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Azores



Las Azores, oficialmente Región Autónoma de las Azores (en portugués: Região Autónoma dos Açores), es un grupo de nueve islas portuguesas situadas en medio del océano Atlántico, a unos 1400 km al oeste de Lisboa, y forman parte de la Macaronesia. Conforman una región autónoma dotada de autonomía política y administrativa cuya norma suprema es el Estatuto político-administrativo de la Región Autónoma de las Azores. Forman parte de la Unión Europea con la calificación de «región ultraperiférica», según el artículo 299.2 del Tratado de la Unión Europea. La capitalidad de Azores está compartida entre tres ciudades: Ponta Delgada, Horta y Angra do Heroísmo.

Según la versión tradicional más difundida, aunque incorrecta, el navegante portugués Diogo de Silves ―descubridor oficial de este grupo de islas ubicado a 1375 km al oeste de Portugal, se quedó tan impresionado por los azores (Accipiter gentilis, un ave parecida a los halcones) que sobrevolaban las islas, que decidió denominarlas de ese modo. Sin embargo los estudios ambientales prácticamente han refutado tal versión: la única rapaz conocida en el archipiélago es el Buteo buteo rotschildi, una subespecie de ratonero (en portugués azoriano y madeirense milhafre, palabra que sin embargo en portugués continental se utiliza para denominar al milano), ave que según los estudios parece haber sido introducida bastante después del descubrimiento portugués. Un estudio ecológico señala que el ratonero prefiere, como su nombre indica, alimentarse de pequeños mamíferos en horarios diurnos, mientras que a la llegada de los portugueses los únicos mamíferos existentes parecían ser algunas especies de murciélagos. La otra posible presa para los ratoneros y afines habría sido la paloma torcaz (Columba palumbus), pero su población no habría soportado la depredación de muchas aves de rapiña, de modo que las islas difícilmente estarían pobladas por una cantidad llamativa de azores o de ratoneros.

En cambio, desde la baja Edad Media se conoce la mención a las casi legendarias islas Azuis. El nombre Azuis se considera un aportuguesamiento de las palabras xeneizes o genovesas azzurre o azzorre, es decir, azules. Aludía al color que la vegetación autóctona de este archipiélago daba vista en lontananza. Reforzaba esta denominación la presencia (aún actual) de un liquen llamado urzela, que aporta un tinte azulado muy requerido en Europa a fines de la Edad Media e inicios de la Edad Moderna.

Se supone que antes de la Edad Media llegaron a la isla diversos navegantes. Más en concreto, hacia fines de la Edad Media se hablaba de diversas tierras e islas míticas en las latitudes y longitudes del archipiélago hoy llamado de las Azores: la Atlántida, la Antilla (o Ante-Isla), la isla de San Brandán, la isla Brasil, las Siete Ciudades y las islas Azuis. Pero cuando los portugueses llegaron a las actuales Azores, no estaban habitadas por seres humanos.

Hacia la mitad de la década de 1420, capitanes portugueses como Gonçalo Velho Cabral, Diogo de Silves y otros visitan, de forma voluntaria o accidental, el archipiélago. Desde entonces, las visitas de naves lusas son frecuentes. La colonización de las islas, deshabitadas en aquella época, comenzó en 1439 con portugueses especialmente de las regiones del Algarve y el Alentejo. En los siglos siguientes, recibieron colonos de otros países europeos, sobre todo del norte de Francia y de Flandes. También llegaron gentes de otras procedencias, como árabes, judíos o genoveses como Cristóbal Colón, que desarrolló allí gran parte de sus conocimientos cartográficos e hizo su primer desembarco, en la isla de Santa María, cuando regresó de América en 1493.

En 1583, Felipe II de España y I de Portugal, envió una flota combinada de navíos portugueses y españoles para expulsar a los invasores franceses de las Azores. Lo consiguió tras la aplastante victoria, aun siendo muy inferior en número de naves. La escuadra española estaba mandada por don Álvaro de Bazán en el momento de la victoria sobre la escuadra francesa en la batalla de la Isla Terceira. Las islas Azores fueron una de las regiones portuguesas que se resistieron a la soberanía de Felipe II, aunque finalmente fueron conquistadas por las tropas españolas en 1583.

La guerra civil de 1820 tuvo una fuerte repercusión en las Azores. En 1829, los liberales ganaron en Vila da Praia a los absolutistas. Hicieron en la isla Terceira el cuartel principal del nuevo régimen portugués y establecieron el Consejo de Regencia (Conselho de Regência) de María II de Portugal.

En 1976, las Azores pasaron a ser una comunidad autónoma portuguesa. Se suprimieron los distritos de Angra do Heroísmo, Horta y Ponta Delgada en los que se dividían hasta entonces. Constituye una región ultraperiférica de la Unión Europea.

El 8 de febrero de 1989, murieron 144 personas (137 pasajeros y 7 tripulantes) al estrellarse en la isla de Santa María el vuelo 1851 de la compañía estadounidense Independent Air Corporation. El avión procedía de la ciudad italiana de Bérgamo y se dirigía a la República Dominicana. Se trataba de un vuelo chárter. La mayoría de los fallecidos eran de nacionalidad italiana.[1]

A mediados de marzo de 2003, en la Cumbre de las Azores entre los gobernantes George W. Bush, Tony Blair, José María Aznar y José Manuel Durão Barroso, se decidió lanzar un ultimátum de 24 horas al régimen iraquí encabezado por Saddam Hussein para su desarme.[2]

Este ultimátum desembocó en la invasión de Iraq por una coalición internacional de países, sin el respaldo explícito de la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, en noviembre de 2007 Durão Barroso dijo haber sido engañado en la reunión de las Azores, porque Bush le dijo que el Gobierno de Irak tenía armas de destrucción masiva.[3]

Las nueve islas que forman el archipiélago tienen una superficie de 2332 km². Sus superficies individuales varían entre los 747 km² de São Miguel, y los 18 km² de Corvo.

El origen volcánico de las islas puede verse en sus conos volcánicos y cráteres. El volcán del Pico, en la isla del mismo nombre, a 2.352 m sobre el nivel del mar, es la montaña más alta de Portugal. La erupción volcánica más reciente tuvo lugar en 1957 en la isla de Faial.

Las nueve islas están divididas en tres grupos:

Las Azores se dividen en 19 municipios (en portugués, concelhos). cada municipio se divide a su vez en parroquias (en portugués, freguesías), de las que hay 156 en las Azores. Por islas, los municipios son:

(km²)

El archipiélago se extiende entre los paralelos que pasa por Lisboa (39º43' - 39º55' de latitud norte) y 37º. Goza de un clima oceánico subtropical suavizado por la humedad y la Corriente Cálida del Golfo. Registra temperaturas medias de entre 13 °C en invierno y 24 °C en verano. Su vegetación no es propia de las zonas mediterráneas, sino que tiene características subtropicales húmedas (Floresta nativa subtropical laurisilva). La corriente del Golfo que pasa relativamente cerca, mantiene las aguas del mar a una temperatura media de entre 16 °C y 25 °C.

Las condiciones climáticas, su aislamiento geográfico, el relieve y las características geológicas de las islas originaron gran variedad de biotopos, ecosistemas y paisajes, que propician un elevado número de hábitats que a su vez albergan gran diversidad de especies de fauna y flora.

La vegetación natural de las Azores comprende un vasto número de especies originarias del periodo terciario, en su mayoría endémicas y actualmente protegidas por ley. La laurisilva, de origen relacionado con los bosques húmedos de terciario existentes en el sur de Europa desaparecidos hace millones de años durante las últimas glaciaciones, es un bosque con índice muy elevado de endemismos.

Además de las especies de mayor porte, existe una capa subarbustiva, generalmente muy densa, de grandes helechos y arbustos. Algunos también son endémicos.

Las islas fueron colonizadas por el hombre a finales del siglo XV. Desde entonces, la cubierta vegetal ha sido considerablemente alterada. Desde mediados del siglo XIX se comenzó a reforestar pensando en la explotación maderera con una conífera asiática, la Cryptomeria japonica, considerada a día de hoy como la especie forestal más importante del archipiélago, no solo por su importancia económica, ocupando el 60% del área de bosques de producción, sino también porque representa un elemento estructural de los paisajes azorianos.[5]

De las plantas vasculares existentes, se conocen actualmente 66 especies endémicas, además de un elevado número de endemismos en otros grupos vegetales. La diversidad de comunidades vegetales permite que comunidades de aves terrestres endémicas se distribuyan por toda el área.

En Azores hay 270 artrópodos, y 50 moluscos endémicos distribuidas en hábitats muy diversos, tales como cuevas volcánicas, campos de lava y bosques.[6]​Este grupo taxonómico se encuentra amenazado por la actividad humana, ya que la mayor parte de las especies no están legalmente protegidas, salvo por las protección de las áreas que constituyen su hábitat.

En Azores se han citado alrededor de 71 especies y subespecies de vertebrados terrestres y 582 marinos.[7]​ Los vertebrados constituyen el 1 % de los taxones terrestres de las Azores. La mayoría son aves: unas 40 especies nidificantes. Existe una subespecie endémica de tritón crestado (Triturus cristatus carnifex). En cambio, la rana común (Pelophylax perezi) fue introducida por el hombre. También hay un reptil endémico (Lacerta dugesii). Junto con los mamíferos marinos y las especies domésticas introducidas por el hombre, solo hay una especie de mamífero terrestre: el murciélago de las Azores (Nyctalus azoreum).[8]

En el archipiélago están protegidas 115 especies, y 215 especies están catalogadas como amenazadas.

En el archipiélago de las Azores se han identificado 702 especies de plantas exóticas, 36 de las cuales de carácter invasor. En cuanto a la fauna, se han inventariado 47 especies exóticas, 5 de ellas invasoras. Destacan el escarabajo japonés (Popillia japonica).

La red regional de áreas protegidas, ocupa un área de 53 700 ha. La primera área protegida se declaró en 1972 (Caldeira, isla de Fayal). Desde entonces, se han creado otras, hasta abarcar cerca del 13 % del área total de la región.[9]

En Azores, las necesidades de agua para uso urbano son las más significativas. Representan cerca del 56 % de las necesidades totales. Les siguen la industria, la agricultura y la ganadería, con un peso del 20 %. El turismo, la energía y los restantes usos representan un valor poco significativo: en torno al 3 %.

Las aguas subterráneas constituyen la principal fuente de agua dulce. Satisfacen más del 97 % de las necesidades.

Los recursos existentes se estiman en cerca de 1.520 millones de metros cúbicos. El 10 % se considera de disponibilidad útil. Los mayores recursos se encuentran en la isla del Pico y en la isla de São Miguel, mientras que los menores se encuentran en la isla de Corvo y en la isla de Santa María. Relacionando las necesidades con la disponibilidad, la isla Graciosa, isla Terceira y la isla de São Miguel son las que ejercen una mayor presión sobre sus recursos hídricos.

A nivel de aguas superficiales, las lagunas, además del valor paisajístico, turístico y ecológico, se convierten en reservas estratégicas de agua. Garantizar su calidad es uno de los desafíos de la gestión de los recursos hídricos. De acuerdo con los análisis y clasificaciones efectuadas en 17 lagunas, la mayoría registra polución más o menos acentuada, derivada de la contaminación difusa por actividades agropecuarias y del uso poco racional de fertilizantes.

En cuanto a las aguas subterráneas, no presentan problemas acentuados de calidad. Puntualmente puedan aparecer algunos, debido a la sobreexplotación de los acuíferos, con la consecuente intrusión salina; también al exceso de nitratos y la contaminación microbiológica relacionados con la polución difusa por la explotación agropecuaria.

En el caso de las aguas termales, de modo genérico, la mayoría de las zonas termales presentan una calidad de agua bastante razonable, lo que ha originado una clasificación adecuada para ostentar la bandera azul.[10]

Debido a la falta de monedas, durante el siglo XVIII y XIX se permitió en todo el archipiélago la circulación de diferentes monedas extranjeras. Para garantizar su circulación se utilizaron una serie de contramarcas, las primeras empleadas en 1792 sobre monedas de cobre. En marzo de 1887, se volvieron a marcar todas las monedas que circulaban en las islas con el objetivo de revalorizar su precio. Para ello se utilizó un punzón circular que contenía la sigla “G.P.” (Gobierno Portugués) debajo de una corona real. De este punzón, muy común en estos tiempos, hay diferentes modelos que varían su tamaño de 6 a 8 milímetros. Se conocen falsificaciones muy malas de este punzón, que se estampó sobre monedas de varios países: brasileñas (960 reis), españolas (8 reales, duros de 5 pesetas hasta el reinado de Alfonso XII), francesas (5 francos de Napoleón) y austriacas (talers de María Teresa) entre otras.[11]

El volumen de producción de leche recibida en las fábricas se sitúa en torno a los 500 millones de litros. La leche producida en Azores se suele consumir en forma UHT.

El queso representa el producto lácteo más significado, con una evolución positiva, incluso en los años de reducción de la producción de leche.

La producción de carne ha registrado, en años recientes, una evolución tendencialmente positiva. Esta evolución es común a los diversos tipos de carne. Fundamentalmente se debe a la carne de bovino para la exportación, que ha crecido hasta aproximarse los niveles previos a la crisis de 1997. La evolución del crecimiento de las carnes para el consumo interno del archipiélago se caracteriza por la moderación y regularidad.

La actividad pesquera, medida por el pescado descargado en los puertos, se traduce en volúmenes del orden de 10 000 toneladas anuales, que se traducen en valores brutos de producción del orden de 26 millones de euros. Anualmente, se registran variaciones específicas en las condiciones en que se desarrollan las actividades del sector, con fluctuaciones significativas de precios.

Hay una gran variedad de pescados, que es lo más tradicional en la gastronomía de las islas. El pez sable (en portugués, peixe-espada) es el más característico. La pesca de túnidos es la que representa las mejores condiciones de producción. La industria conservera tiene mucha importancia.

Hay unos 4000 pescadores matriculados, y en torno a 1600 embarcaciones. El tonelaje medio por embarcación y por pescador matriculado tienden a aumentar.

En 2004, la hostelería tradicional y el turismo rural, sumaron la capacidad de alojamiento de 8000 camas, como resultado del crecimiento en la oferta de alojamientos turísticos, especialmente en los últimos años. De 1996 a 2004, el número de pernoctaciones aumentó un 124 % y el de visitantes un 148 %.

Hoy, más del 50 % de la oferta hotelera se debe a obra nueva. Del resto, más del 50 % fue reformada y modernizada.

De 1996 a 2004 hubo un salto significativo en el origen de los visitantes. En 1996, los portugueses representaban el 71 % de las pernoctaciones; mientras que en 2004 bajaban al 51 %.

Aunque la promoción turística en Portugal sea siempre la preocupación dominante, el aumento de la oferta hotelera y el fuerte carácter estacional del mercado portugués están intentando incrementar los visitantes de otros países. En 2004, el mercado sueco representó el 16 %, seguido del noruego con cerca del 8,3 % y del alemán con el 7,1 %. El mercado alemán, español y canadiense crecieron un 50 % en 2004.

En el 2012, las Azores recibieron el premio QualityCoast de oro por sus esfuerzos por convertirse en un destino turístico sostenible. Gracias a este premio, las Azores han sido seleccionadas para ser incluidas en el atlas global del turismo sostenible, DestiNet.[12]

La evolución de las industrias transformadoras, observable a través de las estadísticas de las empresas, apunta en el sentido de un crecimiento, acompañado de cambios en las estructuras productivas, al menos en términos de dimensión.

En los últimos años, el volumen de negocios ha crecido en niveles significativos. En cambio, el número de empresas ha disminuido, y de personal a su servicio aún más. Por tanto, ha aumentado la dimensión media de las respectivas estructuras.

Aun así, la dimensión media de las empresas de las industrias transformadoras continúa siendo menor a la de las empresas de la economía portuguesa. Según los últimos datos, la media de personal empleado por unidad productiva en Azores se situó en 10 trabajadores por empresa, mientras que la media en España se sitúa en 12.

Esta reducida dimensión también se constata en el volumen medio de negocios de las empresas industriales, cuya rentabilidad depende más de los posibles márgenes que de la reducción de costes.

Las fuentes de energía primaria utilizadas continúan basándose en combustibles fósiles importados (fuel, gasóleo y gasolina). Pese a ello, las energías renovables, como la energía hidráulica, la geotérmica y la eólica, han registrado evoluciones positivas. En los últimos años, se acercan al 10 % del total de energía consumida.

La producción de energía eléctrica ha crecido a un ritmo medio del 7 % anual. La producción de origen térmico continúa siendo la dominante.

En lo que respecta a la utilización de la electricidad, el consumo doméstico representa el componente más significativo, pero los consumos comerciales y de servicios se han vuelto más dinámicos en los últimos años. Los consumos industriales se han caracterizado por una cierta estabilidad, acompañando a la evolución media general de los últimos años.

En los últimos años, la producción local de cemento ha supuesto el 55 % del total de cemento usado en las obras. En años anteriores se había situado en una cuota de cerca del 60 %.

Las licencias de obras para viviendas, representan cerca del 75% del total de licencias para obras concedidas en Azores.

El crecimiento de la actividad comercial se basó más en nuevas unidades de servicios que no en aumentar la capacidad y modernización de las existentes. Los datos estadísticos apuntan hacia un crecimiento significativo del volumen de negocios, del número de empresas y del personal a su servicio.

Su población es de 256 000 habitantes y su densidad de población es de 106 personas por kilómetro cuadrado.

Cada una de las islas que componen el archipiélago de las Azores dispone de un aeropuerto, que las comunica entre sí. Los más importantes también enlazan con el continente (principalmente, Lisboa ). Los aeropuertos son:



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