dominan. La oposición siria no tardó en culpar a Bashar Al-Asad de ser el responsable del ataque.
El número de muertos por el ataque varía según la fuente. El principal grupo de la oposición, la Coalición Nacional Siria, anunció que las personas asesinadas estaban cerca de 2.000, lo que alertó a la comunidad internacional.
Los enviados de Francia bajaron considerablemente el número a 281 muertos, aunque la agencia independiente francesa "Médicos sin fronteras" aseguró haber contado 355 fallecidos.
Sin embargo, las fuentes más exactas cifran a las víctimas en 1.400; lo que se asemeja a los números entregados por Estados Unidos, que anunció que 1.429 personas perecieron a causa de la ofensiva.
La autoría de la matanza no está clara, aunque según la Unión Europea, así como algunos gobiernos entre los cuales destaca Estados Unidos, el ataque fue llevado a cabo por el Gobierno de Siria, bajo el mandato de Bashar Al-Asad. Una gran parte de la comunidad internacional también sostuvo que las fuerzas gubernamentales eran las culpables.
Los presuntos indicios que dichos países presentaron para culpar al gobierno de Bashar al-Asad se basaron en la presencia de personal del programa de armas químicas del gobierno sirio tres días antes del ataque, la ubicación desde la que los misiles fueron disparados,Ejército Libre de Siria, lo que supondría un ataque de alguna facción rebelde, siria o extranjera, contra la población civil local así como una supuesta llamada interceptada por Israel que vincula el ataque directamente al Ministerio de Defensa.
la incapacidad de la oposición para coordinar un ataque a gran escala y el hecho de que los suburbios atacados estaban bajo dominio delSin embargo, las naciones aliadas al gobierno sirio, Rusia, China e Irán, si bien no negaron la veracidad del ataque, acusaron a la oposición de ser la responsable. La corresponsal de Associated Press Dale Gavlak recogió declaraciones de fuentes rebeldes, según las cuales el ataque habría sido obra de rebeldes con armas cuya naturaleza y modo de utilización desconocían, proporcionadas por el príncipe saudí Bandar bin Sultan —director de la agencia de inteligencia saudí Al-Mujābarat al-ʿĀmma desde julio de 2012—.
Los cuatro días posteriores al ataque se multiplicaron los bombardeos en la zona atacada, supuestamente para destruir pruebas. La virulencia de los ataques fue cuatro veces superior a la empleada en los diez días anteriores en los mismos escenarios.
Más tarde llegó a Siria un grupo de inspectores de Naciones Unidas y se instaló en la zona para inspeccionar el empleo de armas químicas en la guerra, pero el Ejército le impidió el acceso inmediato alegando motivos de seguridad. Finalmente los investigadores pudieron iniciar su misión, cuyo objetivo no era asignar un responsable sino confirmar el uso de tóxicos. Tras cuatro días de investigaciones, los inspectores abandonaron Damasco hacia Líbano, escoltados por vehículos militares.
El informe de la ONU fue publicado el 16 de septiembre de 2013. En él se llegaba a la conclusión de que "se han utilizado armas químicas en el conflicto actual entre las partes en la República Árabe Siria, también contra los civiles, incluidos niños, en una escala relativamente grande. En particular, las muestras ambientales, químicas y médicas que hemos recogido proporcionan pruebas claras y convincentes de que se utilizaron cohetes de tierra a tierra que contenían el agente neurotóxico sarin en Ein Tarma, Moadamiyah y Zamalka, en la zona de Ghouta en Damasco.
" Los inspectores de Naciones Unidas fueron capaces de identificar sobre el terreno varios cohetes tierra-tierra de 140mm originalmente manufacturados en Rusia, posiblemente utilizados como vector de lanzamiento. Los inspectores de Naciones Unidas, sin embargo, no se pronunciaron sobre la autoría del ataque.Las muestras recabadas se llevaron para ser analizadas en la La Haya, donde se encuentra la sede de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.
Paralelamente, varias naciones como Estados Unidos, Inglaterra y Francia realizaron investigaciones paralelas para saber al autoría del ataque.
Durante los días siguientes, diplomáticos de varias naciones se reunieron para discutir el tema del ataque y una convocatoria en la ciudad de Ammán terminó en la decisión de actuar y los rumores de una intervención militar en el conflicto creció hasta el punto de creerse "inminente".
El 26 de agosto, el secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry, anunció que el uso de armas químicas por parte del gobierno sirio era "claro" e "innegable" y se dijo decidido a actuar en contra del "régimen".
El 31 de agosto, Barack Obama confirmó que su intención de intervenir en Siria, pero esperó a recibir la autorización del Congreso de Estados Unidos. Desde entonces, Obama y Kerry iniciaron una campaña para lograr el apoyo de la comunidad internacional y de la opinión pública en un ataque "limitado en tiempo y en alcance" y sin tropas estadounidenses en el terreno.
Aunque una amplia parte de la población estadounidense estaba en contra de una intervención,Australia, Canadá, Francia, Italia, Japón, la República de Corea, Arabia Saudí, Turquía, Reino Unido y España.
Obama consiguió el apoyo verbal para una "fuerte respuesta internacional" de los gobiernos deEl presidente francés François Hollande manifestó su voluntad de intervenir en Siria en el marco de una coalición internacional y expresó su intención de llevar el asunto a la Asamblea Nacional Francesa.
El Reino Unido se mostró en primera instancia decidido a actuar militarmente, pero el Primer Ministro David Cameron decidió poner la intervención en manos del Parlamento Británico, el cual rechazó la propuesta el 30 de agosto con 285 votos en contra y 272 a favor.
Sobre las posibles intervenciones, Asad anunció que su país se defendería ante cualquier agresión y que lograría vencer a Estados Unidos ante un eventual ataque. Igualmente advirtió que un ataque causaría una guerra regional a gran escala en Oriente Medio.
El 10 de septiembre, horas antes de una votación en el Congreso estadounidense sobre la intervención en Siria, el ministro de exteriores de la nación árabe, Walid Mualem, anunció la intención de su país de poner sus arsenales químicos bajo control internacional a petición de Rusia, intentando así dejar sin argumentos la intervención americana.
Ante esta situación, Obama ordenó posponer indefinidamente la votación sobre el ataque en el Congreso.John Kerry, así como varios países como Turquía, Israel, Gran Bretaña o Francia advirtieron la posibilidad de que se tratara de una estrategia para ganar tiempo y retrasar un ataque.
Por otra parte, el Secretario de Estado,Finalmente, después de varios días de negociaciones entre John Kerry y Serguéi Lavrov en Ginebra, Suiza, llegaron a un acuerdo sobre las armas químicas de seis puntos:
Por su parte, el líder de la oposición militar siria, Salim Idris, rechazó el plan alegando que no bastaba con eliminar las armas químicas sino que se debía «responsabilizarse a su autor y juzgarlo en la Corte Penal Internacional». Además aseguró haber detectado indicios de que las tropas gubernamentales habían trasladado parte de sus armas químicas a Líbano e Irak para evadir el control internacional.
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