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Castillo de Maya



El castillo de Maya (en euskera, Amaiurko gaztelua) fue un castillo localizado en el monte Gaztelua de la localidad homónima en el valle de Baztán. Los vestigios emergen hoy día gracias a la sistemática labor arqueológica realizada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi con la ayuda de los amaiurtarras durante las campañas 2006-2008.[1]​ En el lugar que ocupaba la torre del homenaje del castillo se encuentra un monolito en recuerdo de los defensores de la independencia de Navarra.

La importancia de este lugar radica en la resistencia opuesta en 1521-1522 por los navarros partidarios del rey Enrique II de Navarra durante el último intento de reconquista del reino por parte de dicho rey, diez años después de la invasión de Navarra por Fernando el Católico (1512).

Después de la derrota en la batalla de Noáin (junio de 1521), los navarros fieles al rey Enrique II de Navarra se refugiaron en los dominios de los Albret al otro lado de los Pirineos (en el Bearne y en la Baja Navarra). En septiembre de 1521, hicieron otra incursión en el valle de Baztán-Bidasoa y conquistaron el castillo, respetando la vida del alcaide y de la guarnición castellana del castillo. Se quedó en el mismo una guarnición de unos 200 navarros, al mando de Jaime Vélaz de Medrano.

A principios de febrero de 1522, las tropas castellanas comienzan a efectuar incursiones en el valle. El 14 de marzo, toman la fortaleza de Orzorroz. El 17 de junio de 1522, tras una batalla, ocupan también la villa de Santesteban, cortando la comunicación de Maya con Fuenterrabía. El virrey castellano, conde de Miranda, ordenó el 3 de julio la toma de Maya. Las tropas castellanas, con navarros beamonteses, cercaron el castillo con unos 10 000 hombres, contra los 200 del castillo. En el castillo estaban dos de los hermanos del que posteriormente sería san Francisco Javier. Los navarros resistieron varios ataques desde el 15 hasta el 22 de julio, cuando capitularon.

Los prisioneros fueron llevados a Pamplona, donde, a los 14 días, Jaime Vélaz de Medrano —que había sido alcaide— y su hijo fueron envenenados.

El 12 de agosto se ordenó destruir la fortaleza, la cual fue incendiada, una vez confiscados los objetos de valor.

El 30 de junio de 1922 se inauguró un monolito en el lugar donde se alzaba el castillo de Maya, en recuerdo a los navarros que lo defendieron, y que fue encargado al arquitecto Serapio Esparza.[2]​ En él figuran las siguientes inscripciones conmemorativas; el primer texto está repetido también en euskera:

En el centro de cada una de las cuatro caras contiene los siguientes escudos: el de la villa de Maya, el de Álava, el de Guipúzcoa (antes de la retirada de los cañones) y el de Vizcaya. También, en dos de los frentes, otros dos escudos de mayor tamaño: el de Navarra y otro formado por las seis merindades (Pamplona, Olite, Estella, Sangüesa, Tudela y la de Ultrapuertos) labrados en mármol blanco de Almandoz.

Víctor Pradera fue uno de los opositores al monumento, afirmando que el partido partido agramontés, en el que se reconocía el nacionalismo vasco, había sido el bando «traidor», y que la unidad nacional española era connatural a Navarra, maximalizando los casos de Sancho Garcés III El Mayor (1004-1035) y del príncipe de Viana, e incidiendo en la foralidad y españolidad intrínseca de Navarra.[3]

En defensa de los actos conmemorativos salieron académicos como José María Azcona Díaz de Rada y Julio Altadill y políticos como Manuel Aranzadi (nacionalista) e Ignacio Baleztena, Jesús Etayo y el conde de Rodezno (jaimistas). De los tres jaimistas citados, el primero sostuvo que los defensores de "Amayur" simplemente defendían la patria que hasta entonces habían conocido, el segundo comparó la nobleza y lealtad del partido agramontés a la de los jaimistas, y el tercero criticó «el absurdo, tan condenado por Menéndez Pelayo, de juzgar con criterio actual actuaciones de hace cuatro centurias».[3]

Este monumento fue volado en la noche del 26 al 27 de julio de 1931 con dinamita. En esos meses, los ayuntamientos de Navarra estaban debatiendo el Estatuto de Estella, con un apoyo inicial unánime a la realización de un estatuto conjunto de Navarra con Álava, Guipúzcoa y Vizcaya (véase Posición de los municipios navarros en participar en el Estatuto de Estella).

El monumento fue reconstruido y reinaugurado el 10 de octubre de 1982, por iniciativa de la villa, con apoyo de las diputaciones de Navarra, Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y del Gobierno Vasco. Se recuperaron las piedras diseminadas por la ladera que eran válidas, y el resto se labró en el taller de cantería de Olite.

En la actualidad, el castillo de Maya es un símbolo de los navarros que reclaman la recuperación de la soberanía por parte de Navarra.

Al pie del monte Gaztelua, donde se encontraba el castillo, se inauguró el 21 de julio de 2007 un Monumento al Resistente Desconocido, realizado por Pello Iraizoz. Está tallado en la piedra rojiza del Baztán, y en ella está inscrito el lema Pro libertate patriae, gens libera state ("De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"), de los Infanzones navarros, y que también figura en euskera. En la parte superior del mismo está el carbunclo (figura estrellada), simbología de arte popular que fue origen del escudo de Navarra y que utilizó Teobaldo I de Navarra. Más abajo, se halla este símbolo al que se le añadieron unos dibujos esféricos en sus brazos, que en siglos posteriores se convirtieron en cadenas. En la parte inferior aparecen imágenes relacionadas con los distintos soberanos navarros y que han figurado en la numismática navarra.[4]



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