El campeonato del mundo de ajedrez reconoce a los campeones mundiales de este deporte oficialmente desde el último cuarto del siglo XIX, cuando Wilhelm Steinitz se autoproclamó campeón del mundo.
Tras sucesivos grandes campeones entre los que destacan Emanuel Lasker, José Raúl Capablanca, Alexander Alekhine, Mijaíl Botvínnik o Bobby Fischer, llegó una época de dominio de los ajedrecistas de la Unión Soviética, con Anatoli Kárpov en los años 1970 y Gari Kaspárov en los 80 y 90, que mantendrían interesantes duelos por el título de campeón mundial.
En 1993 se produce un cisma en el mundo del ajedrez, cuando Kaspárov se enfrentó a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), formando su propia asociación de jugadores y organizando un campeonato del mundo paralelo. Esta situación se prolongó hasta que en 2006 se produjo un enfrentamiento entre Vladímir Krámnik y Veselin Topalov que persiguió reunificar el título mundial.
Aunque este evento está abierto a todos los jugadores, existen otros campeonatos exclusivos para mujeres —Campeonato Mundial Femenino de Ajedrez—, para jugadores menores de 20 años —Campeonato mundial juvenil de ajedrez—, o el Campeonato mundial sénior de ajedrez, para hombres de más de 60 o mujeres de más de 50 años.
Desde el Renacimiento se tiene constancia de grandes jugadores de ajedrez, a algunos de los cuales se considera oficiosamente como campeones mundiales de ajedrez históricos. Así tenemos a Ruy López de Segura, ajedrecista español que en la segunda mitad del siglo XVI fue enviado por Felipe II a enfrentarse a los más poderosos jugadores de la época, que eran italianos, derrotándolos. Finalmente fue derrotado por Leonardo da Cutri en 1575, en lo que se suele considerar, aunque no de manera oficial, el primer campeonato del mundo de ajedrez.
El primero en reclamar oficialmente el título fue Wilhelm Steinitz, quien, tras derrotar en un encuentro a Adolf Anderssen en 1866 y vencer en el torneo de Londres de 1872, se autoproclamó campeón del mundo. Posteriormente afianzó su dominio venciendo en varias ediciones posteriores de ese mismo torneo, considerado el más fuerte del mundo.
Aunque nadie reconoció aquel título, tampoco nadie se lo intentó discutir, hasta que en 1883, Johannes Zukertort, vencedor del torneo de Londres por delante del propio Steinitz, se atrevió a considerarse a su vez, campeón del mundo. Inmediatamente se iniciaron las negociaciones de un encuentro para dirimir el disputado título. Fue una negociación ardua, ya que ninguno de los dos quería aceptar la condición de aspirante al título, pero finalmente en 1886, se disputó el primer Campeonato del mundo de ajedrez.
El resultado fue de 10 victorias para Steinitz, 5 para Zukertort y 5 empates; +10 -5 =5.
Desde la creación del título hasta la Segunda Guerra Mundial, no había organismo alguno que regulase el funcionamiento del campeonato del mundo. El título que nació como una excentricidad de Steinitz fue pasando entre las manos de los mejores ajedrecistas de la época, siendo casi siempre el campeón el que determinaba cuándo, cómo y con quién ponía el título en juego. En ciertas ocasiones, como en 1910 cuando Lasker jugó contra Schlechter, aunque las condiciones del encuentro no se hicieron públicas, se especula con que si el resultado del encuentro era 1-0, 2-1 o 3-2 en favor del aspirante, el encuentro sería dado por empatado, reteniendo consecuentemente el título el campeón.
Tras su victoria ante Zukertort, Steinitz defendió y retuvo su título mundial en tres ocasiones, dos ante Mijail Ivanovitch Tchigorin (La Habana, 1889 y 1892) y una ante el húngaro Isidor Gunsberg (Nueva York, 1890-91), antes de ser destronado por el alemán Emanuel Lasker (Nueva York, Filadelfia y Montreal, 1894).
Se inició entonces un largo reinado de Lasker, que se extendió hasta 1921. Durante este tiempo, Lasker mantuvo su título ante el propio Steinitz (Moscú, 1897), ante Frank James Marshall (varias ciudades de Estados Unidos, 1907), ante Siegbert Tarrasch (Düsseldorf y Múnich, 1908), ante David Janowsky en dos ocasiones (París, 1909 y Berlín, 1910) y ante Karl Schlechter (Viena y Berlín, 1910), antes de ser derrotado por el cubano José Raúl Capablanca (La Habana, 1921). Los once años que median entre las dos últimas defensas de su título fueron debidos, en parte, al “paréntesis” que supuso la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y en parte a las dificultades que le puso a Akiba Rubinstein para la disputa del campeonato.
Tras su victoria ante Lasker, José Raúl Capablanca, o el “niño prodigio”, como se le vino a llamar al ajedrecista cubano, perdió su cetro mundial en la primera defensa que hizo del mismo, ante Alexander Alekhine (Buenos Aires, 1927).
Alekhine, en cambio, mantuvo un largo reinado del título mundial, que defendió y retuvo en dos ocasiones ante Ewfim Dimitrievich Bogoljubov (varias ciudades de Alemania y Países Bajos, 1929, y varias ciudades de Alemania, 1934), antes de ser derrotado por el neerlandés Max Euwe (varias ciudades de Países Bajos, 1935), a quien, sin embargo, volvió a arrebatar el título poco después (varias ciudades de Países Bajos, 1937), y que ya conservó hasta su muerte en 1946.
A partir de 1948, y a raíz de la muerte del vigente campeón, Alexander Alekhine, la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez), se encargó de organizar el campeonato del mundo. Para la edición de 1948, se organizó un torneo en La Haya y en Moscú entre los mejores jugadores del momento: Mijaíl Botvínnik, Vasili Smyslov, Paul Keres, Max Euwe y Samuel Reshevsky, de los que el nombrado en primer término salió vencedor.
La siguiente época fue absolutamente dominada por la denominada escuela soviética, y con la excepción de la victoria de Bobby Fischer sobre Borís Spaski en 1972, los siguientes cincuenta años vieron exclusivamente campeones formados en dicha escuela, incluso años después de la desintegración de la U.R.S.S.
Con la llegada de Kaspárov, las cosas volvieron a cambiar. La rivalidad que existía entre Gari Kaspárov y Anatoli Kárpov (llegando a considerarse cuestión de estado en la URSS) se coló en la FIDE, que no siempre tuvo un comportamiento tan neutral como hubiera sido deseable. Desde que destronó a Kárpov, Kaspárov mantuvo una posición muy crítica con la FIDE y con algunos de sus miembros, como Florencio Campomanes, en particular. En 1993, Kaspárov se apartó de la FIDE y organizó un campeonato del mundo paralelo bajo los auspicios de la recién creada Professional Chess Association (PCA) mientras que la FIDE llevaba a cabo su propia versión.
Desde entonces, diversos esfuerzos se encaminaron hacia la reunificación del título en sus dos variantes, algunos de ellos, con la colaboración del propio Kaspárov, antes de su retiro en 2005. Dichos intentos fracasaron sistemáticamente por unos motivos o por otros, hasta el encuentro entre Vladímir Krámnik y Veselin Topalov celebrado en 2006 y finalizado con la victoria del primero.
Recientemente el Título del Campeonato Mundial ha sido obtenido por dos ajedrecistas de formación externa a la esfera soviética: el indio Viswanathan Anand (2007 - 2013) y el noruego Magnus Carlsen (vigente desde 2013 a la fecha).
La evolución en el estudio y análisis del ajedrez por parte de la élite mundial, ha sido hasta los años 80, basado en la lectura de libros y archivos de partidas de todos los tiempos, unido a una constante participación en torneos de jerarquía internacional y la asesoría de expertos particulares, viéndose complementada a partir de los años 90 con la intervención de las computadoras y softwares de simulación, almacenamiento y cálculo.
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