La Biblioteca de Barcarrota es un conjunto de diez libros, de 1525 a 1554, más un manuscrito del mismo siglo, que se encontraron escondidos tras una pared en una casa de Barcarrota (Cáceres)
La casa pertenecía en aquel momento a Francisco de Peñaranda, médico converso, quien al parecer comerciaba con libros, ya que estos libros son tan diversos de lenguaje que difícilmente hubieran sido la colección de un solo lector. Se descubrieron en 1992 cuando se reformaba la casa en que estaban escondidos. El obrero los entregó a los dueños de la casa, ellos se lo comunicaron al entonces alcalde de Barcarrota, Santiago Manuel Cuadrado Rodríguez, quien por fortuna era un historiador, y este informó del hallazgo al también historiador Fernando Serrano Mangas, desde donde la noticia trascendió al mundo erudito. La Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura los adquirió en 1995 y actualmente se encuentran en el fondo antiguo de la Biblioteca de Extremadura, en Badajoz. Los libros no están expuestos al público y su acceso se encuentra restringido, pero pueden consultarse en el sitio web de la Biblioteca de Extremadura.
Tienen en común que todos ellos difícilmente pudieran circular libremente en la España del siglo XVI d. C., pues unos están en el Index librorum prohibitorum de la Iglesia Católica y otros son de tema abiertamente erótico. Todos han sido digitalizados, y algunos incluso reproducidos en facsímil.
La biblioteca se compone de diez libros impresos y un manuscrito en un marco temporal comprendido entre 1525 y 1554. Se trata de textos hebraicos y de humanismo erasmista escritos en italiano, portugués, latín, hebreo y francés. Si existe un rasgo que define a esta colección es su heterogeneidad temática, hallándose toda ella, eso sí, en un contexto herético, doctrinalmente hablando. No en vano estos libros se hallan incluidos dentro del catálogo de libros prohibidos que publicó en 1559 el inquisidor general Fernando de Valdés y Salas o Index librorum prohibitorum. El contenido de los libros explica los motivos de su ocultamiento.
De entre los libros encontrados, cabe destacar una edición hasta ahora desconocida de Lazarillo de Tormes, impresa en Medina del Campo en 1554, año también de las otras tres conocidas hasta entonces; el Libro de Alboraique, tratado contra los conversos; un ejemplar único de la Oración de la Emparedada en portugués que fue condenada por la Inquisición a causa de su cercanía a la superstición; una edición latina de la Lingua, de Erasmo de Róterdam; dos tratados de quiromancia; un pequeño tratado sobre exorcismos; un manuscrito italiano de contenido sexual fechado en el siglo XVI d. C., una compilación de poemas de Clement Marot y una nómina manuscrita.
Esta nómina, manuscrita con textos en espiral en anverso y reverso, tiene 11 cm de diámetro, se creó en Roma, el 23 de abril de 1551, y perteneció al poeta humanista portugués de estirpe judaica Fernão Brandão. En su interior esconde un misterioso círculo que contiene la estrella de David y la palabra “tetregrámaton” (forma críptica del tetragrammaton que designa el nombre de Dios en hebreo).
El texto en latín de la nómina es el siguiente: “Dichoso tú que has creído en mí, sin haberme visto. Porque de mí está escrito que los que me han visto no creerán en mí y que aquellos que no me han visto creerán y tendrán vida. Mas acerca de lo que me escribes de llegarme hasta ti es necesario que yo cumpla aquí por entero mi misión y que, después de haberla consumado, suba de nuevo al que me envió. Cuando haya subido, te mandaré alguno de mis discípulos que sanará tu dolencia y os dará vida a ti y a los tuyos”.
La relación completa de los documentos hallados es la siguiente:
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