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Calle de Tabernillas



La Calle de Tabernillas es una vía pública de la ciudad española de Madrid, que corre de norte a sur desde la plaza de Puerta de Moros hasta la calle del Águila, en el barrio de Palacio. Por su cercanía a la desaparecida Puerta de Moros se le concede una antigüedad de cinco siglos. De su último periodo puede mencionarse su presencia protagonista en Fortunata y Jacinta y en algunas canciones de Joaquín Sabina, donde residió.[1]

Con el nombre de Tabernillas de San Francisco figura en el Mss 5918 datado hacia 1626 y guardado en la Biblioteca Nacional de España. En el plano de Texeira de 1656, figura escrita Tavernillas (sic); en el plano de Nicolas Chalmandrier (1761) como Tabernillas; y amplia su nombre a Tabernillas de Parla en los de Espinosa (1769) y Tomás López (1785). En 1835 volvió a llamarse Tabernillas, nombre que conserva en el inicio del siglo xxi.[2]

Los cronistas consultados barajan el origen legendario de este nombre a partir de dos versiones,[3][4]​ que «en tiempo de los árabes estaban aquí los despachos de vino, saliendo de puerta de Moros a la izquierda, donde estaba el fondac moruno»,[5]​ o que hubo tabernas con el privilegio de venta de vinos de Parla.[6][a]​ Répide añade el dato de que aquí estuvo durante años la imprenta que publicaba las aleluyas y romances de ciego que alimentaba en la capital de España el capítulo de la «literatura de cordel».[5]

Un documentado estudio de Antonio Pasies Monfort,[2]​ permite un seguimiento de los establecimientos, tabernas o bodegas de vino que hubo en esta calle desde finales del siglo xvi

Ya se registra un negocio de este ramo en 1583 a nombre de Andrés Rodríguez;[b]​ y a lo largo del siglo xvii aparecen en los archivos los nombres de Gabriel Mellado (1637-1647), Pedro Ortiz (1678); crece la lista en el xviii con los de Domingo Terrón (1701), Juan de Omás (1720), Juan de Velasco (1730), Antonio Martínez (1740), Manuel Faeño (1769-1779), Juan Parrondo (1770); Antonio Pérez y Cayetano García, ambos en 1779. Esta lista de tabernas y taberneros crece y se desborda a lo largo de los siglos xix y xx[2][c]​ En el siglo xx destaca Pasies Monfort los establecimientos de Tomás González (desde 1932 a 2007, sobre un local con tradición tabernera desde 1887) –tabernero ilustrado autor de varios libros– cuyos flexibles horarios quedaban advertidos por el cartel: “abro cuando llego y cierro cuando me voy”.[2]​ Otra taberna histórica de los últimos años es La Copita Asturiana, en el número 13 de la calle, regida por José Bueno y María Mayo y ubicada en una bodega que desde 1904 tuvo varios nombres y dueños.

Otros dos personajes, uno real y otro ficticio han quedado históricamente ligados a esta calle de Tabernillas. La eligió el escritor Benito Pérez Galdós como domicilio temporal de Fortunata, una de las protagonistas de su obra maestra, Fortunata y Jacinta.[7]

Además de a Fortunata,[8]​ puede citarse, en la segunda mitad del siglo xx a Joaquín Sabina, que como agradecido vecino de una buhardilla del número 23, le dedicó versos como estos de su canción Incompatibilidad de caracteres:



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