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Centro Histórico de la Ciudad de México



El Centro Histórico de la Ciudad de México constituye el núcleo original en torno al cual creció la actual capital mexicana, pues incluso cuenta con una zona arqueológica llamada Templo Mayor, las cuales son parte de las ruinas de la Ciudad de México-Tenochtitlan anteriormente establecida en este lugar.[1]

El área de esta zona de la ciudad se puede definir de acuerdo con dos criterios. En un sentido administrativo, corresponde a la colonia Centro de la demarcación Cuauhtémoc. En otro sentido, corresponde a la zona de monumentos históricos delimitada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Se reconcilió y circunscribió por decreto presidencial el 11 de abril de 1980. Cuenta con un área cercana a 10 kilómetros cuadrados, incluye y rebasa en parte el de la isla sobre la cual se fundó la ciudad prehispánica y también el que tuvo luego la traza colonial. Es ahí, precisamente, donde perduran, a pesar de la acción destructiva del tiempo y de la actividad humana, vestigios y monumentos extraordinarios que hablan de los ya casi siete siglos de la vida de la ciudad. Todo este conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad, desde 1987.[2][3][4]

La zona esta delimitada, al norte, por la calle República de Honduras, en la zona conocida como La Lagunilla; al sur, por la calle José María Izazaga; al este, por la avenida Anillo de Circunvalación (esto, en el tramo que va de Izazaga a República de Honduras), y al oeste, por la avenida Paseo de la Reforma en el tramo de Atenas a República de Honduras.[5]

Se le llama Centro Histórico debido a que en el centro de la zona lacustre de cinco lagos — lago de Texcoco, lago de Chalco, lago de Xochimilco, lago de Zumpango y lago de Xaltocan — se encontraba una pequeña isla en la cual se instaló el conjunto ceremonial y político de México-Tenochtitlan, cabecera de la Triple Alianza y de los dominios de los mexicas. Posteriormente, al momento de la conquista española en 1521, la ciudad mexica pasó a ser el centro político, económico, religioso y cultural de la Nueva España, utilizando en gran medida la traza prehispánica.[6]

Recibe este nombre el viejo casco de la ciudad colonial y decimonónica, integrado por 668 manzanas, que albergan unos mil quinientos edificios catalogados con valor artístico o histórico, lo que incluye construcciones religiosas civiles, asistenciales, hospitalarias, administrativas, educativas, culturales y habitacionales, que van del siglo XVI al siglo XX, y que sigue siendo el corazón económico y político de la ciudad, a pesar de sus proporciones actuales, por su importancia fincada en su riqueza monumental, ya que se considera el centro histórico más relevante de América.[7]​ También ha sido un lugar para protestas sociales y políticas.[8][9]

En términos absolutos, está compuesto, en su área delimitada, por:[10]

El punto central es la Plaza de la Constitución, informalmente conocida como El Zócalo. Se trata de la plaza principal de la Ciudad de México. Junto con las calles aledañas, ocupa una superficie casi rectangular de aproximadamente 46 800 m² (195 m x 240 m). Se le denominó así en honor a la Constitución de Cádiz, promulgada en 1812. Es la segunda plaza más grande del mundo y la primera entre los países de habla hispana.[11]

En el Zócalo, se encuentra la Catedral Metropolitana que construida a lo largo de tres siglos, engloba en un mismo espacio los distintos estilos de la época del virreinato.[12]​ A unos pasos de la catedral, se encuentran el Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo mexicano, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento,[13]​ el Edificio de Gobierno,[14]​ y el Portal de Mercaderes.[15]

Las esquinas de los cuatro puntos cardinales del Zócalo también contienen construcciones significativas. En la esquina noroeste, junto a la catedral, se encuentran las ruinas del Templo Mayor de México-Tenochtitlán, que incluye un museo. En la esquina suroeste, sobre la antigua Plaza del Volador, se encuentra el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Asimismo, en el extremo noreste de la plaza, también junto a la Catedral, se localiza el edificio del Nacional Monte de Piedad, que fue la sede de las primeras autoridades virreinales en el siglo XVI.[16]

Este también ha sido el lugar donde los ciudadanos del país se reúnen para celebrar fiestas o manifestaciones.[17][18][19]

Hacia el norte, en la calle Donceles se ubica el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, construcción con destacado valor estético de principios del siglo XX.[20]​ Una calle más al norte, en la calle de Cuba, se ubica el Teatro Lírico, de la misma época de finales del Porfiriato. se encuentran edificios como el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el ex templo de San Pedro y San Pablo (actual Museo de las Constituciones). Continuando por la calle República de Brasil se encuentra la plaza[21]​ y la Iglesia de Santo Domingo, del siglo XVIII.[22]​ En la calle Justo Sierra se encuentran el Anfiteatro de Simón Bolívar.[23]

Caminando hacia el sur cinco calles, se encuentra la calle de Regina anteriormente muy descuidada y muy oscura de noche. Actualmente ―después de que el Gobierno de la Ciudad de México y la Asociación Carlos Slim renovaron el Centro Histórico―, se ha convertido en un atractivo para turistas. En esta calle se encuentra la parte posterior de la Universidad del Claustro de Sor Juana.[24]​ A un costado del mismo se encuentra el Hospital Concepción Béistegui, ahora un museo.[25]​ Al oeste de este se encuentra el Templo de Regina Coeli, de la época de la colonia, antes el Ex Convento de Regina Coeli, la cual consta de tres altares finamente tallados en caoba y chapados en oro, de arte barroco, cuenta con algunas pinturas de tipo renacentista.[26]

En el sur también se encuentran el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya (actual Museo de la Ciudad de México), la Catedral de Nuestra Señora de Balvanera,[27]​ el Hospital de Jesús[28]​ y la Iglesia de Jesús.[29]

Al este del Zócalo se encuentra la Iglesia de Nuestro Señor de la Humildad, también conocida como «Capilla de Manzanares», por la calle en que se ubica.[30][31]

Caminando hacia la zona de la Alameda Central, en la calle 5 de mayo (en la que podemos encontrar entre República de Chile y Palma, el tradicional café “El Popular") o la Calle Francisco I. Madero que es paralela a ella (que fue remodelada para ser peatonal y ha servido para que en sus espacios relativamente libres se den lugar artistas musicales, urbanos e incluso imitadores del ambiente artístico) nos encontramos con destacados ejemplos de la arquitectura ecléctica porfiriana.[34]

Muy cerca de ahí, sobre la calle de Tacuba (antigua Calzada México-Tacuba), nos encontramos con lugares tan tradicionales de la ciudad, como el Café Tacuba, un agradable restaurante, decorado con un excelente gusto mexicano con mosaicos de Talavera y en donde se sirven las delicias de la cocina tradicional mexicana. En la misma calle se encuentra la Plaza Manuel Tolsá, lugar de gran armonía arquitectónica, con edificios tan destacados como el Museo Nacional de Arte, uno de los más bellos del Centro Histórico y el Palacio de Minería, de austera sobriedad arquitectónica de estilo neoclásico que alberga la Feria del Libro del Palacio de Minería, una de las más concurridas de la ciudad. Casi enfrente de la Plaza Manuel Tolsá, a un lado del Palacio de Minería, se encuentra el Palacio Postal, edificio de refinado estilo inspirado en la arquitectura de Venecia.[35]

En esta zona, subiendo a la calle Belisario Domínguez, se encuentra la Capilla de la Inmaculada Concepción.[36]

Un poco más al sur, en la calle Independencia se encuentra el Teatro Metropólitan, un antiguo cine reconvertido en teatro. En la calle Venustiano Carranza la Cantina el Gallo de Oro, fundada en 1874, y en la calle del Ayuntamiento encontramos la Basílica de San José, del siglo XVIII.[37]

Justo frente al Palacio Postal, atravesando el Eje Central, se ubica el Palacio de Bellas Artes, una de las salas de conciertos más hermosas del mundo, decorada con impresionantes esculturas ejecutadas en estilo Art Nouveau para el exterior, que contrastan con la sobria elegancia de su interior art déco, decorado con motivos geométricos y prehispánicos. Es en frente de este palacio, desde donde podemos apreciar otro de los edificios más simbólicos de la urbe, la Torre Latinoamericana, el primer rascacielos de la ciudad y en su tiempo la construcción más alta de Latinoamérica, el cual en su cúspide cuenta con un mirador, que en días despejados, permite tener perspectivas a los cuatro puntos cardinales de la ciudad.[38]

En el año 2000, se creó el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México que, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, realizó un diagnóstico de la zona para armar una estrategia y rescatarla del abandono y combatir la delincuencia que la azotaba. Es así como en agosto del 2001, en Palacio Nacional, se firmó un acuerdo para el rescate del Centro Histórico entre el presidente de la República, Vicente Fox, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, y un consejo de ciudadanos vinculados al Centro Histórico, entre quienes destacaban: Guillermo Tovar de Teresa, cronista de la ciudad; Jacobo Zabludovsky, periodista, y Carlos Slim, empresario.[39]

A partir de ese entonces, tanto el gobierno de la Ciudad de México como la iniciativa privada se encargaron de la revitalización de la zona, a partir del rescate de viviendas que estaban en el abandono, la rehabilitación de edificios históricos, el aumento de la seguridad y el mejoramiento urbano de la zona. Este rescate y el compromiso de las autoridades por mantener la zona como un lugar de convivencia pública y como atracción del turismo convirtieron al Centro Histórico en un referente del país y de la ciudad.[40]

Los autobuses turísticos de dos pisos, conocidos como "Turibús" son el medio de transporte más utilizado para el turismo en el centro histórico así como en muchas otras partes de la ciudad, este es un servicio de pago que te transporta a diferentes atractivos turísticos y puntos culturales en el centro de la ciudad y es un servicio que se puede encontrar en muchas otras ciudades del país.[41]​ El Metro de la Ciudad de México es el medio de transporte más utilizado por los locales para visitar los espacios del centro histórico. El área es atendida por varias estaciones del Metro de la Ciudad de México. El Zócalo es servido por la estación de metro Zócalo / Tenochtitlan; Estación de Allende la zona norte; Las estaciones de Bellas Artes, Hidalgo y Juárez cubren el área de la Alameda; y las estaciones San Juan de Letrán, Salto del Agua, Isabel la Católica, Pino Suárez y Merced cubren la zona sur.[42]​ El servicio de Metrobús de la Ciudad de México también cubre la zona con la ruta de la Línea 4. Otra forma de transporte común en el centro histórico tanto por locales como por turistas son los taxis de la Ciudad de México. Estos Taxis son un servicio regulado por el gobierno de la Ciudad de México y pueden ser convocados por la aplicación gubernamental "Mi Taxi", operan tanto en el centro histórico como en el resto de la ciudad.[43][44]

Catedral Metropolitana

Portal de Mercaderes

Palacio de Bellas Artes

Torre Latinoamericana

Palacio de Minería



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