x
1

Ciencia ficción mexicana



México no escapa a la realidad que impera en muchas partes del mundo donde la ciencia ficción es denostada dentro de los círculos literarios y clasificada como un género menor. Esta opinión se da pese a que en palabras de los mejores escritores mexicanos del género, la ciencia ficción no deja de tener los elementos con que cuentan otros géneros literarios.

Si la literatura conocida o publicada bajo el sello de ciencia ficción no es abundante, la causa principal no es la escasez de autores o de obras, sino la poca difusión que se les da en México. Inclusive algunos autores no dedicados a la ciencia ficción han publicado obras que pueden clasificarse así, por ejemplo, Amado Nervo, Juan José Arreola, Carlos Fuentes o Paco Ignacio Taibo II.

Si bien en la década de los años 1980 surge una generación de escritores que le dieron forma al género, como H. Pascal, Ricardo Guzmán Wolffer, José Luis Zárate, Gerardo Horacio Porcayo, Miguel Ángel Fernández y José Luis Ramírez, la historia en México puede rastrearse hasta el año de 1775.

De acuerdo a Miguel Ángel Fernández, la historia de la ciencia ficción mexicana puede dividirse en cuatro etapas:[1]

Se considera que la primera novela mexicana de ciencia ficción es Eugenia (esbozo novelesco de costumbres futuras), escrita por Eduardo Urzáiz Rodríguez, en Yucatán en 1919.[2]

Otras novelas sin duda importantes son:

Se han editado algunas revistas del género en México, ya sean versiones licenciadas de publicaciones extranjeras o completamente originales.[3]

Puede decirse que los años 90 fue la época de oro de los fanzines en México. Se llegaron a editar diversos.

Los ezines surgieron antes de que la Internet se popularizara. La distribución de los primeros (Otracosa, La Langosta se ha posado) se efectuaba por medio de disquetes de 3.5”.

Si bien no el único,[6]​ el Premio Nacional Puebla de Cuento de Ciencia Ficción fue sin duda uno de los más importantes del género en México. Convocado por el CONACYT, la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla, el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Puebla y bajo la dirección de Celine Armenta, puede considerarse que fue detonador del movimiento que llevó entre otras cosas, a la creación de la Amcyf.

Desde 1984 y hasta 1997, los cuentos ganadores y algunos de los que conseguían una mención honorífica se publicaban en la revista del CONACYT Ciencia y Desarrollo.

En 1998 el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Puebla deja de participar y la organización queda en manos de la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla. El premio cambia su nombre a Premio Nacional de Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción y se abre a la participación de cuentos de fantasía. En esa fecha también dejan de publicarse los cuentos ganadores en Ciencia y Desarrollo.

En 2011 se publican las bases para la XXVII edición del premio. Convoca el Gobierno del Estado de Puebla y la Secretaría de Cultura.

Estatus: Activo.

Convocado por la Amcyf en conjunto con la revista El Huevo, y Minotauro, sello del Grupo Editorial Planeta.[11]

Estatus: Desconocido.

El premio toma su nombre del que es considerado el primer cuento de ciencia ficción escrito en México:[13]Sizigias y cuadraturas lunares ajustadas al meridiano de Mérida de Yucatán por un anctítona o habitador de la luna, y dirigidas al bachiller don Ambrosio de Echeverría, entonador de kyries funerales en la parroquia del Jesús de dicha ciudad, y al presente profesor de logarítmica en el pueblo de María de la península de Yucatán, para el año del señor de 1775 del Fraile franciscano Manuel Antonio de Rivas.

Se convocó por la Amcyf en colaboración con el Círculo Puebla de Ciencia Ficción y Divulgación Científica y tuvo 4 ediciones (2001-2004). Se premiaba anualmente a la mejor obra publicada de géneros alternativos en español.

Estatus: Desaparecido.

El premio fue creado por iniciativa de Gonzalo Martré siendo presidente de la Amcyf y tuvo una sola emisión en 1997.[17]

Estatus: Desaparecido.

El Kalpa debe su nombre al poema homónimo de Amado Nervo. Durante su primera época (1992-1994) la Amcyf lanzó la convocatoria en colaboración con el CONACULTA y la revista Tierra Adentro. En la segunda época (1996-1999) la convocatoria se hizo en conjunto con la Universidad Autónoma Metropolitana. No se convocó en 1995.

Se caracterizaba porque el premio lo decidían los propios escritores del género, mediante votación abierta. En la primera época el premio consistía en una escultura de Sebastian [32].

Estatus: Desaparecido.

Otorgado por el Taller Literario Terra Ignota de Nuevo Laredo, Tamaulipas, México, la Amcyf, el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes y la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Nuevo Laredo.

Estatus: Desconocido.

Otorgados por el Proyecto Goliardos, la Universidad Autónoma de Tlaxcala y el Instituto de Cultura de la Ciudad de México.

Estatus: Activo.

Otorgado por la Editorial Vid a obras de ciencia ficción, terror o fantasía.

Estatus: Desaparecido.

Si bien la ciencia ficción literaria moderna tuvo un importante crecimiento en la década de 1990s, es de reconocer que la cinematografía mexicana despertó y tuvo su época de oro mucho antes.

Según José Luis Ramírez, la primera película mexicana de ciencia ficción es El moderno Barba Azul, dirigida por Jaime Salvador en 1946.[33]

A esta cinta siguieron otras de forma esporádica como Los platillos voladores de Julián Soler en 1955, El Hombre que logró ser Invisible, de Alfredo B. Crevenna en 1957, La nave de los monstruos de Rogelio A. González protagonizada por Eulalio González Piporro, La Isla de los Dinosaurios de Rafael Portillo en 1966 y Arma secreta de Sergio Goyri en 1992, por citar solo unas pocas.

Gran parte del cine de ciencia ficción surge en la época del "cine de luchadores", con las películas del Santo. El Santo era un luchador profesional, que tuvo una larga carrera cinematográfica en la que interpretaba al mismo personaje que desarrollaba sobre el ring. Santo, el enmascarado de plata realizó películas de carácter futurista, combatiendo enemigos venidos de otro planeta o con armas que aún no existían. Cintas como Profanadores de tumbas de José Díaz Morales en 1965, La invasión de los marcianos de Alfredo B. Crevenna en 1966, La hija de Frankenstein de Miguel M. Delgado en 1971 y Los asesinos de otros mundos de Rubén Galindo en 1971 pueden considerarse dentro del género.

Luego de una prolongada sequía, que abarcó las décadas del 70 al 90, con intentos fallidos, se estrenó Kilómetro 31 en 2007, dirigida por Rigoberto Castañeda, quien ya es considerado como el renovador del género en el país; la cinta retoma y retuerce el mito de la llorona, para ponernos al día en cuanto a la manera que narran este tipo de películas, que ubicada desde luego en el México actual, tiene fuertes vínculos con la tradición y los elementos propios del género. Uno de ellos tiene qué ver con la presencia de bellas actrices, en este caso a través del trabajo de Iliana Fox. Pero las cosas no han quedado ahí, pues otras actrices de la pantalla han tenido incursiones en filmes de horror y suspenso, como Martha Higareda en la nueva versión de Hasta el viento tiene miedo, historia original de Carlos Enrique Taboada, que fue llevada a la pantalla por Gustavo Moheno. Ana Claudia Talancón hizo lo propio en versión estadounidense de "La última llamada", la cual tuvo medianos resultados.

En el 2008 se dio un incremento en las producciones del género, con propuestas diversas tanto en su temática como en su calidad. Entre ellas figuran Spam, de Charlie Gore, y Polvo de ángel, de Óscar Blancarte, ambas pasaron por la pantalla grande sin pena ni gloria.

Pero el 2009 nos depara nuevas aventuras en este mundo lleno de imaginación y fantasía, a través de los estrenos de cintas como Ángel caído, proyecto que se extenderá a tres títulos, dos de los cuales serán apoyados por los estudios Walt Disney, además de que ya circula una versión en cómic y un libro con el relato de esta aventura, que recuerda a filmes como Las Crónicas de Narnia, Gladiator y El Señor de los Anillos. La cinta es protagonizada por Sebastián y Humberto Zurita, José Alonso y Laisha Wilkins. Presenta la guerra entre el cielo y el infierno, en la que participan ángeles y demonios. Cuenta la historia de un niño que es hijo de humanos y de ángeles, es un sephyro que tiene una sensibilidad única hacia el universo.

En el campo de la ciencia ficción, en el 2009 veremos el estreno de la primera cinta mexicana ubicado completamente en este género. Se trata de 2033, película futurista dirigida por Francisco Laresgoiti y con las actuaciones de Carlos Lafarga, Sandra Echeverría, Alonso Echánove, Juan Carlos Rodríguez y Raúl Méndez. Es la historia del licenciado Lozada, un abogado cuya verdadera identidad es la del padre Miguel, líder de un movimiento revolucionario. De esta manera, 2033 nos remite a la Guerra Cristera, cuando el entonces presidente Plutarco Elías Calles prohibió la religión, pero en esta ocasión, será un gobierno dictatorial el que trate de limitar las creencias del pueblo, mientras un grupo rebelde de Villaparaíso luchará por defender sus derechos.

En la época actual, la vida cotidiana da como para que en la ciudad de México se ubique una película sobre asesinos seriales, pues los casos de ese tipo de crímenes son, por desgracia, cada vez más frecuentes. Ese es uno de los puntos de partida que tomó en cuenta Christian González para escribir y dirigir 24 cuadros de terror, en la que participarán Rafael Amaya, Ana Cioccetti, Pamela Trueba y Gerardo Murguía. Se trata de una historia en la que un alma reencarna muchas ocasiones, hasta estacionarse en un asesino serial de los 70, a quien domina para seguir cometiendo sus crímenes.

Damián Alcázar es un actor que ha encontrado en el lado más oscuro del ser humano una auténtica fuente de inspiración para interpretar sus personajes. Así ocurre con la historia que se narra en Al límite del terror, la cual será estrenada en enero próximo y en la que también aparece Martha Higareda. En esta ocasión los ritos satánicos y el ambiente denso de la frontera norte del país, son el marco ideal para llevarnos por un viaje en el que tres amigos estadounidenses cruzan la frontera en busca de diversión y encuentran la muerte, pero de una manera por demás violenta y extraña.

De esta manera, el cine de terror, fantasía y ciencia ficción mexicano busca actualizarse, retomar sus raíces y actualizarse en cuanto a los recursos técnicos usados para impactar con este tipo de historias, que en el caso de nuestro país, van desde los vampiros hasta el terror a través de Internet.

En México, como en muchas partes del mundo, los escritores y aficionados al género se han organizado en clubes y asociaciones. En algunos casos de manera local e informal y en ocasiones de manera legal y nacional.

Creado en los años 60 y dirigido por René Rebetez y Alejandro Jodorowsky.

Estatus: Desaparecido.

La Sociedad Mexicana de Ciencia Ficción o PROBA, se creó en los años 70. Desaparecida.

Estatus: Desaparecido.

Organizado por Gerardo Horacio Porcayo y José Luis Zárate a finales de los años 80 o principios de los 90.

Estatus: Desconocido.

La Asociación Mexicana de Ciencia Ficción y Fantasía A. C. fue creada en 1992 por un grupo de escritores y aficionados a la Ciencia Ficción -básicamente Mauricio Shwartz, Héctor Chavarría, Gonzalo Martré, Guillermo Fárber, Federico Schaffler, Jorge Martínez Villaseñor- para promover todas las formas del arte fantástico en México, a través de conferencias, congresos y concursos, publicaciones, vínculos con instituciones similares en el país y el extranjero, y la promoción de investigaciones dentro de sus campos de interés.

Estatus: Activa.

Goliardos es el nombre que recibe una agrupación mexicana independiente dedicada a la difusión de diferentes ramas de la cultura alternativa, enfocada principalmente a la literatura fantástica, como es el terror, la fantasía y la ciencia ficción.

Estatus: Semi - Activo. Gran parte del grupo original se sigue reuniendo pero las actividades literarias han cesado.

Laberinto se desarrolló como el grupo de Juego de Rol y literatura de ciencia ficción y fantasía con más influencia en Guadalajara, Jalisco. El proyecto devino en un fanzine del mismo nombre donde se publicaron varios ensayos, cómics y cuentos de ciencia ficción. Participaron también en varias ediciones de Papirolas y en la Feria Internacional del Libro, con un proyecto de juego de rol enfocado en incitar a la lectura de los grandes clásicos ( Viaje al centro de la Tierra, Los tres mosqueteros, Narnia, Leyendas de la colonia, etc.) en los niños de primaria y secundaria con un éxito rotundo. Este esbozo de juego se convirtió en Laberinto juego de rol, de Irma Amézquita y Tonatiuh Moreno, el primero de su tipo en ser editado en México.

Algunos de sus integrantes, como Gabriel Benítez y Laura Michel, han publicado obra en España, Suiza, Argentina, y por supuesto en el mismo México en antologías como Más Allá de lo imaginado (de Federico Shaffler), El hombre en las dos puertas (Gerardo Porcayo), la revista ADAstra, etc.

Estatus: Semi - Activo. Gran parte del grupo original se sigue reuniendo pero las actividades literarias han cesado.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Ciencia ficción mexicana (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!