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Cerco de Lima



¿Dónde nació Cerco de Lima?

Cerco de Lima nació en Lima.


El sitio de Lima[1]​ o cerco de Lima tuvo lugar entre el 10 y 26 de agosto de 1536,[2]​ durante la conquista española del Perú. Las fuerzas del soberano Manco Inca, dirigidas por su lugarteniente Quizu Yupanqui, cercaron la recién fundada Ciudad de los Reyes (Lima), defendida por un ejército español-indígena al mando de Francisco Pizarro. El objetivo de Manco Inca era evitar que Francisco Pizarro mandara refuerzos para romper el Sitio del Cusco.

Quizu Yupanqui,[3]​ tras aniquilar cuatro expediciones de españoles que iban en auxilio de los sitiados en el Cuzco, organizó una expedición a la Ciudad de los Reyes, la actual Lima, cumpliendo las órdenes de Manco Inca. Para tal efecto, se instaló en el valle de Jauja, donde gastó tiempo reclutando gente e intentando obtener el apoyo franco de los jefes huancas.[4]

Con una fuerza aproximada de 40.000 hombres, Quizu Yupanqui inició por fin la marcha hacia Lima. Iba acompañado de los capitanes Illa Túpac y Puyo Vilca. Algunas crónicas mencionan también los nombres de otros capitanes, como Páucar Huamán, Yanqui Yupanqui, Hualpa Roca, Apu Siloalla y Allín Songo Inca.

La fuerza inca avanzó sobre Lima en tres direcciones: por el camino del norte, los tarmas, atavillos, huánucos y huaylas (bajo mando de Puyu Huillca); por el sur, pasando por el adoratorio de Pachacámac, los angaraes, huancas, yauyos y chavircos (bajo mando de Illa Túpac). Y por el centro iba el mismo Quizu Yupanqui, al frente de los batallones cusqueños.[5]

Quizu Yupanqui descendió de la sierra de Huarochirí, por el pueblo de Mama y acampó en las faldas del actual cerro San Cristóbal previamente capturado antes de entrar en Lima y destruida la cruz que allí se encontraba. En Lima los vecinos españoles se refugiaron en el puerto a la espera de que los barcos los recojan para Panamá mientras los defendía Francisco Pizarro y unos mil soldados españoles, quienes se prepararon para la lucha, contaban, además, con el valioso apoyo de miles de indios aliados. Una avanzada del ejército incaico trabó combate con un contingente español-indígena al mando de Pedro de Lerma, en el lecho seco del río Rímac. Los cuzqueños lograron matar un caballo y a un español y a herir a varios españoles; sin embargo, la lucha más recia se trabó entre las fuerzas indígenas rivales. Luego de la lucha, ambas fuerzas se retiraron a sus posiciones.

En Lima, los españoles desataron medidas de terror para evitar cualquier traición de parte de sus aliados nativos. Una de las víctimas civiles de tales crímenes fue Mama Asarpay, hija de Huayna Cápac, a quien por orden de Francisco Pizarro dieron muerte con el pretexto de haber estado en entendimiento con los atacantes.[6]

Según una Relación Anónima de 1539, Quizu Yupanqui, al sexto día de asedio, reunió a sus capitanes y les dijo:

Tras estas palabras, el ejército inca, luciendo sus estandartes y sus indumentos de vistosa policromía, y al compás de sus pututos y tambores, inició el asalto de la ciudad de Lima, al grito de “¡A la mar barbudos!”.[8]

Quizu Yupanqui, que iba adelante, cargado en andas, junto con un selecto número de sus capitanes, cruzó el río Rímac, pero cuando ya comenzaba a entrar por las calles de la ciudad, en la zona donde después se elevaría el barrio de Santa Ana, fue emboscado por la caballería española. Según fuentes españolas, Quizu, que combatía desde su litera, recibió un lanzazo en el pecho, que le privó de la vida; la autoría de esa hazaña se le atribuye a Pedro Martín de Sicilia. Los demás jefes incas que acompañaban a Quizu sufrieron la misma suerte.[9]​ En otras versiones se asegura que Quizu Yupanqui recibió un disparo de arcabuz que le destrozó una pierna, herida que le causó la muerte, cuando ya se hallaba retirado en la meseta de Bombón, cerca al lago Chinchaycocha, en la sierra central del Perú.[10]

A pesar de ello, la lucha continuó por algún tiempo más, aunque con resultados desfavorables a los incas, pues no sólo tenían que enfrentar a la caballería, armas de fuego y ballestas españolas sino también a los miles de aliados indios de estos (entre ellos los huaylas, que según una teoría moderna, fueron llamados enviados por Contarhuacho, curaca de Huaylas y madre de Inés Huaylas, la concubina de Pizarro) y un último contingente indígena-español que acudió a Lima para apoyar a los españoles.

Ante los resultados desfavorables del asalto a la ciudad, los capitanes Páucar Huamán e Illa Túpac, convencidos de la inutilidad de sus esfuerzos, decidieron levantar el cerco y replegarse por el valle del Chillón, obligando a Puyo Vilca hacerlo por el de Lurín.[11]

Según una interpretación del historiador José Antonio del Busto, influyó mucho en la retirada de las tropas incas el hecho que Manco Inca no les enviara capitanes de relevo[9]​ (los soldados incas, acostumbrados a la disciplina militar, seguían la costumbre de imponer la retirada al perder a la mayoría de sus jefes). Pero para Juan José Vega, el fracaso del cerco de Lima se debió, fundamentalmente, a la deserción de los huancas y otras etnias, las cuales debían penetrar por el sur en apoyo de Quizu Yupanqui. Los huancas, en especial, se convirtieron en los más entusiastas aliados de los españoles. Los mismos españoles reconocieron que, de haberse puesto en práctica el plan completo de Quizu, no habría sobrevivido ningún español en Lima.[12]



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