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Llanero



¿Dónde nació Llanero?

Llanero nació en Colombia.


Se denomina llanero a las personas oriundas de los Llanos de la zona intertropical de la cuenca del río Orinoco que comprende Sudamérica. En Colombia la región es conocida como los Llanos Orientales, los Llanos u Orinoquía, conformada por los departamentos Arauca, Casanare, Meta y Vichada. Y en Venezuela es conocida como Región de los Llanos, y comprende los estados de Barinas, Apure, Portuguesa, Cojedes, Guárico, Anzoátegui y Monagas

Es conocido por ser un hábil jinete que se encarga de todas las tareas relacionadas con la ganadería y sus derivados. La figura histórica surgió en el siglo XVII hasta su desaparición a finales del siglo XIX con la hegemonía Andina y el nacimiento de la industria petrolera venezolana. Actualmente sigue vigente como pastor pero sin el apogeo de la ganadería de antaño y la guerra.

Su origen étnico se remonta a la unión de los arahuacos, andaluces, canarios y en menor medida los esclavos traídos por la Corona durante el periodo de la conquista. La forma de trabajar y de ser viene de Venezuela y en los actuales estados Apure y Barinas los venezolanos adaptaron y modificaron las costumbres andaluzas, para luego exportarlas al Nuevo Reino de Granada a partir de 1700. Por sus manerismos, su origen étnico, dialecto, cultura, y papel en las Guerras de independencia Hispanoamericanas, Guerras civiles venezolanas y en montoneras se ha idealizado y romantizado. Ser llanero auténtico como señala el abogado, profesor y compositor apureño Duque Melecio Uviedo 'El Duque de Apure', implica representar al hombre trabajador, humilde y valiente que agradece a Dios con una copla en los labios y un paisaje en su pensamiento por haber nacido en esta tierra legendaria de ríos crecidos, toros bravos, vacas mansas, caballos cerreros, princesa india, arpa afinada y coplero relancino.

La palabra «Llanero» se deriva del Llano, la manera como se conoce generalmente la región en ambos países y el mismo puede equipararse a la figura del gaucho en el centro de Argentina, Uruguay y Río Grande del Sur (estado brasileño), a la del huaso en Chile, al cowboy estadounidense el charro mexicano y el qorilazo en Perú de finales del siglo XIX. Si bien el término se utiliza para denominar a los habitantes de estas pampas, lo cierto es que por lo general su uso se asocia más con el oficio de cabrestero y baquiano en vez de solamente designar a un habitante.

En el siglo XVI , el primer hato fue introducido a unas veinticinco leguas de la ciudad de Calabozo por Cristóbal Rodríguez junto con once familias procedentes del Tocuyo. Fundó la puebla que él llamó San Luís de la Unión. De allí se empezaron a poblar las llanuras gracias a las yeguas y potros traídos del Nuevo Reino de Granada y las diferentes familias andaluzas de Sevilla, Almería, Granada, Cádiz, Jaén y Córdoba.

Para mediados del siglo XVII existían en los hatos más importantes unas 137.800 reses. Los autóctonos de la región, es decir, los Achaguas, los Yaguales, los Arichunas y Caquetíos (familia arahuaca) se encontraban ya casi destruidos por una guerra que duró ochenta años antes de la conquista, por lo que la evangelización y su eventual mestizaje fue dado sin mucho problema. El componente indígena en la región era bastante predominante, pero hoy por hoy, no representa ni un tercio. Para el siglo XVI la Corona española prohibía a los indios, negros o blancos criollos montar un equino ya que solo era un privilegio para los peninsulares, sin embargo, la economía se expandió a tal punto que tuvieron que promover reformas legales para que las clases excluidas pudieran tener este privilegio a corto plazo.

Entre 1640 y 1790 los negros cimarrones vivían en cumbes, una sociedad de cimarrones. Estos terminaron por mezclarse con los llaneros al pasar los años.

En el siglo XVIII el Cabildo de Santiago de León de Caracas dictó la primera ley de reglamentación de los abusos de grandes criaderos del llano. A partir de esta fecha surgieron los cuatreros que practicaban el abigeato de los llanos, caracterizados por ser robos a mano armada.

A fines del siglo XVIII, la región exportaba 30,000 mulas al año a las Antillas y sacrificaba carne para los 1,5 millones de esclavos allí y en Cuba. Había 1.2 millones de cabezas de ganado en el área antes de 1815.

Entre 1916 - 1917 Bolívar Coronado señala que[1]

En sus inicios, estos jinetes vivían de una forma semi-nómada, siendo contratados por diferentes hatos para realizar sus encomiendas; en estas travesías siempre había un cocinero, un médico, y un físico aparte del equipo de cabresteros y baquianos. Practicaban la pesca, la caza, el trueque y el comercio entre sí. Debido a la flora y fauna tan hostil del llano, estos se adaptaron para combatirla, por lo que era frecuente la doma de caimanes, toros y padrotes con sus diferentes utensilios como la soga y el cuchillo. Altos de estatura, cuerpos delgados y de fuerte musculatura, adaptados al clima tropical. Según Ramón Páez, el llanero contaba con varias características físicas que se asemejaba con la árabe.

Decía Bolívar Coronado de este[2]

Siempre a caballo, sobrio, altivo y extremadamente varonil. Tomador de café negro y mascador de chimó, una especie de tabaco. El llanero hacía tanto las tareas del hombre como las de la hembra. El gran terreno del llano los obligó a ser versátiles a la hora de trabajar por lo que tenemos no solo a los cabresteros, sino a los queseros, talabarteros, bongueros y a los vegueros, cada uno de estos haciendo tareas que serían consideradas femeninas para la época.

Debido a la falta de instituciones educativas en la región, estos hombres eran y son sumamente supersticiosos, adornando sus armas y utensilios con diferentes artículos religiosos para darles fuerza y suerte, teniendo siempre un amuleto de collar con rezos que solo ellos comprenden, y teniendo cada pueblo sus propios espantos, como el Silbón y la Bolefuego. La inmensidad del llano y la mala administración política hizo a esta región valer el antiguo refrán francés "Chacun pour soi et Dieu pour tous", sin embargo, o quizás a causa de esto, el llanero desarrolló su propio código de caballería e idiosincrasia que lo separan del resto. El altivo del llanero es tal, que podemos ver varios poemas y dichos como estos

sobre la palma, los cielos; sobre mi caballo, yo,

Argenis Méndez Echenique, en su libro "Apure, en cuerpo y Alma", nos dice algunos aspectos sobre la cosmovisión de este pueblo

• Concepto muy especial de Dios. Es un Dios humanizado, con el que se puede dialogar y compartir . “ Dios y Hombre”, “Con Dios y la Virgen” son expresiones comunes en la boca del llanero.

• Amplio concepto de libertad individual, territorial, de espíritu y pensamientos, libertad de acción.

• Concepto de patria. La patria chica y la patria grande. Patria chica, la llanura; patria grande, Venezuela

• La familia y el parentesco. El compadrazgo

• La amistad y lealtad al amigo

• Hospitalidad

• El valor personal, coraje y resolución (la autoestima)

• La generosidad y amplitud, derivadas tantas veces en la abnegación

• El trabajo creador

• El compromiso de la palabra empeñada

• El romance y la fantasía en el alma del llanero, expresados a través de la copla y la música

• La llanura global: un mundo propio de horizontes abiertos

• Intemporalidad. “El llanero no tiene prisa”

• Simbiosis con la naturaleza, sin romper el equilibrio ecológico

Su modo de andar a caballo es diferente al de sus compañeros americanos. Ramón Páez en su libro Wild Scenes in South America; or Life in the Venezuelan Llanos nos hace dos observaciones sobre el modo de andar a caballo de estos jinetes

Artículos relacionados:

José Tomás Boves

José Antonio Páez

Al comenzar el proceso de la independencia, los llanos eran una región indispensable debido a sus ricos recursos ganaderos y agrícolas, y por tener sobre todo una gran cantidad de jinetes fuertes, veloces, disciplinados y habituados a un ambiente duro.

Los llanos, a causa de su dificultad de transporte, fue una zona abandonada a comparación de las otras en la Capitanía General de Venezuela, esto causó que sus habitantes desarrollaran su propio modo de vida aparte del resto de la población, con sus propios códigos, pero también era un cantón con muchas cualidades que serían aprovechadas por los diferentes caudillos de turno para levantar montoneras.

El León de los Llanos, José Tomás Boves, aprovechándose de la situación tan precaria de los peones del campo del llano, hizo que gran parte de los llaneros se unieran al Ejército Realista, bajo la idea de la explotación de los mantuanos hacia este gentilicio. Las principales causas de la unión de los llaneros con Boves fue la represión hecha por los republicanos hacia estos mismos, la captura de negros cimarrones que se habían escapado en la escaramuza de la Primera República, los peones y esclavos reclutados, entre otros. Todo esto tuvo como reacción un completo rechazo en esta tierra hacia la república.

Boves, bajo una bandera pirata como principal estandarte y una montonera compuesta principalmente por llaneros lanceros, inició su participación en la disolución de la Segunda República.

Participando en diferentes campañas y batallas como la Campaña de los Valles de Aragua y del Tuy, la Segunda Batalla de la Puerta, el Asedio a Valencia y la emigración a Oriente hasta lograr la disolución de la Segunda República y comandar su propia milicia compuesta por miles de llaneros.

La caída de la Segunda República trajo con sí varias consecuencias a la población llanera. Varias de las promesas que se les hicieron no fueron cumplidas. Se le quitaron varios cargos a diferentes pardos y llaneros que fueron condecorados por Boves y Monteverde. La prohibición de los saqueos, y el miedo a perder la autonomía en sus regiones por los realistas llevó a varias tropas a desertar el Ejército Realista. En algunas regiones la guerra fue constante por cinco, diez o hasta quince años y la única autoridad a la que se podía recurrir por protección durante y después del conflicto era el caudillo cuyo dominio se veía así legitimado; por eso tras la independencia quedaba listo un escenario de guerras entre jefes rivales. Como dijo el portugués Joaquim Pedro de Oliveira Martins (1845-1894) sobre la devotio ibérica

Ni Boves ni Morillo lograron conseguir el dominio de los llaneros, fueron hombres como el general José Antonio Páez, Manuel Cedeño, José Gregorio Monagas, José Antonio Anzoátegui, Francisco de Paula Santander, Ramón Nonato Pérez, Juan Nepomuceno Moreno y el Libertador Simón Bolívar serían los que al final conseguirían la simpatía de los llaneros a su causa.

Páez, el Centauro de los Llanos, el Ciudadano Esclarecido o el Taita era un hombre del pueblo, de origen humilde y canario pero sobre todo llanero; criado como uno hasta volverse un excelente lancero, cabrestero, baquiano y líder, se hizo una imagen en el llano hasta volverse caporal. La situación tan precaria del llano y de sus habitantes, llevaron a que sus compañeros lo persuadieron a entrar al Ejército Libertador. Debido a su carácter y ser alguien por y para el pueblo, no le fue difícil levantar a la gente en armas, llegando no solo a comandar su propia montonera, sino a todo un país. Volviéndose no solo el primer presidente llanero de Venezuela, sino además uno de los pocos presidentes vaqueros que la historia ha visto. Al contrario de Boves, Páez no levantó a los llaneros en base a su odio, sino en base a sus necesidades, primero liberándolos del dominio español y después de la futura oligarquía bogotana. Bolívar Coronado señala que

Los Bravos de Apure o Lanceros de Páez, ejército de llaneros compuesto de todas las clases, entre ellos, el Negro Primero, negro cimarrón vuelto llanero de gran calibre, fueron cruciales en varias batallas, como la de Las Queseras del Medio, en las que 153 lanceros llaneros de Páez bajo la táctica “Vuelvan Caras” derrotaron con solo 2 muertes a 1200 jinetes españoles, dándole una cantidad de 400 bajas al bando realista. Los llaneros también fueron de vital importancia en las campañas de Urica, Pantano de Vargas, Boyacá, Batalla de Junín, Batalla de Ayacucho y Carabobo, las cuales fueron decisivas para el bando republicano.

La vestimenta llanera durante la independencia estaba adaptada al clima tropical de la región. Y al contrario de los Charros y Gauchos, los Llaneros tienen más variaciones de atuendos debido a que son los jinetes de condición más humilde entre los grandes jinetes de América pero aun así manteniendo una base en común.

Bolívar Coronado describe su antigua indumentaria de esta manera

El garrasí de lujo está abierto con algo más de exageración que el garrasí común o de trabajo.

El capitán Vowel describió a Páez con el traje llanero de esta forma

Ramón Páez, en su libro Wild Scenes in South America, Or, Life in the Llanos of Venezuela

La vestimenta documentada es de a comienzos del siglo XIX; en la que según los diferentes textos y descripciones podemos discernir que la indumentaria general estaba compuesta por[3]​:

Los botones tenían la forma de la marca del hato.

El Liqui liqui, es el traje típico venezolano, de corte recto y de cuello cerrado. Es el traje llanero por excelencia, tanto para trabajo como de gala. Es principalmente una prenda masculina, aunque en nuestros tiempos, la mujer lo ha utilizado con falda y botas, dando gran lucimiento.

La típica imagen del liqui liqui es la de un traje completo que incluye una blusa de tela de algodón o lino, de cuello redondo rígido sin solapa, mangas largas, cerrada con cinco botones grandes de hueso y cuatro bolsillos (dos arriba y dos abajo). Se usa cerrada hasta el cuello, donde es abrochada con una yunta. El pantalón es de la misma tela y color de la blusa. Antiguamente solo se usaban los colores blanco y beige, o crema, pero actualmente podemos encontrar liqui liquis de todos los colores. Se acostumbra acompañarlo con un sombrero pelo e'guama.

Según algunas opiniones, el liqui liqui es una derivación de un uniforme francés que llevaba el cuello cerrado llamado “Liquette”. Otros plantean que fue traído de las Filipinas en algún barco español en la época de la colonia. Otros dicen que fue inspiración de los trajes chinos “Tipo Mao”; en fin, la verdad, es que se desconoce el verdadero origen del traje y el cómo se convirtió en algo típico del folclore colombo-venezolano.[5]

Con la industrialización, el antiguo traje del llano pasó al olvido para evolucionar a su contraparte contemporánea, la cual está compuesta por[6]

Sombrero: el antiguo sombrero de influencia andaluza pasó a ser suplantado varios modelos de que entraron por los andes venezolanos hasta llegar a los llanos. Entre ellos están el de paño, fieltre, paja, tejano y cuero.

Camisa: hecha de algodón, lino o seda. Estilo salchichón o topochera, es decir, que se marca al cuerpo.

Pantalón tuco: tipo de pantalón corto que se utilizada en las faenas del campo.

Cotiza: alpargata en cuero sin hebilla o en tela. En las faenas del campo por lo general se lleva el pie desnudo con espuelas, antigua práctica que todavía no se ha perdido.

Cobija/pañuelo: la cobija y el pañuelo todavía se llevan como complemento para protegerse contra el calor, u como herramienta.

Cabo E'Soga: tipo de lazo corredizo que se elabora con cuero de res. Se prepara cortando una tira de más o menos tres dedos de ancho en forma circular sin que el cuero se rompa, para luego dejarlo secar. El cabo e’soga tiene varias medidas de aproximadamente treinta brazas, veintiocho y así sucesivamente.

Falseta: lazo usado para enlazar y amarrar a las bestias del llano. La falseta o soga de pelo se elabora a partir de la crin y de la cola del caballo. Se cortan los pelos y se despeinan con las manos, luego se toman hebras en grupos de ocho y se van torciendo para formar las guías. Una vez que se tuercen varios grupos de hebras se dispone a unirlos entre sí y para ello se tuercen todo los pelos. Finalmente se coloca la soga al sol durante tres días y está lista.

Silla de Montar/Terecay: estas sillas revelan su alegre origen árabe: la misma profusión de los adornos de plata, los dibujos en marroquín, el alto pico delantero y el así mismo elevado espaldar. Un confortable pellón de una piel entera de carnero, o de crines de caballo cubre la silla y cae a los lados en pliegues de alta gracia. Lleva la silla bolsas de cuero, donde se guardan las cosas esenciales del viajero en las largas jornadas, como papelón, arepas y aguardiente; licor celebrado tanto por su uso como por su abuso.

Cacho: cuerno de toro usado para tomar agua o aguardiente. Este cuerno va decorado con artificios y primores ejecutados por él en horas de siesta o de descanso, valiendo de cincel o buril la punta del cuchillo de cintura o la lanza. Estos primores consisten en arabescos imitando palmeras, flores o retratos de seres queridos.

Porsiacaso: el porsiacaso es un pequeño saco de tela con bolsas en los extremos, sirve para llevar en el caballo la comida para el camino: casabe, papelón, café, queso, arepa, carne seca y por supuesto el chimó.

Garrocha: vara con punta aguda o mandador largo con el cual se obligaba a trabajar o andar el ganado. La garrocha desempeñaba en esto de rechazar el ataque un papel fundamental. Este instrumento, segundo en importancia después de la falseta cuando está en manos de un jinete, se fabrica de la liviana y resistente madera de la palma albarico (aeneocarpus cubarro), aguzando simplemente el extremo, o fijándose una punta de hierro rodeada por aros sueltos del mismo metal, que cuando se sacuden cerca de las orejas de los animales, los espanta con el ruido que producen. El asta de la garrocha tiene unos 10 pies de largo y aunque no es más gruesa que un bastón normal, es capaz de resistir una gran presión sin quebrarse.

Estribos: los estribos tallados ordinariamente en un bloque de madera, ofrecen la particularidad de ser tan largos y macizos como en ninguna otra parte del mundo, y aunque llamados africanos, en nada se parecen a los árabes. Las esculturas de los estribos revelan elevado gusto, consistiendo su belleza principal, en los colgantes triangulares de las bases con los que estimulan a los caballos.

Cubierta: se trata de una funda de cuero para guardar el cuchillo o peinilla que se cuelga de la cintura a través de la correa. Suele tener adornos como chapas de metal plateadas o de oro. Tiene flequillos en la punta de la cubierta. Estas son elaboradas en las talabarterías a gusto del cliente. Se considera muy importante ya que representa parte de los utensilios de trabajo del hombre de campo como para el agricultor y el cazador; es también un accesorio decorativo varonil típico de la región.

Hamaca: uno de los pocos artículos de manufactura nacional que ha desafiado la imitación de los fabricantes extranjeros. Tejidas a mano en toscos aparejos, lucen finos adornos y franjas y ribetes del más complicado y exquisito dibujo. Se puede decir con toda verdad que con la hamaca, la cobija y a silla con sus bolsillos llenos de provisiones, el errante habitador de las llanuras lleva consigo su casa.

La hamaca y la cobija se llevan arrolladas a la grupa del caballo, y cuando acampa el viajero, después de haber colgado el chinchorro o la hamaca, tiende una cuerda entre sus extremos o cabuyeras, y sobre ellas coloca diagonalmente la cobija y ya puede desafiar tormenta, durmiendo mejor mientras más activen los vientos el balanceo.

El llanero, al habitar en unas pampas inundables, no solo es un excelente vaquero, sino además un hábil pescador.

Curiaras: tipo de canoa construido artesanalmente que sirve para transportar la mercancía y traspasar los enormes ríos de los llanos y otras regiones fluviales. Se talla con troncos de madera (Copaifera Officinalis) enteros tallados en la mayoría de los casos con la materia prima que suministra el árbol. Miden aproximadamente 8 m de largo y 60 cm de ancho.

Canalete/Palanca: el canalete es parte integral de la curiara porque se trata del remo que le brinda a la nave el impulso para avanzar. Haciendo presión en la palanca, camina hacia el otro lado de la embarcación, lo cual produce una fuerza de empuje que desplaza la misma. Puede ser usada en el mismo sitio, simplemente para direccionar la embarcación.

Anzuelos: en general el llanero usa anzuelos comunes del tamaño adecuado para los peces que quiere atrapar.

Nasa: definida como un chinchorro pequeño realizado en tela metálica o en tejido que se utiliza para la pesca de peces de río.

Atarraya: la atarraya es un implemento indispensable en la actividad pesquera. Se trata de una red de forma cónica y de elaboración artesanal. Se emplea para obtener peces en aguas pocos profundos. Generalmente se teje con nailon, empleando una aguja grande que permitirá hacer la primera cadeneta hasta continuar el trenzado final.

Espada: el tipo de espada usado por llaneros varía muy poco del de las espadas españolas usadas en la época medieval, es decir, al estilo toledo. La empuñadura está coronada en forma de copa invertida, sirviendo como buena protección para la mano del portador. La espada es de dos filos y hecha de plata.[7]

Cuchillo: el llanero utilizaba un cuchillo llamado “Punta e´lanza”, de aproximadamente treinta centímetros de longitud, con una hoja en forma de lanza de veinte centímetros de largo y de diez centímetros de empuñadura. El cuchillo todavía se usa para las faenas del campo.

Lanza: debido a la práctica constante con la garrocha, los llaneros eran bastante hábiles con esta. Las montoneras de tanto Boves como de Páez estaban compuestas principalmente por llaneros lanceros debido a lo fácil que era conseguirlas y lo diestros que eran al usarlas. Las lanzas de los llaneros provenían de sus garrochas las cuales fueron modificadas para volverse armas blancas de largo alcance. La lanza y el cuchillo eran las armas por excelencia del llanero.

Trabuco: arma de fuego avancarga. El trabuco del llanero era el “dragón”, es decir, el trabuco recortado al tamaño de una pistola utilizado en el siglo XVIII. No se tienen registros sobre qué modelos utilizaban, pero lo más probable es que usaban los trabucos españoles de la guerra de independencia debido a las relaciones entre el Virreinato de Nueva Granada y la Corona

Todas estas armas hacían al llanero un hombre completo, sin estas, se sentía como ser miserable e incompleto, y muchos preferían no tener casa o domicilio a no tener su fiel espada, cuchillo, trabuco o lanza.

Actualmente, debido al fin de la guerra de independencia la mayoría del antiguo armamento dejó de usarse, y ahora solo se usa el cuchillo debido a su gran utilidad en el campo, y la espada fue reemplazada por los diferentes tipos de machete como la peinilla, la rula, el pico e’loro/pico e’gallo y incluso el charapo de los Andes Venezolanos.

El llanero se levanta a las 4 de la madrugada para evitar el sol. Prepara su olla y toma su café cerrero, carga su porsiacaso con su casabe, papelón y demás útiles; monta su silla, sus macundales, se despide de su amada y parte a la llanura, al hato para realizar el viaje encomendado. A pesar de estar en la inmensa llanura, el llanero casi nunca está solo; la vaquería es una actividad que requiere la participación de varias manos para poder domar, tratar, o llevar al hatajo o ganado, lo que lo vuelve alguien muy sociable y alegre.

Podemos dividir al llanero en 4 tipos: el Cabrestero, el Baquiano, el Cuatrero y el Músico.

Hay otras profesiones, pero estos 4 tipos son universales, mientras que ser bonguero o veguero es de solo algunos peones, si bien es cierto que casi todos conocen cómo manejarse por un corriente fluvial o cultivar.

Las grandes travesías entre hatos para transportar el ganado son sumamente rigurosas y demandantes. Estos cabresteros y baquianos guían miles o cientos de reses por las inmensas llanuras debido a que el ferrocarril todavía no había sido introducidos en esa región (siguen sin tener ferrocarril). Siendo cada res marcada según el hato de pertenencia.

Gracias a Bolívar Coronado tenemos varias marcas de ganado pertenecientes a varios hatos siglo del XVIII, como son los de Evangelina López y de Pedro Fraile.

El ganado no estaba en rejas, por lo que el único modo de diferenciarlos era con la marca. Para marcar la oreja, los llaneros usaban el llamado tenedor, con varias formas. Una de ellas era rajar la oreja del vacuno de varias formas.

Estas caravanas que recuerdan mucho a la oriental, estaban comandadas por el cabrestero, entre ellos y de igual importancia, estaba el cocinero, el médico, un físico, y obviamente los diferentes vaqueros y baquianos. Al contrario del ganado en América del Norte o Europa, el de los llanos no estaba acostumbrado al contacto el hombre debido a no estar alambrados, lo que hacía el arreo más complicado.

Si un gran río bloquea su camino, estos tienen que guiar al hatajo y el ganado para pasar esta corriente; el bonguero, con su bongo -especie de canoa- transportaba la mercancía y algunos llaneros. Los vaqueros y el cabrestero se hundían en el agua y guiaban al ganado y a las bestias a pasar el torrente. Siempre teniendo cuidado de los mortales caribes y caimanes que habitan estas aguas.Gracias a las estampidas por lo general no solían acercarse a estos traspasos, pero de vez en cuando se veía a un caimán bloquear el camino, por lo que uno de los llaneros, armado con un cuchillo y su falseta, se hundía bajo el agua para atrapar el caimán y sacarlo del camino. Si los caribes llegaban a estas aguas, la única opción era escapar lo más rápido posible, debido a lo feroces y peligrosos que son. Este paso de ríos tardaba varias horas.[8]

Al terminar la jornada, después de comer y al acabar las tonadas, estos sacaban sus hamacas y las ponían en las palmeras o árboles disponibles, donde estos vaqueros podían reposar tranquilamente. Si no había troncos cerca, estos usaban la cobija y la hamaca para una especie de cama improvisada. Si tenían la oportunidad y la fortuna de encontrar una pulpería o hato, estos reposaban en aquellas instalaciones gracias a la amabilidad de sus dueños. La calidad de las pulperías o hato variaba mucho, pasando de unos bastante lúgubres u otros bastante adaptados a las faenas del campo.

Debido a la gran biodiversidad del llano, tenemos una gran cantidad de animales y flora que hacen a este ambiente bastante exótico y particular para la doma. El hatajo y el ganado se deja libre y crecer en el campo, hasta que llegan a la edad adecuada para ser domesticados.

El caballo, tiene varias denominaciones según su color de piel: rucio palomo, rucio paraulato, rucio moro, rucio mosqueado, alazán, castaño, zaino, bayo, ruano y zebruno. Cada caballo o padrote tiene un nombre particular que lo distingue del resto y muestra la afección del dueño hacia este. Aquí algunos: Lancero, Banderita, Guapetón, Corozo, Esmeralda, Cacique, Pluma de Garza, Bayoneta, Lucero, Torito, Bellaco, Caney, entre otros.

El caballo es el mejor amigo del llanero, tan así que hasta tenemos poemas como estos

Se me murieron a un tiempo;

Qué mujer, ni qué demonio,

Para el llanero, el caballo es por excelencia bestia. Otros animales no son bestias para el llanero. Al igual que el ganado es solamente el vacuno. Los cerdos son manadas

Para su doma, se va un equipo de llaneros armados con lazos. Se escabullen y fuertemente inmovilizan las patas del potranco o semental con sus lazos, otro llanero llega y se monta encima de la bestia, le corta parte de la crin para mostrar que ha sido domado y se agarra de la que queda, el llanero da la orden y los demás quitan sus lazos, la bestia, al estar acostumbrada a la libertad del llano intentará con todas sus fuerzas de quitarse al domador, pataleando y con varios brincos, hasta que al final, la bestia es vencida, y resulta domada por el llanero.

El caballo llanero es sumamente fuerte y adaptado a las faenas del campo. Teniendo la habilidad de no solo pasar las pampas sino los ríos más bravos.

El caballo llanero desciende del caballo ibérico, que al escaparse formaban hatajos, al exponerse al entorno salvaje, la selección natural y la endogamia, les fijaron características genéticas propias. El caballo llanero presenta las siguientes características fenotípicas[9]​:

Proporciones: mesomorfo, el diámetro longitudinal y la alzada a la cruz promedios presentan muy poca diferencia entre sí.

Peso: su peso promedio adulto presenta valores menores a 350 kilogramos.

Perfil frontonasal: recto y subconvexo.

Pelajes: alazán, amarillo, bayo, castaño, negro, palomino, pinto, rosillo, ruano, tordillo, zaino.

Cabeza: triangular, de base ancha y vértice fino, mediana a grande, frente generalmente ancha y plana. Carrillos medianamente destacados. Ojos expresivos, de forma triangular. Orejas medianas, puntas hacia arriba.

Crines: cola, crin y tupé abundante. Cerdas gruesas y abundantes. Cernejas escasas generalmente en la cara posterior del menudillo.

Cuello: mediano, simétrico, generalmente grueso de nacimiento bajo. Recto a subconvexo en línea superior, recto en línea inferior. Ocasionalmente cuello cóncavo en

línea superior. Tendencia a unión horizontal con el tronco. Unión con la cabeza no muy bien definida, particularmente en la garganta.

Cruz: cruz mediana y larga. Poco musculosa, limpia unida suavemente al tronco.

Dorso y lomo: recto, fuerte, mediano, algunas veces alargado. Raramente cóncavo o convexo.

Pecho: tiende a ser estrecho, poco musculoso.

Tronco: cilíndrico, con tendencia a ser alargado. Costillas poco a moderadamente arqueadas.

Grupa: Corta o muy corta. Derribada. Poco musculosa. Vista desde atrás proporcionada.

Cola: De maslo mediano a largo, abundantes crines. De inserción notoriamente baja.

Miembros anteriores: espalda. Proporcionada, medianamente inclinada .Medianamente separadas entre sí y poco musculadas.

Brazo y codo: de longitud proporcionada y medianamente musculado. Codos separados del tronco.

Antebrazo: largos, rectos, poco musculados.

Rodillas: medianamente anchas, cerca del suelo.

Miembros posteriores: muslos relativamente anchos y musculados. Nalgas largas y descendidas.

Piernas: largas. Medianamente musculosas. Cordón del corvejón fuerte y bien definido.

Corvejones: fuertes, medianamente anchos, definidos, cerca de tierra.

Miembros y regiones comunes: cañas cortas. Cuerda o tendones destacados y definidos. No muy gruesas.

Menudillos: definidos, fuertes con pocas cernejas.

Cuartillas: fuertes, medianamente inclinadas y de longitud proporcionada.

Cascos: medianos. Muy resistentes.

Temperamento: tranquilo en descanso, pero de respuesta rápida y briosa a la exigencia del jinete. No se considera de temperamento nervioso ni linfático.

Caimanes, caribes, babas, anguilas, cerdos salvajes, toros y jaguares son varios de los enemigos que estos jinetes se van a encontrar. El caimán se le cazaba como juego y también por ser un obstáculo, por lo general con la falseta se le inmoviliza, pero su piel, al ser tan dura y resistente, se le tiene que clavar con el cuchillo en puntos específicos como debajo de las patas. Las anguilas, capaces de matar un semental, son un verdadero peligro, el método de caza es usar un caballo como anzuelo. Este, al pasar por el río sería atacado por las anguilas hasta inmovilizarlo. Al revelar su posición, los llaneros los cazan, y las demás anguilas huyen del campo para dejar el paso a los jinetes y el ganado, el caballo termina por recuperarse al momento, sin repercusiones del incidente.

El bahareque es el nombre general que se le da al sistema de construcción de cierto tipo de viviendas en Venezuela y Colombia. Los bahareques han sido por lo general, el tipo de vivienda del llanero. El techo es de casupo, una hoja larga que se va colocando superpuesta a manera de tejas y se va amarrando con mecatillo. Esas hojas se secan y quedan tostadas por el sol, es un techo totalmente impermeable y fresco. Sus paredes de bahareque se hacen abriendo un hueco en la tierra y allí se echa bastante barro mojado, se le añade mucha paja cortada en pequeños trozos y se meten unos cuantos hombres en el hoyo para pisar el barro hasta que esté bien mezclado. Previamente se hace una armazón con palos y verada. Para las paredes, el barro se lanza hasta rellenar los espacios del armazón. El bahareque es muy fresco, es ideal para el clima del llano. Sus patrones siempre siguen formas rectangulares; además es utilizada para el mobiliario interno, elaborado completamente con los materiales disponibles en el lugar. Las enramadas externas anexas al bahareque las llaman caney.

El término Joropo es el nombre común con el que se le asigna a varios géneros musicales del territorio Venezolano. Los llaneros tocan una variación o subgénero propiamente llamada Joropo Llanero muy popular en Venezuela. Originalmente, Joropo se le decía a las fiestas en los pueblos. El Joropo Llanero se toca con cuatro, arpa, maracas y con variaciones de bandola y violín.

El cuatro es el instrumento principal del llanero, su fabricación artesanal y su relativa corta estatura lo vuelven perfecto para ser llevados en las largas faenas. Según Cook, los antecesores del cuatro estaban entre los primeros elementos llegados a Venezuela por expresa orden de los Reyes Católicos dada a Colón en 1497

Ese cuatro -o guitarra renacentista- tuvo una doble función: por un lado fue instrumento de diversión de las clases populares en la música golpeada; y por otro fue usado también por la iglesia, y así marcó la ruta de las misiones y le dio vida y movilidad a los actos religiosos.

El musicólogo Alberto Calzavara señala que entre los establecimientos de San Ignacio de Cabruta, Pararuma y San Miguel de Macuco había

Karl Appun resalta

Las misiones de evangelización junto con los conquistadores españoles trajeron todos estos instrumentos que terminarán por volverse común por este gentilicio.

La voz más apropiada para el canto guarda estrecha relación con el habla del llanero que se caracteriza por su nasalidad marcada o intermitente. Aparte del canto silábico nasal y algo presionado, en algunos joropos se incluyen gritos iniciales largos de altura definida. Soltar ese “tañío” o “leco” como lo llaman los llaneros. Calderón, 1997 señala que

Básicamente se distinguen dos formas de ritmos: golpe y pasaje, que los llaneros suelen denominar joropo y pasaje. Ambos se bailan, pero se diferencian por su carácter, temas y grado de variabilidad

El pasaje por lo general es más introspectivo, más romántico y suave, con frases melódicas más desplegadas. Se suele usar para declarar amor a una mujer, o bien para cantar afectos al terruño, a un animal preferido o para expresar despecho. Se trata de una composición única sin mayor improvisación, cantada siempre con la misma letra y con pocas variantes melódicas. La cantidad de pasajes es infinita, cualquiera puede inspirarse y componer uno nuevo.

El golpe, en cambio, es más extrovertido, de carácter recio y frases melódicas generalmente breves. Adopta temas fuertes como la historia, la protesta, el trabajo del llano o algún desafío. La cantidad de músicas para los golpes es contada, aunque su número puede variar desapareciendo uno o surgiendo otro. El golpe se comporta genéricamente debido a su estructura armónica fija y a otras características como motivos melódicos obligatorios. Estas estructuras forman el marco para una infinidad de ejecuciones, letras e improvisaciones.

Para realizar las actividades de trabajo como el arreo, la caza, la pesca,la cosecha y el descanso del hombre del campo, los habitantes de Venezuela son caracterizados por realizar una serie de cantos y melodías concentrados dentro de la lírica denominados: tonadas. Al contrario de la mayoría de géneros musicales hispanoamericanos, las tonadas no tienen enfoque en el baile sino en el texto. Cada tonada varia mucho según la región, las tonadas tachirenses de cosecha y son diferentes a la pesca costera.

La tonada llanera, desarrollada en la Venezuela y después expandida al Colombia se canta principalmente en lo que sería el arreo y el ordeño, denominadas propiamente cantos de ordeño y cabresteo. La tonada se canta para apaciguar al ganado y hatajo, que gracias a las melodías y cantos del llanero terminan por calmarse y volverse uno con el cantautor.

Según Luis Felipe Ramón y Rivera

Una de las costumbres más antiguas y representativas del llanero que todavía perdura. El arte del contrapunteo es ejecutado por dos o más personas quienes con versos improvisados en rima entran en un duelo poético hasta que uno de los dos se quede callado. Volviéndolo en un certamen poético entre poetas. La duración de los contrapunteos es desde minutos hasta incluso, en ciertos casos, horas. La causa del contrapunteo es muy variada, desde una oda al llano hasta la mano de una dama o un duelo de habilidad entre los copleros. En ocasiones estos contrapunteos escalaban a tal punto que dejaban de ser un combate de versos a uno con espadas, por lo que no era raro ver muertes en estos eventos. Fallecimientos en un contrapunteo era visto como una tragedia. Por lo general tienen como base musical al cuatro y a veces también al arpa.

Danza folklórica nacional de Venezuela resultado de la evolución del fandango hispanoamericano, caracterizado por ser un baile zapateado. El joropo se baila en pareja enlazada, la cual gira por el espacio en contra de las manecillas del reloj y que, según estructuras musicales y motivos melódico-rítmicos, desarrolla variadas figuras, muchas inspiradas en el trabajo en el campo y los animales del llano.

El baile de joropo no necesariamente fue siempre de pareja enlazada. Todos los derivados del fandango en Latinoamérica, hasta el día de hoy, se bailan por parejas separadas, en forma similar a los fandangos de España. A finales del siglo XVIII el obispo Martí censuró especialmente el gesto de ‘enlazarse de los brazos o manos’, al parecer algo muy grosero. Bailar asido de las manos debe haber sido definitivamente una influencia de la difusión de los bailes de salón, al igual que la procedencia del paso del valseo del vals salonesco como destaca el musicólogo Ramón y Rivera.

Entre 1771 y 1784 el obispo Mariano Martí llevó un tipo de diario -llamado ‘Libro personal’- de las visitas pastorales a muchos poblados en la que nos hace estas observaciones

Hoy el joropo es siempre un baile de pareja sin soltarse, el cual se guía por el desarrollo de la música, sin sincronizar las figuras entre una y otra pareja. Un cambio de figura o de dirección se da sólo en un múltiplo de cuatro compases. El guía en el baile es siempre el hombre. La mujer debe adaptarse a la inspiración de éste y seguirlo, así que su posibilidad de introducir algún elemento propio es limitada.

Generalmente debe seguir valseando o escobillando mientras el caballero ejecuta distintas figuras. Sin embargo ella puede desarrollar mayor o menor elegancia y suavidad en su expresión corporal. Mientras que la mujer asume usualmente una posición erguida, el hombre suele mantenerse levemente inclinado hacia adelante, con las piernas algo flexionadas. Esa posición, típica de sus faenas, le da mayor estabilidad y agilidad para lograr la diversidad de pasos y figuras en la ejecución del baile. Algunos de los pasos básicos son el zapatiao, escobillao, valsiao y toriao.

El coleo de toros consiste en Tirar, a caballo, de la cola de una res para derribarla. Actividad nacida en la faena llanera y ahora expandida hasta volverse el deporte nacional de Venezuela, y practicado en Colombia, Panamá, México y Brasil. Una de las hipótesis de este deporte es que la historia del coleo en Venezuela se remonta hacia los años de 1529- 1530, por la llegada de numerosos caballos y reses traídos por los Welser, en 1530 Cristóbal de Mendoza Rodríguez funda el primer hato en los llanos centrales y ya para 1547 existían alrededor de 4000 vacas y 2000 caballos, es entonces cuando el traslado del ganado de un lugar a otro y el dominio de los rebaños se hacía más difícil, es allí donde el llanero se percata que derribandolo por la cola dominaban al toro y lo integraban fácilmente al rebaño haciendo la faena del trabajador más fácil, es entonces cuando nace el coleo o los toros coleados. Hay que destacar que, el General José Antonio Páez fue uno de los primeros coleadores y durante su presidencia impuso el coleo como espectáculo de todas las fiestas, además durante la presidencia de los Monagas, y los periodos de Joaquín Crespo el coleo tuvo gran auge, debido a la afición que ellos sentían por este deporte; En la época del gobierno de Gómez, los toros coleados pasaron nuevamente a la categoría de espectáculos principales en los programas oficiales y fiestas patronales.[11]

Una sola mano: el coleador hace correr al caballo y aguanta la cola del toro con una sola mano hasta poder derribarlo.

Debajo de la pierna: se caracteriza en colocar la cola del toro por debajo de la pierna del coleador para derribar al toro, este tipo de coleada mayormente es practicada en México.

Apartado: con las dos manos en la cola del toro el coleador se desplaza hacia debajo de la silla para efectuar la coleada.

Varias décadas de sincretismo cultural dieron lugar a lo que hoy se conoce como el folclor y tradiciones llaneras; los constantes desplazamientos geográficos de individuos hacia la región desde la época de la conquista hasta el día de hoy, permitieron el surgimiento de una amalgama de costumbres que, junto a las tradiciones de indígenas autóctonos, conforman la característica etnia llanera. Por ello, en la escena de lo cultural existen tan variadas, como fascinantes manifestaciones, representadas por su danza y música, el joropo; por sus obras escritas, el poema llanero; por sus costumbres tradicionales, el trabajo de llano; por su deporte, el coleo; y por sus fiestas más populares. Todo ello se convierte, entonces, en exponente del brío y la rusticidad de la etnia llanera.



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