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Barrio Yungay



El Barrio Yungay está ubicado en el sector norponiente de la comuna y ciudad de Santiago. Es un tradicional barrio residencial, que muestra características propias frente al avance de la modernidad que manifiestan otros barrios de la ciudad.

Se llama así debido a que se creó en honor a la victoria del Ejército Unido Restaurador en la Batalla de Yungay (20 de enero de 1839) en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. Su hito principal es la plaza homónima, donde se encuentra el Monumento al Roto chileno, que es un homenaje al chileno del pueblo.

Sus calles límites son al norte San Pablo, al este, Ricardo Cumming al sur Alameda y al oeste Matucana. Un sector fue declarado Monumento Nacional por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile en la categoría Zona Típica, mediante Decreto Supremo N° 43 del 19 de febrero de 2009.[1]

Durante la primera mitad del siglo XIX, el sector correspondía a un terreno rural perteneciente a José Santiago Portales y Larraín, padre del ministro Diego Portales, a causa de lo cual se le conocía como el «Llanito de Portales».[2]​ En 1835 fallece José Portales, por lo cual la hijuela (herencia) fue dividida entre sus 16 hijos herederos.

Tras la Batalla de Yungay, como un modo de celebrar, el 5 de abril de 1839, el Presidente José Joaquín Prieto dicta el Decreto Fundacional del barrio que honra el triunfo de Chile, en el cual se traza como límites oficiales las calles Alameda, Matucana, la Av. San Pablo (en ese entonces el camino a Valparaíso) y Brasil (Cañada de Diego García de Cáceres o Acequia de Negrete); el loteo reserva un espacio para la Plaza Yungay y la iglesia de San Saturnino, terrenos que pertenecían al fallecido Diego Portales.

Aunque muchas de sus construcciones son ya existentes desde el siglo XVIII, su importancia urbanística no reside sólo en las edificaciones; sino también en ser la primera planificación urbana de la ciudad de Santiago después de las cuadras aledañas a la Plaza de Armas (piedra fundacional de Santiago) en el cuadrante conocido como centro histórico de Santiago de Chile, marcando la expansión urbana inicial de la ciudad, hacia el sur poniente.

En 1849, se funda la Escuela de Artes y Oficios, y su primera sede se ubica en la actual esquina de las calles Catedral y Chacabuco, la cual permaneció allí hasta 1886.

A principios del siglo XX, el barrio inicia una etapa de gran desarrollo con la instalación de la Estación Yungay en la cual combinaban cuatro líneas, el Ferrocarril de Valparaíso a Santiago, el Ferrocarril de Circunvalación, el Ferrocarril Yungay-Barrancas y el Túnel Matucana que conecta con la Estación Alameda; lo cual la convirtieron en una de las estaciones más concurridas de la época.

Destacados arquitectos construyen casas que marcan hitos en el barrio, además se construyen los cité como las calles Hurtado Rodríguez, Adriana Cousiño y Lucrecia Valdés, los cuales son elementos característicos del barrio hasta hoy.

En 1940 se producen dos fenómenos que marcan un cambio absoluto en los habitantes de la ciudad. Se inician los loteos en la comuna de Providencia y se traslada la Escuela Militar a un predio del fundo San Luis. Estos hitos marcan el inicio de la expansión de la clase alta de Santiago hacia el oriente.

De esta manera y al igual que el Barrio República, el Barrio Yungay comenzó a vivir un progresivo éxodo de las familias más acomodadas que por tradición buscaban tener un hijo en las Fuerzas Armadas, quienes se ubicarían hacia el oriente de la ciudad. Sin embargo, el barrio no sería abandonado, sino que por el contrario, comenzaron a llegar nuevos habitantes quienes le han dado el sello especial por el cual este barrio es identificado.

Después del terremoto de 1985, la antigüedad de muchas construcciones y la falta de mantención por diversos motivos dañó muchas construcciones. Esto marcó un segundo cambio, esta vez menor y más progresivo, de habitantes de la comuna, el cual hasta 1990 generó un paulatino descenso de la población, lo cual llevó al alcalde de la época, Jaime Ravinet, a proponer un plan de reconversión urbana para la comuna con la construcción de grandes torres de departamentos. Sin embargo, fue insospechado el efecto que trajo una transformación urbana de ese tipo en un barrio de características tan peculiares históricamente.[3]

A diferencia de otros barrios típicos de la ciudad que han quedado destruidos como entidades, los vecinos de este sector organizaron un Comité para conseguir que el barrio fuera reconocido como zona típica por el Consejo de Monumentos Nacionales, liderados por la historiadora, vecina y actual concejala de la comuna, Rosario Carvajal, lograron su objetivo en 2009. La lucha fue en respuesta al intento del municipio de modificar el Plan Regulador Comunal en el sector Parque Portales para construir edificios en altura imponiendo un modelo de ciudad donde la comunidad no tenía derecho a decidir sobre su entorno, sin embargo el éxito de este barrio tuvo repercusiones en muchos otros lugares con semejantes problemas.

Se pasó de la protesta a la propuesta generando una experiencia inédita de participación ciudadana a través de una serie de instancias democráticas, como la realización de tres Cabildos barriales denominados “Por el Barrio que soñamos”, seminarios, festivales “por la defensa de nuestro patrimonio”, la celebración del “día del Roto chileno, el Roto Sudaca”, campeonatos deportivos, mingas barriales, medios de comunicación comunitarios, etc.

Tras el terremoto del 27 de febrero de 2010, el Barrio Yungay y su organización ha sido ejemplo nacional de cómo enfrentar la catástrofe, constituyéndose a pocas horas las Brigadas de Emergencia Patrimonial que lograron enfrentar con cerca de 1.000 voluntarios las primeras horas de la emergencia. Gracias a la acción de la organización, no hubo ninguna demolición total y luego se desarrolló la campaña “Yo restauro mi Barrio”, con objeto de recuperar el patrimonio arquitectónico del barrio con "mingas" barriales (jornadas de trabajos voluntarios) y la creación de la Escuela Taller de Artes y Oficios Fermín Vivaceta. La respuesta vecinal de Yungay y de sus propios dirigentes, más allá de esperar la ayuda de la administración central, consolidan una identidad de barrio y de conservación de su patrimonio.[5][6]

La mixtura de elementos logrados por las familias que habitan en el barrio, en el cual logran convivir personas de diversos orígenes y estatus socioeconómicos, han permitido que desde su nacimiento se destaque la cultura.

El Barrio Yungay ha sido cuna y desarrollo de hombres, mujeres y familias que han liderado el desarrollo educacional, cultural, político e institucional del país, personajes como Ignacio Domeyko, Domingo Faustino Sarmiento y Baldomero Lillo entre otros.[2]

El barrio fue retratado por la literatura en obras como Juana Lucero (1902) del novelista Augusto d'Halmar, La sangre y la esperanza (1943) de Nicomedes Guzmán, y Vidas mínimas de José Santos González Vera.

En Barrio Yungay, Imágenes de poesía (2012), libro de poemas de Miguel Alvarado Natali, canta y describe con vibrante ritmo la presencia y entorno de un barrio que nació para exaltar la legendaria figura del Roto chileno, describe y denuncia las precariedades de su sector.

El barrio contó con su propio club de fútbol (llamado Banfield) que existió entre 1940 y 1978.[7][a]



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