Choachí nació en Cundinamarca.
Choachí, oficialmente San Miguel de Choachí, es un municipio colombiano del departamento de Cundinamarca, ubicado en la Provincia de Oriente, a 42 km al oriente de Bogotá. La cabecera municipal se encuentra a una altitud de 1924 m, con una temperatura media anual de 18ºC.
El origen del nombre del municipio es muisca, y tiene múltiples interpretaciones dependiendo del autor. Entre otras se encuentran las siguientes:
En la época precolombina, hacia la orilla occidental del actual río Blanco había dos poblaciones indígenas cuyos nombres en lengua muisca eran Tuche y Chiguachí, la segunda ubicada en el sitio donde hoy se encuentra el casco urbano de Choachí.
En 1563 llegaron los españoles Juan de Avellaneda, Francisco Lorenzo y Antonio Bermúdez (fundador de Choachí), este último, soldado y compañero del adelantado don Gonzalo Jiménez de Quesada, quien debido a su fidelidad y servicios militares fue nombrado encomendero por la Real Audiencia en las tierras del cacique Ubaque, correspondiéndole la porción de Chiguachí.
Del proceso adelantado por el oidor Diego de Villafañe en 1563, en contra de Antonio Bermúdez, se menciona que el primer trazado del pueblo al estilo español fue en 1560, pero este poblado fue incendiado por el cacique Bosatiba, lo que obligó a que se hiciera un nuevo y definitivo trazo en 1564, en el sitio actual; tradicionalmente se tuvo como fecha fundacional el 29 de septiembre de 1550, lo que resultó ser incorrecto, pero se mantuvo ese día como fecha que conmemora la fiesta patronal de san Miguel Arcángel. Para reconstruir la iglesia fue contratado por el contador Juan Beltrán de la Sarte y el alarife Hernando Arias.
El 12 de diciembre de 1605, el cura fray Pedro de Fuentes certificaba que la iglesia aún estaba siendo reconstruida. De 1608 a 1615 fue cura doctrinero de San Miguel de Choachí fray Andrés de la Cueva, religioso Agustino que fundó una escuela para los indios y abrió por primera vez el registro de los libros parroquiales, cuya primera partida de bautismo data de 23 de febrero de 1606.
En el siglo XVII llegó desde España una imagen de Nuestra Señora de Monserrat, que se caracteriza por tener rasgos arábigo-africanos, por lo que la población la conoce cariñosamente como "La Morenita". Desde entonces se encuentra instalada en la iglesia de san Miguel Arcángel.
En la visita del oidor Joaquín Aróstegui y Escoto, de 9 de febrero de 1759, al pueblo de San Miguel de Choachí, el padrón de vecinos dio 203 personas repartidas en 52 familias. En 1759 era cura doctrinero de Choachí fray Andrés Ortiz de Godoy, quien luego pasó a Fusagasugá. El oidor Arosteguí y Escoto, por auto de 12 de febrero de 1759, señaló una parcela de comunidad y creó una casa hospital para viudas, pobres y demás necesitados. Entonces regentaba el curato Juan Domingo Caballero, primer cura o clérigo que sucedió a los Agustinos Calzados.
En el censo de 7 de abril de 1761, los Chiguanos estaban divididos en tres parcialidades: Suza, Tuche y Mugui. El 10 de enero de 1779, en la visita del fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón, se censaron 198 indios, entre ellos 44 tributarios. En 1780 fue construido el cementerio del pueblo, a instancias del virrey Manuel Antonio Flórez Maldonado
El 1 de febrero de 1910 se posesionó de la Parroquia el Pbro. Darío Latorre, quien desempeñó como cura párroco hasta 1922 y construyó el actual templo de San Miguel, hecho que aparece consagrado en una placa de mármol erigida el 20 de enero de 1940 y en otra del 20 de julio de 1910.
Por el páramo de Cruz Verde, en Choachí, pasa un camino que desde tiempos precolombinos conectaba la sabana de Bogotá con los llanos orientales, y que posteriormente fue conservado por los españoles como Camino Real. Por tanto, era una vía de comunicación estratégica que comunicaba a los muiscas con los pueblos indígenas de los llanos, y permitía el intercambio de productos. Sin embargo, también podía permitir el acceso de enemigos, por lo que el cacique de Choachí tenía la responsabilidad de vigilar la entrada y salida de personas por aquel camino.
La leyenda local cuenta que un indio que debía permanecer siempre vigilante de aquella zona, cuando estuvo muy viejo, le pidió al cacique que lo convirtiera en roca para poder vigilar siempre el camino. Otra versión refiere que fue el cacique el que le pidió a los dioses ese favor. Desde entonces, la cara del indio permanece vigilante para proteger a los pueblos de Ubaque y Choachí, y se considera que esa parte del camino es un portal al territorio sagrado de los muiscas.
En la cascada La Chorrera, la más alta de Colombia, con 590 m de altura, se cuenta que, en tiempos de los españoles, unos ladrones robaron el sagrado cáliz de la iglesia de San Miguel de Choachí y lo escondieron detrás de la cascada. Desde entonces se dice que cada vez que crece la cascada es porque el cáliz derrama las lágrimas de Cristo, o porque los espíritus de los ladrones lloran por el pecado de cometieron.
El municipio de Choachí se encuentra comunicado por carretera departamental desde Bogotá hasta la cabecera municipal; tiene 7 m de ancho y una longitud de 38 km.
Choachí está en su integridad en una zona con rocas sedimentarias de edad cretácica. El casco urbano y la cuenca del río Blanco están dentro de la Formación Fómeque, donde se han evidenciado fenómenos de remoción en masa. Así mismo, hay un intenso plegamiento y fallamiento.
En Choachí nació el presbítero José Ignacio Pescador, uno de los firmantes del Acta de Independencia de 1810, siendo el único de raza indígena en firmar el histórico documento.
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