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Bisonte americano



El bisonte americano (Bison bison), también denominado búfalo,[2]​ y —palabra en desuso— cíbolo, es una especie de gran mamífero artiodáctilo de la familia de los bóvidos (Bovidae).[3]​ Poblaba las planicies de toda Norteamérica, desde el norte de México, interior de Estados Unidos y Canadá, en grandes manadas, encontrándose desde el Gran Lago del Esclavo hasta el Desierto de Chihuahua, y desde el este de Oregón hasta los Apalaches.[4]​ En referencia a esta especie, el término «búfalo», que data de 1635, tiene más historia que el concepto «bisonte», registrado en 1774; por ello, en idioma inglés es utilizado el primer término de manera errónea.[5]

Se ha reintroducido el bisonte americano en las planicies del norte de México, esperando una pronta recuperación de la especie donde pastaba en siglos anteriores.[6]

Descrito como Bos bison por Linneo en 1758, hay autores que aún lo denominan de esa forma.[7]

Se han descrito dos subespecies:[7]bisonte de planicie (B. b. bison) y bisonte de bosque (B. b. athabascae) de Canadá.

Los bisontes tienen un pelaje de color marrón oscuro durante el invierno, y uno más liviano de color marrón claro durante el verano. Llegan a medir hasta 1,60 m de alto y 3 m de largo, y pesan de 450 a 1350 kg. Tanto el macho como la hembra tienen pequeños cuernos curvos, los cuales usan para luchar en época de celo y como defensa.[8]

El bisonte americano es herbívoro; come hierbas y juncos. El bisonte se aparea en agosto y septiembre; es polígamo. Su período de gestación dura entre 260 y 280 días, tras el cual nace una sola cría que es cuidada durante un año. Los bisontes llegan a su madurez a los tres años de vida, y su promedio de vida es de dieciocho a veintidós años.

Estos animales constituían la principal fuente de alimentación para los indígenas americanos de las Grandes Llanuras.

El hábitat del bisonte americano lo constituyen los valles fluviales, las praderas y las llanuras. El hábitat más típico son las praderas abiertas o semiabiertas, así como la artemisa, las tierras semiáridas y los matorrales. Algunas áreas ligeramente arboladas también son históricamente conocidas por haber servido de hogar al bisonte. Los bisontes también pastan en las zonas montañosas donde las laderas no son empinadas. Aunque no son conocidos especialmente como animales de gran altitud, el rebaño de bisontes del parque Yellowstone se encuentra frecuentemente en elevaciones por encima de los 2000 metros.

Hasta el siglo XVII, el bisonte americano rondó holgada y abundantemente los territorios del norte del continente americano. El búfalo era venerado por muchas de las tribus nativas de Norteamérica. En algunas naciones indígenas, la caza de este animal era acompañada de un gran respeto, admiración por sus cualidades y agradecimiento por todos los beneficios que aportaba. Se dice que, en el momento de la muerte del bisonte, el cazador amerindio se acercaba a inhalar su último aliento como forma de absorber espiritualmente sus virtudes. Fue conocido como «dador de vida», pues todo de este ser era utilizado. Los usos incluían alimentación, abrigo, indumentaria religiosa, combustible (se secaban las deyecciones al sol) y materiales de construcción.

El bisonte albino o búfalo blanco es una deidad, aún presente en el siglo XXI; por ejemplo, entre la gente sioux y lakota, los líderes espirituales están atentos para excluirlo de la cacería, pues es un ser respetado, venerado y admirado de acuerdo con la leyenda de la «mujer búfalo blanco», de Dakota del Sur.

A la llegada de los españoles a América, era tal la cantidad de bisontes o cíbolos que los conquistadores encontraron en las grandes praderas norteamericanas, que llamaron a la extensa región limitada por las Montañas Rocosas al oeste y los montes Apalaches al este «Llanos de Cíbola», y fue a esa región a la que se dirigió Francisco Vázquez de Coronado en busca de las míticas Siete Ciudades de Cíbola. El bisonte americano es el mamífero emblema del estado estadounidense de Wyoming.

La población de bisonte en territorio norteamericano en torno al año 1700 se estima en una horquilla de 30 - 60 millones de ejemplares, sin embargo, para 1880, esta población ya se había reducido a poco más de 1000 individuos, debido principalmente a la destrucción y fragmentación de los pastizales, enfermedades y cacería;[9]​ la caza del bisonte americano se precipitó después de la llegada de los ingleses a la costa este del continente, pues el valor de las pieles era bastante elevado y funcionó como un catalizador para la matanza de miles de animales. Cuando muchas de las naciones nativas, incluyendo la Miami, Shawnee y Potawatomi, fueron desplazadas, el bisonte americano fue cazado casi hasta su extinción en el siglo XIX, quedando solo 750 ejemplares hacia 1890.[1]​ El zoológico del Bronx mantuvo una de las manadas sobrevivientes, de la cual fue restablecida la población en el parque nacional de Yellowstone y otras reservas naturales. La actual población de bisontes americanos es de aproximadamente 350 000 ejemplares.

Hoy en día, más de 250 000 de los 350 000 bisontes restantes son criados para consumo humano. Su carne tiene menos grasa y colesterol que la carne vacuna, lo que ha llevado al desarrollo del beefalo.

En 2009 se inicia un proyecto para reintroducir al bisonte americano en México (animal muy común siglos atrás en zonas del norte del país); en noviembre de ese año, fue liberada una primera manada de 23 bisontes (veinte hembras y tres machos) provenientes del parque nacional Wind Cave (Estados Unidos) y destinados a las reservas naturales de El Uno en Janos, Chihuahua.[10]​ El 13 de mayo de 2010 nació la primera cría en territorio chihuahuense de aquellos ejemplares donados por el gobierno de Dakota del Sur. A finales de 2018, la población de bisontes en México había crecido hasta alcanzar los 184 ejemplares.[11]​ En 2020, 19 ejemplares de Janos fueron introducidos en la Reserva Natural El Carmen, en el estado de Coahuila.[12]

Aunque son similares, el bisonte europeo y el americano exhiben una serie de diferencias físicas y de comportamiento. El bisonte americano adulto es ligeramente más pesado en promedio, debido a su estructura menos ancha, y tiene piernas más cortas. El bisonte americano tiende a pastar más y migra menos que sus parientes europeos. Comparado con el hocico del bisonte americano, el de la especie europea se encuentra más adelante que la frente cuando el cuello se encuentra en una posición neutral. El cuerpo del bisonte americano es más peludo, aunque su cola tiene menos pelo que el del bisonte europeo. Los cuernos del bisonte europeo apuntan hacia adelante, haciéndolo más adepto a la lucha. El bisonte americano es más fácil de domesticar que el europeo, y se reproduce más fácilmente con el ganado doméstico.



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