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Carlos de Urrutia y Montoya



Carlos Urrutia y Montoya (n. La Habana, Cuba, 1750 - m. Guanabacoa, Cuba, 1825) fue un militar español, último Capitán General y presidente de la Real Audiencia de Guatemala de 1818 a 1820, en la época del absolutismo, y jefe político superior de la provincia de Guatemala y presidente de su Diputación Provincial de 1820 a 1821.

Fue hijo de Bernardo de Urrutia y Matos y Felipa de Montoya. Casó con María Hidalgo Gato y Fernández de Zaldívar, con la cual tuvo un hijo llamado Pedro Vicente.

Cursó estudios en las academias militares de Barcelona y Ávila e ingresó en el ejército como cadete en 1765. Participó con distinción en los sitios de Mahón y Gibraltar y otras acciones militares.También combatió en la guerra con Francia y viajó a sus propias expensas por el Sacro Imperio Romano Germánico para mejorar sus conocimientos militares. En 1789, cuando era ya teniente coronel, solicitó su traslado a Nueva España, donde sirvió durante varios años. En el ejército llegó a alcanzar el grado de brigadier.

Combatió en 1810 a los insurgentes encabezados por Miguel Hidalgo y Costilla y en 1811 fue nombrado como gobernador intendente y capitán general de Santo Domingo, cargo que ejerció hasta 1818.

El 3 de marzo de 1817 el rey don Fernando VII lo nombró como presidente de la Real Audiencia de Guatemala y capitán general del reino de Guatemala, en reemplazo de don José de Bustamante y Guerra. El 8 de febrero de 1818 llegó al puerto de Trujillo en Honduras y el 28 de marzo tomo posesión de sus cargos en Nueva Guatemala.

Durante su administración el reino en general estuvo en paz y se procuró dar impulso a ciertas obras públicas. Sin embargo, en mayo de 1819 hubo un ataque de piratas en el castillo del golfo de Honduras y el establecimiento de Izabal, por lo que Urrutia decidió suspender el tráfico comercial por esos puntos.

Urrutia, que ya era sexagenario, sufría de epilepsia y sus frecuentes ataques lo obligaron a separarse del mando de Gobierno, Guerra y Hacienda temporalmente el 5 de julio de 1819 y depositarlo interinamente en el brigadier don Ramón de Anguiano (1752-1822), subinspector general de milicias y antiguo gobernador de Comayagua, reservándose únicamente la presidencia de la Real Audiencia. Poco después pudo reasumirlo y el 16 de octubre de 1819 fue condecorado por el rey con la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica, noticia que recibió en febrero de 1820.

En marzo de 1820, al restablecerse la Constitución de Cádiz, pasó a ser Jefe Político Superior de la Provincia de Guatemala, con jurisdicción sobre los actuales territorios de Chiapas, El Salvador, Guatemala y Honduras. El 26 de junio de 1820 dispuso que se publicara y se jurara la Constitución en la ciudad de Guatemala. El 1° de septiembre, bajo su presidencia se instaló la restablecida Diputación Provincial de Guatemala, suprimida desde 1814, con cuatro de los integrantes que tenía en la época de la supresión.

Trató de gobernar con una actitud más conciliadora, lo que permitió más libertad para los partidarios de la emancipación política de España. El 3 de noviembre de 1820 la Diputación Provincial se dirigió a las Cortes para informar que debido a la avanzada edad de Urrutia y sus ataques epilépticos y a que estaba con un brazo paralizado, los desafectos al régimen constitucional eran los que manajeaban los asuntos del gobierno.

El 12 de noviembre se instaló la Junta de Sanidad de Guatemala y en diciembre se efectuaron con toda normalidad las elecciones para diputados a Cortes, miembros de la Diputación Provincial e integrantes del Ayuntamiento de la ciudad de Guatemala.También se establecieron jueces letrados y se tomaron otras medidas para ir dando cumplimiento a las normas constitucionales.

Víctima de una hemiplejía desde agosto de 1820, a instancias de su confesor el presbítero y doctor José Simeón Cañas y por recomendación también de sus médicos Pedro Molina Mazariegos y Vicente Carranza, entregó los altos mandos, a las 5 de la tarde del 9 de marzo de 1821, al subinspector general del Ejército, brigadier don Gabino Gaínza, quien hacía poco tiempo había llegado con procedencia de la Intendencia de Quito.

Después de proclamada la separación de la provincia de Guatemala de España el 15 de septiembre de 1821, las nuevas autoridades pretendieron someter a Urrutia y Montoya al juicio de residencia que era habitual en la época absolutista, a lo cual se negó el brigadier alegando que su nombramiento había derivado de la Corona de España y por consiguiente no se le podía someter a ese procedimiento después de la independencia. El juicio no se efectuó.

El 6 de enero de 1822 solicitó que se le extendiera pasaporte para salir de Guatemala y que se le cancelaran sus sueldos atrasados, peticiones que tuvo que reiterar en varias oportunidades. Se le denegó el pago de los sueldos por haberse negado a jurar la independencia y se insistió en que debía someterse al juicio de residencia.

El 25 de abril de 1822, unida ya Guatemala al Imperio Mexicano, el jefe político superior Gaínza dispuso que se le extendiera finalmente el pasaporte, con la condición de que debía usarlo para trasladarse a México, condición que aceptó Urrutia y Montoya el 27 de abril.El pasaporte le fue entregado el 1° de mayo. Desde México regresó a Cuba, posesión española, donde murió.

Archivo General de Centroamérica, Fichero Pardo, en https://web.archive.org/web/20180326152338/http://www.ficheropardo.agcadocs.org/index.aspx



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