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Babaji



Mahavatar Babaji es el nombre dado a un yogui por varios discípulos que afirman haberle conocido entre 1861 y 1935 (entre ellos el también yogui Lahiri Mahasaya) que enseñaba técnicas de realización espiritual, especialmente lo que se conoce como kriyā yoga. Algunos de estos encuentros se describen en el libro de Paramahansa Yogananda Autobiografía de un yogui, que incluye relatos de sus encuentros con Mahavatar Babaji. Otro relato de estos encuentros lo ofrece Sri Yukteswar Giri en su libro La ciencia sagrada. Estos relatos, junto con otros encuentros con Mahavatar Babaji, se describen en varias biografías. Algunos de estos pretendidos encuentros se produjeron en presencia de dos o más testigos, y los que le conocieron creen, debido a ciertas comprobaciones a lo largo de sus conversaciones, que conocieron todos a la misma persona.

Se dice que Mahavatar Babaji siempre rehúsa revelar a sus discípulos ningún dato de tipo biográfico, y por ello no se conoce el lugar ni la fecha de nacimiento, ni su "verdadero" nombre. Los que creen en su existencia afirman que ha vivido durante siglos en las nevadas alturas del Himalaya. Los que dicen haberle conocido durante este periodo le conocen por el nombre dado primero por Lahiri Mahasaya. El término mahā-avatara significa ‘gran avatar’. En la tradición del yoga es un ser totalmente iluminado. Yogananda afirmaba que los dos seres más elevados, evolucionados o iluminados que ha habido son Jesucristo en Occidente y Krishná en Oriente.

El término baba-yi significa simplemente ‘papaíto’ (siendo baba: ‘papá’; y ji: sufijo de afecto, como en Guruyi, Gandhiyi, Maharashyi).

Según otros[cita requerida] significaría ‘padre venerado’.

El primer encuentro descrito con Mahavatar Babaji fue en 1861, cuando Lahiri Mahasaya (1828-1895) fue destinado a Ranikhet en su trabajo de contable para el gobierno británico. Paseando un día por las colinas sobre Ranikhet, oyó una voz que le llamaba por su nombre, y siguiendo la voz montaña arriba, se encontró con un sadhu (renunciante) «alto, y con una irradiación divina». Se quedó estupefacto al ver que el sadhu conocía su nombre. Le dijo a Lahiri Mahasaya que en vidas pasadas había sido su gurú, y después le inició en la olvidada doctrina del kriyā yoga, y le dio instrucciones para iniciar a otros. Lahiri deseaba permanecer con Mahavatar Babaji, pero éste le pidió que volviese al mundo para enseñar kriya yoga, a fin de que el sadhana (práctica) del kriya se propagase a todas partes del mundo a través de Lahiri Mahasaya y otras personas.

Lahiri Mahasaya cuenta que Mahavatar Babaji no le dijo su nombre ni detalles de su vida, de manera que Lahiri le dio el nombre de Mahavatar Babaji. Muchos sadhus de India son también llamados Babaji, y a veces Babaji Maharaj, lo que ha causado confusión entre Mahavatar Babaji y otros sadhus de nombre similar.

Lahiri Mahasaya tuvo muchos encuentros con Mahavatar Babaji, relatados en varios libros, incluyendo la Autobiografía de un yogui de Paramahansa Yogananda, Purana Purusha y la biografía de Lahiri Mahasaya, entre otros.

Yogananda le atribuye poderes y edad legendarios a Babaji, que no se pueden confirmar en la actualidad.

Según narra Yogananda (en Autobiografía de un yogui), residía intermitentemente ―junto con su hermana Mataji y unos pocos sádhakas (‘practicantes’)― en un áshram oculto en algún lugar de los Himalayas, donde enseñaba kriya-yoga.

Lahiri Mahasaya le consideraba «el más grande de los yoguis», con poderes solo limitados por la voluntad de Dios para usarlos, pues decía que los maestros que adquieren poderes psíquicos o siddhis solo los usan por consentimiento de Dios. Yogananda decía que los siddhis son un regalo que se recibe de Dios y se devuelve siempre a Dios. Cualquiera que adquiriese siddhis y los intentara usar egoístamente perdería los poderes adquiridos tras largo esfuerzo y descendería espiritualmente, perdiendo el trabajo de muchos años.

Según Yogananda, Babaji inició a Mahasaya en las técnicas del kriya yoga en 1861, cerca de Ranikhet (India). Después Mahasaya se dedicaría a enseñar estas técnicas durante el resto de su vida. Según Mahasaya, el kriyā yoga sería una forma antigua de rāja yoga (‘el rey entre los tipos de yoga’). Mahavatar Babaji se percibía a sí mismo como el primer maestro espiritual (ādi-gurú), fundador de ese linaje.

Según cuenta Yogananda en su libro, recibió de labios de su instructor de sánscrito, Swami Kebalananda, el relato de una anécdota de Mahavatar Babaji:

Cuentan que una vez llegó un hombre ante Babaji después de buscarlo por los sitios sagrados de los Himalayas. Por fin dio con el grupo que conformaba junto a sus discípulos:

―Maestro, acógeme entre tus discípulos porque si no mi existencia no tendrá sentido ―le dijo.

Pero Babaji, no hizo ningún ademán en responderle, continuó pasivo y ni le miró.

―Si no me respondes me tiraré de cabeza por la montaña ―añadió al no obtener respuesta del yogui.

―Entonces ¡salta!― respondió Babaji.

Inmediatamente el hombre se lanzó por la ladera de la montaña. Recién entonces Babaji se incorporó y comenzó a descender tranquilamente con los suyos. Llegó, se inclinó ante el hombre y lo devolvió de nuevo a la vida. Cuando le preguntaron por qué le había dejado morir, él les explicó que así, pasando la prueba de obediencia (ya que el hombre ni había vacilado en obedecerle, revelando una total confianza en su gurú), le había liberado del lastre pendiente ―el karma―, lo cual era necesario para que pudiese convertirse en su discípulo. Aunque drástica e inusual, la prueba se encontraba perfectamente adecuada a las circunstancias.

Lahiri Mahasaya escribió en su diario que Mahavatar Babaji le había dicho que era el dios Krisna, el personaje del Majabhárata (texto epicorreligioso del siglo III a. C.). Dos discípulos de Paramahansa Yogananda cuentan que este también decía que Mahavatar Babaji había sido Krisna en una reencarnación anterior. A menudo Yogananda rezaba en voz alta a Babaji-Krishna, a la vez que mencionaba frecuentemente la devoción que Babaji sentía hacia Jesucristo, con quien afirmaba haber hablado en sus visiones o trances místicos.

Desde la publicación del libro Autobiografía de un yogui en 1946, muchas personas afirman haber visto a Mahavatar Babaji.

El libro Babaji y la tradición de kriya yoga de los 18 siddhas de Marshall Govindan, aporta muchos detalles infundados a la historia de Mahavatar Babaji, como su fecha de nacimiento (30 de noviembre del 203 a. C.),[1]​ su lugar de nacimiento (Parangipettai, en Tamil Nadu, en el sur de la India), su juventud y cómo alcanzó la más alta meta de inmortalidad física bajo la guía de dos grandes maestros del Sur de India: Agastia y Bogar. El libro La voz de Babaji: una trilogía de kriya yoga narra los encuentros que tuvo el autor, que le aportaron nueva información sobre la vida de Babaji. Este libro es una nueva edición de tres libros diferentes publicados en India en los años cincuenta.

Asimismo, Swami Satyeswarananda, que aún vive, ha publicado los libros Babaji: el yogui divino de los Himalayas y Lahiri Mahasaya: la estrella polar del kriya, donde afirma que tuvo varios encuentros con Babaji. Su relato del encuentro de Babaji con Pranavananda contradice las versiones de otros swamis.[cita requerida]

Otro santo identificado con Mahavatar Babaji es Hariakhan Baba, un maestro que vivió y enseñó de 1861 a 1924. Este Babaji es descrito en el libro Hariakhan Baba: conocido y desconocido de Baba Hari Dasa. Algunos relatos fueron escritos también por un santo indio llamado Mahendra Baba, que le identificó como la misma persona que Mahavatar Babaji.

Roy Eugene Davis, discípulo personal de Paramahansa Yogananda y anterior ministro de la Self-Realization Fellowship en el templo de Phoenix (Estados Unidos), expresó una conclusión similar en su libro La vida rendida a Dios: la filosofía y práctica del kriya yoga.

Otro maestro que es identificado como Mahavatar Babaji tiene nombre similar, Haidakhan Babaji, que vivió en el norte de la India y enseñó públicamente desde 1970 hasta su muerte en 1984.



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