Los cantos de arreo y ordeño son parte de los que en los llanos de Venezuela y Colombia se denominan cantos de trabajo, los mismos están asociados a una labor específica y sirven para aliviar el pesar causado por el esfuerzo o para facilitar una tarea en específico. Los más grandes representantes de estas expresiones musicales han sido los folcloristas venezolanos Simón Díaz,Reynaldo Armas,Carrao de Palmarito,
Los cantos de arreo y ordeño están relacionados con las labores que los llaneros tienen que desempeñar con el ganado vacuno o trabajo pecuario.
Muchas de las expresiones artísticas de la población venezolana están por desaparecer debido a la mecanización de muchas de las labores que les dieron origen.
Cantos de arreo son aquellos que se producen cuando se producen movilización del ganado vacuno a través de la sabana para su sitio de pastoreo o de comercialización. En Venezuela también se les conoce como cantos de cabestrero, aunque en los Llanos suele usarse el término cabrestero, que no es el correcto porque es una palabra derivada de cabeza, donde se coloca el cabestro. Así el peón que conduce al ganado se le denomina Cabestrero y no cabrestero. en cuanto a la utilidad de estos cantos parecen existir diferentes opiniones entre las más comunes se halla: que estos cantos son para aquietar los animales; otra sostienen que aumenta en el ganado la situación de control ejercida sobre ello por el cabestrero; que ayuda mantener unidos a los animales; finalmente puede ser como un estímulo de alivio para el llanero que conduce al ganado en esta dura faena. Luis Felipe Ramón y Rivera se refiere a este tema en la Revista Notas Musicales.
Desde del punto de vista musical los cantos de arreo se caracterizan por gritos y largas notas que en muchas ocasiones adquieren acentos quejumbrosos en lo que se refiere a su movimiento y a un descenso dinámico como melódico
Estos son cantos a capella, sin acompañamiento. Cantos de ordeño son aquellos asociados al ordeño de vacas con la finalidad de tranquilizar al animal durante la faena. En tal sentido el canto comienza cuando el ordeñador llama a la vaca por su nombre (en los llanos de Colombia y Venezuela es costumbre dar nombre a las vacas) mediante una estrofa que enfatiza dicho nombre. El animal que se halla en el corral al escuchar su nombre acude a la puerta del corral y le responde con mugidor al llamado del ordeñador.
Desde sentido musical estos cantos son de ritmo libre y están regidos por los acentos del texto. Se utilizan en su interpretación gran variedad de melodías. El peón puede entonar coplas nuevas o adaptar otras ya existentes.
Tomado de la obra de Fernando Calzadilla Valdés Por los Llanos de Apure.
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