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Cal Rosal



Cal Rosal es un núcleo de población situado al pie del río Llobregat, en el punto de encuentro de tres municipios: Olvan, Berga y Aviá. Se encuentra en la comarca del Bergadá, más concretamente en la zona del Bajo Bergadá, en la provincia de Barcelona.

El pueblo de Cal Rosal está situado entre 3 y 4 kilómetros al sur de la ciudad de Berga, capital de la comarca del Bergadá. Al sur de Cal Rosal se encuentran las colonias textiles de La Plana y de la Ametlla de Casserres. Al oeste, muy cercana, la ermita visigoda de San Vicente de Obiols y al noreste la ermita prerrománica de San Quirico de Pedret (siglo IX).

La carretera C1411, de Abrera a Bellver de Cerdaña, atraviesa el núcleo de Cal Rosal y muy cerca encontramos la carretera C-16/E9 (autovía de Manresa a Berga), con accesos directos a Cal Rosal por la salida 92 en dirección norte y la salida 95 en dirección sur.

Cal Rosal dispone de una parada de autobuses de la línea Manresa-Berga y la línea Barcelona-Llivia, con una frecuencia de unos 5-6 autobuses diarios. La compañía de autobuses que opera en esta zona es Alsina Graells (ALSA). Durante la primera mitad del siglo XX también tuvo ferrocarril (línea entre Manresa y Castellar de Nuch) de FGC, también conocido como “Carrilet”.[1]

Antes de convertirse en una gran colonia textil, Cal Rosal ya era un lugar de paso, como lo demuestra el camino real que unía Berga con Vich cruzando el Llobregat en este punto, y los puentes que sucesivamente se fueron construyendo, como el Puente de Orniu.

Más adelante, en el año 1858, los hermanos Rosal, nacidos en Mataró pero descendientes de empresarios textiles de Berga, compraron unos terrenos al lado del Llobregat para construir una fábrica, cuya maquinaria sería impulsada por la fuerza del agua y que se convertiría en la primera colonia textil de Cataluña. La Fábrica Vieja inició su actividad hacia el año 1860 con máquinas de hilar y cardar, poco después incorporó telares. A finales del siglo XIX ya era la industria textil más importante de Berga. Este hecho permitió ampliar la presa y obtener más energía para mover las nuevas máquinas instaladas en la Fábrica Nueva. Posteriormente se construyeron los edificios de la fachada de la carretera de Berga, donde estaban situados el almacén de balas de algodón, las abridoras y los batanes, el portal con la portería para el control de entradas y salidas y la casa de dos pisos donde vivían los propietarios durante sus estadas en la colonia. Ya en el siglo XX se construyeron las oficinas y los acabados, con sección de blanqueo, tinte, apresto, confección, doblado y empaquetado. A mediados de este siglo la fábrica de Cal Rosal llegó a tener 1200 trabajadores repartidos en tres turnos, empleados en 25000 husos, unos 500 telares y las correspondientes máquinas complementarias de todo el proceso textil.

Como en la mayoría de las fábricas situadas al pie del río y lejos de los núcleos de población, fue preciso construir pisos para los trabajadores y una serie de servicios que se fueron ampliando a lo largo del siglo XIX y XX. Los primeros pisos se construyeron al lado de la fábrica, dando forma a la calle del Río o de la Serradora, a la calle de Arriba o Montaña y a la calle de San Antonio. Pronto hubo una iglesia y un colmado, cafetería, hostal y estanco. A finales del siglo XIX se construyó el convento con escuela y residencia para chicas jóvenes y la calle llamada Jauja. Ya en el siglo XX la colonia se amplió más allá de la estación con los pisos de San José (1922) y el grupo San Ramón (1946). Paralelamente, la colonia se fue equipando con un cine-teatro, nuevos cafés y nuevas tiendas de alimentos, carnicerías, mercerías, hornos, zapaterías, sastre, barbería, peluquería, llegando a ser un verdadero pueblo.

Este ritmo se paró momentáneamente en las décadas del 1970 y 1990, debido a la crisis que afectó la actividad textil y que provocó en primer lugar la supresión de la línea de tren y finalmente el cierre de la fábrica el año 1992. A partir de aquel momento la actividad comercial de Cal Rosal se orientó prioritariamente a los clientes de paso de la carretera que unía Barcelona con Berga y que pasaba por el medio de la población.

Hoy, 17 años más tarde, Cal Rosal sigue siendo un núcleo que conserva la población, su personalidad, sus fiestas y su actividad comercial.

Fábrica Vieja.

Fábrica Nueva.

La Colonia Rosal.

Panorámica desde Obiols.

Panorámica desde la masía La Saleta.

Panorámica de la colonia.

Carretera de Berga.

Antigua estación del tren.

Construyendo el edificio San José.

Cal Rosal conserva un rico patrimonio industrial y ofrece un núcleo comercial y de servicios que puede ser muy útil en vuestra visita a la comarca del Bergadá. Todo el conjunto está cruzado por la Ruta de la Colonias que, siguiendo el curso del río, os guiará por rincones de calma y de gran riqueza patrimonial que creó el río Llobregat a su paso por la comarca.

Cal Rosal es un punto tradicional de comunicación y de paso, por este motivo ofrece una buena cantidad de rutas e itinerarios por sus alrededores al margen de las grandes infraestructuras viarias actuales. Recorriendo estas rutas se encuentran unos cuantos elementos únicos y de interés remarcable.

Desde que la fábrica cerró, el año 1992, el comercio ha pasado a ser la principal actividad de la población. Dentro del proyecto del Parc Fluvial de les Colònies del Llobregat, Cal Rosal está definida como la “Puerta del comercio” debido a su marcada orientación comercial. Los visitantes encontrarán los comercios y los restaurantes abiertos todos los días de la semana, de manera que Cal Rosal es un punto de soporte para los viajantes que necesitan un lugar para comer o comprar en los días festivos o para aquellos que buscan productos agroalimentarios artesanos del Bergadá a lo largo de todo el año.

La situación privilegiada de Cal Rosal, cerca de la carretera C-16 y a la vez cerca de los bosques y las montañas del Bergadá, donde crecen las apreciadas setas, ha facilitado que el Mercado de la Seta de Cal Rosal sea el más antiguo y el más conocido de Cataluña. Cada día, a lo largo de toda la temporada de setas, desde finales de agosto hasta principios de diciembre, una serie de tenderetes ofrecen distintas variedades como los níscalos, las negrillas, los boletus y las trufas. También se encuentran productos elaborados con setas, como conservas, patés, embutidos, aceites y vinagres y otros productos naturales y artesanos.

El calendario festivo tiene varias convocatorias que traen al presente las tradiciones culturales y la gastronomía de Cal Rosal y que invitan a disfrutar de la vida cultural del pueblo, una vida activa pero sin la prisa del día a día. La mayor parte de estas fiestas están organizadas por la Asociación Cultural y Deportiva (ACD) de Cal Rosal. Esta entidad tiene una antigüedad de 30 años y está formada por un conjunto de vecinos del pueblo. El actual presidente es el señor Muxí.



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