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Cierre del Gobierno de los Estados Unidos de 2013



¿Dónde nació Cierre del Gobierno de los Estados Unidos de 2013?

Cierre del Gobierno de los Estados Unidos de 2013 nació en Estados_Unidos.


En la política de los Estados Unidos, un cierre de la Administración, o cierre del Gobierno, es una situación en la que el gobierno suspende la prestación de todos los servicios públicos, menos los considerados como «esenciales».[1][2][3][4]​De forma general, los servicios del gobierno federal de los Estados Unidos que continúan en activo a pesar de la parada son: el Servicio Meteorológico Nacional y sus agencias filiales; los servicios médicos de las instalaciones federales; el servicio postal; las fuerzas armadas; el control del tráfico aéreo; y las prisiones. En cierta medida, un cierre del Gobierno es similar a un cierre patronal del sector privado.

En el idioma inglés se utiliza el término government shutdown (literalmente «cierre del Gobierno», o «paro del Gobierno»). Sin embargo, en la bibliografía especializada en el idioma español es mucho más frecuente encontrar el término «cierre de la Administración», ya que su significado se amolda más a la realidad del fenómeno.[3][5]​Además de ser el recomendado por las fuentes lingüísticas.[3]

La separación de poderes que establece la Constitución de los Estados Unidos permite que las diferentes ramas del gobierno federal sean controladas por diferentes grupos políticos. En el caso del presupuesto federal, es el Congreso —formado por el Senado y la Cámara de Representantes— quien debe consensuar y aprobar el presupuesto, el cual es refrendado después por el Presidente. Si la presidencia del Estado veta el presupuesto, este vuelve al Congreso, donde se puede superar el veto presidencial con el voto de dos tercios de ambas Cámaras.

El cierre del Gobierno suele ocurrir cuando el Presidente y una o ambas cámaras del Congreso no pueden resolver los desacuerdos sobre las asignaciones presupuestarias antes de que finalice el ciclo presupuestario existente.[6]

Inicialmente, muchas agencias federales continuaron operando durante los cierres, mientras minimizaban todas las operaciones y obligaciones no esenciales, creyendo que el Congreso no tenía la intención de que las agencias cerraran mientras esperaban la promulgación de apropiaciones anuales o apropiaciones temporales. Sin embargo, en 1980 y 1981, el Fiscal General Benjamin Civiletti emitió dos opiniones que interpretaban más estrictamente la Antideficiency Act en el contexto de una brecha de financiamiento, junto con sus excepciones. Las opiniones indicaron que, con algunas excepciones, el jefe de una agencia podría evitar violar la Ley solo suspendiendo las operaciones de la agencia hasta la promulgación de una apropiación. En ausencia de apropiaciones, las excepciones se permitirán solo cuando exista alguna conexión razonable y articulable entre la función a realizar y la seguridad de la vida humana o la protección de la propiedad. Sin embargo, incluso después de las opiniones de Civiletti, no todas las brechas de financiación llevaron a cierres. De las nueve brechas de financiamiento entre 1980 y 1990, solo cuatro dieron lugar a permisos.[7]

Los cierres de gobierno del tipo experimentado por los Estados Unidos son casi imposibles en otras formas de gobierno. Bajo el sistema parlamentario utilizado en la mayoría de los Estados europeos, el poder ejecutivo como el legislativo no están separados, con el parlamento desde su seno designando a todos los funcionarios ejecutivos que son controlados por el mismo partido político mayoritario o coalición, típicamente llamados «ministros», y normalmente se desencadena una elección si no se aprueba un presupuesto. Incluso sin un presupuesto aprobado, el del año anterior generalmente se usa automáticamente. En muchas otras formas de gobierno no parlamentarias, una rama ejecutiva fuerte generalmente tiene la autoridad para mantener el funcionamiento del gobierno incluso sin un presupuesto aprobado.[7]

Un cierre de la administración federal provoca la baja de un gran número de empleados públicos, dado no ejercen sus funciones ni son remunerados. El personal militar y los empleados esenciales no son dados de baja, pero puede que no se les pague el salario correspondiente a las jornadas que trabajen durante el cierre.[8][9]

Los servicios del Estado que cesan durante el cierre se determinan en función del remanente del presupuesto asignado a la Administración del Estado.[10]​Sea como sea, algunos servicios específicos siempre han cesado sus actividades en todos los cierres del pasado, como es el caso de los parques nacionales y las oficinas de pasaportes.[11]​El personal esencial no cesa sus actividades, incluido el personal militar, el personal de las agencias federales de seguridad, los doctores y enfermeras que trabajan en los hospitales federales y los controladores aéreos.[10]​Los miembros del Congreso siguen cobrando, ya que su paga no puede ser alterada excepto por una ley ad hoc.[12]​Además, el Servicio Postal de los Estados Unidos no se interrumpe, ya que es un servicio autónomo.[13]

Las paradas en el pasado también han afectado al gobierno municipal de Washington D. C., cerrando las escuelas y los servicios públicos, como la recogida de basura.[14]

El Gobierno federal de los Estados Unidos ha procedido a un cierre de la Administración en 19 ocasiones desde el año 1976.[15][16]




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