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Sitio del Cusco



El sitio del Cuzco o cerco del Cuzco se produjo entre mayo de 1536 y marzo de 1537, en el marco de la guerra de reconquista incaica iniciada por Manco Inca contra los conquistadores españoles.

Cuzco fue conquistada por una expedición liderada por Francisco Pizarro el 15 de noviembre de 1533, después de derrotar al ejército inca encabezado por el general Quizquiz.[4]​ Un mes después, los conquistadores entronizaron a Manco Inca como monarca títere para facilitar su control sobre el Imperio Inca.

Las relaciones entre el Inca y los españoles se deterioraron rápidamente. Manco Inca era frecuentemente humillado por los españoles e incluso por sus sirvientes incas. El inca urdió entonces con sus allegados un plan para evadirse y reunir un nuevo ejército. La primera huida se frustró por la acción de un traidor que lo delató. Manco Inca fue confinado en una prisión en noviembre de 1535. En enero de 1536 fue liberado, urdiendo un nuevo plan para salir de la ciudad. Aprovechando a su favor la codicia de los españoles por los metales preciosos, Manco regaló a Hernando Pizarro una estatua de oro de Viracocha Inca, de tamaño natural, asegurando que existían más estatuas de reyes incas ocultos en Lares, junto con tinajas llenas de oro y plata. Cegado por la codicia, Hernando le preguntó cómo podría dar con dicho tesoro. Manco le respondió que eso era una empresa difícil, pero que si le dejaba salir de la ciudad, podía ubicarlo y traerlo para obsequiarlo solo a él; asimismo, para encubrir el verdadero propósito de su salida ante el resto de españoles, pidió que dejara salir también al Villac Uma (el sumo sacerdote inca) y que anunciara oficialmente que ambos irían a cumplir el rito funerario anual de Huayna Cápac. El comandante español mordió el anzuelo y dejó salir al Inca y al Villac Uma de la ciudad, el 18 de abril de 1536, haciéndoles prometer su retorno.[5]​ Sin embargo, la verdadera intención de Manco era reunir a sus generales y capitanes para rebelarse contra los españoles.[4]​ El Villac Uma, cuyo verdadero nombre es desconocido, actuó como su brazo derecho, alentando y reuniendo gente para la rebelión.

Hernando Pizarro, tras darse cuenta de su error, encabezó una expedición contra el ejército inca, que se había reunido en el cercano valle de Yucay. Este ataque fue un fracaso debido a que los españoles subestimaron gravemente el tamaño del ejército de Manco Inca. Éste, sin embargo, no atacó Cusco directamente sino que esperó hasta que reunió a todo su ejército, de entre 100.000 y 200.000 soldados con los que el 3 de mayo de 1536, de acuerdo con la cronología establecida por el historiador José Antonio del Busto,[6]​ inició el cerco del Cusco contra las tropas españolas compuestas por 190 españoles (80 de ellos a caballo) y algunos miles de auxiliares indios.[4]

Manco Inca dividió su ejército en cuatro cuerpos: las tropas del Chinchaysuyo eran conducidas por los generales Coyllas, Osca, Curi Atao y Taype; las del Collasuyo, las más numerosas, eran conducidas por el general Lliclli; las del Contisuyo, por los generales Sarandaman, Huaman Quilcana y Curi Huallpa; y las del Antisuyo, mayormente flecheros y cerbataneros, por los generales Rampa Yupanqui y Anta Allca.

El ejército inca lanzó un ataque a gran escala contra la plaza principal de la ciudad, conquistando gran parte de esta. Los 190 conquistadores comandados por Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro, junto con esclavos negros, nicaraguas, guatemalas, chachapoyas, cañaris huascaristas y miles de indios auxiliares a su servicio, se hicieron fuertes en dos grandes edificios cercanos a la plaza central, desde donde consiguieron rechazar los ataques incas y lanzaron frecuentes contraataques.[4]

Tras varios días de lucha, las tropas incas conquistaron la fortaleza de Sacsayhuamán desde la que se dominaba la ciudad, lo que ponía en graves dificultades a los defensores españoles.

Como respuesta, cincuenta soldados a caballo al mando de Juan Pizarro, acompañados por auxiliares indios, fingieron una retirada y salieron de Cusco, rodearon la ciudad y atacaron Sacsayhuamán desde el exterior de la ciudad. Durante el ataque, Juan Pizarro fue alcanzado por una piedra en la cabeza y murió varios días después debido a sus heridas.

Al día siguiente, las fuerzas españolas y sus aliados indígenas rechazaron varios contraataques incas e intentaron un nuevo asalto nocturno con escalas. En este ataque consiguieron el control de las murallas de Sacsayhuamán y el ejército inca tuvo que refugiarse en dos torres del complejo. El comandante inca Paúcar Huaman decidió abandonar las torres con parte de sus soldados para dirigirse hacia Calca (donde se encontraba el cuartel de Manco Inca) y volver con refuerzos.[4]​ Con el número de defensores disminuido, los españoles consiguieron conquistar el resto de la fortaleza, y cuando Paúcar Huaman volvió con refuerzos, la encontró bajo firme control español.

En la defensa de una de los torres de Sacsayhuaman se destacó un "jefe orejón" (de la realeza incaica), llamado Cahuide por los españoles, quien, con una maza de puntas de cobre y armado de coraza y escudos españoles, causó estragos entre los españoles que escalaban la fortaleza. Al fin, estos atacaron con más número, aniquilando la poca resistencia que quedaba. Hernando Pizarro, admirado del valor del capitán incaico ordenó que lo capturaran vivo. Pero Cahuide cuando fue evidente que los españoles iban a conquistar la torre se lanzó al vacío envolviéndose en su manto.[7]

Con la conquista de Sacsayhuamán, la presión sobre la guarnición de Cusco se aligeró, y la lucha se convirtió en una secuencia de escaramuzas diarias, interrumpidas solo por la tradición religiosa inca de suspender la lucha durante la Luna Nueva.[4]

Alentado por el éxito, Hernando Pizarro lideró un ataque contra el cuartel general de Manco Inca, que se encontraba en ese momento en Ollantaytambo, más alejado de Cusco. Los españoles enviaron un contingente de 100 soldados españoles y unos 30.000 aliados indígenas a atacar a Manco Inca.[8]​ En la consiguiente batalla de Ollantaytambo en enero de 1537, los españoles fueron derrotados por el fuerte contingente que se encontraba en la fortaleza que, además, desvió el curso del río Patacancha, neutralizando de esa manera a la caballería española.[9]

La guarnición española tuvo más éxito en varias expediciones para conseguir comida en las regiones de alrededor de la ciudad, con lo que consiguieron incrementar sus suministros.

Tras la victoria de Ollantaytambo, Manco Inca intentó realizar un nuevo ataque a Cusco. Sin embargo, una partida de caballería española se encontró por casualidad con el ejército inca, arruinando el factor sorpresa. Esa misma noche los españoles lanzaron un ataque a gran escala, infligiendo severas pérdidas a los incas.

Después de diez meses de lucha en el Cusco, Manco Inca decidió levantar el sitio y licenciar la mayor parte de sus tropas para evitar una próxima hambruna, ya que se había agotado los frutos de las últimas cosechas. Sucedía que, al estar miles hombres en pie de guerra, se había descuidado las sementeras y era necesario que los labradores retornaran a los campos de cultivo. El propósito de Manco Inca, era reanudar la campaña en tiempos mejores, aunque tuviera que combatir en dos frentes: los españoles y los huancas.,[10]

Mientras se producía el asedio de Cusco, una fuerza bajo el mando del hermano de Manco Inca, Quizu Yupanqui, atacó Lima, la recién fundada ciudad de la costa, donde se encontraba Francisco Pizarro. El ejército inca fue derrotado, en parte gracias a la deserción de la mayoría de los soldados huancas reclutados a la fuerza.

Fracasada la expedición a Chile, regresó Diego de Almagro al Cuzco el 8 de mayo de 1537 e impuso su autoridad sobre los hermanos de Francisco Pizarro, a quienes apresó por algunas semanas. El lugarteniente de Pizarro, Alonso de Alvarado, marchó a detenerlo pero fue derrotado en Abancay por la fuerza combinada Almagro-Paullu Inca. Luego emprendió la campaña contra Manco Inca, propinándole una severa derrota en Vitcos. El inca rebelde se refugió entonces en Vilcabamba, donde sería asesinado en 1542 por unos fugitivos almagristas a los que dio asilo.



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