La catedral de Guadalajara, o catedral basílica de la Asunción de María Santísima es una catedral de México, parroquia sede de la arquidiócesis de Guadalajara y uno de los edificios más representativos de la ciudad, por sus torres con agujas neogóticas y por su hermosa historia.
Es uno de los monumentos más icónicos de La Ciudad de las Rosas junto a Glorieta Minerva, el Hospicio Cabañas, el Teatro Degollado y los Arcos de Guadalajara.
Para alzar esta iglesia se utilizaron originalmente adobe y techos de paja.
El 18 de mayo de 1561 se obtuvo autorización por cédula real para edificar la iglesia catedral, cuyo costo sería cubierto por la Real Hacienda, los encomenderos y comunidad indígena (disposición que no se cumplió del todo); así que para el 31 de julio de 1561, fray Pedro de Ayala, a la sazón el segundo obispo de Nueva Galicia, colocó y bendijo la primera piedra de este bello templo. A la ceremonia de colocación asistieron los cabildos eclesiástico y civil, la Real con normalidad, sin embargo, mientras se celebraba una misa, unos vecinos lanzaron cohetones al aire en el corral contiguo y desafortunadamente algunos cayeron en la iglesia, que se incendió y quedó semidestruida.
Por cédula real se obtuvo el dinero para la nueva catedral. La obra avanzó muy despacio, pues escaseaban los fondos. Hacia febrero de 1618, el maestro arquitecto Martín Casillas había llevado los trabajos a su término. Así, en abril del mismo año se trasladaba el Santísimo Sacramento, de la antigua iglesia, a la nueva.
En el año de 1818, un fuerte terremoto sacudió la ciudad, cuyas secuelas dejaron una nueva tragedia: las torres y la cúpula se habían derrumbado. Fueron sustituidas por unas nuevas, que también colapsarían durante un posterior sismo, en el año de 1849. Las nuevas torres fueron construidas por el ingeniero arquitecto Manuel Gómez Ibarra, costaron 33 521 pesos, más 7166 pesos en honorarios para el arquitecto. Se demoró tres años en terminarlas, hacia 1854.
El papa Pío XII la elevó a rango de basílica menor, dedicada a la Asunción de María Santísima.
Actualmente de la iglesia catedral continúa en peligro: ha sido dañada por los sismos de 1932, 1957, 1979, 1985, 1995 y 2003. Entre los riesgos que presenta están: la breve inclinación de la torre norte, su ligero hundimiento y el daño estructural que ha sufrido la cúpula, entre otros. A causa de las vibraciones constantes que generan los vehículos circulantes por el túnel bajo avenida Hidalgo, se está dañando la edificación y la torre norte, que colinda justo con esta vialidad.
La catedral ocupa un área de 77.8 por 72.75 metros. Contiene altares dedicados a Nuestra Señora de la Asunción, Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de los Dolores, Virgen de Zapopan (patrona de Guadalajara), santo Domingo de Guzmán, san Nicolás de Bari, santo Tomás de Aquino, san Cristóbal, san Juan de Dios. El Coro de los canónigos, ubicado al fondo del templo bajo el ábside, tiene 52 asientos de madera finamente tallados, que es toda una obra de arte elaborada por los artesanos nativos de Nayarit cuando Nayarit era parte del estado de Jalisco, o sea que además del valor intrínseco de la sillería y del valor artístico tiene un valor histórico. Al centro se encuentra la silla cardenalicia. El altar es de mármol y plata. Los vitrales de colores son importados de Alemania.
También se resguarda en este recinto imágenes de nuestra Señora de los Dolores, del Cristo de las Aguas, entre otras. Asimismo, la catedral alberga reliquias de la mártir romana santa Inocencia. Tres cardenales están sepultados en la catedral, así como varios obispos de la diócesis, incluso el corazón de un prelado muy conocido, el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, fundador del antiguo hospicio que hoy acoge al centro cultural que lleva su nombre.
Entre las criptas, debajo de lo que fue la capilla real, se encuentra la de los obispos, que contiene enterramientos que datan del siglo XVI y hasta la última morada del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en 1993. Aquí podemos apreciar el testero y los cimientos de la catedral, así como ataúdes en que se resguardan los restos mortales de los siervos de Dios don Francisco Gómez de Mendiola y don Juan de Santiago León Garabito, obispos de Guadalajara, en los siglos XVI Y XVII.
Justo bajo el altar se sitúa la cripta de los canónigos, prácticamente en desuso desde la época de la Reforma, recientemente restaurada con bóveda de arista, arqueología catedralicia de tiempos del virreinato.
Al mediar el siglo XIX, el arquitecto Manuel Gómez Ibarra construyó las actuales al gusto del obispo Aranda y Carpinteiro. Se cuenta que después de la procesión de corpus, hacia 1850-1851, el prelado mitigaba el intenso calor de junio con pitayas, servidas en un platón adornado de figuras y paisajes, en el que además se ilustraban campanarios piramidales, justo como los actuales con que modeló a este recinto religioso el arquitecto, quien para aligerarlos ante el peligro de episodios sísmicos empleó como material constructivo la piedra pómez. La inversión del 30 de julio de 1851 al 15 de junio de 1854, fue de 33 521 pesos, más 7166 pesos en honorarios para el arquitecto, a razón de 2000 pesos anuales.
Sobre el antiguo primer cuerpo, se alza el segundo actual, achatados sus cuatro ángulos. Llenan los huecos cuatro ménsulas invertidas; en cada una de sus caras van apareadas luceras elípticas. De ahí arrancan remates piramidales recubiertos con azulejo del que se fabricaba en Sayula. Los cuatro medallones con las armas de la iglesia están flanqueados, en ambas piramidales, por cuatro pináculos. Rematan las torres dos grandes cruces griegas, labradas en hierro. Como antes las antiguas torres, tuvieron por remate las imágenes de san Miguel y Santiago apóstol, patronos de la ciudad y del reino, respectivamente. Miden, según la triangulación del ingeniero Jose R. Benitez, 65.91 metros la que se halla orientada al norte y 65.55 metros la que da viento sur.
La catedral de Guadalajara cuenta con 20 campanas en total, 10 en la torre sur y 9 en la torre norte, además de una más pequeña ubicada al fondo de la nave central, a un costado de la cúpula; así como con 6 esquilas, las cuales de mayor a menor son: santa María de la Asunción, san Pedro, santa María de la Rosa, la Inmaculada Concepción, san Antonio y Nuestra Señora de los Dolores. La Asunción es el segundo esquilón más grande de América, únicamente después del esquilón de la Catedral Basílica de León.
En 1910
La catedral hacia 1836
Actualidad
Torres de la catedral tapatía, en una toma nocturna desde el ángulo noroeste del corredor superior del Palacio Municipal
Video del interior de la catedral durante el servicio religioso
cripta
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