El centro histórico de Nápoles es un espacio urbano antiguo influenciado por las diferentes culturas que lo ocuparon sucesivamente y que dejaron su marca en la arquitectura y el diseño urbano napolitano. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995 con la siguiente motivación:
Situado sobre el golfo de Nápoles y con una superficie de 1700 hectáreas, el Centro histórico de Nápoles conserva las marcas de más de veinte siglos de historia y su ocupación primero griega, luego romana, federiciana, angevina, aragonesa y borbónica.
Agrupa los barrios de Avvocata, Montecalvario, San Giuseppe, Porto, Pendino, Mercato, Chiaia, San Ferdinando, Stella (con la excepción de Capodimonte), San Carlo all'Arena, San Lorenzo y Vicarìa.
Es el centro histórico más vasto de Europa y tiene la particularidad de conservar casi en su totalidad su unidad y su diseño urbano original. Recordemos que la ciudad tiene dos núcleos primitivos: el primero es Pizzofalcone en el cual nació la ciudad de Parténope, mientras que el segundo es la zona de Decumano donde emergió Neapolis (ciudad nueva). En este último en particular todavía quedan obeliscos, monasterios y claustros antiguos. También hay una treintena de museos (entre ellos el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles), ruinas de los muros del recinto original del cuarto siglo antes de cristo, catacumbas y se han hecho excavaciones que encontraron ruinas romanas y griegas, bajo relieves, frisos de monumentos, y columnas medievales de palacios históricos.
El centro de Nápoles se caracteriza por sus iglesias (más de 300) entre las cuales se destacan San Gennaro, San Giorgio Maggiore y San Giovanni Maggiore con elementos arquitectónicos que se remontan hasta los siglos IV y V antes de Cristo. Bajo el reino de los reyes angevinos, el urbanismo se ve influenciado por la arquitectura gótica, principalmente francesa que se afirma sobre los edificios religiosos como la nueva catedral, la Basílica de San Lorenzo Maggiore, la Basílica Santa Clara, así como otros edificios seculares como el Castel Capuano y el Castel Nuovo. En la época aragonesa, en el siglo XVI un gran número de estructuras, civiles y religiosas, se construyeron o reconstruyeron durante la fortificación de las murallas como el palacio real, varios palacios, iglesias del Gesù Nuovo, de San Paolo Maggiore, el colegio jesuita de Capodimonte, entre otros. El castel dell'Ovo, transformado en fortaleza por los normandos en el siglo XII, toma su forma actual a finales del siglo XVII.
Además de sus innumerables edificios históricos y obras artísticas, también es típica la atmósfera ruidosa y animada y el olor a horno de leña de las trattorias nos recuerdan que en este lugar nació la pizza Marguerita, probablemente una de las pizzas más conocidas del mundo. En Navidad, una de las tradiciones seculares es el mercado artesanal.
Uno de los elementos típicos del centro histórico es la panni stesi (en español: ropa tendida). Se los puede encontrar todo el año y con cualquier tiempo (sol, lluvia o viento). Existe una expresión popular en napolitano que dice « Ma sti pann nun s'asciuttano maje? » («Pero, ¿esta ropa no se seca nunca? »).
La zona del Centro histórico se encuentra bajo la jurisdicción del plan de urbanismo del 31 de marzo de 1972. Todos los trabajos efectuados en esta zona deben someterse a los órganos de protección del patrimonio nacional y regional según las leyes n°1089 del 1 de junio de 1939 y n° 47 del 28 de febrero de 1985. Con el fin de conservar la autenticidad del sitio, los materiales de restauración como el mármol blanco, la toba amarilla y el piperno gris son extraídos de las canteras originales y trabajados de forma esencialmente tradicional.
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