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Batalla de Chacabuco



La batalla de Chacabuco fue una decisiva contienda de la Independencia de Chile en la cual combatieron el Ejército de los Andes, formado por tropas de las Provincias Unidas del Río de la Plata y chilenas exiliadas en Mendoza, y el Ejército Realista, resultando en una firme victoria para el bando independentista comandado por el general José de San Martín. La batalla tuvo lugar el 12 de febrero de 1817, en la hacienda de Chacabuco (Colina), a 55 km al norte de la ciudad de Santiago

Tras el desastre de Rancagua, que causó el fin de la Patria Vieja, los exiliados chilenos se trasladaron a Cuyo, donde se pusieron bajo las órdenes del general José de San Martín, gobernador de la provincia, que había desarrollado un plan para derrotar a los realistas atacando el Virreinato del Perú por mar desde Chile. La ocupación realista de Chile le obligaba a liberar primeramente ese país.

Los chilenos Bernardo O'Higgins y Ramón Freire ayudaron a organizar y adiestrar al llamado Ejército de los Andes.

San Martín liberó a los esclavos negros siempre que se enrolasen en las tropas, e incorporó en ellas a los patriotas chilenos que seguían a O'Higgins (ya que no existía un ejército propiamente chileno, pasando a formar parte íntegra del ejército libertador) y aquellos soldados de Carrera que estuviesen dispuestos a servir bajo sus banderas.

Entre chilenos[nota 8]​ y argentinos el ejército llegó a contar con alrededor de 4000 hombres perfectamente armados y disciplinados.

Luego del Cruce de los Andes las fuerzas patriotas dirigidas por San Martín marcharon por la ladera poniente del macizo, llevando consigo las piezas de artillería, alimento y ropajes.

Debido a la dispersión de sus fuerzas (estimadas en abril de 1817 en 4317 hombres),[7]​ a Francisco Casimiro Marcó del Pont, se le hizo muy difícil reunir un ejército, el que finalmente sería de 1500 hombres. La moral de éstos no era la mejor, pues estaban mal pagos y no se les había reconocido los grados ganados en la campaña de reconquista al mando de Mariano Osorio.

Ejército de los Andes

Estado Mayor del ejército
Comandante en jefe del ejército:

Ayudantes de campo:

División O'Higgins

Comandante

Infantería

Caballería 3 escuadrones de Granaderos a Caballo

Artillería

División Soler

Comandante

Infantería

Caballería

Artillería

Ejército Real de Chile

Comandante en Jefe

Oficialidad

Unidades y Comandantes

Tras reunirse el 9 de febrero en el Campamento de Curimón las columnas que cruzaron los Andes por "camino de Los Patos" junto con las que cruzaron por el "camino de Uspallata", se resolvió atacar en la madrugada del día 12. Con el fin de emplear una táctica de pinzas por el frente y la retaguardia, se dividieron a las tropas disponibles en dos:

Mientras Soler rodeaba a los realistas por el camino de Montenegro, más suave pero mucho más largo, O'Higgins lo hacía por Cuesta Vieja, más corto pero en pendiente y mucho más peligroso, dirigiéndose en dos columnas, y enfrentándose con los adelantados realistas hasta encontrarse frente a frente con el grueso del ejército realista, por lo que decidió avanzar hacia el cerro Los Halcones y desplegar allí sus fuerzas, al tiempo que despachaba un mensajero para informar de la situación al general San Martín.

Las fuerzas realistas, inferiores en número, estaban compuestas por el batallón Talavera, de soldados peninsulares, más otros dos provenientes principalmente de Chiloé y Valdivia.[nota 7]​ Inicialmente Maroto, consciente de la debilidad de sus tropas había conseguido que el gobernador apoyase la idea de retirarse al Maule y unir sus fuerzas a las de Concepción para presentar batalla a San Martín.[10]​ Pero Marco del Pont cambio de opinión rápidamente y le ordenó impedir que los republicanos avanzaran sobre Santiago. El general realista escogió la cuesta de Chacabuco como una posición defensiva, esperando detener a los patriotas mientras llegaban los refuerzos desde el sur.[11]​ Sin embargo, en un reconocimiento efectuado el día 12 Maroto notó que la cuesta estaba ocupada por los patriotas, e incapaz de tomarla tuvo que escoger entre retroceder a Colina o defender las posiciones donde estaba su ejército, delante del cerro de Victoria, cerca de la Hacienda de Chacabuco. Optó por esto último, lo que permitió a San Martín rodearlo con sus fuerzas más numerosas.[12]

El plan de San Martín era que O'Higgins atacara por el este, Soler por el oeste y San Martín de frente. Llegada la batalla O'Higgins se desespera al no recibir órdenes de San Martín e inicia el ataque; cuando San Martín se da cuenta de esto envía a un mensajero para que Soler comience el ataque. No había tiempo hasta que Soler ataque y San Martín decide ir él por el frente junto a O'Higgins, hasta que luego una división de adelantados de Soler arribó produciéndose el envolvimiento completo del flanco izquierdo y de la espalda, y destrozando la retaguardia realista, consolidándose así una aplastante victoria a favor de los patriotas. La batalla concluyó a las 14:00 horas. El sorpresivo avance de Maroto cambiaba por completo el panorama. Ahora O'Higgins, sin ayuda de Soler, tendría que batirse con la totalidad de las fuerzas realistas o retroceder a una catástrofe segura. O'Higgins al no recibir respuesta ante esta situación a las 11:45 y contraviniendo las órdenes de San Martín de no comprometer fuego, aconsejado por Crámer, (exoficial de Napoleón), ordenó a la infantería cargar a la bayoneta, organizando dos columnas de ataque, siguiendo el modelo napoleónico y lanzándolas sobre el ala derecha enemiga (Batallón Talavera) apoyada por la caballería del coronel José Matías Zapiola, pero los granaderos tropezaron con el profundo cauce de Las Margaritas, que no habían visto, no pudiendo pasar en formación de ataque y retrocedieron tras una andanada de fuego enemigo, sin sufrir muchas bajas, hasta el cerro de los Halcones, donde se reorganizaron. De nuevo O'Higgins y Cramer las lanzaron al asalto, dirigiendo ahora la caballería contra el flanco derecho y la infantería contra el centro. Un pelotón de caballería rompía la línea realista entre la extrema izquierda del Talavera y la derecha del grueso del batallón Chiloé, arrollando a los artilleros. La infantería ya casi vencedora, acudió en auxilio de la caballería. Zapiola, después de romper el cuadro formado por los talaveras, rebasó el ala derecha realista y una segunda carga sobre la infantería y la caballería enemigas produjo la dispersión. Los restos del ejército realista huyeron a la desbandada hacia las casas de Chacabuco distante a pocos kilómetros, y dejando en el campo la tercera parte de sus efectivos. En medio de la batalla San Martín llama a Osorio, el General Realista, para que saque a sus heridos de la batalla, dando así San Martín un ejemplo de hacer una campaña con el menor costo de sangre posible.

Poco después de finalizar la batalla el general San Martín dirigió al Director Supremo argentino Juan Martín de Pueyrredón el parte oficial:

Una división de mil ochocientos hombres del ejército de Chile acaba de ser destrozada en los llanos de Chacabuco por el ejército de mi mando en la tarde de hoy. Seiscientos prisioneros entre ellos treinta oficiales, cuatrocientos cincuenta muertos y una bandera que tengo el honor de dirigir es el resultado de esta jornada feliz con más de mil fusiles y dos cañones. La premura del tiempo no me permite extenderme en detalles, que remitiré lo más breve que me sea posible: en el entretanto, debo decir a V. E., que no hay expresiones como ponderar la bravura de estas tropas: nuestra pérdida no alcanza a cien hombres.
Estoy sumamente reconocido a la brillante conducta, valor y conocimientos de los señores brigadieres don Miguel Soler y don Bernardo O’Higgins.
Dios guarde a V. E. muchos años. Cuartel general de Chacabuco en el campo de batalla, y febrero 12 de 1817.

Los patriotas muertos fueron 12 y 120 heridos, mientras que los realistas sufrieron 500 muertos, quedando prisioneros 32 oficiales y 600 soldados.[6]​ Fue capturada la bandera del Regimiento de Chiloé, junto con aproximadamente mil fusiles, dos piezas de artillería, seis espadas, 16 cajones de municiones, dos barriles de pólvora, cuatro fardos de vestuarios, una treintena de equipajes y la correspondencia. Sin embargo, San Martín cometió el error de no perseguir a los realistas vencidos, dando la oportunidad de reembarcar hacia el Perú a 1600 soldados, que serían la base de la expedición de Mariano Osorio en el siguiente.[15]​ De otro modo, estiman varios historiadores, Chacabuco hubiera sido la batalla decisiva de la independencia y la expedición al Perú no se hubiera atrasado tres años.

El 16 de febrero la victoria fue conocida en Mendoza y el 24 de febrero a las 9 horas llegó a Buenos Aires en un pliego enviado por cuenta del gobernador de Cuyo Toribio de Luzuriaga. El 26 de febrero el sargento mayor Manuel Escalada llegó a Buenos Aires conduciendo el parte oficial de San Martín y la bandera tomada a los realistas.[16]​ Un día antes de la llegada de Escalada el director Pueyrredón -habiéndose puesto en conocimiento de la victoria del ejército a través de Luzuriaga- le envió a San Martín la siguiente comunicación:

Reunida la asamblea bajo la presidencia del gobernador don Francisco Ruiz-Tagle, elegido interinamente por el pueblo al tiempo de la fuga de Marcó del Pont, los concurrentes declararon por aclamación que a la voluntad unánime era nombrar a don José de San Martín gobernador de Chile con omnímoda facultad, y así lo hicieron constar en el acta que se levantó y todos firmaron ante escribano público. El general fiel a sus instrucciones y a su plan político, se negó a aceptar el mando que se le ofreció, y convocó por intermedio del Cabildo una nueva asamblea popular a que concurrieron 210 vecinos notables. El auditor del ejército de los Andes, Dr. Bernardo de Vera y Pintado, reiteró públicamente la renuncia de San Martín, y fue aclamado en el acto el general O’Higgins Director Supremo del Estado de Chile, declarando Vera que la elección era del agrado del General San Martín. El nuevo Director nombró por ministro del interior a don Miguel Zañartu, carácter entero y decidido partidario de la alianza chileno-argentina, y en el departamento de guerra y marina al teniente coronel don José Ignacio Zenteno, secretario de San Martín. Su primer acto de gobierno, el 17 de febrero de 1817, fue dirigirse al pueblo en una proclama con alusión honorífica al general San Martín:[19][20]

Santiago, 17 de febrero de 1817.

Bernardo O'Higgins

Gracias a la Batalla de Chacabuco, en la que los patriotas salieron victoriosos, pudieron entrar en Santiago de Chile el 14 de febrero. Finalizando el período de la Reconquista o "Restauración" y empezando el período de la Patria Nueva.



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