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Confessions Tour



Confessions Tour fue la séptima gira de conciertos realizada por la cantautora estadounidense Madonna, en apoyo de su décimo álbum de estudio, Confessions on a Dance Floor. Madonna confirmó la posibilidad de embarcarse en una gira en noviembre de 2005. Jamie King, antiguo colaborador de Madonna, fue contratado para dirigir la misma. La lista de canciones estaba conformada principalmente por temas del nuevo álbum; los ensayos comenzaron en 2006. Al igual que con muchas de sus giras anteriores, Confessions Tour no fue a Australia, lo que impulsó a Madonna a lanzar una declaración de disculpa en su página web.[2]​ También se esperaba que en noviembre de ese mismo año Madonna visitara México cosa que no sucedió.

El concierto se dividió en cuatro partes: Ecuestre, Espiritual, Glam-Punk y Disco. El primer segmento contenía temáticas sobre caballos y espectáculos bondage, mientras que el siguiente mostraba varios mensajes sobre entonces temas de actualidad en el mundo; el tercer segmento, mostraba a Madonna tocando una guitarra eléctrica y una acústica interactuando con los fanáticos y finalmente, el último segmento, consistía en varias rutinas de bailes basadas de los setenta. La gira consiguió la apreciación positiva de varios críticos contemporáneos y tuvo un gran éxito comercial. Las entradas se agotaron por completo tan pronto como las fechas y lugares para la gira se dieron a conocer, lo que llevó a los organizadores a agregar más fechas en ciudades como Londres, Nueva York, Chicago, París, Los Ángeles y Moscú.[3][4]​ Después de su final, Confessions Tour fue nombrada como «la gira con mayor recaudación de la historia realizada por una artista femenina», ganando más de US$194,7 millones a partir de 60 espectáculos con más de 1,2 millones espectadores.[5]​ También fue la gira con mayor recaudación monetaria por concierto según el libro Guinness de los récords de 2007.[6][7][8]

Durante la actuación de Madonna en «Live to Tell», se mostraba a la cantante colgada en una gigantesca cruz de espejos con una corona de espinas, esta presentación fue recibida con una fuerte reacción negativa por parte de los grupos religiosos. La interpretación realizada en el Estadio Olímpico de Roma fue condenada como un acto de hostilidad hacia la Iglesia católica por los líderes religiosos. Madonna respondió diciendo que su intención principal con la actuación fue para llamar la atención hacia millones de niños que mueren en África por el hambre y la pobreza. La gira fue grabada y transmitida por canales como NBC en los Estados Unidos y Channel 4 en el Reino Unido. Una grabación de DVD+CD titulada The Confessions Tour también fue lanzada.

En noviembre de 2005, durante una entrevista con The Guardian, Madonna confirmó que iba a salir de gira en 2006 y dijo que podría llamarla Confessions Tour —en español La gira de las confesiones— o Confess Your Sins Tour —en español la gira para confesar tus pecados—.[9]​ Jamie King fue contratado como el próximo director de la gira. Durante una entrevista con MTV en febrero de 2006, Madonna explicó que quería tocar por primera vez en lugares pequeños como el Roseland Ballroom en Nueva York o el Teatro Wiltern de Los Angeles, y luego salir a tocar en estadios y arenas. De esta forma se deduce que ella le gusta experimentar nuevas cosas durante sus actuaciones.[10]​ Jamie aclaró,

«Un típico espectáculo de Madonna es muy producido, [...] A ella le gustan las cosas grandes, le gusta las cosas de teatro, pero esta vez, siendo que Confessions on a Dance Floor es un álbum íntimo, queremos tratar de hacer que la gente tenga una relación íntima, una conexión, así como una gran experiencia teatral producida así que míranos haciendo algunos lugares pequeños, algunos lugares más pequeños [...] me gustaría ponerla tan cerca de su gente -sus fans, sus bailarines, sus compañeros- como sea posible,»[10]

Jamie también confirmó que la lista de canciones establecida para la gira consistía principalmente de los temas del álbum en apoyo, mezclado con algunos de los viejos éxitos de Madonna. Algunos de los bailarines de los videos musicales de «Hung Up» y «Sorry», —ambos sencillos de Confessions on a Dance Floor— fueron contratados para actuar y bailar en la gira.[10]​ En marzo de 2006, Madonna junto con su entonces marido, Guy Ritchie, y sus hijos se mudaron a Los Ángeles para comenzar a ensayar las rutinas de la gira.[11]​ En el verano de 2006, el representante de Madonna, Guy Oseary, anunció que las fechas de su etapa australiana de la gira habían sido retiradas.[2]​ su sitio web oficial publicó la siguiente declaración:

Please forgive me. I really did hope and expect to come to Australia during the Confessions Tour and asked my managers to try to include some shows there. I have fond memories from previous tours. Unfortunately, the logistics just didn't work out this time around. We looked into going from Japan to Australia and ending the show there but I have to get my kids back into school in England and they are, as you can understand, my most important priority. The important thing to remember is that I'm not retiring anytime soon and I am gonna get to Australia as soon as I can. You remain in my heart and Thank you for your continued love & support.

Por favor, perdónenme. Yo realmente tenía la esperanza y la espera para ir a Australia durante el Confessions Tour, y pedí a mis gerentes incluir algunos conciertos allí. Tengo buenos recuerdos de giras anteriores. Por desgracia, la logística simplemente no funcionó esta vez. Estabamos planeando ir de Japón hacia Australia y terminar la gira allí, pero tengo que llevar a mis hijos a la escuela en Inglaterra y ellos son, como podrán entender, mi prioridad más importante. Lo importante a recordar es que no jubilaré pronto, y voy a llegar a Australia tan pronto como me sea posible. Ustedes permanecerán en mi corazón y Gracias por su continuo amor y apoyo.

El escenario y los apoyos correspondientes tomaron veinticuatro camiones de semirremolque para el transporte.[12]​ La instalación consistía en un escenario principal con tres ascensores y una plataforma giratoria —que subía y bajaba—, una pista central con luces LED y una luz estroboscópica conectada al escenario central con una pantalla LED como pista de baile y un ascensor.[12]​ Las dos pistas secundarias que se levantan hacia las gradas, también tenían pantallas de visión dentro del escenario. Dos pantallas de proyección se elevan por encima de la audiencia, por los que aquellos que no pudieron obtener una visión clara del espectáculo podían ver los resultados. También se presentaron tres pantallas LED que se movían durante la actuación, incluyendo una pantalla semicircular transparente que bajaba al escenario durante los interludios de video.[13]

Entre los diversos accesorios presentes se encontraba una bola de discoteca asegurado en un valor de $2 000 000 dólares adornada con cristales Swarovski, llevándolo a un peso de dos toneladas.[12]​ La bola de disco bajaba hacia el escenario en medio de la pista de baile durante la apertura del número, luego se abría para revelar a Madonna. La bola contenía una tubería hidráulica para mantenerla abierta, dos juegos de escaleras, y cientos de luces LED.[13]​ Otros de los apoyos incluidos eran el caballo giratorio utilizado durante «Like a Virgin», una enorme variedad de vallas metálicas y equipamiento gimnástico utilizados en «Jump», una jaula de acero utilizada durante «Isaac» y «Sorry», y el equipo de sonido utilizado en «Hung Up».[13]​ El cartel promocional de la gira contaba con una de las fotografías de Madonna tomadas por Steven Klein en las actuaciones en el club G-A-Y de Londres, como parte de la gira promocional Hung Up Promo Tour.[14]

Confessions Tour ha recibido comentarios positivos de los críticos. Steve Baltin de la revista Rolling Stone escribió: «Madonna ha desempeñado muchos papeles en la primera noche de su gira Confessions -, pero el confesor no era uno de ellos al parecer, con todo el estruendo y circunstancia, no había lugar para el calor, o incluso la actitud que hizo que su actuación tan memorable en el festival de Coachella».[15]​ Don Chareunsy de The San Diego Union-Tribune comentó que las giras anteriores de Madonna, Drowned World Tour (2001) y Re-Invention World Tour (2004), «eran excelentes conciertos... pero ella dio un paso por encima de algunas muescas» para Confessions Tour.[16]​ Ben Wener de The Orange County Register informó de que «Nadie -pero nadie- había desarrollado una escenario tan bien elaborado como Madonna lo había hecho, el cual fue inaugurado el domingo por la noche en un foro tan sofocante que parecía como si se estuviera preparado para la más grande de la sesión de Bikram en el mundo del yoga».[17]​ Lina Das de Daily Mail felicito a la gira, diciendo que Madonna todavía tenía la capacidad de acaparar a los titulares con sus tácticas de golpes.[18]​ Thomas Inskeep de la revista Stylus felicitó al final de la gira diciendo: «No hubo una mejor manera para que Confessions Tour haya cerrado».[19]​ Tom Young, de la BBC calificó el espectáculo diciendo «una gran luz de neón en una explosión de pop-dance es una fiesta en marcha, y si no estaban allí, en primer lugar, no estás invitado, silbidos y gritos rara vez se dejan y las ondas aplausos en todo el foro en éxtasis regulares para un primer consistentemente, artista intérprete o ejecutante de cualquier clase es casi suficiente para hacer que aquellos que no estaban estén celosos».[20]

Jim Harrington de ANG Newspaper comentó que los fanáticos eran «ciertamente felices» con la gira,[21]​ sin embargo, Terry Armour del Chicago Tribune señaló en un informe de The Arizona Republic que los fanáticos estaban «acalorados y molestos» por las solicitudes aire acondicionado en los conciertos en varios recintos.[22]​ También se informó que el resultado de esto se debió a que Madonna quería preservar su voz.[23]​ En un artículo, se dijo que las preocupaciones de aire acondicionado «no son nada nuevo en el negocio del entretenimiento» en la que los problemas de voz «pueden costar millones de ingresos perdidos en artistas, intérpretes o bandas».[24]​ Otra historia dice que Madonna no le gusta el aire acondicionado durante su actuación porque se le seca la garganta.[25]​ Ed González de Slant Magazine afirmó que la gira fue un recordatorio «de que la música de Madonna no tiene que estar motivada por el sexo o la política para ser buena, siempre muestra un poquito de su corazón y su alma. [...] Su Confessions Tour, aunque es irregular y comprometido, pero a menudo impresionante, es una especie de golpe de estado después de su feroz pero sombrío Drowned World Tour y la agresión aguda de Re-Invention Tour».[26]​ Bill Lamb de About.com señaló que «los puntos más altos de Confessions Tour son demostrar que una combinación de grandes canciones, puesta en una fascinante y coreografiada escena ha logrado siempre equivaler a una experiencia de un buen concierto».[27]​ Christian John Wikane de PopMatters comentó que «hasta el más rabioso anti-Madonna escucha música o el más cínico amante encuentran elementos impresionantes de Confessions Tour».[28]

La actuación de Madonna de «Live to Tell» tuvo una fuerte reacción de parte de los grupos religiosos. Durante la interpretación se ve a Madonna levantada del piso, colgada en una cruz con espejos vestida con una blusa roja y pantalón de terciopelo, con una corona de espinas en la cabeza.[29]​ Durante la presentación, el número 12 000 000 brillaba por encima de ella en las pantallas de fondo del escenario, junto con imágenes de niños africanos. Este es el número de niños que han quedado huérfanos por la pandemia del SIDA en África.[30][31]

Fiscales alemanes en Düsseldorf amenazaron a Madonna con entablar una demanda por blasfemia, y la obispa protestante Margot Käßmann, dijo que «tal vez es la única manera de una superestrella en envejecimiento para poder atraer la atención en intento de ofender los sentimientos religiosos de los pueblos».[32]​ La Iglesia Ortodoxa Rusa y la Federación de Comunidades Judías de Rusia describieron la actuación de Madonna como amoral, e cito a todos los miembros a boicotear en su próximo concierto en Moscú.[33]​ La actuación en el Estadio Olímpico de Roma, situada cerca del Vaticano, fue condenada como un acto de hostilidad hacia la Iglesia católica por los líderes religiosos.[34]​ El cardenal italiano Ersilio Tonini llamó al concierto como «un desafío blasfemo a la fe» y una «profanación de la cruz», también pide a Madonna ser excomulgada. El reverendo Manfredo Leone lo describió como «una falta de respeto, de mal gusto y poco provocativo».[35]

Los líderes musulmanes y judíos también criticaron la presentación. Mario Scialoja, jefe de la Liga Musulmana de Italia comentó: «Creo que su idea es de pésimo gusto y que haría mejor ir a casa». Riccardo Pacifici, portavoz de la comunidad judía de Roma, dijo: «Es un acto irrespetuoso, y hacerlo en Roma es aún peor».[36]​ Madonna emitió una declaración acerca de la controversia:

El show fue filmado en el Wembley Arena de Londres el 15 y 16 de agosto de 2006. Después de los planes fallidos con HBO, The Confessions Tour - Live from London, se emitió el 22 de noviembre de 2006 en la cadena NBC.[41]​ En la versión transmitida en televisión, se omitieron las actuaciones del interludio «Sorry» (Remix), «Drowned World/Substitute for Love», «Paradise (Not For Me)» y «Lucky Star». En los Estados Unidos, la representación de «Live to Tell» fue censurada, en su lugar se muestra el video de fondo.[42]​ Madonna no aparece hasta bajar de la cruz.[43]​ Fuera de los Estados Unidos, la presentación no fue censurada. En el Reino Unido el concierto fue emitido en Channel 4 y más tarde en E4.[44]

En enero de 2007, Warner Bros. Records lanzó The Confessions Tour en paquete DVD+CD.[45]​ Después de su lanzamiento, el álbum alcanzó la cima de las listas oficiales de varios países de Europa y América,[46][47]​ también logró entrar a los diez primeros en el Reino Unido y Canadá.[48]​ También alcanzó la posición número quince en la lista Billboard 200 en Estados Unidos.[49]The Confessions Tour ganó una Grammy en la categoría de Mejor Video de Larga Duración en la 50.ª Edición de los Premios Grammy.[50]​ Un libro de fotográfico de Guy Oseary —representante de Madonna—, titulado Madonna: Confessions fue lanzado en octubre de 2008 durante Sticky & Sweet Tour. El libro contiene más de 250 imágenes nunca antes vistas fotografiadas durante la gira y tras bambalinas. Todas las ganancias del autor del libro fueron donados a Raising Malawi, una fundación sin ánimo de lucro con fines de ayudar a niños huérfanos de Malaui.[51]



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