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Cernunnos



Cernunnos es un nombre dado a la deificación de un macho cornudo en la mitología celta, relacionado con la fertilidad, la regeneración y divinidad de la abundancia. Asimismo, sería el amo de los animales salvajes. Su rasgo más particular son los cuernos de ciervo. La representación que se conserva en el llamado «pilar de los navegantes» con este nombre es de un humanoide anciano, con orejas y cuernos de ciervo, portando un torque al cuello y en la mano. Por su parte, el dios cornudo del Caldero de Gundestrup muestra una figura de serpiente con cabeza de carnero o simplemente, con cuernos. Esta simbiosis simboliza fertilidad y renacimiento. En la tradición gaélica, este tipo de figuras representan también virilidad y renovación.

Las informaciones exactas sobre el panteón celta provienen de los romanos.[1]​ Por ello, se desconoce el nombre exacto que los antiguos celtas daban a la mayor parte de sus dioses incluyendo al dios con cuernos. El nombre Cernunnos es de origen latino, que significa "el cornudo" y solamente aparece inscrito en el llamado "pilar de los navegantes" (Pilier des Nautes), un monumento galo-romano encontrado bajo la catedral de Notre Dame, en París, Francia en 1711. Dicho monumento se encuentra dedicado al emperador romano Tiberio, por lo que su datación se remonta al siglo I d.C.[2]

En caso de aceptar que el nombre latino provino de un término nativo de la región gala, bien podría derivarse de la palabra proto-celta /*karno/ utilizada para referirse a los cuernos y astas. Igualmente, podría estar relacionada con el término /*karwo/ que era el nombre del ciervo en aquella antigua lengua, animal cuyas astas eran símbolo de Cernunnos.[3]

Las imágenes más antiguas que se conocen referentes a un dios antropormorfo con cornamenta animal se encuentran en el valle de Camonica al norte de Italia. Es un petroglifo de la Edad de Hierro que representa una figura semihumana de pie con un tronco ancho y largo, que porta dos cuernos en su cabeza, acompañado por una pequeña imagen itifálica y una serpiente también cornuda.[4]

Una de las más importantes evidencias tempranas se encuentra en el Caldero de Gundestrup, que se remonta al segundo o primer siglo antes de Cristo encontrado en Himmerland, Dinamarca en 1891,[5]​ en el cual se muestra al dios con cuernos de ciervo sentado con las piernas cruzadas, con un torque en su cuello, con sus brazos levantadas porta en una mano otro collar y en la opuesta una serpiente con cuernos. Se encuentra rodeado de diversos animales: un oso, un lobo, un ciervo, un toro, un león, entre otros.[6]

Como se ha dicho, el único rastro arqueológico que atestigua el nombre «Cernunnos» es el "Pilar de los navegantes", encontrado en lo que fuera el territorio galo-romano conocido como Lutecia, actualmente París, en donde se puede apreciar solamente lo que resta de un relieve del dios, un busto en el cual aparece viejo, calvo y barbado, con orejas animales y con un par de cuernos en su cabeza de los cuales penden sendos torques.[2]

Tales características hacen distinguible al dios celta: astas en su cabeza, ordinariamente identificadas con las de un ciervo; sedente con las piernas cruzadas; la presencia de collares o torques y acompañado de animales, el más común de los cuales es la serpiente.

En otras representaciones tardías y poco frecuentes, se ha asociado este nombre con figuras que aparecen con tres rostros o portando un morral con granos o monedas. Incluso, en una forma más "romanizada", se le puede ver flanqueado por los dioses Apolo y Mercurio.

Cernunnos aparece comúnmente como amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada por el ramaje). Se le representa como el donador de un altar con un cesto de vituallas, pasteles y monedas.

La imagen frecuente de la serpiente con cuernos de carnero que acompaña al dios celta lo asocia con la fertilidad y la regeneración ctónica, así como con la virilidad, prosperidad y abundancia.[7]​ Otros animales que le acompañan en su rol de «señor de las bestias» también reafirman dicho simbolismo.

Hallazgos arqueológicos demuestran que fue venerado en las costas al sur de Bretaña y en las Galias Transalpina y Cisalpina. Es asociado en Irlanda con la deidad Derg Corra, y en leyendas irlandesas igualmente vinculado al héroe divinizado Conall Cernach. Los romanos lo identificaron como su dios Mercurio.

En España se ha encontrado una estela con la representación de este dios en el Valle de Alcudia (Ciudad Real) relacionada con la migración celta oretana[1] [2] (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., así como en un vaso encontrado en Numancia.

Asimismo, en la Península se adoraba a este dios con el nombre de Carnun / Candamo, que vendría a ser una mención gaélica del Cernunnos galo. En Asturias este dios ha dado nombre no solo a poblaciones (Candamín, Coro...), sino a concejos como Candamo o Candás. En la mitología asturiana Candamo evoluciona como Busgosu, Musgosu en Cantabria.



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