El cónclave papal de mayo de 1555 fue convocado tras la muerte del papa Marcelo II el 1 de mayo del mismo año, luego de un efímero pontificado de veintiún días.
Entre el 15 y el 23 de mayo, los cincuenta y seis cardenales miembros del Colegio Cardenalicio se reunieron nuevamente en cónclave para elegir a un sucesor. En él fue elegido sumo pontífice el cardenal Gian Pietro Carafa, de casi 80 años de edad, quien tomó el nombre de Paulo IV.
El cónclave se inició el 15 de mayo bajo atmósfera turbulenta, porque corrían rumores de que el ejércitos francés y el de la Toscana (aliado con el Sacro Imperio Romano-Germánico) marcharían sobre Roma para forzar a los cardenales a una elección de acuerdo con los intereses del rey de Francia o del Emperador. Estos rumores no se confirmaron y los cardenales pudieron organizarse por si solos para la elección.
La primera votación mostró que el candidato oficial del emperador, Giovanni Girolamo Morone, no tendría suficiente apoyo, incluso en su propio partido y, por lo tanto, su elección era improbable. Los cardenales del partido francés probaron ser más disciplinados y obedientes, votando en el cardenal d'Este. La mayoría lo hizo sin entusiasmo, sin embargo, porque en general, y no sin razón, consideraban que no estaba predispuesto para desempeñar la más alta función en la Iglesia. Su candidatura finalmente fue enterrada con la oposición de Alessandro Farnese.
Después del rechazo de otras candidaturas subsiguientes, ningún cardenal recibió la necesaria mayoría de dos tercios. A continuación, Guido Ascano Sforza, camarlengo, propuso la candidatura del decano del colegio cardenalicio, de 79 años, Gian Pietro Carafa, y logró convencer a los demás partidos. Carafa fue, por lo tanto, apoyado por los partidos "francés" e "italiano", la mayoría exigida, sin embargo, todavía faltaban 3 votos. El Cardenal Toledo era contrario a la candidatura del decano y manifestó que Carafa no tenía el beneplácito del emperador Carlos V. Sin embargo, varios de los cardenales "del emperador" se insubordinaron. El 23 de mayo, Carafa fue elegido por aclamación y tomó el nombre de Paulo IV.
La elección fue una completa sorpresa para el entonces "opinión pública". Carafa como inquisidor se había ganado muchas enemistades. En los años siguientes probó que era temido, no sin razón, y las acusaciones de herejía no se ahorraron a nadie, ni siquiera a los cardenales.
Los cardenales que participaron en el cónclave de mayo de 1555 fueron:
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