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Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo



El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento abreviado como: BIRF (en inglés: International Bank for Reconstruction and Development o IBRD) es una de las cinco instituciones que integran el Grupo del Banco Mundial. El BIRF es una organización internacional cuya misión original era financiar la reconstrucción de los países devastados por la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad su misión se ha concentrado en la lucha contra la pobreza a través del financiamiento de Estados. Su operación se mantiene mediante pagos regulados por sus Estados miembros. La finalidad de este organismo financiero internacional se puede especificar en tres ejes: contribuir a la reconstrucción de los países, ayudar a elevar el nivel de vida de los habitantes de los países miembros mediante el crecimiento equilibrado y cooperar en la transición de una economía de guerra en una economía de paz.

El BIRF entró formalmente en funcionamiento el 27 de diciembre de 1945, luego de la ratificación internacional de los acuerdos de Bretton Woods, realizada entre el 1 y el 22 de julio de 1944, en Bretton Woods (Nuevo Hampshire), Estados Unidos.

El BIRF comenzó sus operaciones financieras el 25 de junio de 1946 y aprobó su primer préstamo el 9 de mayo de 1947. Concedió US$250 millones a Francia para la reconstrucción de posguerra siendo, en términos reales, el préstamo más grande aprobado por el banco hasta la fecha.

Este organismo fue establecido principalmente como un mecanismo para la reconstrucción de Europa y de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, con un mandato adicional de fomentar el crecimiento económico en los países en vías de desarrollo en África, Asia y América Latina. En un principio, el banco se centró principalmente en proyectos de infraestructura de largo plazo: construcción de carreteras, aeropuertos, y centrales eléctricas. Como Japón y sus cliente europeos se "graduaron" (adquirieron ciertos niveles de renta per cápita), el BIRF se centró enteramente en países en vías de desarrollo. Desde los inicios de los años 90, también ha proporcionado financiamiento a los Estados post-socialistas de Europa Oriental y de la antigua Unión Soviética.

La formación de los organismos directivos y la toma de decisiones en BIRF se realizan como en cualquier sociedad por acciones; los accionistas mayoritarios controlan la entidad. Para repartir el número de votos se sigue el mismo sistema que en el FMI, 250 votos por ser miembro más uno adicional por cada acción de 100000 dólares suscrita. Esta forma de repartir votos genera de hecho, aunque no exista legalmente, el derecho de veto de los EE. UU. en la toma de decisiones del BIRF, dado que este país es el que cuenta con más capital suscrito en el Banco, a pesar de que algunos países como Japón, han solicitado reiteradamente el aumento relativo de su cuota. En el organigrama del BIRF sobresalen la Presidencia, los Directores Ejecutivos, la Asamblea anual conjunta de BIRF-FMI y los congresos sectoriales y regionales. La Presidencia del BIRF corresponde a la Junta de Gobernadores, normalmente los gobernadores de los Bancos emisores de cada país. Los países principales accionistas del BIRF (EE. UU., Alemania, Francia, Japón y Reino Unido) tienen derecho a un Director Ejecutivo y el resto de los Directores Ejecutivos, hasta 24 en la actualidad, se eligen mediante coaliciones de países que alcancen el porcentaje mínimo para poder tener representación.

El BIRF proporciona préstamos a los gobiernos y las empresas públicas, siempre con una garantía gubernamental (o "soberana") de reembolso. Los fondos para estos préstamos provienen principalmente de bonos emitidos por el Banco Mundial en los mercados de capitales globales -habitualmente US$12 a 15 billones por año-. Estos bonos son clasificados como AAA (la más alta calificación posible), porque son respaldados por el capital de parte de los Estados miembros, así como por las garantías soberanas de los prestatarios. Además, los préstamos que son pagados se reciclan.

Debido a la clasificación de crédito del BIRF, este puede pedir prestado a tasas de interés relativamente bajas. Como la mayoría de los países en vías de desarrollo tienen malas calificaciones de crédito, el BIRF puede prestar a los países a tipos de interés que son generalmente muchos más atractivos para ellos, incluso después de agregar un pequeño margen (cerca de 1 %) para cubrir los gastos administrativos.

Los recursos propios se componen del capital social y de los logrados a través de las emisiones de bonos en los mercados de capitales. Ahora bien, el Banco tiene prohibida su intervención en caso de que existan o puedan existir inversores internacionales privados interesados en la financiación en condiciones aceptables para el gobierno solicitante. Es decir, su función es solamente subsidiaria de la de los mercados de capitales. El capital inicial fue de 10000 millones de dólares, que como se puede apreciar era notablemente insuficiente para afrontar los retos de financiación de la reconstrucción europea para la que le fue concebido. La cuota de cada país depende de su participación en el capital del FMI, pero tan sólo el 20 por ciento del capital suscrito es de obligado desembolso y de libre utilización por el Banco.

García de la Cruz, Durán: “Sistema Económico Mundial”- Madrid, España: Thom



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