La Batalla de la Fortaleza de Brest, también conocido como la Defensa de la Fortaleza de Brest, fue un enfrentamiento bélico acontecido en junio de 1941 en el contexto de la invasión de Alemania a la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Pese a que la fortaleza fue finalmente capturada por la Wehrmacht, los soviéticos ofrecieron una férrea defensa, alargando el asedio más de lo esperado.
Antes Brest-Litovsk había pertenecido a Polonia, hasta que en 1939 Alemania la conquistó sin problemas porque la guarnición polaca huyó y fue capturada en la Batalla de Brest Litovsk y cumpliendo el Pacto Germano-Soviético, Alemania cedió a la Unión Soviética la fortaleza de Brest-Litovsk.Sin embargo era un punto vital a la hora de comunicar la Gran Alemania a la que aspiraba Adolf Hitler pues era una importante ruta comercial entre Alemania y la URSS que aportaba al Tercer Reich grano, aceite mineral, manganeso y cromo a través de la vía férrea que la atravesaba.Era pues un objetivo clave, tanto para las operaciones militares presentes como para la futura paz.
Brest-Litovsk era un punto defensivo fuerte desde mediados del siglo XIX. Estaba rodeada por una muralla de piedra de 10 metros de altura con casamatas armadas, cúpulas acorazadas de artillería y fosos antitanques. La fortaleza, a su vez, estaba separada por varios canales del Río Bug y el Río Mukhavets formando islotes donde estaban situados y la Ciudadela, el Fuerte Norte de Kobryn, el Fuerte Sur de Volyn, el Fuerte Oeste de Terespol. La Ciudadela, tenía forma circular y albergaba un cuartel de dos plantas de 500 habitaciones protegido por agujeros de francotirador, cavidades para cañones y capacidad para 12.000 hombres.
El Ejército Rojo disponía en Brest-Litovsk de unos 7.000 hombres, muchos de ellos chechenos. Aunque el Ejército Rojo podía haber contado con más de 12.000 hombres, unas maniobras en el exterior el mismo día del ataque alemán, coincidiendo con que era fin de semana y la concesión de permisos, redujeron los efectivos a los 7.000 en el interior y a unos 1.000 por los alrededores, sumando un total de más de 8.000 que constituían el 17º Destacamento de Guardias de Brest “Bandera Roja”, 33º Regimiento Independiente de Ingenieros, el 18º Batallón Independiente de Comunicaciones y 393º Batallón de Artillería Antiaérea.
La fuerza elegida para tomar el castillo fue la 45ª División que se dividía al mismo tiempo en los 130º, 133º y 135º Regimientos de Infantería, el 98º Regimiento de Artillería, el 4º Regimiento de Morteros y el 81º Batallón de Zapadores de Infantería. Ésta estaría comandada por el general Fritz Schlieper. Además la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) aportaría el 77º Escuadrón de Stukas Junkers Ju 87. El total de soldados para hacerse con la fortaleza era de 17.000 hombres.
A las 3 de la mañana del 22 de junio de 1941 la 45ª División de Infantería Alemana atravesó la frontera del Tercer Reich con la Unión Soviética por Río Bug en barcas y puentes rumbo a Brest-Litovsk para luego disparar sus cañones, lanzacohetes y morteros contra la fortaleza. Mientras el bombardero proseguía sobre la fortaleza, los alemanes cruzaron el Río Mukhavets con la confianza de que los defensores no les causarían problemas debido al fuego de artillería, pero se equivocaron cuando desde el otro lado del río, fuego de ametralladora y francotiradores lograron hundir dos botes y dañar cuatro más. A pesar de ello los alemanes lograron hacerse con las orillas distribuyendo sus fuerzas de la siguiente manera: el 130ª Regimiento en las islas del Fuerte Volyn y Ciudadela; y el 135º Regimiento en las islas del Fuerte Trespol y Fuerte Kobryn. Poco después tomaron sin apenas sufrir bajas los tres puentes adyacentes a la fortaleza. Al amanecer los alemanes se lanzaron sobre la ciudad para asaltar luego la fortaleza sobre el mediodía.
Sin embargo los rusos ya se habían resguardado bien, racionando alimentos y municiones, además de poner a salvo a sus familias y a civiles en los sótanos y mazmorras. En todos los fuertes las tropas germanas fueron rechazadas con bajas, pero especialmente en la Ciudadela donde las bajas nazis fueron elevadas gracias a un punto defensivo inexpugnable que los soviéticos levantaron en torno al comedor de oficiales. Por si fuera poco tuvieron que abandonar la iglesia con la que acababan de hacerse en ese sector tras un contraataque soviético que dejó cercados a 70 alemanes. Algo similar ocurrió en la Fortaleza de Trespol, que defendían tan sólo 300 soviéticos.
El general Schlieper, desesperado por la inesperada resistencia soviética, mandó al 133º Regimiento que permanecía en reserva, pero solo sirvió para tomar la estación ferroviaria situada en torno a Ciudadela. Al final del primer día los alemanes contaban con 311 bajas entre las que había 21 oficiales.
Durante toda la noche del 22 al 23 de junio la Luftwaffe bombardeó Brest-Litovsk sin causar graves daños que sin embargo fueron mayor obstáculo para los alemanes. Al amenecer del día 23 los alemanes realizaron otro asalto que resultó fallido y cuyo resultado fueron combates individuales a lo largo del perímetro en el que los alemanes sufriendo más muertes a manos de francotiradores.
El día 24 de junio los 70 alemanes que estaban atrapados en la iglesia fueron liberados por el 133º Regimiento. Como refuerzo se aportaron unos pocos tanques T-38 de origen checo y Somua de origen francés, que poco pudieron hacer al ser blancos fáciles del fuego cruzado y de los fosos anticarro. También se empleó gas lacrimógeno, algo poco común en la Segunda Guerra Mundial.
Las defensas soviéticas empezaron a flaquear el día 25 ya que las municiones escaseaban por lo que se racionaron disparando solo a blancos claros.Además la falta de sueño y agua por parte de las tropas soviéticas fue notada por los alemanes que a partir del día siguiente se dedicaron exclusivamente a atacar almacenes y el depósito de agua. Además gracias a los lanzallamas y granadas de mano pudieron ir destruyendo casamatas y fortines.
La noche del 26 de junio Zubachyov y Fomin decidieron escapar de la fortaleza con un grupo de hombres, pero una patrulla alemana los interceptó e hizo prisioneros. Gavrilov decidió quedarse hasta el fin. Aprovechando que no había mando en la fortaleza, un grupo de fuerzas especiales del Destacamento Brandenburgo, formado por comandos rusos colaboracionistas de los alemanes, logró convencer a los centinelas soviéticos de entrar en la fortaleza haciendo creer que eran del mismo bando permitiendo sacar del recinto todos los documentos secretos que guardaba el Ejército Rojo y llevándoselos a las líneas alemanas, operación de éxito absoluto.
Los fuertes de Terespol y Volyn cayeron en manos alemanas el 27 de junio mientras que el de Kobryn y la Ciudadela resistían heroicamente. Apenas hubo movimientos el 28, más que la toma de casi toda Ciudadela a excepción del comedor de oficiales. Impacientes los alemanes, el 29 de junio enviaron 93 bombarderos Stukas del 77º Escuadrón que dañaron ligeramente el Fuerte de Kobryn; repitiéndose el mismo ataque por la tarde con otros 5 Stukas que encajaron hasta 6 bombas de 2 toneladas de explosivo que tuvieron mucho más éxito al provocar el pánico y derrumbes en las estructuras interiores.Al acabar el día del 29 de junio, 389 solados del Ejército Rojo salieron del comedor de oficiales y el Fuerte Kobryn acompañados por cientos de mujeres y niños, todos iban con banderas blancas o las manos en alto. Únicamente algunos de los oficiales decidieron resistir en el comedor de oficiales hasta el 30 de junio que fueron eliminados por los alemanes.
Algunos soldados se ocultaron en las mazmorras y los sótanos de la fortaleza hasta bien entrado el 23 de julio cuando los alemanes les encontraron y apresaron o mataron. En el Fuerte Kobryn 20 defensores fueron eliminados el 4 de julio; Gavrilov fue hallado herido junto a otro soldado y atendido por sanitarios alemanes el 12 de julio y 7 rusos fueron aniquilados en los barracones de ingenieros el 14 de julio. Incluso se supo gracias a un grabado con algo punzante en la piedra que hubo algún rezagado en las mazmorras hasta el 27 de julio. Éste decía <<Moriré, pero no me rendiré. Hasta siempre, mi amado país. 30.7.41.>>. Había quedado demostrado que el soldado soviético lucharía por su vida y su Patria hasta la muerte y que no sería tan fácil de vencer.
Brest-Litovsk simbolizó para los alemanes lo que iba a ser la Guerra del Este. Sin duda habían subestimando a los soviéticos. Veían a la Unión Soviética como un “gigante con pies de barro”, cuyo ejército, presumiblemente decapitado por las purgas de Stalin, no <<era más que un chiste>>, como dijo el propio Hitler en una ocasión
. A fin de ganar las batallas decisivas calcularon una campaña de un mes o mes y medio, posiblemente seguidas por algunas operaciones de limpieza, durante las cuales los restos del ejército soviético serían <<perseguidos por todo el país como un montón de cosacos derrotados>> .De hecho los expertos británicos también pensaban que la Unión Soviética caería en ese tiempo y los estadounidenses que el ejército alemán entraría “como un cuchillo caliente por mantequilla” y que el Ejército Rojo sería acorralado “como ganado” y Alemania “aplastará a Rusia [sic] como si fuera un huevo” .En todo caso, Hitler sentía una confianza suprema, y en vísperas del ataque,<<se veía al borde del mayor triunfo de su vida>> .Respecto a los defensores de Brest-Litovsk, el general alemán Heinz Guderian, elogió a aquellos resistentes soviéticos de los que dijo “Esos hombres merecen nuestra mayor admiración”.
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