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Canguro



El término canguro es el nombre común que se utiliza para designar a las especies de mayor tamaño de la subfamilia Macropodinae, tal como el término ualabí se utiliza para denominar a las de menor tamaño. Sin embargo, el término no responde a una clasificación científica, por lo que especies pertenecientes a un mismo género (agrupación de especies estrechamente relacionadas entre sí) pueden ser llamadas canguro, ualabí o ualarú, solo dependiendo de su tamaño. Por ejemplo, Macropus parma es conocido como el ualabí de Parma,[1]​ mientras que Macropus antilopinus, es denominado indistintamente como canguro antílope o ualarú antílope.[2]

La subfamilia Macropodinae incluye, además de las especies de canguros, ualabíes y ualarúes, otras comúnmente conocidas como canguros arborícolas, cuocas, dorcopsis y pademelones.

Existen muchas especies denominadas canguro, y aquí se describen tres de ellas:

Los canguros poseen grandes y poderosas patas traseras, grandes pies aptos para saltar, una cola larga y musculosa para mantener el equilibrio y una cabeza pequeña. Los canguros son herbívoros, alimentándose de pasto y raíces. Todas las especies son nocturnas y crepusculares, usualmente pasando el día en quietud y alimentándose durante las tardes y noches frías, generalmente en grupos. Tienen una esperanza de vida de 18 años aproximadamente.

Los canguros se encuentran principalmente en Oceanía. Popularmente el canguro es conocido como el animal más representativo de Australia.

La palabra canguro deriva de gangurru, una palabra de los Guugu Yimithirr (aborígenes australianos), que se refería al canguro gris. El nombre fue escrito por primera vez (en su versión inglesa kangaroo) por el explorador James Cook el 4 de agosto de 1770.[3]

Una leyenda extendida afirma que el nombre canguro habría surgido al preguntar los occidentales el nombre de aquel animal y ser esto (Kan Ghu Ru) lo que respondían los aborígenes; su significado, según la leyenda, no era el nombre del animal, sino la frase "no le entiendo". Esta leyenda no tiene fundamento, pues el origen vernáculo de la palabra está perfectamente documentado.[4]​ Esta curiosa historia fue incluida en el argumento de la película La Llegada, poniéndola en boca de la lingüista Louise Banks al principio de la trama, usándola para convencer de sus ideas a los demás, cuando el general se va de la sala, revela que es falsa.

Su reproducción varía mucho con las especies. El canguro rojo es un reproductor oportunista, ya que se aparea y reproduce cuando las condiciones estacionales son favorables para su cría. Los canguros grises procrean durante todo el año, pero paren más crías en los meses de verano, pues salen de la bolsa en la época ideal, la primavera. Otras especies tienen una estación reproductora más restringida.

El galanteo puede durar unas pocas horas o prolongarse 2 o 3 días. El macho sigue a la hembra que está en celo, husmeando con frecuencia la abertura de la bolsa urogenital y tocando la cola de la hembra con la pata. El ualabí macho hace característicos movimientos laterales y sinuosos con la cola, que producen chasquidos; el apareamiento puede ser breve o durar más de una hora, como en el caso del canguro gris.

En bastantes especies, como el cuoca, el apareamiento tiene lugar después del parto (estro post partum); en estos casos se suele producir un blastocito en reposo, que se desarrolla más tarde, cuando la cría del parto anterior abandone el marsupio. Las crías nacen entre los 28 y 36 días tras el apareamiento, estando aún muy poco desarrolladas, sin pelo y con los ojos y oídos aún embrionarios y sin función.[5]​ Los canguros rojos hembras, que pesan unos 27 kg paren una cría de tan solo 800 miligramos de peso.[5]​ El parto es rápido, y en cuanto queda libre la cría comienza a avanzar hacia la mama, moviendo su cabeza de un lado a otro arrastrándose a lo largo del vientre materno, y una vez dentro del marsupio, toma firmemente la mama en la boca, y el extremo de ella se dilata hasta llenar la cavidad bucal.[5]​ Todo el proceso tiene lugar en unos pocos minutos.[5]​ Permanecen en la bolsa unos 8 meses, pero siguen volviendo a ella para mamar alrededor de seis meses más; en ese tiempo ya habrá nacido otra cría. Los jóvenes suelen relacionarse con sus madres hasta que alcanzan la madurez sexual. Normalmente nace una sola cría, pero se han dado casos de nacimiento de gemelos.

Los canguros son los únicos animales grandes que se desplazan dando saltos. Los saltos, que los hacen moviendo sus piernas a la vez, son un modo de locomoción rápido y económico, pues a altas velocidades consumen una fracción de la energía que consumirían desplazándose de otra manera.[6]

La velocidad de desplazamiento confortable del canguro rojo es de 20-25 km/h, pero puede alcanzar velocidades de hasta 70 km/h en distancias cortas, y puede mantener una velocidad de unos 40 km/h por casi 2 km.[7]

Debido al largo de sus pies, no pueden caminar correctamente. Para moverse a velocidades bajas, usan sus colas como un trípode, junto con sus patas delanteras. Así pueden mover sus pies un paso adelante.[7]



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