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Batalla de Cocherel



La batalla de Cocherel, librada el 16 de mayo de 1364 entre un ejército combinado anglo-navarro por un lado, y un contingente francés por otro, fue una victoria decisiva de las tropas francesas[1]​ que marcó el punto de inflexión de la política exterior que el Reino de Navarra mantuvo en Francia en la segunda mitad del siglo XIV por la sucesión de la corona francesa, en el contexto de la guerra de los Cien Años que enfrentaba a Inglaterra y Francia.

En la época de la que hablamos (siglo XIV), las dinastías que gobernaban Navarra eran de procedencia francesa (concretamente de Évreux, Normandía), ya que la extirpe vascona se extinguió a la muerte del rey Sancho el Fuerte en 1234. Esta visión no sería correcta si se tuviera en cuenta que en el derecho navarro no había ley sálica y por lo tanto, Teobaldo I, por parte materna descendiente de la casa Jimena, no sería estrictamente un rey extranjero.

El rey Carlos II de Navarra (1349-1387), sumergió su reino en un torbellino de intervenciones militares y conspiraciones políticas obligado en parte a su debilidad frente a otros reinos ibéricos, donde hacía ya tiempo que no podía expandirse geográficamente. La limitada extensión geográfica del reino pirenáico llevaba aparejada debilidad diplomática, pese a controlar los principales puertos pirenáicos que abrían las puertas de Francia; Velate, Ibañeta-Roncesvalles, e Isaba.

Así pues, y con el fin de mantener y ampliar sus posesiones en Normandía, donde ya contaba con plaza fuertes como Cherburgo (importante puerto marítimo), Avranches, Évreux y otras villas, se enviaron 2 expediciones militares por mar. La primera en agosto de 1355, compuesta por 2000 navarros, 100 caballos, y los principales ricos-hombres y caballeros del reino, acompañados por el rey en persona, que embarcaron en Bayona a bordo de 6 naves, y que tiempo después desembarcaron en Cherburgo.

La principal misión de esta expedición fue recuperar numerosos castillos y plazas fuertes que los navarros perdieron frente a los franceses, cuyo soberano, el rey Juan II de Francia, era suegro del rey Carlos.

Cinco años de guerras y la derrota de Francia ante Inglaterra en la batalla de Poitiers (1356) trajeron la paz en el Tratado de Brétigny (1360), y a la desmovilización general de miles de mercenarios (algo muy habitual), formándose las tristemente famosas compañías, guerreros errantes descontrolados.

A la muerte natural del rey Juan de Francia en Londres en 1364, le sucedió su hijo el delfín Carlos V, enemigo acérrimo del rey navarro, que por los muchos problemas que le había causado en su reino, no dudó en lanzar una gran campaña militar contra las posesiones navarras.

Y así, en Navarra se reclutaron unos mil hombres y tomó el mando Don Martín Enríquez de Lacarra, al que acompañaban numerosos ricos-hombres y caballeros. Este pequeño ejército se dirigió a Fuenterrabía, donde se les añadieron 300 gascones a las órdenes del señor de Gavestón. Tras algunas vicisitudes llegaron a Cherburgo, donde se juntan al resto de tropas navarras allí establecidas, y bajo la dirección de Juan de Grailly marchan sobre Évreux, con la idea de recuperar más tarde Mante y Meulán. A su paso todo es sangre y ruinas.

Bertrand du Guesclin, el condestable de Francia, no teniendo suficientes fuerza para enfrentarse a ellos, levanta el sitio de Évreux e inicia la retirada, pero en ese momento recibe tropas de refresco y decide dar cara a los navarros.

Juan de Grailly, Captal del Buch, que es primo del rey don Carlos, abandonó la plaza fuerte y su pequeño ejército anglo-navarro-normando tomó posiciones en las riberas del río Eure, en una colina próxima a Cocherel, distribuyéndose en tres cuerpos de cuatrocientos hombres tomando posiciones defensivas, como era habitual en las tácticas inglesas, forzando a Du Guesclin a ser el agresor.

El comandante francés intentó romper las posiciones defensivas navarras; la lucha fue feroz y se prolongó por varias horas. Finalmente los franceses iniciaron la retirada y confiándose, los navarros bajaron de la colina para acabar con ellos. Es en este momento cuando llega en ayuda de los franceses el bretón Eustache de la Houssaye con doscientas lanzas, cargando sobre los ingleses (posiblemente arqueros) por la retaguardia, lo que les lleva a la victoria. El vasco de Merevil muere defendiendo el pendón de Navarra, el Captal del Buch cae herido y los principales caballeros son hechos prisioneros y llevados a Ruan.

La derrota tuvo lugar el 16 de mayo de 1364, y la noticia llegó a Pamplona, donde estaban los reyes, el día 24. La trajo un mensajero que, reventando caballos, recorrió en ocho días los novecientos kilómetros que separan a Cocherel de Pamplona, a una media de cien kilómetros diarios. Fue un golpe mortal para la causa de Carlos II en Francia.



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