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Biblioteca Nacional de Uruguay



La Biblioteca Nacional de Uruguay es la mayor y más antigua biblioteca pública del país. Es una unidad ejecutora del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, destinada preservar y difundir el patrimonio bibliográfico y documental del país.[1]​ El 4 de agosto de 1815 Dámaso Antonio Larrañaga propone la creación de una biblioteca pública en Montevideo, iniciativa ratificada por José Gervasio Artigas desde Purificación, en distintas misivas fechadas el 12 y 28 de agosto del mismo año. Un 26 de mayo de 1816, en los altos del fuerte de Montevideo, en la actual plaza Zabala, reunido prácticamente todo el material bibliográfico existente en la capital, que comprendía 5000 volúmenes (entre las donaciones de Larrañaga, José Manuel Pérez Castellano, y otras provenientes del convento de San Francisco), se llevó a cabo la inauguración de la primera Biblioteca Pública de Uruguay.

Cuatro días después, sensible a la repercusión pública del hecho, Artigas dispuso que el santo y seña de su ejército en Purificación fuera “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”.

El actual edificio donde funciona fue proyectado por el arquitecto Luis Crespi, con un estilo neoclásico y un área de 4.000  aproximadamente; fue inaugurado oficialmente en 1965, tras un proceso de adquisición del predio iniciado en 1926.

A instancias de Dámaso Antonio Larrañaga y con el apoyo de José Gervasio Artigas, quienes en 1815 reclamaron al Cabildo la creación de una biblioteca pública,[2]​ el 26 de mayo de 1816 abrió sus puertas la Biblioteca Pública,[nota 1]​ la primera del país. Su acervo comprendía 5.000 volúmenes entre las donaciones de Larrañaga, José Manuel Pérez Castellano, José Raimundo Guerra, y otras provenientes del convento de San Francisco.[3]​ Durante la invasión luso-brasileña (1817-1828) la colección quedó reducida a unos dos mil volúmenes.[nota 2]

En 1926 se adquirió el predio del actual edificio y su piedra fundamental fue colocada el 26 de mayo de 1938. La misma pasó a denominarse Biblioteca Nacional a partir de ese año, aunque la nueva sede se ocupó recién en 1955 y fue finalmente inaugurada en forma oficial en 1964.[1]

Integran su acervo primeras ediciones nacionales, ejemplares únicos, incunables, manuscritos, mapas, fotografías, partituras, acuarelas y grabados. Entre los que se destacan la Oración Inaugural de Larrañaga, 1816; Colección de documentos históricos correspondientes a estos años. Montevideo, Imprenta de Torres, 1822; El Parnaso Oriental o Guirnalda de la República uruguaya. Compilado por Luciano Lira, Montevideo, Imprenta de la Caridad, 1835-37. Así como el archivo documental de José Enrique Rodó, los manuscritos de Juan Carlos Onetti y las colecciones de Julio Herrera y Reissig, Eduardo Acevedo Díaz, Horacio Quiroga, Florencio Sánchez, Francisco Acuña de Figueroa, Javier de Viana, Delmira Agustini, Juan Zorrilla de San Martín, Juana de Ibarbourou, entre otros. Ver la nómina completa del Archivo Literario.

La Revista de la Biblioteca Nacional, publicada por primera vez en 1966, es el principal medio de divulgación de las investigaciones que realiza el Departamento de Investigaciones y Archivo Literario de la biblioteca, así como los Cuadernos de Historia, Cuadernos de Literatura y la Revista Lo que los archivos cuentan que edita periódicamente.[4]

La Biblioteca Nacional posee una gran parte de su arcevo digitalizado, el cual se puede consultar en la plataforma de Colecciones Digitales.

Sala Francisco Acuña de Figueroa: sala de reuniones interna o para pequeñas actividades.

Sala José Pedro Varela: sala de lectura de materiales propios.

Sala Maestro Julio Castro: es utilizada para realizar presentaciones de libros, charlas y conferencias.

Sala Anhelo Hernández Ríos Cuenta con una muestra permanente del artista uruguayo Anhelo Hernández Ríos. También es una sala de actividades y eventos.


Esta sección asesora al lector en el manejo de los diferentes catálogos que posee la institución, proporcionándole la información para la más precisa ubicación del tema o su profundización. Para ello, el bibliotecario utiliza la amplia colección de referencia de que dispone la sección (diccionarios, enciclopedias de carácter general y especializado). Si el material solicitado por el lector no se encuentra en la institución, se lo ubica en otros repositorios y se le proporciona al solicitante la información obtenida. Se reciben asimismo consultas del extranjero, enviándose inmediatamente contra reembolso la respuesta en forma de carta, fotocopia, microfilm, e-mail o cualquier otro medio magnético, de acuerdo con la solicitud.


Fueron directores de la biblioteca Dámaso Antonio Larrañaga, Francisco Acuña de Figueroa, Pedro Mascaró y Sosa, Arturo Scarone y Alberto Zum Felde, entre otros.[5][6]​ Actualmente se encuentra en el puesto de director general Valentín Trujillo (escritor).

El régimen de depósito legal está destinado a hacer llegar a la Biblioteca Nacional y a la Biblioteca del Poder Legislativo todos los impresos que aparecen editados en el Uruguay. Algunas de las disposiciones no fueron cumplidas estrictamente en el pasado, y, como consecuencia, no ha llegado a la Biblioteca Nacional todo lo editado. Una parte de ese material ha sido incorporado posteriormente. Desde 1971, rige la Ley N. o 13.835 (artículos 191 a 193), reglamentada por el Decreto N. o 694/971, que sujeta a «propietarios o arrendatarios de talleres gráficos particulares, mimeográficos y similares, así como las imprentas del Estado», a Depósito Legal.[7]



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