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Bajos de Mena



Bajos de Mena es un sector ubicado en el extremo surponiente de la comuna de Puente Alto en Santiago de Chile.[2]

Se trata de un sector postergado de la ciudad de Santiago, de mucha pobreza y hacinamiento poblacional. Posee cerca de 140 mil habitantes,[1]​ pero carece de varios servicios como farmacias, sucursales bancarias, entre otros. Está casi exclusivamente constituido por viviendas sociales construidas bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle en los años 1990. Estas características motivaron la denominación del «gueto más grande de Chile».[3]

A mediados de la década de 2010, esta situación comenzó gradualmente a mejorar gracias a un plan integral para el sector, que incluyó la creación del Parque Juan Pablo II inaugurado en 2013, la construcción de la 66º comisaría de Carabineros inaugurada en 2017,[4]​ y la demolición y remoción de edificios y escombros de la Villa El Volcán, para la construcción de un centro cívico para el sector.[5][6]

Debido a su gran población —similar a ciudades como Curicó y Punta Arenas—, su aislamiento geográfico, su falta de servicios y una considerable distancia de 5 km hasta el centro cívico de Puente Alto —que además es la comuna más poblada de Chile—, existen propuestas para que el sector logre la independencia comunal, en conjunto con sectores colindantes de La Pintana y San Bernardo.[7][8][9]

En el año 1886 la familia Mena era propietaria de una extenso territorio en la ribera norte del río Maipo. Manuel Mena cedió los terrenos a la Iglesia católica, los cuales fueron transferidos inicialmente al cura Benjamín Varas. Este trámite legal duró hasta 1903, año en que empezó a funcionar este terreno para usos de cementerio. Este proceso legal de transferencia territorial se alargó en el tiempo ya que debía quedar a nombre de un grupo de arzobispados de la época para evitar cualquier conflicto de intereses que pudieran suscitarse. Este cementerio partió identificado con el credo católico, sin embargo, el acceso a otras religiones estaba permitido, sin excepción, y de hecho en la época prácticamente todas las comunas de alrededor sepultaban en él a sus familiares, generando un ritmo de sepultación que variaba entre las 10 y 15 sepulturas diarias.[10]

El terreno se fue forjando como barrio en la década de 1960, pero el origen de las viviendas sociales y su hacinamiento data de las políticas sociales de la década de 1990, bajo el gobierno del expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

La historia de Bajos de Mena es uno de los episodios más vergonzosos en cuanto a construcción de vivienda social se refiere en Chile. En 1994 el ministro de Vivienda de la época, Edmundo Hermosilla, aumentó los niveles de densificación en Puente Alto a 600 habitantes por hectárea. Dos años después, en 1997, luego de intensas lluvias invernales quedó al descubierto que las casas construidas en las villas El Volcán I, II, y III, por la empresa Copeva, propiedad del hermano del ex ministro Edmundo Pérez Yoma, hacían agua, damnificando a cientos de residentes. La solución que fue tapar los edificios con largas bandas de plástico, terminó ofreciendo un lamentable espectáculo y una falta de respeto para quienes pusieron sus ilusiones y sus ahorros en el fallido proyecto inmobiliario. La noticia de dos caballos regalados por parte de Francisco Pérez Yoma, propietario de Copeva, al ministro Hermosilla dos años antes, fue la gota que rebasó el vaso para que renunciara en medio del escándalo.

El sector además nunca contó con los servicios necesarios para creación de un “barrio” y a pesar de las deficiencias continuaron llegando cientos de familias y en menos de una década se construyeron 23 mil viviendas en Bajos de Mena. Con esas características muchos se terminaron por devolver a los lugares desde donde habían llegado (tomas u otras poblaciones) al darse cuenta de que “los condominios sociales en altura” como los llamó el Gobierno de entonces, tenían fallas y no había mobiliario público. El lugar se terminó transformando en un nido para la reproducción de la delincuencia, el narcotráfico y la violencia sexual, con un índice de desarrollo humano paupérrimo. Ante tanto desamparo la solución fue demoler las viviendas, pero todo ocurrió a media máquina y las calles de Bajos de Mena, además de acumular basura, se llenaron de escombros y edificios a medio demoler, con un aspecto comparable a una zona bombardeada en que los niños jugaban con perros muertos.[11]​ Para el año 2012, según consignó un estudio de Ciper sobre la segregación social, los servicios que en otros sectores de Santiago están a la vuelta de la esquina, en la población El Volcán se encuentran a varios kilómetros de distancia. Farmacias a casi un kilómetro; bancos, exclusivamente en la Plaza de Puente Alto (5 km); solo dos compañías de bomberos, la primera y tercera de Puente Alto, a 4 y 2,5 kilómetros respectivamente y Carabineros a casi 4 kilómetros de distancia.[12]​ El ex intendente Claudio Orrego señaló en 2014 que Bajos de Mena representaba el mejor ejemplo de lo que «no hay que hacer» en cuanto a políticas públicas de viviendas sociales y urbanismo.[13]

Luego de años de promesas políticas incumplidas y proyectos mal implementados, en 2012 se ejecutó el "Plan integral de rehabilitación urbana de Bajos de Mena" que permitió cambios significativos en el sector. En 2013 se inaugura el Parque Juan Pablo II, en lo que era el vertedero ilegal "la cañamera", se instala la 66º comisaría de Carabineros de Chile inaugurada en 2017,[14]​ finaliza la demolición y remoción de edificios y escombros abandonados en la Villa El Volcán, se inaugura la Octava compañía del cuerpo de bomberos de Puente Alto,[15]​ se inauguran dos nuevos jardines infantiles y salas cunas, dando pie a un centro cívico para el sector. Además queda definida la construcción de nuevos barrios con estándares urbanos de calidad y varias calles se extienden para generar mejor conexión entre ellas, construyendo una red vial hasta el momento intrincada y laberíntica.[16][17][18][19][20]​ En noviembre de 2017 se inaugura la primera fase del Hospital Provincia Cordillera, a solo 2 km del centro de Bajos de Mena, y se espera que se inaugure completamente para el año 2022.[21][22]

En mayo de 2018 el presidente Sebastián Piñera anunció la extensión de la Línea 4 del Metro de Santiago con 3 estaciones más hacia el poniente de la Plaza de Puente Alto, llegando hasta Avenida Eyzaguirre con Avenida Juanita. La fecha de inauguración está estimada para el año 2028.[23][24]

Inaugurado a fines de abril de 2014, es un parque que cuenta con más de 13 hectáreas de terreno,[25][26]​ que se ubica en un sector anteriormente conocido como La Cañamera, que había funcionado como un vertedero ilegal.[27]​ El parque cuenta con una estatua de Juan Pablo II de 13 metros de alto, que fue donada por la Universidad San Sebastián. Originalmente fue pensada para ser instalada en el Barrio Bellavista, pero luego de una polémica fue rechazada por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile debido a que su tamaño rompía con los cánones urbanísticos y la armonía del lugar. La estatua fue inaugurada por el Cardenal Ricardo Ezzati, el 27 de abril de 2014, día de la canonización Juan Pablo II, con una misa en el parque que contó con la participación de cinco mil fieles.[28][29]



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