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Catedral de Santa Cruz de Cádiz



La Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Cádiz es la sede episcopal de la diócesis de Cádiz y Ceuta, en España. Es un edificio de estilo barroco y neoclásico. Se empezó a construir en 1722 y no se terminó hasta el 28 de noviembre de 1838. Las crisis económicas provocaron que la catedral tenga un estilo variado, a causa de las invasiones francesas y la posterior pérdida del poder sobre América.

Recibe el nombre de la "Santa Cruz sobre el Mar"[1]​ o "Santa Cruz sobre las Aguas", aunque los gaditanos la denominan catedral Nueva en contraposición a la catedral Vieja, edificada en el siglo XVI sobre la antigua catedral gótica mandada construir por Alfonso X El Sabio, y que hoy cumple las funciones de iglesia parroquial.[2]

Está situada en el centro histórico de Cádiz, casi al borde del mar, y es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Tiene horario de visitas tanto para el interior del templo como para la Torre del Reloj. La misma entrada a la catedral sirve para acceder al museo Catedralicio de Cádiz, situado en la plaza Fray Félix, junto a la catedral Vieja. Además de las piezas expuestas en el museo, tiene un depósito con otras obras de interés[3]

Se trata de un edificio religioso de grandes proporciones que se comenzó a construir en el siglo XVIII, según proyecto del arquitecto Vicente Acero, en el año 1722. Acero abandonó el proyecto en 1739 y se hizo cargo de las obras Gaspar Cayón, dejando la dirección de las mismas en 1757 a su sobrino Torcuato Cayón. Tras su muerte en 1783, le sucedió Miguel Olivares hasta 1790, fecha en la que empezó a dirigir la obra Manuel Machuca y Vargas. Finalmente, desde 1832 hasta su conclusión, las obras fueron supervisadas por Juan Daura.

La decisión de sustituir la antigua catedral por una nueva se debió a dos circunstancias principales: el deficiente estado de conservación de la primera, y el deseo de contar con un espacio más monumental y representativo en consonancia con la importancia que había adquirido Cádiz con el traslado de la Casa de Contratación a esta ciudad desde Sevilla en el año 1717.

En los 116 años que duró su construcción, las trazas del edificio sufrieron los cambios de las modas y los gustos de los distintos arquitectos, lo que explica la conjunción de diferentes estilos: Barroco, Rococó y Neoclásico fundamentalmente.

Los materiales que se emplearon fueron muy variados, debido a las varias crisis económicas a las que tuvo que hacer frente la ciudad; así se puede observar mármol genovés para los diferentes altares y puertas, jaspe, y piedra caliza y piedra ostionera para los muros exteriores.

Fue el obispo fray Domingo de Silos Moreno quien la bendijo en 1838. A causa del retraso de las obras, muchas partes del templo quedaron expuestas a los rigores del tiempo. Esto y la situación misma del edificio junto al mar ha provocado una enfermedad en la piedra que hace que ésta se vaya desmoronando poco a poco; es por ello por lo que las bóvedas del templo están cubiertas por redes que evitan que los cascotes caigan al suelo. Desde principios del siglo XXI se realizan obras de restauración en el templo[4]

El templo presenta planta de cruz latina y tres naves, con crucero rematado por una cúpula, y una gran girola de forma pentagonal. El espacio en el interior queda delimitado por conjuntos de columnas de orden corintio elevadas sobre plintos. Las cubierta se soluciona mediante bóvedas vaídas en la mayor parte del edificio, mostrando muchas de ellas una rica decoración escultórica en bajorrelieve.

El altar mayor consiste en un templete exento de estilo neoclásico, dedicado a la Inmaculada Concepción. En todo el perímetro del templo se observan capillas (que en el momento de la construcción estaban dedicadas a albergar los talleres necesarios para la obra del templo) dedicadas a diversos santos, como la de san Sebastián, que exhibe una escultura del Ecce Homo, obra de Luisa Roldán, o la dedicada a los patronos de la ciudad, san Servando y san Germán. Una de estas capillas alberga la monumental custodia procesional de plata, obra de Enrique de Arfe, que contiene la Sagrada forma en la festividad de Corpus Christi. Cabe destacar las dos figuras en mármol de san Pedro y san Pablo que se encuentran junto a la entrada de las dos puertas menores de la catedral.

La portada principal es una conjunción de formas cóncavas y convexas, característica del estilo barroco. Las torres que se levantan a ambos lados de la portada culminan en forma de observatorio astronómico; es un hecho excepcional que la Catedral posea campanarios de tal altura, puesto que estaba prohibido por los Borbones la construcción de tales estructuras, al constituir un blanco fácil para el enemigo.

El templo posee varias cúpulas, destacando dos: la cúpula del crucero, compuesta por un tambor y casquete semiesférico; se asienta sobre pechinas y en su exterior está cubierta por azulejos dorados que durante el día le prestan gran luminosidad. Contigua a ésta se encuentra otra cúpula de menores dimensiones, situada sobre el altar mayor. Otra cúpula menor se sitúa sobre la capilla dedicada a guardar las reliquias.

Bajo el altar mayor se encuentra la cripta, situada bajo el nivel del mar, donde están enterrados algunos gaditanos ilustres, como Manuel de Falla o José María Pemán, así como muchos de los obispos de la diócesis. La cripta destaca por la bóveda plana del espacio central y por la curiosa reverberación sonora que su forma produce.

Otro elemento interesante de la catedral es su coro; se sitúa hacia los pies del templo, en la nave central, delante del altar mayor. Verdaderas obras de arte son la sillería del coro y los dos órganos que posee, perteneciendo originalmente el situado a la izquierda del coro a la Iglesia de Santa Cruz o Catedral Vieja. Sandra Massa Santos es la organista titular en la actualidad. La Catedral de Cádiz posee un extenso archivo musical con obras de compositores como Juan Domingo Vidal, Zabala, Padilla, García Fajer, Delgado y Gálvez, e incluso de compositores que no formaron parte de su capilla musical, caso que ocurre con Pedro Rabassa. Actualmente la Capilla de Música de la Catedral de Cádiz "Virelay" bajo la dirección de Jorge E. García Ortega se encuentra recuperando gran parte de esas obras que, en la mayoría de los casos, sólo se tocaron el día de su estreno para los oficios. Además se encargan de la parte musical de los cultos. Cuentan con cuatro discos editados estando dedicados todos ellos a Maestros de Capilla de la Catedral de Cádiz y su trabajo musical en ella.

El reloj de la catedral, de factura más reciente (1851) fue realizado por José Manuel de Zugasti.[5]

El altar mayor

El coro

El órgano

La cripta

La monumental custodia procesional de plata



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