x
1

Condado de Santa Gadea



El condado de Santa Gadea es un título nobiliario español creado el 29 de enero de 1587 por el rey Felipe II a favor de Martín de Padilla y Manrique, destacado marino español, señor de Santa Gadea y Valdescaray.

Este linaje toma su nombre de la localidad burgalesa de Padilla de Abajo (o de Yuso), aunque fueron también señores de otras villas como Padilla de Arriba, Coruña del Conde o Calatañazor (Soria), así como de la también burgalesa Santa Gadea del Cid, de la cual toma el nombre el condado. Desde el siglo XV, además, consiguen que el cargo de Adelantado Mayor de Castilla quede patrimonializado dentro de su familia.

En el siglo XVII se integra en esta casa a través de diversas alianzas matrimoniales entre los linajes de los Padilla y los Acuña, el condado de Buendía y, con él, la cabeza de los estados señoriales de esta familia, la localidad palentina de Dueñas. Sin embargo, finalmente, ambos títulos recaerán en la casa ducal de Medinaceli a medidos del siglo XVII, que sigue ostentándolos en la actualidad.

El escudo de armas de los Padilla está formado por "tres palas de horno (o padillas) de plata en campo de azur, puestas con el mango hacia abajo, perpendiculares y en situación de faja, acompañadas cada una con tres medias lunas del mismo metal, puestas en la parte superior, la inferior, y en el centro del costado de cada una de las palas".

Según Argote de Molina, este linaje puso por armas de su escudo unas padillas por alusión a su apellido, por ser los señores de la villa de Padilla (Burgos). Sin embargo, con la mitificación de los elementos simbólicos del linaje, existe otra versión de origen legendario según la cual "los Padillas pusieron por armas unas padillas que son instrumentos rústicos a manera de palas de horno porque un caballero de este linaje defendió de los moros un castillo con una de esas palas".

Actualmente desaparecido, muchos de los miembros de este linaje se mandaron enterrar en el monasterio burgalés de Nuestra Señora de Fresdelval, fundado por Gómez Manrique (1356-1411), señor de Requena. Tras su muerte sin herederos varones, serán sus hijas las que hereden el patrocinio paterno, por lo que los Padilla heredaron el patronazgo sobre este monasterio debido al matrimonio entre Mencía Manrique de Lara y Juan López de Padilla.

El linaje Padilla desciende de Pedro González de Padilla, ballestero de Pedro I, y María González de Leiva, señora de Coruña del Conde (Burgos), entre cuyos hijos cabe destacar a:

Este Pedro López de Padilla contrajo matrimonio con Leonor de Sarmiento, de quienes desciende Juan López de Padilla, adelantado mayor de Castilla, casado con Mencía Manrique de Lara, que vivieron en el siglo XV. Recibió el título de Adelantado Mayor de Castilla gracias a la renuncia que hace en él de este título Juan Pacheco, I marqués de Villena, en 1451, a quien había sido concedido ese año por Juan II. Este traspaso fue confirmado por Enrique IV en 1456, consiguiendo patrimonializar el linaje Padilla este importante título. Además, su hijo Pedro López de Padilla y Manrique de Lara contrajo matrimonio con una hija natural de Juan Pacheco y Catalina Alfon de Ludeña, Isabel Pacheco o de Meneses, quien fue legitimada por Enrique IV en 1456.

Los hijos de este matrimonio emparentaron a través de diversos enlaces matrimoniales con el linaje Acuña, condes de Buendía. Así, María López de Padilla contrajo matrimonio con Juan de Acuña, III conde de Buendía, y su hermano Antonio López de Padilla contrajo matrimonio con Inés Enríquez de Acuña, hija de los II condes de Buendía, cuyos descendientes conseguirán reunir ambos títulos:

Su hija Luisa de Padilla Enríquez contrae matrimonio con Antonio Manrique de Lara, de quienes nace Juan de Padilla y Manrique, casado en 1547 con María de Acuña, hija del V conde de Buendía, quienes reclamarán este título condal tras la muerte sin sucesión en 1592 de su hermano Juan de Acuña, VI conde de Buendía, iniciándose un pleito de tenuta que se salda definitivamente a favor de los Padilla en 1613.

Del matrimonio entre Juan de Padilla y María de Acuña, nacen cuatro hijos; Antonio, Luisa, María y Casilda, de los cuales, tres entran en religión: Antonio como jesuita en 1572 en el Colegio que la Compañía poseía en Valladolid, María como monja dominica en el Convento de Catalina de Sena de Valladolid y, la menor, Casilda, que, a pesar de la oposición de sus progenitores, quienes querían que contrajera matrimonio y heredara los estados de la casa para asegurar la sucesión, acabó profesando como monja en 1577 en el convento de la Concepción de la Concepción del Carmen fundado por Santa Teresa de Jesús en Valladolid, tal y como nos narra la propia santa en sus Fundaciones (Capítulos X y XI). Por ello, una de ellas, Luisa de Padilla y Manrique, se vio obligada en 1575 a renunciar a sus votos para heredar los títulos y señoríos y contraer matrimonio con su propio tío Martín de Padilla y Manrique (1540-1602), adelantado mayor de Castilla e importante marino de Felipe II, que recibirá el título condal de Santa Gadea por merced de este monarca en 1587. Martín de Padilla fue nombrado General de las Galeras Españolas en 1585 para, en 1596, pasar a ser Capitán General del mar Océano. Así, a través de estos cargos, participó en la represión de la revuelta de las Alpujarras (1569), en la Batalla de Lepanto (1571) o en una serie de expediciones de castigo contra Inglaterra o en el apoyo a la rebelión en Irlanda, ya con Felipe III, en 1601. Luisa de Padilla, tras enviudar en 1602, retoma su vocación religiosa y profesa como monja con el nombre de Luisa de la Cruz en el monasterio de Talavera de la Reina, para luego trasladarse en 1608 al convento fundado por su consuegro el duque de Lerma, el Monasterio de la Madre de Dios o Monasterio del Carmen de Lerma, donde muere como abadesa en 1614.

Los hijos de este matrimonio fueron heredando sucesivamente el título: en primer lugar, Juan de Padilla Manrique, II conde de Santa Gadea, hasta su muerte sin descendencia en la Jornada de La Mahometa (Túnez) en 1606, quien había contraído matrimonio en 1601 con Ana de Silva, heredera del condado de Cifuentes tras la muerte de su hermano Juan Baltasar en 1602. A continuación, heredó el título Eugenio de Padilla Manrique, III conde de Santa Gadea, casado con Luisa de Moncada y Aragón (1585-1629), hija de Francisco de Moncada, II príncipe de Paternò, y de María de Aragón, V duquesa de Montalto, quien tras enviudar profesó como monja en el monasterio de San José y la Virgen de la Calle, fundado por Santa Teresa de Jesús en Palencia. Eugenio de Padilla falleció en Dueñas en 1622 sin dejar sucesión, por lo que se inició un nuevo pleito de tenuta que se saldó a favor de Cristóbal Gómez de Sandoval y Rojas, I duque de Uceda, quien había estado casado desde 1597 con la hermana de éstos, Mariana Manrique de Padilla y Acuña, fallecida en 1611.

El título pasó, entonces, al linaje de los Sandoval y Rojas, duques de Lerma, Cea y Uceda, aunque en el siglo XVII, en 1659, a la muerte sin sucesión de Ambrosio de Sandoval y Rojas, IV duque de Lerma, todos estos títulos pasaron a su hermana Catalina Antonia de Aragón y Sandoval,duquesa de Segorbe, Cardona y Lerma. Casada con Juan Francisco de la Cerda, VIII duque de Medinaceli, todos estos títulos se integraron definitivamente en la casa ducal de Medinaceli.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Condado de Santa Gadea (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!